jueves, 23 de febrero de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

OTRO MILAGRO
Orlando Clavijo Torrado

El héroe de esta historia verídica estaba preparado en el quirófano para la operación del corazón. Había tenido que esperar varias semanas hasta que apareciera el especialista; siempre ocurría algún contratiempo que estropeaba los planes. Pero ese día se daba todo de modo que no faltaba sino que, como afirma él mismo, el médico le echara cuchillo.
Nuestro hombre vio entrar al galeno y pensó para sus adentros: éste es el que me va a operar. Llevaba una carpeta y revisaba atentamente placas de rayos X y exámenes de laboratorio. De pronto se detuvo frente al paciente y le preguntó por el nombre; el aludido respondió:
- Eduardo Elí Peñaranda Torrado. El facultativo se mostró extrañado, volvió a mirar el abultado protocolo, y le dijo:
- No, a usted no es al que voy a operar, es a otro señor.
Eduardo Elí le replicó:
- Sí, doctor, soy yo, y mi operación estaba programada para hoy.
El cardiólogo seguía indagando en las historias clínicas, fruncía el ceño, reparaba al enfermo y por fin manifestó sin titubear:
- Le repito que busco es a otro señor; tengo sus estudios en mis manos pero aquí no aparece usted elegido para ninguna intervención quirúrgica; todo está normal, salvo algunos cuidados y recomendaciones. Y añadió:
- Por sus apellidos veo que usted es como de la región de Ocaña, ¿es así?
- Sí, doctor, soy de Ábrego, de la provincia de Ocaña.
Entonces el médico exclamó:
-¡Otro milagro de la Virgen de Torcoroma que presencio!

Eduardo Elí vive en Cúcuta hace largo tiempo. Ronda los setenta años o no sé si algo más; es un secreto. Esta es la segunda vez que la Virgen de Torcoroma lo salva; anteriormente le fue diagnosticado un cáncer y para todos sus amigos y parientes su recuperación en verdad milagrosa nos dejó asombrados y, por supuesto, para los devotos de la Torcoroma, constituyó una reafirmación de que esta madre bondadosa acompaña con especial amor a sus hijos en todos los momentos de la vida y los protege en casos de aflicción y calamidad.

Cuando Eduardo Elí me confió los pormenores de su dolencia, desde que sufrió el primer infarto en la calle hasta el episodio en la sala de cirugía, le pedí su venia para referirlos en este espacio periodístico pues de sobra valía divulgar el portento, y él accedió, levantando sus espesas cejas – características de algunos Torrado - que le dan apariencia de bravo:
- Claro, contá todo, para gloria de Dios y de la Virgen.
Y así lo estoy cumpliendo con suma satisfacción.

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orlandoclavijot@hotmail.com

23 de febrero de 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

PROHIBIDO HABLAR MAL
Orlando Clavijo Torrado

El tema de hoy se relaciona un poco con lo tratado en una columna anterior que rotulé Lenguaje campesino, pero en esta oportunidad las palabras mal usadas se le perdonan al analfabeta pero no al ilustrado, como adelante lo veremos.
Avísenme, amables lectores, si no se mueren de la risa.
Antes debo informar a los lectores jóvenes que en otros tiempos los alcaldes y jueces daban a conocer sus decretos y resoluciones por medio de bandos. Consistían en la lectura que un empleado a propósito hacía del edicto a voz en cuello, en la calle, para el público, precedido el pregón de un redoble de tambor a fin de que los transeúntes se detuvieran y oyeran atentamente; se terminaba con otro redoble. Sin embargo, el tambor no era el mismo empleado sino otro sujeto al que le pagaban por tal oficio. Hoy apenas se recuerda la costumbre por el bando con que se abren los Carnavales de Barranquilla, en que el alcalde o la reina decretan gozar la rumba hasta que el cuerpo aguante. En tiempos en que el suscrito era juez promiscuo del circuito de Ocaña aún se utilizaba el bando para anunciar los remates de bienes. Era un requisito contemplado en el Código de Procedimiento Civil.
Bien: el cuento viene a que encontré una joya literaria que un gracioso sacó en Caracas en 1854 y que tituló “Bando jocoso o arancel para los que usen términos rústicos en su profesión”.
Únicamente transcribiré unos versos.
Como siempre es tan loable / En cualquiera sociedad / El hablar con propiedad, / Toda falta es reparable; / Así cuando alguien hable, / El que diga Pitrimeta / y profiera sin recato / Naidie, Estógamo y Treato / ha de dar una peseta; / Toda persona discreta / Debe pagar doble tela / Si dice Cuidiáo, Prazuela, / Predicaór, Cumpuniendo, / Trempano, Nenguno, Uliendo, / Pretocolo y Venenzuela. / Y el que dijere Junción, / Ispitor y Gomitar, / Sin réplica ha de pagar / Incontinenti cien reales / Que así se enseña a estos tales / Y van aprendiendo a hablar. / Estos acontecimientos /
Han llegado a tanto apuro / Que se le multa en un duro / Al que diga Decumentos, / Y el que diga Sacreficio / Ibanos, Truje y Hespicio / Pague al momento un doblón;/ Mas si dice Fletación / Pague dos por el servicio / Menistro, Almenistraor, / Próbe, Párraco y Tiniente / El que lo diga, presente / Dos pesos al cobrador; / Y el que diga Relator / De la Gaceta o del Diario, / De leer el diccionario / La pena debe sufrir / Y después contribuir/ Con cien reales al Erario. / El que diga Meliciano, / Flaire, Endivido, Vistuario, / Alifonso, Pulinario, / Mesmo, Vide y Suidadano, / Meta al bolsillo la mano / Y entregue media onza de oro, / Pues es punible desdoro / Hablar con tanto descaro / Y hacer que el hombre sea güaro / Cuando Dios no lo hizo loro. / Item más: últimamente / Previene nuestro arancel / Que los que digan Grabiel / También paguen su patente, / Dos reales para aguardiente / Y cuatro meses de escuela, / Y a los que digan Virgüela/ Después de abonar seis duros / Se les destierre a extramuros / Por dos años en la Vela. / Deben quedar excluidos/ De esta pena los pastores, / Capataces, labradores / Y otros hombres no instruidos / Perdonando estos descuidos, / A los que del campo vienen; / Pero a gentes que se tienen / Por ilustradas y cultas…/ Pagar deben estas multas / Que en mi bando se contienen.
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15 de febrero de 2012

lunes, 13 de febrero de 2012

PARA LA REVISTA “ V & C – VALOR Y COMPROMISO” DE LA COMPAÑÍA ”VERGEL Y CASTELLANOS”-

BALTASAR GARZÓN O LA JUSTICIA POLITIZADA
Orlando Clavijo Torrado

La prensa trajo en estos días una noticia sensacional: la sentencia emanada del Tribunal Supremo de España por la cual impuso al señor Baltasar Garzón una inhabilitación para ejercer como juez por once años. Como todos sabemos, Garzón llegó a ser conocido como el superjuez e implacable defensor de los derechos humanos. En ese contexto, abrió fuego principalmente contra los presidentes argentinos desde 1976 a 1983 y los chilenos de 1973 a 1990, siendo su mayor trofeo el encarcelamiento en Londres del general Augusto Pinochet. Se ufanaba de perseguir dictadores, pero dividiendo éstos entre buenos y malos, buenos los de la izquierda política afines a su ideario socialista como Fidel y Raúl Castro de Cuba, el temido presidente de Corea hace poco fallecido Kim Jong II, Daniel Ortega de Nicaragua, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa del Ecuador, Cristina Fernández de Argentina, y a los presidentes de China desde Mao Tsé Tung hasta Hu Jintao, el actual, y Mahmoud Ahmadinejad de Irán, de quienes jamás hizo la más leve mención como implacables represores, y malos, los presidentes de facto de la derecha como Pinochet. Era tan marcado su acento partidista que los movimientos de izquierda de España y las Ongs de esa tendencia mundial protestaron por la sentencia.
En su afán pesquisitorio y en el pináculo de la fama y la admiración general se creyó que podía sobrepasar todos los límites y así no tuvo empacho en ordenar la interceptación de las llamadas telefónicas de abogados defensores con sus clientes. ¡Ahí fue Troya! ¡El cazador cazado! como lo tituló un diario. Ello no está permitido por las leyes españolas en ningún caso. Triste fin de un juez.
Sin embargo, ese es el fin que les espera a los que tiñen de pasión política sus fallos o manejan la justicia para que esta cumpla sus designios y satisfaga sus intereses, como en el caso de Hugo Chávez en Venezuela y los de su estilo de gobierno.
Otros han tenido peor desenlace: Saddam Hussein en Irak, quien luego de ser apresado como un delincuente murió ahorcado por determinación de un tribunal ya libre de su influencia, y Muamar Gadafi en Libia, que tiranizó a su pueblo durante más de 30 años y éste mismo lo derribó del poder, lo acorraló hasta encontrarlo en una alcantarilla y lo asesinó despiadadamente. Y no olvidemos a Hosni Mubarak, el moderno faraón o la “vaca que ríe” según lo llaman sus desafectos por la sonrisa permanente ante la prensa, el que después de 30 años de absolutismo ahora comparece en una camilla a las audiencias judiciales, con la perspectiva de que sea condenado a muerte.
Colombia no es ajena a la justicia politizada. Se necesita ser muy despistado, o muy indiferente o muy parcializado para no sentir la inclinación hacia cierta tendencia ideológica de la mayoría de decisiones de las altas cortes y algunos tribunales y la Fiscalía General de la Nación de unos años acá.
Esa parcialización no deja nada bueno y nunca termina bien. Estamos advertidos.

orlandoclavijotorrado.blogspot.com
Cúcuta, 13 de febrero de 2012.
PARA EL SUPLEMENTO DOMINICAL “IMÁGENES” DE LA OPINIÒN.
Cuento
LA INDAGATORIA
Orlando Clavijo Torrado

En el año 1987 la alcaldía de Pamplona convocó un concurso de cuento con motivo de un nuevo aniversario de la declaración de Independencia. El cuento que envió el suscrito, “La indagatoria”, obtuvo el segundo lugar. Este es el texto original, transcrito sin cambiar una coma.

Mi nombre es Ramón Monsalve si sé leer estudié con el ábaco en la Citolegia y en el Cristus a mí no me agradaba el nombre pero mi madre dijo que así quedaba bien yo le respondí que era como ponerlo a uno Matías Díaz soy nacido aquí en el año 1883 o creo que fue en el 53 he vivido aquí siempre estudié hasta tercer grado de primaria he leído el diccionario desde chiquito he trabajado porque mi papá me dijo vaya a ganarse la vida que yo no mantengo sinvergüenzas y de una vez entré a trabajar donde don Anastasio Bustos el de la lechería yo era el que les llevaba la leche a los clientes ¿cuánto vale? usted sabe cuánto es ¿para qué pregunta? ¿o fue que contrató conmigo? en todo caso allá está anotado en el libro que llevan darme la plata es lo que debe hacer si son dos litros pues saque la cuenta a once pesos son veintidós pesos y si no tiene con qué pagar ¿para qué se compromete? recogía toda la plata se la llevaba y al fin del mes me pagaba tenga ahí quinientos pesos ¿no será muy poquito don Anastasio? cómo que muy poquito no ve que usted no es más que un chino y no puede ganar más pero fírmeme aquí ¡ah! no tráigame a su papá para que después no me enreden en demandas ante el Inspector de Trabajo más tarde me echó porque me puse a jugar así como veía en el batallón que las cántaras eran soldados que se agachaban y el último brincaba por encima del siguiente y del otro y del otro y nunca se terminaba la fila de los hombres agachados por estar en esas tropecé con una cántara y la tumbé estaba mal tapada y se derramó toda la leche chino pendejo me dijo don Anastasio yo no le pago para que me derrame el producto vaya que le den trabajo en otro lado me dio menoscuenta y le conté a mi mamá que me habían echado y me dijo que la religión de ella enseñaba que todo venía por la voluntad de Dios que si me habían despedido era porque Dios así lo había querido y el vecino dijo no meta a Dios en este paseo no fue porque El quiso sino porque este muchacho es un sinvergüenza lo que merece es una paliza al igual que usted vieja alcahueta por ponerse en esas vainas en lugar de corregirlo después me dieron empleo en un hotel para arrastrar clientes yo esperaba que los carros llegaran a la Terminal y les cogía las maletas a los pasajeros vamos para el hotel “Cana al aire” que tiene calefacción y es muy bueno y por cada cliente que llevaba me daban un peso a veces ganaba hasta cien pesos diarios pero el dueño empezó a maulearme la paga ahí a pesar de eso duré como un año y la pasaba bien porque los venezolanos daban buenas propinas de a bolívar o más entonces la mujer del dueño me propuso ¿por qué no se va a cuidarme los apartamentos de la calle de las Hermanas Piadosas? yo le contesté bueno ¿qué hay que hacer? pues estarse ahí en la puerta esperando las parejas no diga nada de lo que vea así llegue el señor obispo con una vieja usted no abre la boca y después les muestra la pieza que les toca y por la mañana ayuda a barrer y a arreglar las camas limpiar todo que no les falte el papel higiénico ¡ah! bueno yo lo hago en ese trabajo duré harto tiempo y ahí fui donde vi mujeres piernitendidas también me mandaban a traer el pan y al mercado y era como el hombre de confianza que ya es mucho decir porque apenas tenía doce años me daba cuenta de lo sucia que es la sociedad de quien menos sospecha uno ésa le falta al marido las viejas llegaban con paquetes para simular que andaban solamente haciendo compras y el compañero llegaba después haciéndose el pingo mirando para todos los lados se metían y se demoraban como media hora la vieja salía primero con los paquetes el tipo se tardaba un poco más dando lugar a que la amante se alejara como para que nadie dijera que estaban juntos pero yo de eso a nadie le dije nada ni le diré nunca aunque me tomen mil juramentos después me dijo doña Herminia yo le doy trabajo y le enseño el oficio de hacer pan yo he visto que es un muchacho bien formado y como ya tenía los quince años me hizo el contrato de trabajo con permiso de mi mamá y el Inspector intervino y empiezo a madrugar pero la doña madrugaba más por eso es que tiene dinero la gente decía que se había encontrado una múcura un Viernes Santo a las doce de la noche que le había tocado que comerse seis libras de tocino crudo y media arroba de maíz pelao porque si no no servía el pacto con el diablo pero yo me di cuenta que ella hacía la plata era trabajando lo mismo dicen de don Lucho Garnica que se sacó un entierro y de todo el que tiene plata pero la gente lo dice porque le tiene miedo al trabajo a salirle al sol a lo que sea..
El instructor interrumpe al sindicado para pedirle que se concrete a los hechos que se averiguan.
¡Bueno! eso si fue ahora último cuando trabajaba en el matadero como desollador y ayudante de don Polo el que mata cerdos y cabros y reses de toda clase me pagaba mil pesos sagradamente los sábados aquí está su cheque fírmelo al respaldo ponga su cédula no sé escribir leer sí pues busque quien firme por usted ¿Tino el recogedor de pasajeros me puede servir? pues si sabe firmar sí venga hágame el favor de firmar que así firmado me lo cambia Luis Chiras él primero se asegura que ese sea el nombre mío pues dice que uno no sabe las vueltas que da la vida y la vida nadie la tiene comprada no se sabe si usted se muere mañana y en el banco me preguntan ¿a qué horas se ganó ese tipo esa plata? ¿no está muerto? uno tiene que asegurarse por lo mismo no me gusta cambiar ni que me hagan cheques posdatados sino que me giren el día para que tampoco digan ¿el muerto a qué horas hizo ese cheque? y el viejo después de tamaña retahíla me cambió el cheque ..
El magistrado requiere al procesado para que se concrete a relatar su participación en el crimen sin más dilaciones. Este prosigue:
El pretexto se le brindaba a pedir de boca para luego decir lo mataron por robarlo y así hubiera aparecido en los periódicos el tipo vio que yo tenía buena plata porque don Polo me había pagado y de seguro pensó este debe ser el que me pintaron y me fue siguiendo hasta el barrio de las lumias pero yo lo venía chequeando sin que él se percatara cuando yo me paraba él se detenía me le escondía y el tipo no me dejaba le salía por otro recoveco y él detrás porque ya tenía la intención de hacerme la maldad yo lo conocía que era una rata y tenía mis pistas sobre sus intenciones lo había visto parado en las esquinas sin hacer nada como el gordo secretario del Banco Hipotecario y el chiverudo de la Administración de Impuestos que dizque son empleados pero uno ve que no hacen nada yo pregunté el porqué de esas cosas así y me respondieron que ellos son administrativos no pueden hacer huelga pero son corbatas que tiene el gobierno no me explico cómo vive un individuo de esos espiando y calculando a quién le cae a quién atraca pero yo me dije a mí no me jode y el jodido va a ser él y cuando iba cerca de la casa de la que llaman “La Maravilla” yo me prendí de las rejas de la ventana a mirar la calle arriba entonces se aproximó el personaje yo me hice el distraído y sentí que me estaba esculcando al instante volteé rápidamente saqué la cuchilla de desollar el tipo se asustó pretendió huir pero lo alcancé lo cogí de la nuca y le di cinco puntadas para que aprendiera quedó allá tirado se le salió la cuchilla que guardaba en la pretina fui y le dije a la Policía allá arriba en el barrio de las pelanduscas dejé una rata vayan y la recogen ¿usted lo mató? sí yo lo maté ¿por qué? porque Pampilonia está llena de ratas y es preciso hacer aseo y yo hice aseo desraticé la ciudad deben darme las gracias y si la rata se vuelve a parar le meto otras puñaladas...
Pregunta el juez:
- ¿En qué parte de la humanidad le propinó usted las heridas a la víctima?
- Sí era un animal una rata y le pegué de frente como lo hacen los soldados de Colombia de la patria..
- ¿Confiesa que fue el autor del homicidio en Téocrito Rodríguez?
- Basta con su canticio ¿ya no le dije que yo fui el que lo mató? no me joda más.
La diligencia se corta porque el enjuiciado ha saltado de su silla, ofende al juez, toma una máquina de escribir e intenta descargársela, lo persigue por el recinto y el funcionario le hace gambetas, los carceleros no bastan para contenerlo y deben llamar la gendarmería que acude de inmediato. Entre ocho hombres logran dominarlo y lo obligan a sentarse.
El juez continúa:
- ¿Ha estado usted recluido en un sanatorio mental?
- ¡No! –responde el indagado.
- ¿Sabe quién soy?
El aludido hace un mohín y calla.
- Por lo anterior se infiere que usted se está fingiendo loco para ocultar su responsabilidad – le endilga duramente el juez. El acusado se levanta y le replica a voz en cuello:
- El que se hace el loco es usted y bien sabe por qué yo sí lo conozco pago hasta mil años si me condena o veinte o cien y no digo más porque esta es como mi declaración de renta y patrimonio que debe hacer todo ciudadano al comienzo del año para que haya presupuesto y arreglen las calles que están destrozadas y paguen los maestros antes de que se mueran de hambre y no es más porque yo juré no decir más pero yo sí lo conozco a usted y usted sabe dónde lo vi pero no se preocupe que al que contrató para que me matara yo lo maté primero y punto.

miércoles, 8 de febrero de 2012

PARA EL SUPLEMENTO DOMINICAL “IMÁGENES” DE LA OPINIÒN.
Cuento
LA INDAGATORIA
Orlando Clavijo Torrado

En el año 1987 la alcaldía de Pamplona convocó un concurso de cuento con motivo de un nuevo aniversario de la declaración de Independencia. El cuento que envió el suscrito, “La indagatoria”, obtuvo el segundo lugar. Este es el texto original, transcrito sin cambiar una coma.

Mi nombre es Ramón Monsalve si sé leer estudié con el ábaco en la Citolegia y en el Cristus a mí no me agradaba el nombre pero mi madre dijo que así quedaba bien yo le respondí que era como ponerlo a uno Matías Díaz soy nacido aquí en el año 1883 o creo que fue en el 53 he vivido aquí siempre estudié hasta tercer grado de primaria he leído el diccionario desde chiquito he trabajado porque mi papá me dijo vaya a ganarse la vida que yo no mantengo sinvergüenzas y de una vez entré a trabajar donde don Anastasio Bustos el de la lechería yo era el que les llevaba la leche a los clientes ¿cuánto vale? usted sabe cuánto es ¿para qué pregunta? ¿o fue que contrató conmigo? en todo caso allá está anotado en el libro que llevan darme la plata es lo que debe hacer si son dos litros pues saque la cuenta a once pesos son veintidós pesos y si no tiene con qué pagar ¿para qué se compromete? recogía toda la plata se la llevaba y al fin del mes me pagaba tenga ahí quinientos pesos ¿no será muy poquito don Anastasio? cómo que muy poquito no ve que usted no es más que un chino y no puede ganar más pero fírmeme aquí ¡ah! no tráigame a su papá para que después no me enreden en demandas ante el Inspector de Trabajo más tarde me echó porque me puse a jugar así como veía en el batallón que las cántaras eran soldados que se agachaban y el último brincaba por encima del siguiente y del otro y del otro y nunca se terminaba la fila de los hombres agachados por estar en esas tropecé con una cántara y la tumbé estaba mal tapada y se derramó toda la leche chino pendejo me dijo don Anastasio yo no le pago para que me derrame el producto vaya que le den trabajo en otro lado me dio menoscuenta y le conté a mi mamá que me habían echado y me dijo que la religión de ella enseñaba que todo venía por la voluntad de Dios que si me habían despedido era porque Dios así lo había querido y el vecino dijo no meta a Dios en este paseo no fue porque El quiso sino porque este muchacho es un sinvergüenza lo que merece es una paliza al igual que usted vieja alcahueta por ponerse en esas vainas en lugar de corregirlo después me dieron empleo en un hotel para arrastrar clientes yo esperaba que los carros llegaran a la Terminal y les cogía las maletas a los pasajeros vamos para el hotel “Cana al aire” que tiene calefacción y es muy bueno y por cada cliente que llevaba me daban un peso a veces ganaba hasta cien pesos diarios pero el dueño empezó a maulearme la paga ahí a pesar de eso duré como un año y la pasaba bien porque los venezolanos daban buenas propinas de a bolívar o más entonces la mujer del dueño me propuso ¿por qué no se va a cuidarme los apartamentos de la calle de las Hermanas Piadosas? yo le contesté bueno ¿qué hay que hacer? pues estarse ahí en la puerta esperando las parejas no diga nada de lo que vea así llegue el señor obispo con una vieja usted no abre la boca y después les muestra la pieza que les toca y por la mañana ayuda a barrer y a arreglar las camas limpiar todo que no les falte el papel higiénico ¡ah! bueno yo lo hago en ese trabajo duré harto tiempo y ahí fui donde vi mujeres piernitendidas también me mandaban a traer el pan y al mercado y era como el hombre de confianza que ya es mucho decir porque apenas tenía doce años me daba cuenta de lo sucia que es la sociedad de quien menos sospecha uno ésa le falta al marido las viejas llegaban con paquetes para simular que andaban solamente haciendo compras y el compañero llegaba después haciéndose el pingo mirando para todos los lados se metían y se demoraban como media hora la vieja salía primero con los paquetes el tipo se tardaba un poco más dando lugar a que la amante se alejara como para que nadie dijera que estaban juntos pero yo de eso a nadie le dije nada ni le diré nunca aunque me tomen mil juramentos después me dijo doña Herminia yo le doy trabajo y le enseño el oficio de hacer pan yo he visto que es un muchacho bien formado y como ya tenía los quince años me hizo el contrato de trabajo con permiso de mi mamá y el Inspector intervino y empiezo a madrugar pero la doña madrugaba más por eso es que tiene dinero la gente decía que se había encontrado una múcura un Viernes Santo a las doce de la noche que le había tocado que comerse seis libras de tocino crudo y media arroba de maíz pelao porque si no no servía el pacto con el diablo pero yo me di cuenta que ella hacía la plata era trabajando lo mismo dicen de don Lucho Garnica que se sacó un entierro y de todo el que tiene plata pero la gente lo dice porque le tiene miedo al trabajo a salirle al sol a lo que sea..
El instructor interrumpe al sindicado para pedirle que se concrete a los hechos que se averiguan.
¡Bueno! eso si fue ahora último cuando trabajaba en el matadero como desollador y ayudante de don Polo el que mata cerdos y cabros y reses de toda clase me pagaba mil pesos sagradamente los sábados aquí está su cheque fírmelo al respaldo ponga su cédula no sé escribir leer sí pues busque quien firme por usted ¿Tino el recogedor de pasajeros me puede servir? pues si sabe firmar sí venga hágame el favor de firmar que así firmado me lo cambia Luis Chiras él primero se asegura que ese sea el nombre mío pues dice que uno no sabe las vueltas que da la vida y la vida nadie la tiene comprada no se sabe si usted se muere mañana y en el banco me preguntan ¿a qué horas se ganó ese tipo esa plata? ¿no está muerto? uno tiene que asegurarse por lo mismo no me gusta cambiar ni que me hagan cheques posdatados sino que me giren el día para que tampoco digan ¿el muerto a qué horas hizo ese cheque? y el viejo después de tamaña retahíla me cambió el cheque ..
El magistrado requiere al procesado para que se concrete a relatar su participación en el crimen sin más dilaciones. Este prosigue:
El pretexto se le brindaba a pedir de boca para luego decir lo mataron por robarlo y así hubiera aparecido en los periódicos el tipo vio que yo tenía buena plata porque don Polo me había pagado y de seguro pensó este debe ser el que me pintaron y me fue siguiendo hasta el barrio de las lumias pero yo lo venía chequeando sin que él se percatara cuando yo me paraba él se detenía me le escondía y el tipo no me dejaba le salía por otro recoveco y él detrás porque ya tenía la intención de hacerme la maldad yo lo conocía que era una rata y tenía mis pistas sobre sus intenciones lo había visto parado en las esquinas sin hacer nada como el gordo secretario del Banco Hipotecario y el chiverudo de la Administración de Impuestos que dizque son empleados pero uno ve que no hacen nada yo pregunté el porqué de esas cosas así y me respondieron que ellos son administrativos no pueden hacer huelga pero son corbatas que tiene el gobierno no me explico cómo vive un individuo de esos espiando y calculando a quién le cae a quién atraca pero yo me dije a mí no me jode y el jodido va a ser él y cuando iba cerca de la casa de la que llaman “La Maravilla” yo me prendí de las rejas de la ventana a mirar la calle arriba entonces se aproximó el personaje yo me hice el distraído y sentí que me estaba esculcando al instante volteé rápidamente saqué la cuchilla de desollar el tipo se asustó pretendió huir pero lo alcancé lo cogí de la nuca y le di cinco puntadas para que aprendiera quedó allá tirado se le salió la cuchilla que guardaba en la pretina fui y le dije a la Policía allá arriba en el barrio de las pelanduscas dejé una rata vayan y la recogen ¿usted lo mató? sí yo lo maté ¿por qué? porque Pampilonia está llena de ratas y es preciso hacer aseo y yo hice aseo desraticé la ciudad deben darme las gracias y si la rata se vuelve a parar le meto otras puñaladas...
Pregunta el juez:
- ¿En qué parte de la humanidad le propinó usted las heridas a la víctima?
- Sí era un animal una rata y le pegué de frente como lo hacen los soldados de Colombia de la patria..
- ¿Confiesa que fue el autor del homicidio en Téocrito Rodríguez?
- Basta con su canticio ¿ya no le dije que yo fui el que lo mató? no me joda más.
La diligencia se corta porque el enjuiciado ha saltado de su silla, ofende al juez, toma una máquina de escribir e intenta descargársela, lo persigue por el recinto y el funcionario le hace gambetas, los carceleros no bastan para contenerlo y deben llamar la gendarmería que acude de inmediato. Entre ocho hombres logran dominarlo y lo obligan a sentarse.
El juez continúa:
- ¿Ha estado usted recluido en un sanatorio mental?
- ¡No! –responde el indagado.
- ¿Sabe quién soy?
El aludido hace un mohín y calla.
- Por lo anterior se infiere que usted se está fingiendo loco para ocultar su responsabilidad – le endilga duramente el juez. El acusado se levanta y le replica a voz en cuello:
- El que se hace el loco es usted y bien sabe por qué yo sí lo conozco pago hasta mil años si me condena o veinte o cien y no digo más porque esta es como mi declaración de renta y patrimonio que debe hacer todo ciudadano al comienzo del año para que haya presupuesto y arreglen las calles que están destrozadas y paguen los maestros antes de que se mueran de hambre y no es más porque yo juré no decir más pero yo sí lo conozco a usted y usted sabe dónde lo vi pero no se preocupe que al que contrató para que me matara yo lo maté primero y punto.

martes, 7 de febrero de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

JESÚS TILINGUIANDO
Orlando Clavijo Torrado

En un pueblo, de cuyo nombre no quiero acordarme y no debo mentar aquí pero que conozco muy bien, ocurrió este suceso con trazas de sainete. Es preciso aclarar que no quiero despertar ningún sectarismo ni azuzar revanchismos, mas la realidad es la que aquí cuento, que me contaron otros más viejos que yo. Son tristes episodios de un pasado vergonzoso de nuestra patria, con la diferencia de que en este caso alguien puso la nota humorística.
Corrían los años 30 del siglo XX. El Liberalismo había tomado el poder político de Colombia. En el pueblo aquel, de mayoría conservadora, los liberales, aunque minoritarios, se hicieron al control de la administración municipal y, algunos de ellos, bastante agresivos, con ayuda de la policía local compuesta por partidarios suyos, acorralaron a los pobres “godos” a los que obligaron a refugiarse en los campos so pena de ser asesinados. Para ser más fieles en la historia cabe nombrar entre esos caudillos desenfrenados a Elpidio Plata, Neftalí Romero y los hermanos Gaona. Tan dispuestos estaban a acabar con la derecha que no dudaron en matar al hermano del padre Prisciliano Yaruro y en sacar a correr a éste a plomo limpio.
Pues aconteció que en una de sus “batidas” apostaron centinelas en un punto conocido como Los Patios. Allí esperaban la bajada de un godito de las veredas y por supuesto ninguno se atrevía a asomarse. Tal vez el único que desconocía tamaño peligro, o no fue advertido, era un forastero venido de La Cruz, hoy Ábrego, llamado Jesús Quintiliano Arévalo. Este estaba hospedado en una casa de la vereda La Quiebra; casualmente sus anfitriones necesitaron hacer la compra de unos víveres en el caserío y pensaron que él era el indicado pues nada tenía que ver con nadie de por allí.
¡Se equivocaron los que lo mandaron! Los militantes del partido rojo no permitían que se les escapara ningún ser viviente. Tan pronto el inocente mandadero llegó al retén, lo encañonaron y le propinaron una paliza; luego lo intimaron a revelar su nombre y de dónde venía. No tenía sino que contestar: Jesús Quintiliano Arévalo, de La Cruz.
Pues no: el hombre incautamente atrapado, en ese momento con la mente obnubilada y los calzones temblándole, apenas acertó a responder: Jesús tilinguiando de La Cruz. Repita, le dijeron, y el infeliz insistió: Jesús tilinguiando de La Cruz.
Eso fue suficiente para que los hermanos “cachiporros” se enfurecieran y le aplicaran otra tunda porque, según ellos, les estaba mamando gallo.
Don Jesús Quintiliano, o Jesús tilinguiando, una vez lo soltaron, dio marcha atrás y por el mismo camino se enrumbó hacia su tierra natal jurando no regresar jamás a ese pueblo tan violento.

orlandoclavijotorrado.blogspot.com

6 de febrero de 2012

lunes, 6 de febrero de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

LENGUAJE CAMPESINO
Orlando Clavijo Torrado

Voy a contar primero el gracejo que me hizo recordar una parla muy sabrosa nacida y cultivada en los helechales, en el rastrojo, en el ambiente puro de la naturaleza.
El chiste dice que ya estaba saliendo de Ábrego con rumbo a Ocaña cierto paisano en su carro cuando se le acercó un amigo y le pidió:
- ¿Será que me podés hacer el favor de traerme un champú Head & Shoulders pa mi mujer? El otro le respondió sin vacilar:
- Pues yo con mucho gusto te haría el favor, pero lo arrecho es la dicía.

El habla pueblerina es rica y expresiva en su misma ingenua espontaneidad.
A su vez, el lenguaje campesino es colorido, rebuscado, pero con aquel rebusque ingenioso que los científicos no logran descifrar y sujetar a reglas, y, por ello mismo, creativo, a la par que rescatador de voquibles que poco se oyen.
Veamos de ejemplo estos términos utilizados por una labriega de la vereda El Hoyo, de Ábrego, para disculparse por haber llegado tarde a casa de Clara Acosta:
- No pude venir antes porque me dio una conduerma y como una pesantina con escarmonía. Para colmo, me atoché en el camino.
- ¿Y qué pasó con las mazorcas que me había prometido? – le preguntó Clara.
- Tampoco pude traérselas porque estaban juches.

Examinemos el significado de palabras tan raras: conduerma, evoca el sueño; efectivamente, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua lo trae como un venezolanismo con el sentido de sueño pesado, modorra. Pesantina suena a pesadez, y ello significa. En cuanto a atocharse ha de saberse que los campesinos lo usan por atollarse. Por juche se entiende biche, tierno, no estar el fruto maduro o también malogrado. Pero nos quedamos lelos con escarmonía. Suponemos que se trata de una enfermedad pues a la mujer le dio pesantina con escarmonía y de pronto es de cuidado, o, sea lo que sea, una maluquera, una cosa fea.
Y a propósito, cuentan de la misma labriega que fue al médico y empezó la consulta quejándose de que tenía una cosa muy fea.
- Explíqueme bien - le dijo el galeno.
- Pues vea, dotor: la leche la gomito, el pan me jiede, el plátano no me entra y los güevos medio así.
El médico, muy profesional por cierto, no se rió de las ocurrencias de su paciente y por el contrario se mostró preocupado.
Más gráfica no podía ser; cualquiera comprende que la campesina pasaba por un momento grave.
Según los lexicólogos, en el lenguaje común hay un fenómeno de pronunciación – que tiene nombre propio en tal ciencia - de cambiar unas letras por otras, por ejemplo la “h” por la “j” y la “g” , como jeder por heder, juyir por huir, güevo por huevo, “güeso” por “hueso”, la “w” también por la “g” como en güisky por whisky, y la “v” por la “g” como en el caso de gomitar en lugar de vomitar. Pero atiéndase que en el último Diccionario la Academia aceptó voces que se tomaban por incultas o propias del dialecto de los niños como “estógamo” por “estómago”. El idioma es vivo, dinámico, en constante evolución, como todas las cosas del mundo.
Volviendo a nuestra protagonista concluyamos que las expresiones de la gente montaraz, vale repetirlo, son naturales, no escogidas, con las palabras elementales y el uso de los verbos en su significado prístino, sin malicia; la malicia la ponemos los de la ciudad.

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2 de febrero de 2012.
PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

UNA LECCIÓN DE MONSEÑOR RODRÍGUEZ
Orlando Clavijo Torrado
Tuve la fortuna de recibir mi primera comunión de manos de monseñor José Francisco Rodríguez Salazar, el que me obsequió un gran afiche del Sagrado Corazón a cuyo respaldo escribió una dedicatoria poética, como acostumbraba. Dicho cuadro dio tantas vueltas en los trasteos hasta que desapareció, con mi inmenso pesar.
Pero de los muchos recuerdos que conservo de él hay uno en especial impreso en mi memoria. Monseñor – aún no era monseñor sino simple cura párroco – llegó un día a nuestra escuela urbana de niños y tomó el Libro de Lecturas del tercero de primaria y al azar lo abrió en la página que contenía una fábula de Rafael Pombo, la titulada “La gallina y el cerdo” que dice así: “Bebiendo una Gallina/De un arroyuelo,/A cada trago alzaba/La vista al Cielo,/Y con el pico/Gracias daba a quien hizo/Licor tan rico./-¿Qué es eso? gruñó un Puerco, /¿Qué significa/Tan ridícula mueca?/Y ella replica:/-Nada, vecino./La gratitud es griego /Para un cochino./Pero no hay alma noble/Que no agradezca/Hasta una gota de agua /Que se le ofrezca;/Y aun la Gallina/ Siente la inagotable /Bondad divina.
El padre nos preguntó si habíamos entendido el poema. Hoy los niños de siete u ocho años sí comprenden todo, o demasiado. Los de mi generación y unas cuantas después –y no se diga las anteriores - nos demorábamos en entender las cosas, éramos ingenuos, bastante caídos del zarzo. Pues el buen sacerdote nos fue explicando con gestos y palabras el significado de la fábula. Aquel trocito: “¿qué significa tan ridícula mueca?” – palabras del marrano - nos hizo reír mucho.
Pero en donde quedamos más perdidos fue en la parte: “la gratitud es griego para un cochino”. El padre Rodríguez nos hizo una buena disertación acerca de que existían muchos idiomas en el mundo y uno de los más difíciles de aprender por su escritura enrevesada y su lectura era el griego, de ahí que si tan ininteligible como era el griego para cualquier humano mucho más para un puerco, cómo sería para éste la gratitud.

Confieso que si me remonto a esas clases de la primaria no recuerdo con claridad sino muy pocas, pero esa charla de monseñor, no sé por qué – quizá por la riqueza de la fábula y el abrirme el entendimiento para entenderla – , nunca la he olvidado.
¡Ah!, excepcionalmente, hay otra clase que también rememoro: aquella del maestro – en esa época no eran profesores sino maestros – en que hablando de las grandezas del Libertador afirmaba ante nuestros atónitos ojos que el salto que había dado de la ventana de su alcoba a la calle en la noche septembrina era tan grande por la inmensa altura que solo un hombre como él lo podía hacer. Bolívar se convirtió desde entonces en mi ídolo, admirado por su incomparable fortaleza y por sus hazañas como las de Tarzán, el Llanero Solitario, Tomahaw y los superhéroes de entonces. ¡Qué desilusión! Con el tiempo fui a comprobar al Palacio de Nariño aquella altura y encontré una ventana casi pegada al piso. (Mis padres tenían una expresión de compasión: “mamía”, tal vez contracción de “alma mìa”, equivalente a “pobrecito”. Entonces diríamos: ¡Ay, mamía el profesor!).
¡Qué grabadora y qué disco duro es la mente de un niño! Serían incontables las homilías en misas y los mensajes en sus programas radiales que le oí a monseñor Rodríguez, pero aquella primera lección suya en mi lejana niñez sobre la gratitud, como se dice comúnmente, marcó mi vida, procurando hasta lo máximo practicarla. ¡Cuántas vidas se salvarían, cuántas honras, cuántas fortunas, cuántos destinos, cuántos matrimonios, cuántos momentos felices, cuántas relaciones entre hermanos, amigos, vecinos, y con los benefactores y con todos aquellos que tienden su mano generosa y noble en un momento propicio y de necesidad, si fuéramos agradecidos!
¡Qué me resta sino decir después de tantos años: gracias, monseñor Rodríguez, por esa bella y provechosa lección!

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25 de enero de 2012.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado