lunes, 30 de noviembre de 2009

Para el Semanario “La Provincia de Ocaña”

NO COGER “PAL” OTRO LADO
Orlando Clavijo Torrado

A todos nos encantan las gangas. Por eso los que vivimos en este departamento fronterizo con Venezuela nos acostumbramos a pegarnos el viaje hasta San Antonio o Ureña, del Estado Táchira, las poblaciones situadas a pocos minutos de Cúcuta, para adquirir comestibles, artículos para el hogar, insumos veterinarios y hasta artefactos electrónicos en algunas temporadas, a un costo favorable para el bolsillo. La economía venezolana, fundada en su inmensa riqueza petrolera, le ha permitido importar un universo de productos y venderlos al consumidor subsidiados. Aunque en la última década, por causa del régimen político, las cosas han cambiado, y ya el paraíso de que gozábamos no ofrece tanta variedad. La gasolina, eso sí, sigue regalada si se la compara con el precio en Colombia.
Pero los vecinos – yo no soy partidario de llamarlos hermanos porque sería una hipocresía – tienen ciclos de ponerse repelentes. No es de hoy, ha sido toda la vida. Nos han mirado como el pariente pobre y llevado. El presidente más benévolo con nosotros fue Carlos Andrés Pérez, y ello quizá debido a que su padre había nacido en Chinácota, porque los otros, sin exclusión, en algún momento de su mandato han gustado de mostrarle los colmillos a Colombia.
A mi me duele que mis coterráneos sean atropellados por la Guardia Nacional, la que no para en mientes para encarcelar a un colombiano, empapelarlo y tildarlo de paramilitar y hasta de querer matar a Chávez. Sí, comprar barato es muy bueno, pero es mejor no exponerse a una golpiza, que la dan gratis en Venezuela sin que haya justicia ante quien reclamar. O exponerse a que lo desaparezcan o lo asesinen y quede como un N.N. Ejemplos, los casos de Chururú y Barinas, en donde una docena de jóvenes humildes fueron secuestrados, torturados y masacrados.
Además de ser cuestión de dignidad el no ir a Venezuela en estos tiempos, la vida, la integridad personal y la libertad son sagradas y debemos preservarlas como dones divinos y obligación moral.
Por ello, apreciado paisano, no coja para allá. ¿Que es por necesidad? Recuerde que allá no atienden razones de que mi mamá está enferma, que mi hijo me necesita, nada. No quiero que le ocurra nada desagradable. ¡Haga caso!

orlandoclavijotorrado.blogspot.com
18 de noviembre de 2009.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Para el Semanario “La Provincia de Ocaña”

NO COGER “PAL” OTRO LADO
Orlando Clavijo Torrado

A todos nos encantan las gangas. Por eso los que vivimos en este departamento fronterizo con Venezuela nos acostumbramos a pegarnos el viaje hasta San Antonio o Ureña, del Estado Táchira, las poblaciones situadas a pocos minutos de Cúcuta, para adquirir comestibles, artículos para el hogar, insumos veterinarios y hasta artefactos electrónicos en algunas temporadas, a un costo favorable para el bolsillo. La economía venezolana, fundada en su inmensa riqueza petrolera, le ha permitido importar un universo de productos y venderlos al consumidor subsidiados. Aunque en la última década, por causa del régimen político, las cosas han cambiado, y ya el paraíso de que gozábamos no ofrece tanta variedad. La gasolina, eso sí, sigue regalada si se la compara con el precio en Colombia.
Pero los vecinos – yo no soy partidario de llamarlos hermanos porque sería una hipocresía – tienen ciclos de ponerse repelentes. No es de hoy, ha sido toda la vida. Nos han mirado como el pariente pobre y llevado. El presidente más benévolo con nosotros fue Carlos Andrés Pérez, y ello quizá debido a que su padre había nacido en Chinácota, porque los otros, sin exclusión, en algún momento de su mandato han gustado de mostrarle los colmillos a Colombia.
A mi me duele que mis coterráneos sean atropellados por la Guardia Nacional, la que no para en mientes para encarcelar a un colombiano, empapelarlo y tildarlo de paramilitar y hasta de querer matar a Chávez. Sí, comprar barato es muy bueno, pero es mejor no exponerse a una golpiza, que la dan gratis en Venezuela sin que haya justicia ante quien reclamar. O exponerse a que lo desaparezcan o lo asesinen y quede como un N.N. Ejemplos, los casos de Chururú y Barinas, en donde una docena de jóvenes humildes fueron secuestrados, torturados y masacrados.
Además de ser cuestión de dignidad el no ir a Venezuela en estos tiempos, la vida, la integridad personal y la libertad son sagradas y debemos preservarlas como dones divinos y obligación moral.
Por ello, apreciado paisano, no coja para allá. ¿Que es por necesidad? Recuerde que allá no atienden razones de que mi mamá está enferma, que mi hijo me necesita, nada. No quiero que le ocurra nada desagradable. ¡Haga caso!

orlandoclavijotorrado.blogspot.com
18 de noviembre de 2009.

jueves, 12 de noviembre de 2009

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

El RETABLO DORADO DE LA CATEDRAL DE OCAÑA
Orlando Clavijo Torrado

Pasan los años y no dejo de maravillarme ante el retablo de la iglesia catedral de Santa Ana. No importa el número de veces que haya entrado allí.
Ocurre que, simplemente, es majestuoso, impactante, por ese brillo del dorado que a veces toma destellos rojizos y por la delicada talla de leves columnas torneadas que sirven de marco para contener toda la imaginería. ¿De quién es el poder sino de Dios? ¿De quién la riqueza y la gloria? Allí, sin duda, la obra revestida en laminilla de oro entraña el más excelso homenaje al Creador que merece lo mejor.
El retablo magnetiza y arroba. Quien lo realizó, se consagró como artífice. Constituye una extraordinaria pieza, un valioso tesoro, y por sí sola, por fuerza de su belleza se ha incorporado en el patrimonio cultural tangible de Ocaña y la provincia al igual que el conjunto entero de la catedral, en buena hora declarado bien de interés cultural de carácter departamental por decreto 1144 del 31 de diciembre 2003 emanado de la gobernación del Norte de Santander.
Por lo general, el esplendor de las cosas anula el sentido de observación. Por ello, un día me dediqué a tomar fotografías y a anotar juiciosamente cada pormenor pues en la errátil mirada de siempre veía una serie de imágenes, sin especificar de qué o de quién se trataba. Así, traté de identificar cada ícono, aunque sin mucha fortuna con todos.
El retablo muestra tres hileras de cinco nichos cada una. En la hilera superior, de izquierda a derecha, vemos, plasmados todos en lienzos, un santo – cuyo nombre no atiné a descifrar – y el Niño Jesús; sigue un bienaventurado en actitud de leer, a continuación Jesús Crucificado, después San Juan Evangelista en cuyo hombro se posa el águila – es evidente la alusión al “Águila de Patmos” -, y termina la serie con la Sagrada Familia.
En las siguientes hileras no hay pinturas sino estatuas. En la segunda desfilan uno tras otro San Roque, San José, Santa Ana y la Virgen, otra santa o la Virgen – no sé -, y un santo franciscano con el Niño.
En la última hilera están Santa Teresita del Niño Jesús, otra santa que semeja Santa Rosa de Lima, Jesús Crucificado, el arcángel San Miguel y una santa, para mí incógnita. (En verdad, hay que conocer al dedillo el santoral para no equivocarse, o disponer para el efecto de un folleto explicativo).
No hay necesidad de escribir o hablar más, sino contemplar y admirar. Es imprescindible, frente a esta manifestación de arte religioso que seguramente desde tiempos inmemoriales luce en el altar mayor de la catedral de Santa Ana de Ocaña.

12 de noviembre de 2009.

martes, 3 de noviembre de 2009

CRONIQUILLA
LAS OREJAS DEL LOBO
Orlando Clavijo Torrado
Es paradójico que la Corte Suprema de Justicia, cuya principal misión es la de guardiana de la Constitución, se niegue a cumplir una de las obligaciones que ésta le impone como es el nombramiento del Fiscal General de terna que le someta a consideración el Presidente de la República.
Ya no hay discusión de si la Corte está o no politizada. Y hacia qué lado. (No se sabe si los dos conservadores también comulgan de esa tendencia o es que no cuentan para nada). El más desapasionado o el más bisoño lo capta. El que no le haya visto las orejas de lobo por entre la piel de oveja, no está en nada, como dicen los muchachos hoy. Y ello, más que lamentable, es doloroso. Viene a propósito la cita de San Mateo en el capítulo 5º de su Evangelio: “Si la sal se corrompe, ¿entonces con qué se la salará?” Se refería Jesús al sabor que le da la virtud a la existencia del hombre.
Esa picazón que le dio a la Corte realmente es inédita. Se ha recordado que el primer Fiscal General Alfonso Valdivieso, liberal de centro, no era ningún penalista, ni siquiera litigante destacado o tratadista o ex magistrado; apenas se conocía como primo hermano de Luis Carlos Galán Sarmiento. Ahora es un político, con asiento en el congreso. Y a fe que se desempeñó con eficiencia y honestidad. Su sucesor, el doctor Alfonso Gómez Méndez, el sí penalista, liberal de izquierda, hoy precandidato presidencial por el Partido Liberal, también hizo una Fiscalía de resonancia, neutral, combatiendo al bandidaje de cualquier ideología.
El nombramiento de Luis Camilo Osorio, conservador, fue cuestionado como el que más pues venía de ser magistrado del Consejo de Estado – los mamagallistas afirmaban que atendía la Sala de Consulta y Servicio de Archivo - , sin ningún entronque con el Derecho Penal. Se aducía como su gran mérito el ser padrino de matrimonio de Andrés Pastrana. Pese a su mediocre y turbulento desempeño se mantuvo en el cargo y fue premiado con la embajada en Méjico. Luego vino Mario Iguarán Arana, también conservador, servidor en la presidencia de la República, él sí fogueado en el Derecho Penal. Y pese a ser tan cercano al actual primer mandatario, la Corte en ese momento no lo vetó. Su gestión fue excelente; cuenta entre sus logros la puesta en marcha del nuevo sistema penal acusatorio.
El alto tribunal, con su tozudez, ha polarizado peligrosamente al país. Un compatriota opina por Internet – comentando una noticia al respecto de Caracol – con ¡vivas! a la misma Corte, a la negra verraca Piedad Córdoba (sic), al Polo Democrático, a Hugo Chávez, a Fidel Castro, al comandante Correa, a la hoz y al martillo y al Partido Comunista, la exhorta a que siga tras los paramilitares, y termina con que la revolución es purificación, mientras que otro entiende la purificación de otro modo: “¿Qué tal un penalista y un burro administrativamente? ¿A dónde iría a parar la Fiscalía? Se la tienen montada al Presidente. Cierre las cortes y gobierne por decreto y se acaba la joda...mientras se arreglan las cargas y se depuran las instituciones”. (Estas citas pueden verlas por Internet).
¡Oh, manes de la Corte Suprema de Justicia de 1930, Corte admirable, sabia, imparcial y desarrolladora de la Constitución y las leyes sanamente, que no pretendía sustituir al Ejecutivo ni al Legislativo, ni manejar las relaciones exteriores, ni el presupuesto nacional, ni la educación, ni la salud, ni las obras públicas! ¡Oh, gloriosas cortes sacrificadas en el holocausto del Palacio de Justicia el 6 y 7 de noviembre de 1985, en donde fenecieron los maestros del Derecho – la mayoría fueron mis profesores -, rectos y sin visos políticos en sus fallos!
¿Se impone, entonces, la modificación de la Constitución para solventar situaciones como éstas? Sería lo correcto, como lo señala el ex vicefiscal Francisco Sintura, pues no tiene sentido la injerencia de la Corte Suprema en el nombramiento del Fiscal General.
Sin alarmismos ni sectarismos, la verdad es que si el Presidente cede ante la impostura de la Corte, el país entra en estado de gravedad, y nubes negras se pueden estar cerniendo sobre Colombia. ¡Dios nos ampare y nos favorezca!, como decían las tatarabuelas.

orlandoclavijotorrado.blogspot.com


Cúcuta, 3 de noviembre de 2009.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado