jueves, 24 de septiembre de 2009

CRONIQUILLA
AVENTURAS EN MICOLANDIA
Orlando Clavijo Torrado

Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes, ya “Lejos del infierno”, le relataron al escritor independiente Gary Brozek las vivencias de su “odisea de 1.967 días en manos de las FARC”.
Cada uno de los cautivos va tomando la palabra y reflejando con sabiduría, y en duras palabras a veces, sus percepciones del entorno, sus análisis del propio comportamiento, el de los compañeros de infortunio y la personalidad de sus verdugos (Mono Jojoy, Mantequillo, Sombra y su compañera La Mujer Araña, El Plomero, etc.) –– “Como rehenes o prisioneros, no había mucho que nosotros pudiéramos hacer directamente para derrotar a las FARC. Pero sí había cosas pequeñas que podíamos hacer, como no creer en su propaganda marxista de mierda y comportarnos de tal manera que contrarrestáramos su idea de que éramos unos cerdos imperialistas” -. - “Comprendimos que los seres más cercanos a nuestros afectos eran quienes podían infligir el dolor más grande, pero también procurarnos la mejor de las alegrías” -. - “Finalmente llegaríamos a comprender que los de las FARC no actúan por nada cercano a la lógica o a nuestros valores”- .
La miseria del corazón humano en sus tristes espectros de ambición, egoísmo y deslealtad, se mostró descarnada y cruel en aquellos momentos de desamparo. Entre ellos mismos se pelearon; Ingrid Betancurt no fue mejor que ninguno – “la princesa quería un castillo para ella sola” - . Las diferencias sociales se trasladaron a la lejana y umbrosa montaña - “había una clara jerarquía, con Ingrid y Lucho en la cima, Gloria y Jorge en el siguiente nivel, y los otros tres - Clara, Consuelo y Orlando –, un poco al margen de esa camarilla”-. Orlando – Gato Grande – Beltrán, de extracción humilde, es pintado como un hombre bondadoso y transparente. La pasión carnal también despertó bajo el verde dosel. No tardaron en formarse las parejas: Ingrid con Luis Eladio Pérez – que además compartían su repudio hacia los Estados Unidos – y Consuelo Polanco viuda de Lozada con Jorge Eduardo Géchem Turbay.
Por supuesto, los favorecedores del grupo guerrillero como Hugo Chávez no reciben ningún comentario favorable – “¿Por qué diablos ese bastardo izquierdista camisa roja se entromete? – exclamó Keith apenas escuchó la noticia -. Me parece bien que cualquiera intervenga en esto, pero ¿por qué tiene que ser este tipo? Si Uribe se va a reunir con él, será para cagarse en su boina y devolverlo a Caracas con ese recuerdito”- .
Algo que impactó a los norteamericanos y que exaltan a menudo es el valor y dignidad de los militares y policías secuestrados, su disciplina y su férrea voluntad para no doblegarse, íntegramente ejemplares.
Su agradecimiento no es menos elocuente: “Hay algunas personas y organizaciones a quienes debemos hacer un reconocimiento particular. Estamos profundamente agradecidos con el gobierno, el ejército y la gente de Colombia, en especial el general Mario Montoya, el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, el presidente Álvaro Uribe Vélez, y los valientes hombres y la mujer que participaron en la planeación y ejecución de la Operación Jaque”.
Ciertamente no se trata de un libro lleno de anécdotas y chismes sino de una visión objetiva y perspicaz de acontecimientos y personas alrededor de su secuestro, sin odio ni resentimiento pese al agravio. Incluso alguno de ellos llega a concluir que por su forma de vivir antes del secuestro había perdido su libertad tanto como las FARC se la habían quitado.
Son 458 páginas para reflexionar y aprender.

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 24 de septiembre de 2009.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

CRONIQUILLA
EL DIA DEL JUICIO FINAL
Orlando Clavijo Torrado

Buscando un tema antiestrés – que alivie la preocupación de que el único enemigo de Chávez, visible y a la mano para atacar con sus poderosas armas no es sino Colombia, y pronto – barajé para escribir o sobre la aparición del primer avión en el campo y el susto de los labriegos, o acerca de la inauguración en Cúcuta de unos inodoros en una escuela, con himnos, corte de cinta e ingreso a los cubículos para probar el funcionamiento. Me incliné por el primer tema. Lo otro me pareció una cagada, en el casto sentido de la palabra.
José Antonio Peñaranda y Salomé Leal formaban una pareja ejemplar. Ambos procedían de Ábrego. Ella leía las Sagradas Escrituras con mucho garbo, y la gente se arremolinaba a su alrededor para oírla leer. El libro semejaba una jamuga – algo comparable a una enjalma – y estaba impreso en letra que parecía manuscrita. Doña Salomé pronosticaba que algún día los hombres volarían, pero no sabía explicarlo. Si ella lo decía, por algo sería, pues no todo el mundo sabía leer la Biblia.
Estos honrados esposos eran los padres de Antonia – que se casó con Eladio Peñaranda, de los que nacieron los sacerdotes Reyes de Jesús y Onofre Peñaranda Peñaranda -. Además, procrearon a Pastor, Daniel, Francisco, Blas y Elena Peñaranda Leal.
Don Victoriano Arias – otro abreguense establecido a principios de aquel siglo en la vereda - tenía por costumbre bajar al pueblo los domingos para asistir a la misa y comprar el mercado, en el que no faltaba el hueso carnudo, la carne de costilla, la tripa para el mute, el bofe, la pajarilla y la chinchurria. Un niño que vivía cerca era invitado especial al almuerzo allí en tales días. Contaba él unos siete años. ¡Con semejante mercado, no podía faltar por nada del mundo! Uno de aquellos domingos percibió en el firmamento una sonoridad que le pareció muy hermosa, como una música dulcísima. La esposa de don Victoriano, doña Chiquinquirá, que se encontraba en la cocina preparando un sancocho cuyo aroma se regaba hasta el camino real, abandonó el fogón y salió a explicar qué era aquel sonido: ni más ni menos que los ángeles del Señor que venían con sus trompetas a anunciar la “acabasón” del mundo. Por tanto, debían todos doblar las rodillas en tierra y ponerse a orar. Las bestias que dormitaban tranquilas enloquecieron, pues corrían sin rumbo, presas del pánico. Don Victoriano, el niño vecino y cuantos andaban por el ancho patio de cal, se arrodillaron y rezaron. A poco apareció el objeto que producía aquel rumor: muy alto surcó una figura alargada con destellos de plata, de nombre desconocido, y se perdió en el infinito. Jamás había cruzado los cielos de la vereda El Alto un avión. El vaticinio de doña Salomé Leal se estaba cumpliendo.
Coetáneamente, en San Calixto, los aires de la vereda Balsamina crujieron de modo espantoso. Y mientras las vacas, las mulas, los cerdos y las gallinas huían despavoridos, las mujeres gemían y los perros las miraban y también gemían, y los niños lloraban al ver llorar a sus mamás, Eliseo Ramírez – que no le temblaban los calzones por nada - se escondía en una zanja. Con los años, en la vereda supieron que aquel ruido no lo hacían Lucifer y todos sus demonios escapados de las llamas del infierno sino un aparato inventado en países lejanos llamado avión.
Eran los años 30 del siglo XX.

orlandoclavijot@hotmail.com

Cúcuta, 16 de septiembre de 2009.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

CRONIQUILLA
IMPRESIONES DE LA MARCHA DEL 4 DE SEPTIEMBRE
Orlando Clavijo Torrado

El final de la caminata fue emocionante. Con fervor y batiendo las dos banderas cantamos primero el himno nacional de Colombia y a continuación el de la vecina república. ¿Quién en esta frontera no lo sabe? ¡Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó! Porque ha de quedar claro que los dos pueblos se respetan y se aman de verdad. Y, para rematar el acto, resonaron los vivas a las dos patrias hermanas.
No importaba que los rayos del sol calentaran a 35 grados; al fin y al cabo los cucuteños ya hicimos el curso para soportar altas temperaturas.
Tampoco importó que la convocatoria fuera tan apresurada, sin mucha divulgación, sin prensa ni televisión como ocurrió con la marcha contra las Farc. (¡Qué cosa curiosa: dos marchas mundiales sobre dos temas relacionados: las Farc y Chávez! ¿Cuándo se ha promovido una concentración contra Fidel Castro, por ejemplo? ¡Nunca!)
De todos modos constituyó un éxito el movilizar a tantas personas en cien países de la Tierra y en treinta ciudades de Colombia, con manifestaciones enormes en Caracas, Honduras y Bogotá.
Acá, en Cúcuta, en donde poco se conocía de esta protesta pues no todos entran al facebook, la reunión del medio millar de ciudadanos no pudo ser más pacífica, alegre, entusiasta y convencida. Porque no había divisas de odio sino de repudio al gobernante venezolano, mas con mucho ingenio y humor: “¡Chávez, Uribe es tu papá! ¡Chávez, igualado! ¡Chávez es terrorista! ¡Sí a los gringos en las bases!” Alguien gritó una consigna con una palabra terminada en uta, que provocó risas, pero nadie la coreó. Es cierto que se trataba de rechazar a Chávez, pero sin imitar su lenguaje soez. Hasta un noble perro nacionalista desfiló con una cartulina colgada al cuello con el lema del momento “¡No más, Chávez!”
No faltó quien luciera una graciosa máscara de Chávez, y el simpático personaje conocido como el “loco de los potes “ agitó el mundo de latas que lleva en un costal y echó un viva al Polo Democrático, sin respuesta de algún manifestante. Entonces, continuó mirando la parada desde la orilla del parque.
Está por verse a qué distancia estamos de que el coronel se dé por aludido.
A propósito de mi anterior Croniquilla en que invitaba a marchar al lado de los muchachos corajudos, un autorizado historiador nuestro me envió un mensaje para ofrecerme mayor ilustración sobre las patanadas de los gobernantes venezolanos en los años 80 del siglo XIX y me remite al efecto a las obras de Carlos Martínez Silva. Mi amigo agrega que el general Cipriano Castro no fue menos despiadado con Colombia. Este sátrapa impuso un bloqueo desde 1903 hasta 1908, año en que lo levantó otro militar dictador, Juan Vicente Gómez. El tránsito por el río Zulia estaba suspendido, y sólo hasta 1914 lo abrió Gómez. Para usar los refranes de algunos de nuestros pueblos: es que Venezuela siempre se la ha tenido chocheca a Colombia. O como se dice hoy: se la monta.

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 9 de septiembre de 2009.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

CRONIQUILLA
A MARCHAR CON LOS MUCHACHOS CORAJUDOS
Orlando Clavijo Torrado

Las afrentas –llamémoslas por su nombre y dejemos de lado los eufemismos – de los funcionarios de Venezuela en sus distintos estamentos contra Colombia y sus ciudadanos no son de hoy. En plena campaña independentista en 1818, el general Páez mantuvo inmovilizado durante unos diez días al ya también general de brigada Francisco de Paula Santander, y sólo la intervención del Libertador le permitió avanzar en Venezuela. En el mismo siglo XIX y en el transcurso del siglo XX los impedimentos para el paso de mercancía colombiana, el aumento de los fletes de navegación, el abuso en las aduanas y los cierres cíclicos de la frontera, son la queja continuada de los comerciantes e industriales. Por los años 80 del siglo XX el presidente del Congreso de Colombia doctor Edmundo López Gómez fue detenido en la Guajira colombiana y llevado a Caracas, ante el silencio del gobierno y el pueblo de Colombia. Ni una queja se musitó. En un desfile ex profeso el presidente Caldera mandó exhibir todo el armamento que poseían como en acto de notificación a nuestro intimidado presidente Misael Pastrana. La expulsión de campesinos y obreros y hasta asesinatos de nuestros compatriotas se han sucedido durante los años y han quedado registrados en la prensa, sin que Colombia pronuncie ni mú, y menos que intente romper sus relaciones diplomáticas. En la Guerra de los Mil Días, las tropas revolucionarias de Uribe Uribe recibieron considerables recursos logísticos de los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Nicaragua. ¡Qué coincidencia con el apoyo a las Farc actualmente!
Uno piensa cuál sería la dirección que se le imprimieran a las relaciones internacionales si la capital de la república estuviera en una ciudad de clima cálido. En muchos foros y algunas personas insisten en que Colombia debe buscar el diálogo con sus agresores, pero nunca hablan de que éstos se disculpen y cesen de agredir. Como si de nuestra parte en algún momento de la historia se hubieran presentado manifestaciones contra cualquier otra nación. Esa es la diplomacia rola - o solapada - que ya linda con la indignidad. Da lástima y vergüenza ver al presidente Uribe acorralado y ultrajado por el gran pecado de no ser socialista y juzgado como un criminal en Santo Domingo y en Bariloche, implorándole perdón a Correa, haciéndole risitas a la señora Fernández de Kirchner y a la doctora Bachelet, lambiendo a Chávez, a Daniel Ortega y al ignorante indio Morales, y tratando de ganarse una mirada de Lula, de Insulza, de Obama, de Raimundo y todo el mundo.
Ahora el coronelito Hugo Chávez viene a coronar los siglos de ultrajes contra Colombia con sus amenazas de invadirnos, de aplastarnos con sus aviones Sukhoi, insulta e irrespeta todo el día y todos los días con su vocabulario soez a nuestro primer mandatario, arroja al cesto de la basura los tratados comerciales y los convenios internacionales, ordena cerrar la frontera, en fin, hace cuanto se le antoja con este pueblo que se excede en humildad y aguante. Pero afortunadamente, un grupo de jóvenes corajudos y el excelente actor Rodrigo Obregón recogieron ese dolor patrio y organizaron para este viernes 4 de septiembre la marcha nacional y mundial con el grito NO MÁS CHÁVEZ. Si en nuestras arcas no hay el dinero de Chávez, si nuestro armamento es escaso y débil frente al de Chávez, si en nuestros dirigentes faltan la hombría y la dignidad, éstas si la tienen el pueblo colombiano y estos muchachos que la han sabido encausar. Por fin va a resonar el clamor sentido en el alma de todo colombiano que ama la patria: ¡Basta ya de humillaciones! ¡Aquí hay un pueblo en pie con dignidad!
En consecuencia, todos debemos salir a decir ¡No más, Chávez!

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 2 de septiembre de 2009.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado