jueves, 31 de mayo de 2012

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA HUGO VERGEL TORRADO Orlando Clavijo Torrado Cuando nuestro personaje de niño andaba por las largas y rectas calles de Ábrego había un aljibe instalado en las afueras del pueblo encerrado con muros de cemento que albergaba el agua de consumo humano, cristalina y dulce, diferente a la que corría por una zanja en la calle real utilizada para el aseo de los hogares. A lado y lado se formaba un charco a donde por cierto mi tío bisabuelo el general Mateo Torrado mandó de cabeza de una trompada a un impertinente que no le obedeció su orden de no molestar a un modesto sirviente suyo. El “sangripesado” – contaba mi abuelo Ramón - , se levantó pronto sacudiéndose el barro del fundillo y echó a correr. Hugo Vergel Torrado nació el 25 de septiembre de 1931 en el hogar de Carmen Hipólito Vergel Torrado e Isabel Torrado Álvarez. En su época existía un jefe único, don Ramón David Peñaranda Torrado –abuelo del hoy senador Carlos Emiro Barriga Peñaranda - , hacendado, boticario, y de tal influencia que tenía comunicación directa con el caudillo nacional del Conservatismo Laureano Gómez. Pese a sus caudales y a tanto prestigio, don Ramón David calzaba ordinariamente alpargatas, como era la usanza entre ricos y pobres en Ábrego. Fue presidente del Directorio Municipal Conservador hasta su muerte en 1955; fungía de vicepresidente Laureano Gallardo, y de secretario Carmen Hipólito Vergel Torrado, o Carmen H como era conocido coloquialmente, encargado de redactar los telegramas, las actas y comunicados gracias a su gran ilustración, tan cierto que de maestro local llegó a ocupar una Inspectoría Nacional de Educación. Terminada la primaria viajó a Ocaña para continuar con los estudios de bachillerato en el colegio Caro. Allí compartió clases, entre otros, con Alfonso Carrascal Claro, el celebrado compositor musical. Regresó a su tierra para desempeñarse por un año como maestro en la escuela urbana. Empero, su afán de conocimientos lo condujo a Bogotá a la Escuela Nacional de Comercio para cursar la contabilidad; en aquella época los contabilistas cumplían las funciones de los contadores públicos de la actualidad. Aún no llegaba a la meta propuesta, de modo que se preparó como dactiloscopista en la Registraduría Nacional del Estado Civil, en movimiento aéreo en la Empresa Colombiana de Aviación en donde superó a altos oficiales, profundizó para ser nombrado revisor fiscal en la Contraloría General de la República, y luego de desempeñarse como jefe de inspectores permanentes de policía en Cúcuta designado por el recordado alcalde Isidoro Duplat, de escarceos en la política y publicista de un vocero del Partido Conservador que llamó Antorcha Popular, aterrizó en el afamado Sena como jefe de contabilidad hasta su jubilación. A su paso por Gramalote como Registrador conoció a una colegiala de 16 años, Nora Hernández Yáñez, perteneciente a una noble familia, con la que se casó tras diez meses de noviazgo; ella, mujer culta, esposa y madre ideal, y puntal en los diversos órdenes para el triunfo de todos sus descendientes. Ya instalada la pareja en Cúcuta, nacieron sus cinco hijos: Isabel, abogada vinculada a la empresa Aguas K-pital; Alfonso, ingeniero civil, socio y líder de la importante empresa de renombre nacional Vergel y Castellanos; Hugo, ingeniero mecánico, gerente general de Aguas K-pital; Cesar, ingeniero químico, especializado en petroquímica, vinculado al directorio de una compañía francesa; y Janet, ingeniera civil, que labora independientemente. A sus ochenta años, el hijo de don Carmen H, que no olvida la arepa ocañera y la cebolla cabezona - a la que se le erigió un monumento en una entrada de Ábrego - , goza de una tranquila existencia, se distrae dirigiendo la revista Valor y compromiso y concurriendo diariamente como un empleado que debe marcar tarjeta a la oficina de Vergel y Castellanos – patrocinadora de su revista - . Allí comprueba que todo funcione como un reloj, principalmente que no falte ninguna de las chicas lindas. Porque, eso sí, a Hugo Vergel Torrado nadie le gana como galante. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 30 de mayo de 2012.

lunes, 28 de mayo de 2012

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA DIA DE LA MADRE Orlando Clavijo Torrado Por qué celebramos el día de la madre en el Norte de Santander el último domingo de mayo tiene una explicación entre religiosa y comercial. En Cúcuta se sostiene que a causa de que en los años 1950 las importaciones a través del lago de Maracaibo eran muy intensas - todo llegaba de Europa y Estados Unidos por esa vía - , y el barco que traía las mercancías no pudo arribar a tiempo para la segunda semana de mayo que era la fecha nacional, los comerciantes decidieron postergar la conmemoración para el último domingo de aquel mes. Otros aseguran que el padre Daniel Jordán, párroco de la catedral San José y persona muy influyente, por los años 1920 a 1930 inició la festividad el último domingo de mayo en un colegio de Cúcuta, a la par que lo dedicaba a honrar a la Virgen María. Creo no estar equivocado pero me bulle en la mente que en 1954 el gobernador del departamento, doctor Gonzalo Rivera Laguado, dictó un decreto por el que señalaba el doble homenaje a la madre y a la Virgen justamente el último domingo de mayo. Los maestros – es preciso registrarlo – se esmeraban porque los alumnos agasajaran a las madres con toda la pompa posible. Aquel día se debía lucir el uniforme de gala. Los niños que tuvieran la madre viva se distinguían por el clavel rojo en la camisa y los que ya la habían perdido por el clavel blanco. Por mi parte recuerdo que miraba con tristeza y compasión a los compañeros del clavel blanco, y sentía que su dolor debía de ser inmenso. Era obligatorio llevar para el acto solemne un presente para depositarlo en manos de las progenitoras; no importaba tanto el valor como el acto de amor y gratitud. Entre tantas sesiones, aquella en que ocurrió lo siguiente es inolvidable. Había en Ábrego una familia de modestos recursos pero con un egocentrismo desbordado. En aquella sesión las niñas de dicha familia aparecieron con una caja enorme envuelta en vistoso papel celofán; una corbata también descomunal la coronaba. Sin duda se destacaba como el regalo más espectacular; digo mal, el único regalo espectacular. Los demás no pasaban de ser regalitos que cabían en una mano. La mamá subió al escenario y sus chiquillas le entregaron el obsequio con parsimonia para que el único fotógrafo con cámara Kodak tomara la gráfica del histórico instante. El público estaba anhelante por saber de qué se trataba el paquete. Madre e hijas no se hicieron de rogar y rasgaron el crujiente papel: se descubrió entonces una estufa de kerosén de dos fogones. ¡Qué maravilla! La gente aplaudió abiertamente mas no pudo solapadamente contener la risa. El acto se iniciaba con el siguiente canto: Por nuestras santas madres/ con todo el corazón, / entonemos un himno/ de ternura y amor;/ que las que viven gocen/ de dicha, paz y amor/ y las que ya murieron,/ que las bendiga Dios. Otra canción que nunca faltaba era el Mantelito blanco. Un momento de suspiros arrancaba la declamación del poema La Abuelita, del poeta mejicano Manuel Gutiérrez Nájera, con sus versos melancólicos: Tres años hace murió abuelita;/cuando la fueron a sepultar,/deudos y amigos en honda cuita/se congregaron para llorar.// … //Dolor vehemente rápido pasa;/tres años hace que muerta está,/llovieron penas, y nadie, en casa,/de mi abuelita se acuerda ya.// Uno de niño no entendía aquello de deudos y amigos, y honda cuita, pero sí me preguntaba cómo se podía olvidar tan frescamente a un ser tan amado. La cruda realidad de la vida le enseñará después que ello puede suceder, y que el olvido llega inexorablemente. A grandes rasgos así se homenajeaba en décadas pasadas en nuestros pueblos a la madre. No era costumbre invitarla a un restaurante como en la actualidad. El día transcurría tranquilamente y no se adoptaban medidas de seguridad como ocurrió este año en Bogotá para evitar que hubiera menos muertos que el año pasado. La madre se respetaba; por mentar la madre – decirle a otro hijo de puta o como suena popularmente hijueputa - se mataba y el código penal reconocía la legítima defensa del honor propio y ajeno. Hoy el saludo de los muchachos es “quiubo h.p.”; el aludido responde “vientos, marica” (traducción: “vientos: todo anda bien”; “marica: la mayor expresión de amistad). ¡Oh, qué tiempos aquéllos y éstos! orlandoclavijotorrado.blogspot.com 27 de mayo de 2012.

domingo, 20 de mayo de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” BOANERGE LOBO CARVAJALINO Orlando Clavijo Torrado El templo del Sagrado Corazón de Jesús en el barrio La Riviera de Cúcuta se hallaba colmado a las cuatro de la tarde del pasado jueves 10 de mayo para la celebración del funeral de este quijote ocañero de la medicina y de las obras de caridad, muerto a los 65 años de edad. En sí, su figura enjuta evocaba al Caballero de la Mancha. La colonia ocañera estaba lujosamente representada. Entre las personalidades que asistieron se distinguió el exgobernador Juan Alcides Santaella. La Academia de Historia del Norte de Santander también se unió al tributo con la presencia de sus dignatarios y miembros. Tal sería el compromiso del doctor Boanerge con sus pacientes pobres que incluso anhelaba atenderlos ese jueves que la Iglesia elevaba plegarias por su alma; su dolencia le había debilitado las fuerzas físicas pero no su ánimo, y puede afirmarse que hasta el instante postrero cumplió con su entrega de bondad y servicio. La bandera de María Auxiliadora cubría su féretro en señal de reconocimiento por ser uno de los más fervientes pregoneros; su catolicismo vivo lo patentizó en esa devoción, en práctica entusiasta, en escritos y en la participación en un programa de la emisora de la diócesis de Cúcuta Vox Dei, en que abordaba tanto el testimonio de fe y propagación del mensaje cristiano como la enseñanza y los consejos para mejorar y conservar la salud. El padre Eloy Mora, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, su párroco, confesor y amigo, logró resaltar con elocuencia en la homilía esos carismas de piedad y apostolado del doctor Boanerge, y aquellos dones de sencillez y mansedumbre durante toda su existencia y al final la digna y serena aceptación de los designios divinos. Por su parte, Rafael Álvarez, otro benemérito y bondadoso médico de la provincia, mostró en una breve alocución qué gran ocañero era Bonanerge Lobo Carvajalino, cuánto quería a su tierra y cuánto la recordaba y la honraba. Dejó una obra que tituló Monografía de la Provincia de Ocaña que contiene sus voces propias y dichos, su gastronomía con explicación de las recetas para preparar nuestros platos emblemáticos, y comentarios variados, todo lo cual lo remata con el tema que él dominaba y lo cautivaba, las enfermedades, pero, sobre todo, su prevención. ¡Qué bella y fructífera misión cumplió en la tierra Boanerge Lobo Carvajalino! Aquí no es protocolario decir que su vida fue meritoria y ejemplar porque en verdad lo fue, con pasión y desinterés, tras la verdad y la virtud. Su hermano, el doctor Luis Eduardo, nuestro compañero en las Academias de Historia del Norte de Santander y de Ocaña, sabe con qué sentimiento de solidaridad lo estamos acompañando. --------------------------------------------------------------------- 19 de mayo de 2012.

jueves, 17 de mayo de 2012

CRONIQUILLA EN LA BARBERÍA Orlando Clavijo Torrado Hay que llegar relajado, sin arrebato, dispuesto a oír y aprender, abierto al diálogo y a la controversia sin apasionarse ni dejarse acalorar, pero, por encima de todo, con buen humor porque en el breve tiempo que uno permanece allí, nunca faltan los apuntes como para desternillarse de la risa. Por ejemplo, un amigo abrió la última sesión con este comentario: “En Colombia somos muy remilgados en el lenguaje. En España son directos. En mi reciente viaje – continuó – me admiró el siguiente aviso: Fábrica de sillas de mimbre; se les arregla el culo a las viejas”. El peluquero - se llama así y no estilista, nombre que suscita sospechas, razón principal por la cual hace años lo frecuento -, suspende las tijeras en el aire para reírse a gusto, pero no chista palabra. A este excelente caballero alcancé a llevarle mi padre; hoy también les hace el corte de cabello a mis hijos y ya le puso su cabecita un nieto. Tan pronto el amigo que acababa de arribar de España terminó, un predicador de la Biblia que llegó para el cuarto turno nos preguntó cómo nos parecía la portada de la revista Newsweek en donde señala a Obama como el primer presidente gay de Estados Unidos. “No solamente la Palabra – sentenció - sino Nostradamus también vaticinó que cuando la gran potencia tuviera un presidente homosexual sucedería el fin del mundo”. Yo le confesé que nunca había visto esa predicción. El tema lo cerró otro con este chascarrillo: “esas son puras maricadas”. A continuación la charla derivó hacia el escándalo del diputado Rodrigo Mesa, de la Asamblea de Antioquia, quien expresó que invertir en el Chocó era como echarle un frasco de perfume a un bollo de mierda. “¡Un momento! – se oyó una protesta-, él no dijo así, dijo simplemente bollo”. Se armó una pequeña discusión y al fin convinimos todos en el bollo. Un ardiente liberal estuvo de acuerdo con la dirección de su Partido en que se debía expulsarlo y meterlo preso por racismo. Otro bando opinó que si bien las expresiones de Mesa no son políticamente correctas, sí reflejan la realidad, y ello fue lo quiso significar: que cualquier plata que se destine al Choco se pierde, se la roban, como ha ocurrido siempre; para comprobarlo basta con mirar su impresionante subdesarrollo. Saltaban las críticas. Una muy adolorida: ¿cómo se explica que doscientos cincuenta campesinos en Tibú salgan a rechazar la captura de cuatro sospechosos de ser guerrilleros y estar involucrados de alguna forma en la masacre de siete policías y en las heridas a doce, la semana pasada, y no protestaron antes por estos crímenes? Luego de examinarse los cambios camaléonicos del ministro Vargas Lleras, un uribista descueró a Santos por despreocuparse del orden público, muestra de lo cual está el sangriento atentado al doctor Fernando Londoño en Bogotá. Yo, por mi parte, me referí a la inseguridad en Ocaña (véase “Nos duele Ocaña”, en el semanario La Provincia). De pronto la charla se centró en un momento en la política local, tema en que un curtido luchador nos mostró las causas de nuestro abandono cuando alguien comentó que Atalaya, con su inmensa población marginada, estaba eligiendo a nuestros mandatarios, sin mirar bien a quién elegían. “En parte tiene razón; Atalaya está poniendo los gobernantes del departamento – refutó a manera de introducción-. Pero lo importante es que el gobernador debe tener línea directa con el Presidente de la República y quien tenía esa línea directa y era recibido en palacio inmediatamente se llama Juan Alcides Santaella, pero la gente no entendió eso. Otro gallo nos cantara si todos hubiéramos votado por Santaella”. El orador nos cautivó con su agudeza, y siendo él un líder muy influyente algunos le propusimos que lanzara su candidatura a la gobernación, a lo que respondió: “Muchas gracias, señores, pero yo no soy de los que, a sabiendas de que el departamento está quebrado y con un atraso de cien años, buscan el puesto nada más para posar inflados el día de mañana por haber sido gobernadores, y pasan sin hacer nada. Eso es deshonestidad”. Casi que lo aplaudimos a una, porque lo cierto es que este dirigente sí es de los pocos que tienen las manos limpias. ¡Qué tertulia tan deliciosa! Pero como todo en esta vida, debía terminarse. Cuando ya el peluquero me había dejado como nuevo, aún faltaba mucha tela por cortar: el desastre de las calles de Cúcuta y de las carreteras, el caso del abogado constitucionalista Francisco Rojas Birry - ¡ese es mucho indio; ahora sí se las da de indio el indio para escapar de la justicia! - etc., etc., etc. ¡Chao, chao, amigos; nos veremos en la próxima peluqueada! orlandoclavijotorrado.blogspot.com 16 de mayo de 2012.

martes, 15 de mayo de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” NOS DUELE OCAÑA Orlando Clavijo Torrado Uno se pregunta cómo es posible que en pequeños pueblos en donde prácticamente hay más Policía y Ejército que habitantes civiles - casos de Hacarí, San Calixto y Teorama, y como ocurre hace tiempos en Arauca -, cada vez que los insurgentes quieren atacar lo hacen desde cualquier esquina, o en cualquier camino, cogiendo siempre desprevenidos a los hombres del orden. No hay espionaje o averiguación para descubrirlos y evitar pérdidas de vidas y ruinas de edificios, viviendas, oleoductos, puentes y carreteras. Indudablemente los rebeldes han logrado mayor infiltración de la que pudiera ejercer en ellos la fuerza pública. Por ningún lado se ven las estrategias. Luego de que los guerrilleros han atacado a mansalva dejando numerosas víctimas surge “la intensa persecución” que llaman los comunicados oficiales, a veces con más muertes porque los perseguidores han caído en una emboscada; los cazadores terminan cazados. Algo muy grave está aconteciendo. No quiero aventurar conjeturas, pero los interrogantes son muchos. La turbulencia se trasladó ahora a Ocaña con la aparición de bandas juveniles, bandas de verdadero terror, en varios sectores de la ciudad pero particularmente en los barrios marginales. Decir aparición no es correcto porque si se hubiere hecho un estudio del comportamiento de esas comunas, un seguimiento, una labor de inteligencia, no estaríamos sorprendidos. Tampoco se puede hablar de fenómenos de violencia porque esas situaciones se venían cocinando, no son nuevas, sólo que ninguno las intuía, pasaban desapercibidas, y no había una política de prevención de parte de nadie. De esa falta de prevención son responsables, además de la Policía y los organismos de administración y control municipales, los directores o rectores de centros educativos que deben tanto educar como estar integrados con autoridades como Bienestar Familiar, Fiscalía, Procuraduría, Defensoría y la misma Policía para advertirlos de conductas inclinadas a la delincuencia de sus alumnos o de peligros de vicios en que éstos puedan caer. En fin, se trata de implementar programas múltiples para conseguir que la paz del municipio no se siga deteriorando, o mejor, que nunca más se deteriore. Ocaña no merece los estigmas de ciudad violenta, de ciudad insegura, de ciudad peligrosa. Su historia, su tradición señorial, su calidad intelectual que la hace reservorio de la Patria, su atractivo turístico por el calor humano y sus monumentos y patrimonio inmaterial, se resienten ante la acometida de unos cuantos que no la quieren bien y les importa poco desprestigiarla. También la indiferencia y la falta de compromiso y de identidad son enemigos de cuidado a los que es preciso combatir con franqueza y decisión. Quieran Dios y la protectora Virgen de Torcoroma que la racha de sangre termine ya. Porque nos duele de verdad cuanto está sucediendo en esta hermosa tierra. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 12 de mayo de 2012
PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” MUNDO CAMBIANTE Orlando Clavijo Torrado Nadie hubiera imaginado que un hombre de color llegara a ocupar la presidencia de los Estados Unidos de América. Inaudito, en un país tan racista. Y ahí tenemos a Barack Hussein Obama II – como es su nombre completo – un afroamericano con ancestros de Kenia, en la Casa Blanca desde el 20 de enero de 2009. Otro caso insólito: los Papas. ¿Acaso los italianos no tenían el monopolio del cargo? Pues ocurrió lo inesperado: un polaco, el cardenal Karol Józef Wojtyla, rompió la secuencia que se consideraba invulnerable al ser proclamado en 1978 para remplazar a Juan Pablo I; fue el amado por todos Juan Pablo II. A la muerte de éste vendría en el 2005 el renombrado teólogo alemán Joseph Aloisius Ratzinger, que asumió el trono pontificio con el nombre de Benedicto XVI. Digamos que estos acontecimientos causaron asombro, un sano asombro, dentro de lo tradicional, enmarcados dentro de la vertiginosa metamorfosis que se está experimentado en la mente del individuo moderno. Sin embargo, la humanidad se había asombrado en sentido negativo, o mejor, escandalizado, no hacía mucho tiempo, puntualmente en las décadas del 60 y el 70 del siglo pasado, con el arribo al poder de dos caníbales en países africanos. Es verdad que el mundo está evolucionando, cavilaban las gentes, ¿pero cómo es posible que seres de alma tan negra - más negra que su piel, anotó un diplomático - sean las que dominen? Hablamos de Jean–Bédel-Bokassa, emperador de Centroáfrica entre los años 1966 y 1979, y de Idi Amín, amo supremo de Uganda de 1971 a 1979. Se comentaba que tras el derrocamiento de Bokassa se logró descubrir en la nevera de su cocina trozos de cuerpos humanos, particularmente de niños. Por su parte, Idi Amín dijo, relamiéndose, después de devorar los dedos de un general suyo al que había matado a sangre fría, que la carne humana tenía gusto salado. Era dable afirmar que la criatura racional había vuelto a las andadas, que el mundo se había enloquecido. Cualquier cosa absurda podía suceder en la política. Y no sólo en otras latitudes sino en nuestro propio continente, en nuestra propia Colombia y aquí en la parroquia. En efecto, en Bogotá se vio que un gamín accedió al concejo distrital, y que un filósofo y matemático se bajó los pantalones, enseñó el blanco trasero y al poco tiempo fue galardonado con la alcaldía mayor, alcaldía que hoy comanda un exguerrillero del M19. En Bolivia, un indígena mascacoca es el presidente; en Venezuela, un teniente coronel golpista desgobierna desde hace doce años y pretende permanecer en el solio hasta que San Juan agache el dedo, y exguerrilleros que fueron crueles asesinos y terroristas conducen varios países – Daniel Ortega en Nicaragua, José Mujica en Uruguay, Dilma Rousseff en Brasil - . Los ejemplos serían abundantes, de muchos Estados y líderes y de tantos lugares de Colombia. Esa es la democracia y ella permite el desmadre. Por eso en Cúcuta – para aterrizar cerca - , con la amplia votación de sectores humildes que están eligiendo a personas de su clase, hubo un alcalde exsacerdote afiliado a un grupo insurgente; su sucesor, un tipo virtualmente analfabeta – sólo había cursado cuarto grado de primaria – , oriundo de una vereda santandereana, a continuación del cual surgió una expolicía quindiana, la famosa Negra María Eugenia Riascos, de funesta administración, y en el departamento gobernadores como el anterior William Villamizar y el actual Edgar Díaz, muy ligados políticamente a aquel burgomaestre hoy recluso en la Penitenciaría Nacional de La Picota condenado por homicidio. Señores: estamos ante un mundo cambiante. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 5 de mayo de 2012

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado