jueves, 31 de marzo de 2011

CRONIQUILLA
HIPOCORISTICOS
Orlando Clavijo Torrado
Don Gustavo A., hombre sencillo, oriundo de Mutiscua, vecino de mi padre en el barrio La Merced, nos reprochaba amablemente porque le decimos Yiya a mi hermana Edilia. “Si ella tiene ese nombre tan bonito, ¿por qué le ponen apodos?” Por mucho que le expliqué que no se trataba de un apodo sino una forma cariñosa de llamarla, y que es costumbre y esencia de la provincia de Ocaña, don Gustavo nunca lo aceptó ni lo entendió. Igual le sucedió al profesor Hipólito Latorre Gamboa, también de Mutiscua, quien estuvo diez años en Convención y escribió un librito publicado en 1964, “Perfil de un pueblo- Apuntes sobre Convención, N.de S.” (Se me antoja que a las gentes de las provincias de Cúcuta, Pamplona y Chinácota, se les hace difícil entender este rasgo de los ocañeros). En efecto, Latorre le dedicó un capítulo a los “Nombres propios de personas y su correspondiente alias”, y da un listado. Qué pena, profe, pero allá no usamos alias, usamos hipocorísticos; un momentico, y ya le explico, con todo respeto.
Antes de entrar en materia, hagamos algunas precisiones: güicho, según los de afuera, es todo nativo de la provincia de Ocaña. Dicha noción está muy extendida, pero no la sabía un ingenuo campesino de Hacarí a quien le preguntó un cucuteño tan pronto lo oyó hablar: ¿usted es güicho?, a lo cual respondió rápido el labriego: no, yo soy Moncho.
Para mejor ilustrar qué tan arraigado es este uso fíjense con qué dirección se puede marcar el sobre de una carta en los pueblos de la provincia: Señora/ Aracely Salazar/ Convención/ frente a la tienda de Beto”. La única tienda de Beto en Convención es justamente la de Beto Santiago. No pregunten por Alberto Santiago: nadie lo conoce.
Se trata de un habla convencional – no porque sea de Convención –, que todo el mundo entiende en la provincia, con el que no hay pierde: “Andá - le ordena la madre al hijo - y me comprás unas cocotas donde Mene, la que vive al lado de Ico, pero que sean de las que trae Mundo de la finca”. “¿Cuál Ico?”, pregunta el pelado. “So bobo, el hijo de tu padrino Cheche Espinel?” (Para los profanos: Güicho es Luis, Moncho es Ramón, Mene es Marlene, Ico es Federico, Mundo es Edmundo y Cheche es Eliécer). En Ábrego no es raro ver afiches en campaña electoral así: “Vote por Chengo”. Incluso en Bucarasica, en un reinado de belleza a una candidata la distinguían como “Chucha la de Chana” (traducción: Jesusa la hija de Sebastiana). Para el extraño a la provincia o que no se ha metido de lleno en su idiosincrasia, ese lenguaje resulta esotérico.
Con todo, si bien este uso en nuestro departamento es más acentuado en la provincia de Ocaña y se aplica a un gran porcentaje de nombres, es común en la costa y se oye en todo el país, pero limitado a pocos nombres – en Cúcuta, por ejemplo, tenemos de candidato a la alcaldía a Goyo Angarita, que no es ocañero sino cucuteño -. Y si indagamos más encontramos que se trata de una práctica en todos los idiomas.
Hablamos del hipocorístico, cuya raíz griega significa “acariciador”, pues entraña cariño, intimidad, dulzura y hasta voz infantil. De hecho, muchos hipocorísticos nacen de los vocablos balbucientes de los niños, como Lele por decir Isabel, Yeyé por decir Daniel. La Nueva Enciclopedia Espasa brinda la más completa definición al respecto: “Hipocorístico, ca. adj. Gram. Se dice de los nombres que en forma diminutiva, abreviada o infantil se usan como designaciones cariñosas, familiares o eufemísticas, como Lola por Dolores”. El diccionario de la RAE enseña que se usa también como sustantivo.
Decía arriba que los hipocorísticos se emplean en el mundo entero. He aquí algunos de personajes influyentes: Bill Clinton: nombre original William Jefferson; Ted Kennedy: nombre puesto en la pila bautismal, Edward Moore; Liz Taylor o la recientemente fallecida actriz Elizabeth Rosemond Taylor; 'Lolek' no era otro en el trato familiar que Karol Józef Wojtyła, el papa Juan Pablo II.
Es que ni el mismo Jesucristo se libra del hipocorístico: hay confianzudos que lo llaman Chucho y, más aún, con diminutivo: ¡Ayúdame, Chuchito!; ¡lo juro por Chuchito lindo! ¿Y acaso saben ustedes de dónde viene Pepe? Pues del mismo San José, o Padre Putativo, que se abrevió en P.P.
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Cúcuta, 30 de marzo de 2011.

miércoles, 16 de marzo de 2011

CRONIQUILLA
UN CABALLERO DE LA EDUCACIÓN
Orlando Clavijo Torrado

Cuando llegó al consultorio médico este ex profesor del Inem- del que es cofundador - , así como de las universidades Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar y del Instituto Nacional de Comercio, reconoció inmediatamente a su antiguo discípulo. “¿Qué se le ofrece?”, le dijo el galeno sin mirarlo.
Nuestro héroe correspondía a aquella casta de docentes que no aspiraba a ganarse solamente el sueldo y que tomando a pecho su responsabilidad de formar, les exigía alto rendimiento a sus alumnos. Su palabra preferida, dicha en tono jocoso y paternal era “bellacos”. “Bellacos, investiguen, bellacos, profundicen, la vida no es fácil si no estudian, bellacos”. De su natal Condoto, en el Chocó, viajó a Bogotá a estudiar Ciencias Sociales y Filosofía en la Universidad Nacional; de la capital marchó recién graduado a Neiva, de ésta al Líbano, Tolima, y de allí, hace 41 años, a Cúcuta. Aquí estudió Derecho en la universidad Libre, se especializó en Derecho Laboral y Comercial y adelantó una maestría en la universidad Santo Tomás. Es un nortesantandereano de fibra, aunque mantiene los vínculos con sus ancestros a través de la Asociación de Negritudes, de la cual es su tesorero. Su amor por la enseñanza no se extingue. Incluso hoy, ya pensionado, tiene un alumno de 85 años, su suegro, al que le explaya los temas que le apasionan a éste, historia y geografía.
“Vengo a control general”, respondió el paciente. “Desvístase, quédese en calzoncillos y acuéstese en la camilla”, le ordenó el facultativo. El veterano maestro no salía del asombro por el trato tan displicente de su recordado discípulo, pero le obedeció sumisamente. Estando allí extendido, como un Cristo, el médico se le acercó y con toda la saña y una carcajada sonora le fue soltando: “Así era que te quería ver, bellaco; tú me jodiste mucho en el colegio, y ahora me llegó el turno de vengarme”. Al momento Ulises Díaz se dio cuenta de la broma que le estaba jugando su alumno otrora y comprendió la supuesta indiferencia.
En sus tiempos de izquierdoso y luego fogoso liberal, era descreído, pero ya, para contento de la familia, Ulises es católico, reza el rosario que le enseñó Marina, y de mis anécdotas lo hace totear de la risa aquella relacionada con mi forma de orar, porque una vez que fui a contemplar el pesebre de la iglesia de San Antonio, de casualidad cargaba una navaja automática y al ver a unos individuos de mala ralea, mi oración se mezclaba con las malas intenciones: Padre nuestro … ¡ojo, peligro! …. que estás en los cielos ….. si se me acercan yo les chuzo las tripas a estos hijos de …. santificado sea tu nombre….
Por supuesto que estas anécdotas, amables lectores, se ajustan a su carácter, propicio tanto a tratar temas de gran alcance como a permitirse gracejos, los suyos y los que le atribuye a otros, que celebra a carcajada batiente, como signos de un alma noble y una brillante inteligencia – se ha dicho que por lo general el sentido del humor está en sentido proporcional a la inteligencia – .
Hoy este filósofo, abogado, escritor e historiador - títulos que no lo envanecen -, de elevada estatura y elegante porte, de voz potente y conceptos bien concebidos y sustentados, gracias a Dios goza de magnífica salud, luego de superar un terrible momento.
La ciudad y el departamento le deben inmensa gratitud pues son miles los muchachos a los que infundió valores fundamentales y comunicó conocimientos. Quiso moldear ciudadanos de bien y cultos y a fe que lo logró, como se demuestra con tantos ex alumnos que lo saludan con aprecio y reconocimiento por dondequiera que va.
Quede esta deshilvanada semblanza de Ulises Diaz Moreno, pletórica de sinceridad y cordialidad, como un mínimo tributo de los muchos y grandes que se merece.
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Cúcuta, 16 de marzo de 2011.

viernes, 11 de marzo de 2011

CRONIQUILLA
PUNTO ALTO
Orlando Clavijo Torrado
Una de las cualidades que se exige de los candidatos es la honradez. Pero ésta no se refiere solamente al asunto monetario – el lado débil de la mayoría de los que llegan a regentar la provocativa torta presupuestal - sino a otra condición aún más profunda: el autoexamen de las capacidades y la preparación para los cargos. A eso se le llama ser honrado, consigo mismo y con el electorado. Porque si alguien tiene aspiración de desempeñarse en un destino de elección popular y es un reconocido burro en mediana cultura y, peor aún, en estudios y experiencias administrativas, que no se engañe ni engañe a sus conciudadanos. Ahora, si se reconoce honestamente que reúne las calidades que la dignidad entraña, no lo dude, láncese a la lucha. Con seguridad su saber, su carisma, su liderazgo y su compromiso con la comunidad lo llevarán a la cima, al respeto y gratitud generales.
Esta recomendación es oportuna por esta época en que se perfilan los candidatos a gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles o miembros de las Juntas Administradoras Locales. El resto, la elección, corre por cuenta de los votantes en octubre. Ellos examinarán la hoja de vida de cada uno y sus programas y los premiarán o los vetarán.
En cuanto a Cúcuta y la gobernación del departamento Norte de Santander se percibe que la brújula señala este año hacia el centro-oriente y el sur de la ciudad. Al parecer, ya le pasó su cuarto de hora a los barrios periféricos y particularmente a la ciudadela Juan Atalaya, así como a los representantes de la clase humilde. Luego de tres períodos en la alcaldía y uno en la gobernación, con resultados discutibles, ante todo en la primera, los vientos electorales soplan por los lados de las clases alta y media.
Pero aquí no se trata de seguir la mordaz opinión del General Santander en cuanto a que quienes deben gobernar son los aristócratas por dos razones: primera, porque están acostumbrados al mando y por eso dominan el arte, y segunda, porque teniendo buena fortuna no los tienta el deseo de robar. Lo primordial no es el estrato de procedencia sino que el ciudadano disponga para su escogencia de una gama de personas libres de todo entredicho.
Cúcuta no puede seguir de malas, tan de malas como el hombre al que se le murió primero la moza que la mujer. Los cucuteños raizales y los adoptados no nos podemos volver a equivocar en esta ocasión. Además, es hora de rectificar y no elegir a individuos que no sean de nuestro terruño, sino a auténticos nortesantandereanos, gentes que tengan sentido de pertenencia, pero no con la plata ni con la fama u otro malsano concepto.
Por fortuna, se vienen asomando magníficos candidatos para la alcaldía como Andrés Cristo Bustos, Hugo Márquez Peñaranda y Gregorio Angarita Lamk, y Juan Alcides Santaella, Carlos Amarildo García y Álvaro Vergel Prada, para la gobernación, además de Edgar Díaz Contreras y Martín Martínez, ambos ex secretarios del actual gobernador. Y la lista crece. Ciertamente, el punto está bien alto por la talla de los más sonados y con mayores probabilidades. ¡Bien por la ciudad y por el departamento!

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Cúcuta, 10 de marzo de 2011.

viernes, 4 de marzo de 2011

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”


TRICENTENARIO DE LA VIRGEN DE TORCOROMA

Por Orlando Clavijo Torrado

A 9 kilómetros de Ocaña se encuentra la montaña conocida hoy como El Agua de la Virgen, pulmón vegetal de un frescor sin igual.
Una carretera aceptable conduce hasta el inicio del graderío que termina en la capilla construida en 1882. Pero del mismo Ocaña, tomando de la esquina conocida como la Luz Polar, se puede ir a pie encontrando al poco de salir de la ciudad el viejo camino, empinado y sinuoso, utilizado o bien para ejercitarse físicamente o bien para ofrecer la fatiga de su recorrido tras un milagro de la Virgen.
Todo comenzó en una madrugada. El mes y el día son imprecisos. El año sí se estableció: 1709. El cerro Torcoroma coronaba la parcela del mestizo Cristóbal Melo, casado con Pascuala Rodríguez. El relato revela que tenían dos hijos, José y Felipe. Entre el ajuar contaba la familia con un trapiche; la molienda daría el suficiente guarapo para beber y para convertirlo en panela. Siendo la época de cortar la caña, no había en dónde verter el zumo; se requería un dornajo o canoa al efecto. Cristóbal se dirigió al cerro con sus hijos, y en el sitio observó, palpó y calculó en el boscaje los inmensos árboles, y finalmente se decidió por uno al que con su hijo mayor acometieron con sus hachas. Pero el árbol no dio la medida deseada, por lo que fue desechado. El más antiguo documento sobre el episodio, escrito por José Nicolás de la Rosa, “Floresta de la Iglesia”, dice que “prosiguió Melo buscando otro por aquellos montes”. Ninguno le satisfizo. Aquel árbol quedó allí abandonado, pendiente sobre un barranco, y sólo luego de un año, en que “apretando la necesidad del dornajo por llegar ya el tiempo de labrar su miel”, volvió a ser objeto de su atención. Era el único que definitivamente le agradaba al bueno de Cristóbal Melo. Llevó a José para que “le ayudase a labrarlo. Trózalo a la distancia que pudo dar el palo de longitud, y luego mandó a su hijo que le fuese descortezando por el lado superior. Hízolo así, y habiendo levantado aquella rústica corteza, vio Cristóbal formada de medio relieve en el corazón del madero, una imagen de Nuestra Señora, con la forma y ropaje de Concepción.” Un delicioso aroma desconocido se esparció por el monte. En la corteza arrancada “estaba la misma efigie figurada en hondo”. Con suma reverencia llevaron los trozos a su casa. La fama de los milagros de la Virgen de Melo se extendió pronto. El cura párroco de Santa Ana, don Diego Jácome Morinelli, acudió a la finca a examinar los rumores, y cerciorado de que se trataba de la aparición de la Virgen María determinó que debía rendírsele culto en la propia iglesia matriz, y así organizó una solemne procesión con todos los eclesiásticos y una inmensa concurrencia de fieles desde la montaña hasta el centro de la ciudad. Ello ocurrió el 16 de agosto de 1711. Desde entonces se ha tenido como fecha de celebración de la aparición este día aunque no corresponda a la verdad histórica. Misteriosamente, en el lugar en donde estaba plantado el árbol brotó una fuente que, pese al paso del tiempo y a las sequías, nunca se ha extinguido. Muchos atestiguan los beneficios de esta agua pura y cristalina.
En 1774 se levantó un expediente con declaraciones de don Miguel Antonio Copete, padre sacristán mayor, don Juan Antonio Lamberto y Torrado, cura doctrinero, don Juan del Rincón, de 84 años de edad, don Tiburcio Cañizares, de 75 años, don Miguel Antonio de Aro, comisario de la Santa Cruzada, del presbítero don Pedro José Maldonado, y de don Simón Tadeo Pacheco, cura doctrinero de San Juan Crisóstomo de La Loma y pueblos cercanos. Las atestaciones fueron rendidas ante el notario Joaquín Quintero y giraban todas en torno a que la imagen se apareció en la astilla de un árbol cortado para hacer un dornajo, a Cristóbal Melo y sus hijos José y Felipe, en el monte llamado Torcoroma.
Los milagros empiezan a inscribirse a partir del opúsculo “Reseña histórica de la aparición de Nuestra Señora de la Concepción en el Monte de Torcoroma de Ocaña”, de 1801.
Don Bruno Durán, fino ebanista, padre del ilustre ocañero y ex ministro Argelino Durán Quintero, fabricó una réplica del árbol para ubicarlo en la capilla en honor a la Torcoroma en el centro de la ciudad. La novena fue compuesta por los padres jesuitas; la autoría de los gozos es del padre Rafael Celedón en su tránsito como párroco de la catedral de Santa Ana, antes de ser nombrado obispo de Santa Marta.
En consecuencia, este año, tanto la diócesis de Ocaña, confiada a la protección de la “Virgen vegetal/ más dulce que estrella/ que esclarece suave/ las más negras penas”, cual cantó el poeta, como toda la provincia y los devotos regados por el mundo entero, estamos de fiesta por el tricentenario de su aparición. Este 16 de agosto Ocaña se prepara para la apoteosis del acontecimiento por parte de sus hijos, los peregrinos, los visitantes y todo aquel que quiera gozar de la placidez de la montaña milagrosa y conocer la reliquia de la ermita, amén de la alegría y la cordialidad de un pueblo.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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Cúcuta, 4 de marzo de 2011.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado