jueves, 29 de octubre de 2009

CRONIQUILLA
LUZ EN LA POTERNA
Orlando Clavijo Torrado
En una de las “comisiones” que me dieron como juez de instrucción criminal a Tibú, recuerdo una particularmente por algo que me impactó y hoy se puede traer a colación. Tan pronto despaché los asuntos encomendados, me dirigí a la agencia de la Caja Agraria a saludar al gerente, un caballerazo y viejo amigo. Tuve que esperar algún tiempo mientras él atendía la numerosa clientela. Una vez en su oficina me preguntó si me había fijado en la cola de señores que le habían hecho antesala, y su atuendo, principalmente una mochila terciada. Le dije que sí me había fijado. “Seguramente les notó la metralleta que cargan. Son guerrilleros”, me aclaró. Y agregó:”Vienen por el crédito que el gobierno decretó para los campesinos de las zonas rojas. Simplemente, firman un documento en donde se comprometen a emplear el préstamo en determinados cultivos, y pasan por la ventanilla a retirar un buen fajo de billetes. No presentan sino la cédula, no se les exige ningún fiador, pues el avalista es el gobierno, o mejor, la Caja Agraria con sus recursos. Nadie puede practicarles ningún control, ninguno regresa a pagar, y tampoco se puede ejercer proceso ejecutivo porque al juez no lo dejan acercar ni de lejos a las fincas en donde dicen que trabajan”.
Todo el mundo sabe que la Caja Agraria quebró. Los factores, sin comentar la consabida corrupción, quedaron al descubierto: la largueza del gobierno con los grupos armados de izquierda, con que pretendía calmarlos, y por supuesto la pérdida de ingentes activos; la respuesta de la misma guerrilla a tanta generosidad atacando los edificios de la Caja Agraria en todo el país, al punto de destruir la mayoría; y, paradójicamente, la avaricia de magnates y figuras políticas a las que se concedió préstamos milmillonarios sin que los devolvieran. Para borrar el recuerdo amargo de los nefandos manejos de la otrora benemérita y querida por los pobres Caja Agraria, se creó el Banco Agrario.
La historia de corrupción respecto a dineros destinados a fomentar la producción agrícola y redimir al campesino se repite veinte años después, pero sólo que ahora la plata se la llevaron reinas de belleza, potentados del Magdalena y del Valle, hijos de senadores y procesados extraditables, entre otros. El famoso programa Agro Ingreso Seguro, alimentado con fondos internacionales, sirvió para burlarse de los verdaderos cultivadores y engordar más aún los caudales de los ricos.
Pero, si por el Ministerio de Agricultura llueve, en nuestra parroquia no escampa. Aquí también ha habido alegres donaciones. Cuatro mil millones del tesoro municipal fueron a parar a un simulador llamado Parque Bavaria. Por fortuna, como en la vieja frase castellana, hay luz en la poterna y guardián en la heredad: un joven y debutante concejal, Pedro Durán Barajas, se irguió en el pedestal de su rectitud y virilidad para descubrir y denunciar el oscuro tráfico. No hay duda de que todos en conjunto le debemos un reconocimiento sin reservas pues pocos como el doctor Durán han demostrado verdadero celo porque las cosas se hagan con transparencia y en beneficio general de la ciudadanía.
Es de urgente conveniencia que todos los contratos del municipio se esclarezcan: por ejemplo, la concesión por largos años a los dueños de grúas y garajes para recoger y guardar los carros presuntamente infractores, etc. ¡Ah! ¡Y tampoco se puede descuidar a San Simón!
Nota final: ¿A los cuántos colombianos asesinados en Venezuela reaccionarán sin dejarse amedrantar el presidente de la República, el Congreso Nacional, la Iglesia Católica, las altas cortes, los gobernadores, las asambleas, los alcaldes, los concejos? ¿O como se trata de gente humilde, nunca reaccionarán?
orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 26 de octubre de 2009.

viernes, 23 de octubre de 2009

CRONIQUILLA
¡ÁNIMAS BENDITAS!
Orlando Clavijo Torrado

Aunque estoy escribiendo en octubre pero esta columna puede aparecer en noviembre – le sucede como a la publicación “Sabatinas” de don Antonio García Herreros que salía cuando podía - , entonces adelanto de una vez un tema de dicho mes: las ánimas.
En Puerto Berrío, Antioquia, hay personas especializadas en sacar las almas durante todo el mes de noviembre: son los “animeros”. La ceremonia transcurre así: el “animero” se dirige a las doce de la noche al cementerio, toca las tumbas de los muertos invitados, y parte de allí sin mirar hacia atrás. En las afueras están los centenares de feligreses con velas encendidas, que acompañarán al “animero” en la procesión por las principales calles. Adelante van los fieles, detrás el “animero” y en seguida las almas de los difuntos. El “ánima sola” camina de último; es sumamente peligrosa pues destroza a quien pretenda mirarla. El “animero” entona las plegarias. Desde sus casas, los curiosos, por entre las mirillas de puertas y ventanas, se esfuerzan por ver algún ánima. Terminado el recorrido, el “animero” regresa a la necrópolis, se pone de espaldas y permanece en la puerta el espacio suficiente para que todas las almas que sacó hayan tomado sus fosas. ¡No sea que a alguna fiestera le dé por amanecer! Tanto el “animero” como sus acompañantes cumplen por lo general promesas a las ánimas.
Que las almas del Purgatorio son milagrosas, son milagrosas, y más si se las saca a dar una vuelta. (¡No sé por qué se nombra a las del Purgatorio y no a las del cielo!) Lo comprobó cierto amigo de un pueblo de la provincia de Ocaña. Para proteger su identidad pongámoslo Rufiano Ortegón. Monseñor había permitido que don Rufiano, hombre de consideración en el poblado, dueño de una tienda principal, católico practicante, manejara las arcas de la iglesia a su arbitrio. Pues ocurrió que el ecónomo parroquial se enfrascó en pésimos negocios y la gente comentaba que de dónde le llegaban los reales para surtir tanto la tienda, para remodelar y decorar su casa y derrochar.
El párroco se alarmó y lo llamó a cuentas. Por supuesto, Rufiano no pudo entregarle ni un centavo. El sacerdote lo conminó: o reintegraba en determinado plazo todo el caudal de que se había apropiado o lo denunciaba penalmente y en el púlpito.
El pobre de Rufiano se acordó de las almas del purgatorio. Les pidió fervientemente que le concedieran conseguir el dinero. Hecho el pacto, una noche, solo, apenas con una campana y un cirio, marchó en medio de las sombras al osario. Allí, desde la entrada, convocó a las ánimas a dar un paseo, con el compromiso de retribución ya sabido. Les dio un tiempo prudencial – seguramente las almas de las mujeres lo hicieron esperar más mientras se ponían las tangas, se maquillaban, se perfumaban y escogían en el ropero el traje adecuado para la noche – . Sabía que lo acompañaban por aquel vientecillo helado que le agitaba la camisa.
Cuando Rufiano calculó que ya todas estaban en orden, prendió el cirio y salió tocando la campanita hacia la iglesia. Una vez allí, se ubicó detrás de la puerta central, oculto de sus amigas invisibles, así como debía ocultarse de ellas en el cementerio. Es un misterio el sitio que ocuparon en el templo: si se acomodaron en las bancas o se quedaron de pie. Ellas le contestaban en su lenguaje ininteligible de voces muy finas – ellas son hombres y mujeres -. Terminada la oración, dio la orden de salir con la campanita y encabezó el retorno. (Alguien muy gracioso que oía el relato, le añadió que antes de llevarlas a la cripta les brindó arepa con queso y café negro para calmar tremendo frío).
Para abreviar, es cierto que los aldeanos, sorprendidos, vieron a un Rufiano Ortegón deambulando por las calles a medianoche con un cirio ardiente y una campanita – se dijeron que estaba chiflis – y lo vieron abrir la iglesia – al fin y al cabo todavía tenía las llaves - , y luego de rezar media hora desandar el camino hasta el camposanto, como también es cierto que este devoto de las ánimas pudo reunir toda la plata y cancelarle al cura a satisfacción la deuda.

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 21 de octubre de 2009.

miércoles, 7 de octubre de 2009

CRONIQUILLA
ENSEÑANZAS DEL GALLINERO
Orlando Clavijo Torrado

Para gozar de buena salud y sacarle provecho al tiempo, acostarse con las gallinas y levantarse con las gallinas era el consejo en otros tiempos. En tiempos tranquilos, sin tanto agite, con el encanto de la vida que discurría despacio y del disfrute de las cosas elementales. Como aquella de ver las gallinas a las cinco de la tarde desfilar por el patio y encaminarse hacia la vara puesta sobre el árbol escogido de gallinero, ver las pollas encaramarse en lo más alto, correr las rezagadas y finalmente arruncharse todas para dormir. A las cinco de la mañana comenzaba el revoloteo y el cacaraqueo de las aves madrugadoras. Las primeras que volaban al suelo eran las veteranas, a las que les había tocado las ramas más bajas. Enseguida comenzaban su trajín de picotear aquí y allá buscando las lombrices de tierra, los granos y cuanto pudiera llenarles el buche. Con plena libertad, sin prisiones de jaulas, galpones o incubadoras como hoy. Sólo había dos motivos para amarrar la gallina de una pata: o porque era insoportable o porque ya estaba escogida para la olla.
Quienes pasamos la infancia en pueblos fuimos privilegiados al vivir tantos episodios naturales y hermosos que hoy ya son historia remota y difícil de entender para nuestros sucesores. Eran épocas en que en todas las casas y, por supuesto, en el campo, se criaban animales domésticos, en amplios solares llenos de árboles variados.
La observación aguda de los lugareños extrajo sentencias sencillas pero sabias de aquellas costumbres: “ser más necio que una gallina”, por ejemplo, quedó como refrán; “pisarle la cabuya” (a otro) sigue significando que se le siguen los pasos bien de cerca; o “se fue con cabuya y todo” indica la acción completa del ladrón. Dentro de esa didáctica, no podía haber nadie más infortunado que una vara de gallinero. Claro que la gente no lo decía tan elegantemente sino de forma escueta y sin melindres: “más cagado que vara de gallinero”. Venga otro ejemplo: un sociólogo de lenguaje complicado explicaría la suerte de los de abajo y la de los de arriba diciendo que la evolución intrínseca del devenir de la especie humana siempre ha mostrado un posicionamiento ligado a la posesión de las riquezas o al acceso a las fuentes del poder en detrimento de los individuos vulnerables. (¡Qué frase tan enredada y descrestadora la que me acabo de fabricar!) Pues bien: esto es algo que la gente del pueblo concretaba mirando como espejo aquellos cobijos de las gallinas: “el mundo es como un gallinero, las gallinas que en un momento están arriba se cagan en las de abajo, y la cosa se puede invertir al otro día”. ¿Habrase visto un concepto tan rotundo y henchido de profundidad filosófica? Tal vez no, sólo que expresado en el lenguaje del común.
¡Quién creyera que las gallinas enseñaran tanto!

orlandoclavijot@hotmail.com

Cúcuta, 6 de octubre de 2009.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado