jueves, 19 de diciembre de 2013

¿SE LE METIÓ EL DIABLO? (II)

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¿SE LE METIÓ EL DIABLO? (II) Orlando Clavijo Torrado (Crónica dedicada a mi padre, protagonista de la historia, de quien aprendí el amor a la Navidad) Ocurre que la gente reacciona a veces de manera inesperada y desconcertante y quienes tienen que soportar esos brotes, inocentemente, se quedan especulando: ¿qué le pasó al energúmeno?, ¿por qué nos hizo víctimas de sus enojos? Pues lo que la comisión ignoraba era que don Carmen Julio ese día se había dedicado a consumir licor despechado, desengañado, desesperado por la inutilidad de sus esfuerzos para salir de la pobreza. Y ellos llegaron en el momento más inoportuno, cuando quería matar hasta al diablo. ¿Al diablo? Sí, al propio Satanás. Y es que no era para menos. La tienda venía de capa caída, las ventas eran pocas, la mercancía se agotaba, ninguna distribuidora quería darle crédito y el cuaderno de deudores crecía y ninguno se acercaba a hacer un abono siquiera de cien pesos. Entonces don Carmen Julio se acordó de Dios. ¿Por qué no había pensado antes en que el Señor es misericordioso y nos socorre en todas las penurias? ¡Claro! ¡Ahí estaba la solución a todos sus males! Se propuso ser mejor católico, asistir a misa diariamente y comulgar, rezar el rosario todas las noches, leer devocionarios, en fin, adoptar cuanta práctica piadosa existiera. Así transcurrió un año y nada que se componía su suerte. Se desesperó, renegó, dijo que Dios no lo escuchaba y, por tanto, en represalia se fue al otro extremo, al lado del amo del infierno. Averiguó cómo era el asunto con el patas y se informó de los ritos para llamarlo y pedirle cuanto uno necesitara. Algunos curiosos que lo siguieron en sus extraños viajes al monte lo vieron poniéndole velas a una figura negra y gritando: “¡Belcebú vení, te entrego mi alma, pero dame bastante dinero!” No faltó quien le advirtiera que el diablo no se le iba a aparecer si no lo encontraba desnudo. Otro le dijo que a satán le gustaban las muchachas vírgenes, que le llevara una y se la presentara. El viejo llevó con engaños a una chica a la peña y cuando empezó a bajarse los pantalones para estar en disposición de invocar al enemigo malo, apareció la policía, él explicó que la empelotada era parte del pacto con el diablo pero lo pusieron preso por violador y finalmente lo castigaron por falta de pudor. Un año entero se entregó al culto al mandingas, en bola. Justamente en esos días decembrinos completaba el año y todo seguía igual, o peor, porque las deudas eran impagables y la tienda lucía prácticamente desocupada. El episodio terminó en que como don Carmen Julio estaba realmente vuelto un patas, les repetía que eran unos hijue.. y lo vieron resuelto a quemarlos a plomo, don Leoncio, don Pablo Emilio, don Esteban, don Eliécer y don Blas, tuvieron que salir del negocio como alma que lleva el diablo, sin un centavo de aporte para la misa del Nacimiento. orlandoclavijot@hotmail.com orlandoclavijotorrado.blogspot.com 18 de diciembre de 2013.

jueves, 12 de diciembre de 2013

¿SE LE METIÓ EL DIABLO? (I)

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¿SE LE METIÓ EL DIABLO? (I) Orlando Clavijo Torrado En época no muy lejana la misa de la Natividad del Señor – la recuerdan hoy los mayores de 50 años - ocurría a las 12 de la noche. Se llamaba también misa de gallo porque es fama que a esa hora empiezan a cantar los gallos. La Iglesia luego varió el horario, entre otras consideraciones por la inseguridad reinante, y a mediados de los años 70 del siglo pasado autorizó que se oficiara a cualquier hora de la noche del día 24 de diciembre. Desde entonces el Niño Jesús no nace como antes a la medianoche sino a distintas horas según el programa de cada parroquia. Los graciosos comentan que pobrecita la Virgen que tiene que dar a luz desde las 7 hasta las 10 de la noche. En el pueblo, cada vereda se hacía cargo de un día de la novena de aguinaldos. Ello abarcaba ofrecer al mediodía anterior una retreta, bien con la banda municipal o bien con un trío o conjunto de distintos instrumentos, en el atrio de la iglesia, y paseo por las calles, el anticipo de la comparsa que presentarían en la noche y la quema de pólvora abundante; el juego con el toro o la vaca de candela y el reparto del trago se reservaban para la noche; al día siguiente, asistencia de todos los habitantes de la vereda a la misa, animación melódica de ésta incluyendo la interpretación del himno nacional al momento de la elevación de la hostia y el cáliz, y luego recreación con música y pólvora hasta las ocho de la mañana, aproximadamente. A las doce del día venía la otra vereda y así hasta completar el calendario de ocho días para el sector rural, porque el casco urbano tenía asignado el día magno, el 24, además del 1º y el 6 de enero. Correspondiéndoles a los vecinos del pueblo el gasto de la misa solemne y de los festejos de enero, era forzoso que recolectaran oportunamente los dineros para el efecto, por lo que una comisión o junta compuesta por los principales salía al menos una semana antes a pedir de casa en casa y de negocio en negocio la contribución. En la oportunidad en que sucedió el acontecimiento que a continuación veremos, la comisión estaba integrada por don Leoncio, don Pablo Emilio, don Esteban, don Eliécer y don Blas (en aquella época el título de “don” equivalía a honorable, respetable, a un señorío). Por lo general, estos caballeros, que no eran bebedores, terminaban jalados en razón a que, como gozaban de tanto aprecio, en todos los lugares les arrimaban una cerveza o una copa de aguardiente. Pues bien: ningún vecino se resistía a entregar su dádiva para el esplendor de los festejos hasta cuando la junta llegó a la tienda de don Carmen Julio. Este se hallaba embriagado. Al solicitarle su contribución les respondió que le prestaran ellos mismos el monto de la cuota, y como ellos le explicaron cortésmente que no se trataba de prestar plata sino de colaborar con generosidad, don Carmen Julio se encolerizó. Dijo que le importaban una mierda la misa, las fiestas y los comisionados y que, o se salían ya de su negocio o los cogía a plomo. Los recolectores quedaron pasmados y no podían encontrar justificación a la conducta de este buen señor, de por si pausado y pacífico, conservador y buen cristiano, cuyo único pecado capital conocido era la glotonería, lo que le había generado una panza como un tambor. ¿A qué horas se le había metido el diablo? Pasados unos días conocieron las causas de su comportamiento. El diablo algo tenía que ver. (Continuará). orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com 11 de diciembre de 2013.

martes, 10 de diciembre de 2013

MÁS AVISOS LUMINOSOS

CRONIQUILLA MÁS AVISOS LUMINOSOS Orlando Clavijo Torrado Recorriendo el comercio en estos días en busca de los adornos para el pesebre, el árbol de Navidad y los espacios del hogar constata uno que no hay nada que no se consiga en Cúcuta; hasta tirados en los andenes se encuentran artículos de toda clase en el inmenso almacén que el pueblo llama “Agáchese” regado por las calles 8, 9 y 10 y las avenidas 5ª, 6ª y 7ª, principalmente. No sé cuántos establecimientos comerciales existen en el centro de la ciudad pero sí que son centenares. Ahora, en el resto de la urbe, sumarán miles. Pero frente a esta evidencia de apogeo mercantil queda al descubierto la tacañería en los avisos que distinguen cada almacén. No es posible que grandes distribuidoras de marcas reconocidas, bodegas inmensas, depósitos y almacenes que rebosan de mercancías hasta los andenes se anuncien con miserables avisos de aluminio, de madera o de cartón, elaborados en llamadas agencias publicitarias. Quiero decir que en contraste con otras ciudades, aquí los avisos luminosos de néon, o de luz led u otra fuente eléctrica, son escasos. Nadie se gasta un aviso siquiera aceptable, mucho menos vistoso, de buen tamaño, creativo, impactante. Hay avisos pintados en papel ya desgastados y descoloridos. Esta crítica también se aplica a clínicas, consultorios médicos y de abogados, notarías, oficinas públicas, edificios, condominios, restaurantes, hoteles y toda clase de negocios que impliquen lucro o de servicios que deban ser conocidos a través de la publicidad. Si usted vende algo – trabajo, viajes, productos o lo que sea - no ahorre en un buen aviso, retribuya la ganancia, embellezca la ciudad y colabore para que no nos vean como un villorrio. Imaginémosnos cómo se vería de hermosa nuestra capital y qué orgullo sentiríamos si lográramos ser émulos de Las Vegas en avisos luminosos (aspiremos a ser Papas para que al menos lleguemos a curas). Salgamos de la mentalidad pueblerina. En los pueblitos es normal que cuelguen de una puntilla en la pared un trozo de cartón que dice en letras hechas a brochazos “se vende mute”, “se arreglan zapatos”, “Sastrería: se le corta a los hombres y se le cose a las mujeres”. Entretanto todos estos males y deficiencias se arreglan, disfrutemos de algo que nos viene del Cielo por estos días decembrinos: un clima fresco, unas noches y mañanas frías, lluvias ligeras, y un sueño sereno arrullados por las gotas que golpean nuestras ventanas, y cobijados en las mantas suaves que guardábamos en el armario. Las madrugadas para asistir a las misas de la novena de aguinaldos nos obligarán a sacar los viejos abrigos y chaquetas, pero ello forma parte de las delicias que trae la época de Navidad y año nuevo. ¡Qué placentero es el encuentro con los amigos en la penumbra iluminada por las lucecitas titilantes de colores, mientras suenan en el fondo los villancicos, y luego de la misa degustar una hayaca y un café caliente! ¡Hummm! orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com 10 de diciembre de 2013.

sábado, 7 de diciembre de 2013

LA TRANQUILIDAD DE LA PULCRITUD

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA LA TRANQUILIDAD DE LA PULCRITUD Orlando Clavijo Torrado Del concejo de Ocaña conozco perfectamente a José Fernel Peñaranda Torrado por ser hijo de una prima hermana y de un excelente caballero, don Pablo Peñaranda, nieto del ilustre hombre de negocios y legendario dirigente cívico y político de Ábrego don Ramón David Peñaranda Torrado. Lo conozco de toda la vida, desde niño; he seguido su trayectoria de estudiante, de profesional y ahora su incursión en la política. Por ese conocimiento, como se decía anteriormente ante los jueces, puedo declarar sobre su absoluta honorabilidad y honradez. De modo que afirmar que pertenece a un cartel, que él y sus compañeros del cabildo son peor que los Nule, riñe con la realidad y el sentido común. Ello es hablar por hablar. El presupuesto de Ocaña es una migaja frente al presupuesto del distrito capital. No hay que caer en los exabruptos, en la exageración. En los medios de comunicación se impone el rigor periodístico porque no se trata de darle al público el morbo y el espectáculo para que se regodee sino la historia veraz y oportuna. Los rumores, las sospechas, los chismes y mucho menos las calumnias caben dentro del derecho constitucional a la información. Cualquiera que sea el presupuesto del municipio de Ocaña o los recursos de cualquier entidad en que deba intervenir el concejo, por su impoluto desempeño en su manejo José Fernel Peñaranda Torrado merece el título de honorable, con todas las letras, y así quedará demostrado en las investigaciones de la índole que se produzcan, tan cierto como que tendrán que retractarse quienes ligeramente lo vinculan en la participación de algún negocio ilícito, si acaso hubo algún negocio de esa naturaleza por parte de los ediles en la adopción del Plan de Ordenamiento Territorial, hipótesis bastante discutible. La honra de las personas es sagrada y con ella no puede jugarse alegremente. En la familia se erige como un patrimonio que sostenemos y defendemos a toda costa. Siquiera mencionar a José Fernel Peñaranda Torrado en cualquier acto indecoroso como concejal de Ocaña suena a irresponsabilidad y constituye un irrespeto. Debieran conocerlo a fondo sus detractores antes de abrir la boca. Imputarle mínimamente una indelicadeza en algo que tenga que ver con el erario más parece un chiste, pero un chiste de mal gusto. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 4 de diciembre de 2013.

jueves, 28 de noviembre de 2013

ASNO CORONADO (II)

CRONIQUILLA ASNO CORONADO (II) Orlando Clavijo Torrado Continuemos con el parangón entre dos déspotas, separados en el tiempo por más de quinientos años y, en la distancia, por continentes pero, principalmente, por formación cultural. Hablaba en la anterior Croniquilla del manejo a su capricho del Parlamento por Enrique VIII. Igual hizo el difunto Chávez y lo hace hoy su títere, por más señas nuestro paisano Nicolás Maduro, por medio de las manidas leyes habilitantes o superpoderes que arrasan con cuanto se opone a la voluntad del mandatario. El ingenio popular lo llama Supermaduro, claro competidor de Superman. Expresado en términos coloquiales, Chávez y Maduro trapean con la Asamblea Nacional. (A propósito de la Iglesia Anglicana fundada por el rey Enrique VIII a su acomodo y satisfacción, y aprobada por su Parlamento amarrado, en estos días se divulgó la noticia de que en un sínodo admitieron la ordenación de mujeres como obispos. Nos podemos imaginar a Maduro diciendo que habrá “millonas de obispas”. No, paisano, serán pocas las ungidas, y no como obispas sino como obispos; además, la palabra millona que usted inventó es incorrecta). Todo lo que molesta a los autócratas es reprimido. Hoy en Venezuela se reprime con juicios penales por orden de la Casa de Miraflores a quienes ejercen cualquier crítica o muestran la realidad política, económica o social. A Capriles, anunció Maduro, le pulen todos los días la celda que le espera. Maduro nos sancionó a los nortesantandereanos con no vendernos más gasolina porque nuestro presidente recibió al verdadero ganador de las elecciones del 14 de abril, Enrique Capriles, en el Palacio de Nariño. Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII, murió ajusticiada, entre otros cargos inverosímiles por reírse de los versos del rey. ¿Y saben que el pobre Thomas Cromwell, la mano derecha del soberano, le escogió una esposa muy fea, el rey lo acusó de haberlo puesto en ridículo y decretó su decapitación? De las seis cónyuges dos murieron bajo el filo de la espada o el hacha. La duquesa de Milán, Cristina, buscada por un enviado de Enrique para ofrecerle la corona como reina consorte de Inglaterra contestó: “gracias, prefiero vivir; si tuviera otra cabeza de repuesto aceptaría”. Pero este rey no solo gozaba cortando cabezas sino también en su harén llamado “Jordan House”. Cuando discretamente se le escabullía a la esposa de turno los subalternos comentaban: “va para el Jordán”. Con todo, el progreso material y cultural de Inglaterra en la era de Enrique VIII alcanzó proporciones enormes, además de erigirse como potencia marítima, militar y política. Ello marca una diferencia infinita con los dictadores de los países del tercer mundo que siempre los llevan al atraso. Débese recordar que mientras un reyezuelo como Maduro, por ejemplo, es de una ignorancia reconocida por todos, Enrique VIII se distinguía por ser un humanista: versado en matemáticas y avanzado en teología, hablaba latín fluidamente, escribía obras en dicha lengua y se desenvolvía en francés, italiano y español. Es decir, un malo muy instruido. Se puede pregonar lo que se quiera en contra de Enrique VIII pero nunca que fuera un asno coronado. orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com Cúcuta, 30 de noviembre de 2013.

¡POBRE PUEBLO RICO!

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¡POBRE PUEBLO RICO! Orlando Clavijo Torrado Realmente uno no alcanza a imaginar qué irá a pasar en Venezuela con locos como Chávez y ahora con ignorantes como Nicolás Maduro. Extraña que un pueblo tan noble y tan amante de la libertad – manifestaron ellos primero su voluntad de independencia de España que nosotros – y de la democracia, que es cristiano-católico en su inmensa mayoría, trabajador y digno, marche bajo unas banderas que contradicen esos valores. Y que su altivez no se asome ante tantas tropelías del grupo inescrupuloso gobernante. No se puede discernir si es que está anestesiado, o acobardado o satisfecho y aprobador con lo que está ocurriendo. El cuasianalfabeta pero astuto chofer de camión y del metro de Caracas que suplantó a Capriles en la presidencia que éste legítimamente ganó, se propone dictar, bajo el amparo de la ley habilitante que lo erige en amo y señor de todos los poderes, un estatuto para que no haya otro pensamiento ni otro programa ni otro norte de gobierno que el del socialismo del siglo XXI ideado por el finado Hugo Chávez, de cumplimiento obligatorio en todo el territorio venezolano por todos los funcionarios de todas las esferas, esto es, que no importa que triunfe un copeyano o un adeco o un adalid de Primero Justicia o de cualquier otro movimiento opositor con su propio programa de gobierno y visión política en una alcaldía o una gobernación: desde arriba le imponen el criterio único y hegemónico del Partido Socialista Unido de Venezuela – PSUV-. ¿En qué quedan las estrofas del bello himno nacional “¡Gloria al bravo pueblo, que el yugó lanzo!” ? ¿En dónde le quedó la bravura para que patanes lo subyuguen? ¿Para qué votan los venezolanos en diciembre próximo si su elección no cuenta, su opinión es ignorada y su manera de concebir la administración pública es despreciada por la élite chavista? ¿Hasta cuándo soportará tanta afrenta y tanto pisoteo un pueblo al que además le arrebataron su soberanía pues ahora le pertenece a Cuba? La revuelta popular sería la respuesta más consecuente y legítima. Acordémonos que Santo Tomás de Aquino predicaba la insubordinación contra la tiranía insoportable. Pero uno se pregunta quién tendrá las agallas de dirigir un movimiento semejante, o si los simples ciudadanos serán capaces de enfrentarse al poder de las armas en manos de matones oficialistas. Pareciera que Venezuela renunció definitivamente a la democracia y al respeto a los derechos humanos y a la libre expresión. El pesimismo ronda. ¡Dios y la Virgen de Coromoto o la Chinita se apiaden de tan rica nación! orlandoclavijotorrado.blogspot.com 27 de noviembre de 2013.

jueves, 21 de noviembre de 2013

¡BIENVENIDA NAVIDAD!

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” ¡BIENVENIDA NAVIDAD! Orlando Clavijo Torrado “La nochebuena se viene, la nochebuena se va, y nosotros nos iremos, y no volveremos más”. Gran verdad encierra esta antigua copla colombiana. La nochebuena, la Navidad, a pesar de ser transitoria, se renueva eternamente, al contrario de lo que nos ocurre a los humanos. Cada año como que se apresura la Navidad. Desde octubre, propiamente desde el día de Halloween, empieza el festejo decembrino. En noviembre ya han descargado los containers con los adornos navideños que vienen de la China. (¡Qué paradoja! Los orientales, que tienen otra cultura y otras religiones, aprovechan nuestras creencias y costumbres cristianas – Navidad, pesebre, papá Noel, guirnaldas, arlequines, hombres de nieve, luces, bolas para el árbol - y como buenos mercaderes, obrando cual cualquier redomado capitalista y dejando a un lado su comunismo de papel, nos fabrican cuanto consumimos masivamente en esta temporada). Y a la altura de finales de noviembre ya los comerciantes de los almacenes y los vendedores callejeros han desempacado los brillantes adornos navideños y ya algunas luces se han dañado porque los chinitos son jodidos para hacer cosas desechables. La gente se anticipó a la novena de aguinaldos y ya hizo las compras para armar el pesebre y el árbol de Navidad de modo que todo está listo. El whisky también entró en los preparativos. Y las anchetas, que es justo regalar a ciertos colaboradores, por ejemplo, en el ámbito doméstico, a los vigilantes y la empleada de la cocina. Entonces, una vez logrado que la casa esté resplandeciente y con todos los símbolos navideños, en la última semana de este mes, o, a más tardar, en la primera de diciembre, saldremos a comprar la ropa del estreno para los pelados de la familia y para nosotros mismos. Y ahora si, a descansar y a esperar que lleguen las fiestas para beber el licor preferido y comer las viandas consabidas, el pavo, las hayacas, el jamón y el pernil de cerdo, la gallina rellena, los buñuelos y la natilla y las conservas de higo. ¡Uumm! ¡Qué rico! El espíritu de la Navidad se ha extendido por hogares, calles, oficinas, edificios, centros comerciales; en estos suenan los villancicos. Hablando del espíritu de la Navidad, algunos ponen por todos lados un muñeco, semejante a un duende, que lo representa. Dicen que trae buena suerte, billetes al por mayor y gran dicha. En una bella competencia, por doquiera los arreglos deslumbran y admiran. Los rojos, los verdes y los dorados predominan. Ya noviembre es diciembre. El hombre quiere gozar pronto, sin más esperas, de las dulces recordaciones del nacimiento de Jesús. ¡Bien que así sea! Para eso trabajamos durante doce meses, de modo que nos merecemos darnos los gustos que queramos al arrimo de la Navidad y el año nuevo. El comercio ayuda a la alegría con sus ofertas de todos los tipos y para todos los gustos y presupuestos. ¡Bienvenida Navidad! orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijotorrado@yahoo.es -------------------------------------------------------------------------------20 de noviembre de 2013.

martes, 19 de noviembre de 2013

ASNO CORONADO

CRONIQUILLA ASNO CORONADO Orlando Clavijo Torrado Acabo de releer una biografía de Enrique VIII escrita por el historiador John Edward Bowle y profesor de instituciones tan famosas como los colegios Eton y Westminster y la Universidad de Oxford. (Se cree que la imagen del rey que aparece en la baraja de naipes es la de Enrique VIII, mas, de no ser así, su parecido es bastante). La forma como el monarca sanguinario manejaba el parlamento me remitió al estado de la política venezolana, concretamente, a la manera despótica que Chávez y Maduro adoptaron para gobernar su país, mediante leyes habilitantes que les autorizan lo habido y por haber. La conclusión es de Perogrullo: todos los dictadores de todos los tiempos y en todos los lugares avasallan los demás poderes y desconocen los derechos del resto de humanos. A Enrique VIII, como a Maduro, cualquier ley que necesitara se la aprobaba el Parlamento, sin chistar. Claro que nunca ordenó por decreto que la gente fuera feliz o tampoco se le ocurrió como al tirano Mugave de Zimbabue en el 2007 que los precios de los artículos bajaran un mil por ciento, con la consiguiente quiebra de la economía. Cuantos matrimonios quiso el soberano inglés que le anularan se los anularon. El Parlamento, que le temía, aprobó el Acta de Supremacía en 1533, que confirmaba al rey como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra. Así nació la Iglesia Anglicana. La verdadera causa residió en la negativa del papa Clemente VII de anularle su matrimonio con Catalina de Aragón quien no le había dado un hijo varón. ¿Qué contestó el rey? “Si así es la cosa, ahora el papa soy yo”. Quien desconociera esa ordenanza era considerado hereje y traidor a Su Majestad y, por tanto, ejecutado. Entre todas las víctimas se destaca su amigo el obispo Tomás Moro, declarado santo tanto por la Iglesia Católica como por la Iglesia de Inglaterra. Otro fraile opositor, John Houghton, fue ahorcado, arrastrado y descuartizado. Todo lo que molesta a los autócratas es reprimido. Hoy en Venezuela se reprime con juicios penales por orden del palacio de Miraflores a quienes ejercen cualquier crítica o muestran la realidad política, económica o social. A Capriles, dice Maduro, le pulen todos los días la celda que le espera. Maduro nos sancionó a los nortesantandereanos con no vendernos más gasolina porque nuestro presidente recibió al verdadero ganador de las elecciones del 14 de abril Enrique Capriles en el Palacio de Nariño. Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII, murió ajusticiada, entre otros cargos inverosímiles, por reírse de los versos del rey. Pero quien pagó bien caro el poner en ridículo al amo fue su mano derecha Thomas Cromwell: lo mandó a decapitar por haberle escogido una esposa muy fea. De las seis cónyuges dos murieron bajo el filo de la espada o el hacha. La duquesa de Milán, Cristina, buscada por un enviado de Enrique para ofrecerle la corona como reina consorte de Inglaterra contestó: “gracias, prefiero vivir; si tuviera otra cabeza de repuesto aceptaría”. Pero este rey no solo gozaba cortando cabezas sino también en su harén llamado “Jordan House”. Cuando discretamente se le escabullía a la esposa de turno los subalternos comentaban: “va para el Jordán”. Con todo, el progreso material y cultural de Inglaterra en la era de Enrique VIII alcanzó proporciones enormes, además de erigirse como potencia marítima, militar y política. Ello marca una distancia importante con los dictadores de los países del tercer mundo que siempre los llevan al atraso. Sin embargo, débese recordar que a diferencia con Maduro, por ejemplo, de ignorancia reconocida por todos, Enrique VIII se distinguía por ser un humanista: versado en matemáticas y avanzado en teología, hablaba latín fluidamente, escribía obras en dicha lengua y se desenvolvía en francés, italiano y español. Es decir, un malo muy instruido. Se puede decir lo que se quiera en contra de Enrique VIII pero nunca que fuera un asno coronado. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 18 de noviembre de 2013.

jueves, 14 de noviembre de 2013

SECTARISMO

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA SECTARISMO Orlando Clavijo Torrado Colombia está pasando del bipartidismo al multipartidismo sin grandes esfuerzos ni traumatismos. Algunos viejos nos aferramos al partido de toda la vida, de los padres, de los abuelos, de la familia. En contraste, de unos años acá la gente se sale de los dos célebres partidos y se adhiere a las recientes formaciones con nombres impactantes, o quienes no han militado en alguna facción, como es el caso de los jóvenes, también abrazan cualquier grupúsculo. Lo que menos interesa es la ideología. Importa lo novedoso, lo aventurero o cuanto rompa con lo tradicional en el sueño de que a través de otras banderas las cosas cambiarán, de que la prosperidad, la oportunidad para todos, la justicia, la salud, la vivienda, el trabajo, en fin, la dicha general, ahora sí se harán realidad. No hay ningún partido, ni viejo ni nuevo, que no ponga a soñar a la gente, que no prometa la felicidad terrenal. Estos saltos de un partido a otro sin ponerse colorado se llama transfuguismo. Éticamente es obvio que no está bien. Sin embargo, he notado que los tránsfugas no son visiblemente sectarios. Son sectarios los de las extremas, derecha e izquierda, pero los de partidos emergentes, que a veces no son ni chicha ni limonada, que navegan en aguas indefinidas, que tiran para todos los lados, esos tienen la virtud de carecer de sectarismo. En estos días el columnista de La Opinión Olger García Velásquez, liberal inconfundible, memoraba a propósito del centenario del nacimiento del doctor Lucio Pabón Núñez cómo en las épocas en que se movió este personaje nuestro el sectarismo era el común denominador, y cómo personajes que conocimos en las últimos años de su vida predicando y practicando la concordia y la amistad entre todos los colombianos, tal el caso de Carlos Lleras Restrepo, en los mismos tiempos de Pabón ordenaba a los liberales no saludar a los conservadores, y si había un conservador en la familia también aislarlo. Gilberto Alzate Avendaño denunciaba que hasta de las páginas sociales de El Tiempo lo habían desterrado. Extrañamente, cuando el sectarismo ya se estaba difuminando, nuestro coterráneo Virgilio Barco Vargas lo revivió en su período presidencial de 1986 a 1990 decretando la expulsión de todo individuo conservador de los cargos del gobierno. Ello le costó al estado millonarias indemnizaciones por despidos injustos de padres y madres de familia que dependían en ocasiones de empleos desempeñados durante muchos años. En el departamento Norte de Santander los gobernadores de esa amarga temporada, todos liberales, naturalmente, cumplieron a cabalidad la orden presidencial. Sé de muchas personas que demandaron el decreto de insubsistencia. El tesoro departamental pagó los platos rotos y contra nadie, hasta el momento, que se conozca, se ha hecho efectivo el reintegro de los dineros pagados a los demandantes, como lo dispone la ley. El sectarismo era una plaga infame. Ni estadistas de la altura de Alberto Lleras Camargo, tan magnánimo y sereno al final de su carrera política, se libraron de su contagio. Recordaba Fernando Villa Quintero, liberal de raca mandaca y antiguo columnista de La Opinión, en un artículo publicado el 4 de marzo de 2010, que su amigo Felipe Zuleta Lleras, nieto de Lleras Camargo, le refería que su abuelo no llamaba a los conservadores como tales sino como “los hijueputas godos”. Ojalá que nunca más el sectarismo regrese a Colombia. Mejor aún, que ni se vuelva a mencionar ni a utilizar en ninguna parte, menos en los libros y en la prensa, y con mayor razón en ningún gobierno. orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com 13 de noviembre de 2013.

viernes, 8 de noviembre de 2013

¡TENDREMOS CARRETERA!

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¡TENDREMOS CARRETERA! Orlando Clavijo Torrado ¡Que noticionón la que nos han dado! ¡En diez meses estará reconstruida, pavimentada y señalizada la carretera Cúcuta-Ocaña a partir de El Zulia! El recorrido se hará en tres horas, en lugar de las cinco, seis y hasta ocho horas a que estamos acostumbrados. Realmente tanta belleza nos deslumbra, y por culpa de tantas promesas quebrantadas uno como que se resiste a creer semejantes vaticinios. Pero – como decía Laureano Gómez – a la gente hay que creerle. Desde ya nos saboreamos con un paseo de esa naturaleza, con un sueño de muchos años. Ir de una ciudad a otra y regresar el mismo día, bien fresco y descansado, ¡qué delicia! Que las arepas ocañeras lleguen casi calientes a Cúcuta, ¡qué maravilla! O que se llegue pronto al refugio de clima suave como es Ocaña luego de realizar alguna gestión en la ardiente Cúcuta, ¡ni pa qué dicilo!, según una reina de Labateca. Vale la pena ilusionarnos después del cúmulo de desilusiones por tantas veces de obras de reparación emprendidas y cumplidas, a costos milmillonarios, pero de corta duración. Tanto dinero perdido. Goces pasajeros. Y al final, de nuevo los desastres, la vía de mal en peor, los cráteres inundando los 200 kilómetros, la incomunicación, las pérdidas de agricultores y comerciantes y de transportadores con sus máquinas, y como remate, el aislamiento de Ocaña y los pueblos de su antigua provincia, con anhelos de independizarse de Norte de Santander y de formar otro departamento, o más acercamiento a la costa atlántica o a Bucaramanga. En Cúcuta poco se conoce la riqueza intelectual de Ocaña, y cómo día a día se trabaja en proyectos educativos y crecimiento en valores desde variadas fuentes como la Academia de Historia, la universidad Francisco de Paula Santander seccional Ocaña, el Complejo Histórico de San Francisco, los colegios y diversas organizaciones netamente culturales entre las que se destaca la Corporación Desfile de los Genitores. De culminarse la integración entre las dos ciudades por la vía terrestre, al tenor del anuncio de esta semana, el beneficio mutuo no solo se reflejaría en lo económico sino en compartir el patrimonio inmaterial, el que prácticamente una y otra hoy en día desconocen. En suma, alegrémonos por esta estupenda noticia y hagamos fuerza porque ahora sí sea verdad. Un consejito a los contratistas: ejecuten los trabajos que se requieran con absoluta honradez, no escatimen gastos que para eso les van a pagar cifras fabulosas salidas del bolsillo de los contribuyentes colombianos, y echen cimientos firmes y el asfalto reglamentario que dure esta y muchas más generaciones. Si así obraren, los nortesantandereanos los recordaremos con gratitud. Si no….bueno…, ustedes ya saben como somos de groseros… orlandoclavijotorrado.blogspot.com 6 de noviembre de 2013.

miércoles, 30 de octubre de 2013

EL ALTO DE LAS BRUJAS

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL ALTO DE LAS BRUJAS Orlando Clavijo Torrado El abuelo Anastasio Cote transportaba oro en recuas, como era la costumbre y la modalidad de aquel tiempo, por los años 1920. El oro lo recibía en Pamplona; el camino hacia Bogotá que él frecuentaba pasaba por Silos; el largo viaje se hacía llevadero gracias a algunas fondas ubicadas a ciertos trechos. Aclaremos que llamamos abuelo al señor Cote si lo miramos en esta época pero en aquel entonces era un mocetón de unos treinta y cinco años. Uno de aquellos paraderos era atendido por tres hermanas. La menor, llamada Aurora, la más hermosa siendo todas hermosas, se prendó del abuelo, pero éste, fiel a su promesa matrimonial, no hacía caso de ella. En aquella ocasión en que ocurrieron los hechos que vienen a continuación, Anastasio pernoctó muy plácidamente en la posada de las hermanas. Apenas podía descansar un día. La enamorada le preparó un par de arepas de maíz como avío para la prosecución del viaje. Cuando el transportista iba bastante lejos, en un recodo de la travesía destapó el paquete envuelto en hojas de bijao, y en lugar de comer las arepas se las dio a un perro que siempre lo acompañaba. El animalito devoró aquello con mucha ansia y deleite. Continuó don Anastasio la jornada montado en su corcel en tanto que las mulas con el metal precioso marchaban detrás. Obreros a su servicio lo seguían. Súbitamente se posó una nube oscurísima muy poco encima de su sombrero. El caballo se encabritó. Anastasio se afianzó cuanto pudo pero al final un salto de la cabalgadura lo tiró por un peñasco. El noble cuadrúpedo quedó clavado en su sitio mirando cómo su amo rodaba pendiente abajo. Anastasio, con la ayuda de los peones, se levantó del zarzal que poblaba el pie de la peña, se sacudió, y salió de nuevo al camino. Le preguntaron por su estado de salud y él ya repuesto del golpe y la insólita arremetida de aquella fuerza extraña contenida en la borrasca les respondió que se encontraba bien, solo con unas leves escoriaciones. Se disponían a reanudar la jornada cuando alguno de los obreros reparó en el perro al que vio de pronto exhausto. Se acercaron a examinarlo y ante su asombro constataron que al pobre se le estaba cayendo el pelo. Sin explicación alguna quedó en pocos minutos completamente calvo, liso, y no duró mucho en caer muerto. Se preguntaron si este desenlace tendría relación con las arepas que se había comido. No había otra causa. ¿Y aquella extraña tormenta que solo cobijó a don Anastasio, que provocó que lo arrancara de la bestia y lo lanzara al abismo, qué razón tendría? Pues bien, concluyeron: las señoras de la última posada tenían fama de ser brujas. Si era así, todo estaba muy claro: Anastasio había desdeñado a Aurora; ella había pretendido envenenarlo con las arepas, pero para mayor seguridad de dañarlo hizo el conjuro de la tempestad. Superado el trance, la caravana reemprendió la ruta hacia Bogotá con el valioso cargamento. A la capital arribaron felizmente. Atrás habían quedado las brujas y sus hechizos, pero había nacido una leyenda. El punto en donde el abuelo Anastasio Cote fue derribado del caballo se llamó desde entonces El Alto de las Brujas. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 28 de octubre de 2013.

jueves, 24 de octubre de 2013

UN PROHOMBRE DE NORTE DE SANTANDER

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” UN PROHOMBRE DE NORTE DE SANTANDER Orlando Clavijo Torrado Bastaba con que fuera nortesantandereano, y más de la provincia de Ocaña, para que el doctor Lucio Pabón Núñez – todo el mundo lo conocía como “el doctor Lucio” – le concediera el favor que requería, en especial de becas o de puestos públicos. No discriminaba si era liberal o conservador, y de ello hay muchos testimonios y mucha gente agradecida. Ya estuviera en algún ministerio, en la rectoría de la universidad La Gran Colombia, en el Senado de la República, o en el periódico El Siglo, acogía con amabilidad al paisano solicitante y le entregaba una tarjeta, con una efusiva recomendación, para su amigo que disponía del cargo o regentaba la institución educativa. La primera noticia que tuve de él fue por boca de mi madre. Lucio estaba muy joven y ya corría su fama como político beligerante. Llegó un día a Ábrego, por el año 1935. Los liberales se alborotaron y algunos sanguinarios lo perseguían para matarlo. Se ocultó en la casa de mi abuelo Ramón Torrado Vergel. Se agazapó detrás de una puerta y de allí le indicó a mi madre, poniéndose el dedo en la boca, que no dijera nada. Los enemigos entraron a la casa, preguntaron por él y al no encontrarlo siguieron su camino. Lo conocí personalmente cuando estando yo de vacaciones universitarias en Bucarasica se apareció allí en una campaña al senado. Me nombraron orador para recibirlo; escribí algunas líneas pero no tan laudatorias sino de reproche porque aquel pueblo era de los pocos que no tenía carretera y ya estaba cansado de tantas promesas. El doctor Pabón – naturalmente como buen político – lejos de molestarse y a pesar del enojo de algunos miembros del directorio municipal por mis palabras, se me acercó y me dio un estrecho abrazo, me felicitó por mi osadía juvenil, me hizo halagüeños pronósticos y me obsequió, con una dedicatoria generosa, su libro “Del plagio y otras influencias literarias”. Cuando terminé mis estudios universitarios lo busqué en la universidad La Gran Colombia y el recordar aquel encuentro y su amistad con mi padre fue suficiente para que me extendiera una tarjeta para el doctor Urbano Pérez Sepúlveda, su amigo y compañero de trajines partidistas, presidente del recién creado Tribunal Superior del Distrito Judicial de Ocaña. Pero antes él mismo llamó al doctor Urbano y me postuló. Así obtuve mi primer destino oficial, el de juez promiscuo del circuito de Ocaña. Con los años, representando a la provincia en el gabinete departamental presidido por el señor gobernador Alfredo Yáñez Carvajal, el doctor Pabón me dio su respaldo. Viajé a Bogotá a agradecerle su gesto. Con su inmensa gentileza y humildad me recibió en su hogar, me brindó una copa de whisky que él mismo preparó – episodio que me abrumaba al verme atendido por un personaje de su importancia, y más me sentía honrado y avergonzado cuando me llamaba doctor pues no creía merecerlo ante tantos títulos suyos – y me invitó a un paseo al día siguiente a una finca sabanera de un cuñado suyo. En tal oportunidad me mostró su cédula de ciudadanía para desvirtuar que su patria chica era Villacaro sino Convención. De esas proporciones eran su dimensión espiritual, su nobleza y calidad humana. Cuanto le pedí como Secretario de Hacienda del Departamento en auxilios para diversos municipios siendo el senador de la República lo propuso y lo logró. Guardo con mucho afecto todos sus telegramas. Me afloran estos amables recuerdos ahora que en este 21 de octubre se cumplió el primer centenario de su natalicio. Haber sido amigo cercano de uno de los hombres más ilustres del departamento y de la nación en el siglo XX sin duda que enorgullece. Y es que figuras como Lucio Pabón Núñez realmente solo nacen cada cien años. El Instituto Caro y Cuervo lamentó como nadie su muerte en el año 1988 pues Pabón Núñez fue además de influyente y decisivo adalid político en ciertas etapas de la vida de Colombia, un brillante escritor, políglota, promotor de las artes y miembro de afamadas academias de historia y de la lengua nacionales y extranjeras. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 23 de octubre de 2013

viernes, 18 de octubre de 2013

EL PERRO Y EL GATO

CRONIQUILLA EL PERRO Y EL GATO Orlando Clavijo Torrado En realidad no debiera haber escándalo por el affaire del Instituto Municipal de Salud de Cúcuta – IMSALUD – pues todo el tiempo ha estado dando escándalos. El presupuesto que maneja es ya de por si un escándalo: 28 mil millones de pesos, que hoy en día representa una suma inmensa. No conozco a nadie en esa entidad, ignoro cuántos empleados de planta maneja, no sé cuánto devenga el gerente, pero si surge de bulto que estamos hablando de un monstruo y de una verdadera mina. Sé también que todos los cargos los manejaba el alcalde – digo los manejaba pues presumo que esto debió de cambiar gracias a la reciente contienda entre éste y el gerente -, que no se movía la hoja de un árbol de la fronda burocrática sin que el alcalde lo permitiera, que cada puesto lo repartía de acuerdo a sus conveniencias partidistas y que candidato que no tuviera padrino senador o representante afecto al burgomaestre le ladraba a la Luna. Pero además de semejante aberración propia de las costumbres políticas, eso de vincular mediante OPS u orden de prestación de servicios es lo más anticristiano que haya – y no lo digo porque la anterior alcaldesa y el actual alcalde pertenezcan a la religión fundada por José Satirio Dos Santos y conocida como el Centro Cristiano -. Cosas semejantes no puede hacerlas un verdadero cristiano. ¡Qué indignidad para los médicos y demás profesionales de la salud! ¡Qué manoseo y qué falta de respeto! Sin embargo, no se queda solo ahí: a lo denigrante y antiético hay que agregarle lo ilegal pues una OPS no es más que una forma descarada de encubrir un verdadero contrato de trabajo, ya que los tres elementos que integran el contrato se dan allí, así en los formatos se repita a cada renglón que no se trata de un contrato de trabajo, como lo he visto en casos en que se me ha dado poder para demandar particularmente a colegios privados. (Imsalud no les permite a los servidores una copia de tales OPS). En otros términos, quienes han manejado Imsalud son genuinos negreros. Al servidor le escamotean las prestaciones sociales, comprendiendo entre otros conceptos vacaciones y cesantías, el pago de horas extras diurnas y nocturnas, dominicales y festivos, el derecho a la salud y a la pensión, todo lo cual lo consigue Imsalud mediante convenios por cortos períodos de tres meses, y por si fuera poco le demoran el pago. Me preguntaba en estos días, en que tuve que atender a una maestra en la Procuraduría, el porqué se formaba un expediente tan voluminoso, cuál la razón para gastar hombres-hora, equipos e insumos en una queja ridícula y no se ponía la lupa en verdaderas corruptelas que ocurren a la vista de todos en alcaldías, concejos, gobernación y tantos otros entes oficiales. Si Álvaro Uribe mandó a trabajar, trabajar y trabajar, la orden debiera ser ahora depurar, depurar y depurar; de allí se derivaría el castigar, castigar y castigar, infinitamente, al perro, al gato y a cuanto depredador aparezca, sin ninguna consideración. orlandoclavijotorrado.blogspot.com Cúcuta, 18 de octubre de 2013.

OCAÑA, DE PELÍCULA

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA OCAÑA, DE PELÍCULA Orlando Clavijo Torrado Aunque ya en la prensa del departamento y en la nacional se ha comentado bastante sobre la producción cinematográfica El Hijo de la Independencia rodada en Ocaña y Río de Oro, no sobra agregar otra nota para destacar el empeño del equipo de ocañeros comprometido en la realización y aplaudir su espíritu artístico. El filme fue dirigido por Miguel Mario Páez Pacheco, hijo de nuestro presidente de la Academia de Historia de Ocaña Luis Eduardo Páez García y de doña Martha Pacheco García de Páez, igualmente gestora de campañas culturales. El libreto lo creó María Fernanda Figueroa. Genaro, el personaje ficticio que nace antes de la Revolución libertadora y cuya vida, plasmada en un diario, transcurre en medio de las luchas y perece en ellas, es cabalmente interpretado por el escritor e historiador Mario Javier Pacheco. El esfuerzo es valioso y encomiable si tenemos en cuenta que nunca en Colombia se ha contado con presupuestos holgados ni técnicas avanzadas para desarrollar cinematografía. Por ello, no deben esperarse escenarios grandiosos ni actores experimentados – unos muchachos universitarios juegan a ser soldados y simular batallas – porque si en una película de carácter histórico medieval filmada en Londres a alguno de los protagonistas estelares se le ve el reloj de pulso Rollex, en producciones hechas con más bríos que recursos como ésta obviamente algún detalle que no encuadra en la época se podía escapar, lo que no le quita el mensaje para las actuales generaciones y el sabor de patria. Por encima de todo debemos apoyar lo nuestro, dignificarlo, exaltarlo y enorgullecernos, pues son esfuerzos frutos del amor y del orgullo de nuestra raza, amor y orgullo que todos debemos sentir. De no ser por estos quijotes el arte en la provincia se iría perdiendo, y continuaríamos por el despeñadero de lo trivial, lo prosaico y lo puramente material que es el mandato de hoy. Un aplauso, una felicitación y un estímulo para quienes con su admirable trabajo contribuyen al fortalecimiento de la cinematografía regional al tiempo que a la divulgación de las gestas independentistas en que Ocaña tuvo sin lugar a dudas una participación fundamental desde aquel febrero de 1813 – del que se cumplieron hace pocos meses 200 años - con la formación del batallón de 180 hombres bajo el nombre “Libertador de Ocaña”, que emprendió la marcha victoriosa hacia Cúcuta al lado del campeón de la emancipación americana Simón Bolívar. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 16 de octubre de 2013.

jueves, 10 de octubre de 2013

EL MISAL DORADO

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL MISAL DORADO Orlando Clavijo Torrado Yo era un niño. Tendría 7 años. Aquella mañana había sacado una silla al andén, me subí y me apliqué a pegar sobre la pared una propaganda sobre no sé qué asunto. Seguramente el pegante era almidón de yuca, como se acostumbraba. Hasta mi “lugar de trabajo” llegó el sacristán, José Antonio, “Toñito”, como lo llamaba todo el mundo. Toñito vivía en la casa cural; además de atender el orden de la iglesia, servir de acólito y recolectar la limosna, se encargaba de cuidar la mula que pastaba en el solar de la casa cural, en la que el padre Rodríguez – después monseñor y vicario general de la diócesis de Ocaña- visitaba las veredas en peregrinaciones con la imagen de la Virgen y acudía a confesar a los enfermos. Toñito estaba en casi 18 años porque al poco tiempo lo llevaron para el cuartel. - ¿Te querés ganar unas buenas pesetas para que comprés todas las galletas y confites que te provoquen? – me tentó el sacristán. Solamente tenés que acompañarme por acá cerca, agregó. La propuesta halagó mi paladar, mi estomaguito y mi imaginación, saboreando anticipadamente tantas golosinas, de modo que bajé de la silla, recogí los materiales y marché de la mano con mi amigo. Llegamos a la esquina conocida como de doña Herminia; el corredor de la casa se levantaba sobre largos pilares de madera semejantes a zancos sobre un hondo hueco, que hacía de solar. Allí crecían unos arbustos de enormes hojas; creo que eran de platanillo, ortiga y bijao o biao. Formaban un tupido bosquecillo. Una cerca de alambre separaba este solar de la calle pública. Toñito se detuvo en el lugar, fijó la vista en el bosquecillo y exclamó con gran alegría: “¡Estamos de buenas! ¡Mirá lo que hay allá! ¡Un libro como de oro! ¡Es de los dos! ¡Andá, recogélo, me lo das a mí, y cuando lo venda partimos la plata!”. Me señaló desde el punto de la calle un libro grande, de pasta dorada, semioculto bajo una de aquellas inmensas hojas. Luego me dijo que él, por ser más grande, no podía cruzar entre las cuerdas de la cerca, lo que yo sí podía hacer por mi pequeña y menuda estatura. Pese a mi total inocencia, un rayito de sospecha pasó por mi mente, pues todo el episodio no me parecía normal. Pero como no estaba en capacidad de hacer grandes discernimientos, me agaché, atravesé fácilmente la cerca sin arañarme, caminé pocos pasos y recogí el libro que había sido cubierto con un poco de tierra por encima. Se lo entregué a mi patrón y éste me recompensó con un puñado de monedas – después quedó en claro que correspondían a las limosnas de la gente en la misa, esto es, que yo me comí en golosinas las ofrendas de los fieles -. No demoré mucho en llegar a la tienda de don Leonardo Plata en donde había la mayor variedad de dulces para uno embutirse y empalagarse, como ambrositos, chiclets, frunas, masmelos, mentas, arrancamuelas, colombinas, galletas, etc., etc., y me bebí apurado dos kolas Calle de una sola vez. Hoy en día tengo la sensación de que mi voracidad delató al ladrón. A mi padre le llamó la atención el ver que mis bolsillos se reventaban de caramelos, y mastique y coma y coma. Me preguntó que donde había sacado plata para comprarlos y yo, siempre tan transparente desde chiquito, le revelé el nombre del generoso y le conté el asunto del libro lleno de tierrita por encima. Por esos días el padre Rodríguez, muy amigo de mi padre, se hallaba muy preocupado y le confió el motivo: el misal grande, el de pastas doradas, fino y costoso, había desaparecido. Como final de la historia ocurrió que mi padre me llevó de testigo a la casa cural, yo referí todo empezando por la pegada del papel en la pared, Toñito reconoció su culpa y devolvió el libro, y una junta municipal constituida por el cura, el alcalde y mi papá, decidió que para no meterlo preso lo entregaran a la comisión de reclutamiento en busca de que Toñito se regenerara. Sin embargo, el sacerdote no se quedó con las ganas de propinarle unos fuetazos. Toñito fue, con los años, un gran sargento de la Policía Nacional. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 9 de octubre de 2013.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿CÍNERA O COMANCHE?

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” ¿CÍNERA O COMANCHE? Orlando Clavijo Torrado Volví a Salazar de las Palmas en estos días luego de unos tres lustros sin pisar dicha tierra. Lo hice junto con mis compañeros de Asopenjur, la asociación de pensionados del poder judicial y afines. Con ellos, como escribí hace unos meses, todo es una gozadera. El hostal Juana Naranja es confortable; ninguno quiso bañarse en la piscina porque prefirieron la ducha en las regaderas de los Siete Chorros, aledaños al santuario de la Virgen de Belén. Otros recorrimos la población. En esencia, nuestros pueblos poco cambian. El mismo templo parroquial – en Salazar curiosamente existen dos iglesias una frente a otra -, el palacio municipal, las tiendas grandes y las casas tradicionales, todo ello alrededor de la plaza principal. El aumento de la población ha demandado la construcción de viviendas para la gente pobre en las afueras de cada cabecera municipal, pero adelantos que lo lleven a uno a exclamar ¡guau! no se ven. En esta visita me detuve a contemplar el monumento al cacique Cínera. Este, recordemos, nació por el año 1520 y murió por 1561 en un enfrentamiento con las tropas del conquistador Diego de Montes. El dominio de Cínera, dice la leyenda, se extendía por los actuales distritos municipales de Salazar de las Palmas, Arboledas, Cucutilla y Gramalote. Fue el padre de Zulia, la princesa que luego casó con Guaymaral, hijo del intrépido y poderoso Marac, jefe de los cúcutas. Pues bien: la estatua en bronce con que se honra al cacique Cínera fue elaborada en Nueva York, según la placa de identificación. No dice en qué año. No encontré soportes sobre los antecedentes del monumento, por quién fue ordenado, si por la alcaldía o por el concejo - como es de suponer - , el contrato y sus condiciones, el costo de la obra, cuándo fue entregada y cuándo fue instalada en la mitad del parque en donde hoy luce, etc. Pero lo que sí es seguro es que al fabricante le encargaron que hiciera simplemente un indio. Y el hombre lo hizo. Siendo norteamericano obviamente tuvo en cuenta a los aborígenes de su país, digamos a los apaches, los comanches, los cheroques, los sioux y los navajos. Por su mente debieron de pasar famosos guerreros como Toro Sentado, Caballo Salvaje, Nube Roja, Ojo de Águila, Aroma de Azúcar, Pájaro Pateador y Pequeño Cuervo, pero menos iba pensar el imaginero en un indio empeloto y pobretón como los nuestros. Por eso el presunto cacique Cínera luce una capa sobre el torso descubierto, botas, faja al cinto y pantalón de zamarra con flecos de cuero. Repito que al fabricante no le dieron instrucciones y menos documentos como uno de 1578 en que se describe la vestimenta de los nativos de la región de Ocaña: los varones, “desnudos en carnes, traen cubiertas sus vergüenzas con un pedazo de paño” , y las mujeres “traen una vestidura a manera de un costal abierta por arriba y abajo sin costura; tráenlas puestas y presas de los hombros con unas cuerdas”. En la estatua lo único que lo muestra como indio nuestro es la pluma en la cabeza y el arco y la flecha. La capa que le pusieron semeja mucho a una de Jorge Washington o de Simón Bolívar. De modo que por frío no padeció el valiente Cínera. Ni siquiera se le puede llamar Toro Parado porque aún no habían llegado las vacas a estas montañas. En definitiva, en las veces que había visitado a Salazar me comía el cuento de que la figura de allí representaba al recordado cacique Cínera. ¡A otro indio con ese cuento! orlandoclavijotorrado.blogspot.com 25 de septiembre de 2013.

lunes, 23 de septiembre de 2013

LOS VENENOS DE LA CONSTITUCIÓN

CRONIQUILLA LOS VENENOS DE LA CONSTITUCIÓN Orlando Clavijo Torrado En el trance en que nos tiene Nicaragua con sus reclamos, nuestra propia Constitución Política de 1991 es paradójicamente nuestro peor enemigo y vienen de allí nuestros males. Como es sabido, la orientación ideológica de la hoja de ruta fue liberal-comunista puesto que en la Asamblea Nacional Constituyente las parcialidades de esas tendencias predominaron. En efecto, de los 70 delegatarios 25 eran del Partido Liberal; de la Alianza Democrática M-19, un partido marxista, 19; de la Unión Patriótica, otro partido marxista, 2; de los movimientos indígenas, también de tendencia izquierdista, 2; del Movimiento de Salvación Nacional orientado por Álvaro Gómez Hurtado, 11; del Partido Social Conservador, el embeleco de Misael Pastrana, 9; de la Unión Cristiana, 2. En total, las banderías liberales y de izquierda tuvieron 48 representantes, doblegando a las fuerzas de la derecha que no sumaron sino 22. Además, muchos conservadores cómodos se sumaron a sus naturales contradictores. El viejo marxismo ha predicado que no existen naciones sino la hermandad mundial en que, por supuesto, un hermano mayor se impone sobre los demás. Sin más preámbulos, digamos que en el abrebocas del texto, en las primeras líneas, llamada la invocación, al “pueblo de Colombia…” lo comprometen los delegatarios a “impulsar la integración de la comunidad latinoamericana”. Por ese lado ya vamos perdiendo. No nos podemos pelear por ningún motivo con los vecinos, menos aún con los hermanos, en este caso los hermanos nicas, o los hermanos venezolanos o ecuatorianos, A los hermanos todo se les perdona. Y para que no quede duda de estos nobles propósitos el artículo 9º de la misma Constitución dice en su parte final que “la política exterior de Colombia se orientará hacia la integración latinoamericana y del Caribe” (por Caribe léase Cuba y Nicaragua). ¡Otro tatequieto para que Colombia permita que la despojen de sus mares! No hay que rechazar las travesuras de los hermanitos del Caribe sino celebrarlas. Y no cabe excusa para no aceptar el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 19 de noviembre de 2012 que nos arrebató 75.000 kilómetros cuadrados de franja marina, o más de 90.000 kilómetros cuadrados según el país centroamericano, cuando el mismo precepto puntualiza que “las relaciones exteriores del Estado se fundamentan…en el reconocimiento de los principios del derecho internacional aceptados por Colombia”. Otro nudo en la soga que aprieta el cuello de nuestra pobre patria. Insistiendo en la misma doctrina, el artículo 227 proclama que “El Estado promoverá la integración económica, social y política (¡ojo!, la integración política) con las demás naciones y especialmente, con los países de América Latina y del Caribe…inclusive para conformar una comunidad latinoamericana de naciones (el sueño de Hugo Chávez)…” Ahora, el artículo 96 en su numeral 2º, literal b, le otorga la calidad de nacionales colombianos a “Los Latinoamericanos y del Caribe por nacimiento domiciliados en Colombia… de acuerdo con la ley y el principio de reciprocidad...” Vamos a ver qué otros países son tan generosos y responden con reciprocidad. Finalmente, para comprobar que nuestra Constitución es nuestro propio cuchillo citemos solamente los incisos 2º y 3º del artículo 101: “ …Forman parte de Colombia, además del territorio continental, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la isla de Malpelo, y demás islas, islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen”. Léase bien y mírese la redacción palabra por palabra: que le pertenecen. ¿A quién? ¿A las islas, islotes y cayos? No. A Colombia. Esto constituye una afirmación ambigua. Estimo que el artículo 3º de la antigua carta era más preciso y tajante en este punto. No reconocía como países limítrofes sino a Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá. Claro que ni en 1886 ni en 1991 se barruntó que una Corte Internacional, a cuyos designios se sometió Colombia, aplastaría con sus doctrinas nuestra Constitución. ¡Grave situación, Sancho, la que afrontamos!, diría el Quijote. De un lado, fungimos como feroces defensores del derecho internacional, y de otro, vociferadores contra el mismo porque nos dieron de la propia medicina. Como en la famosa película, estamos atrapados sin salida. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 23 de septiembre de 2013.

viernes, 20 de septiembre de 2013

¿NACIONES CIVILIZADAS?

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¿NACIONES CIVILIZADAS? Orlando Clavijo Torrado Dijo Jesús: no todo el que clama ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos. De igual modo, no todo el que predica respeto por los derechos humanos es digno de credibilidad. En Suecia, país que nos asesora tanto en derechos humanos, nos vigila, nos exige y nos critica, hace unos años mataron a su primer ministro Olaf Palme en plena calle el 28 de febrero de 1986. Es un ejemplo de que allá, pese a tanta cultura, también se desconocen los derechos humanos a los ojos de todo el mundo. En Amstetten, Autriche, Austria, la culta Austria, a finales de abril del 2008, se conoció un caso que horrorizó al mundo entero: Josef Fritzi mantuvo en cautiverio a su hija Elisabeth, en dicha fecha de 42 años, y la forzó a mantener relaciones sexuales durante 24 años, procreando en ella 7 hijos que vienen a ser también sus nietos. El hombre acumuló ya 77 años de vida. Rosemarie, la esposa del malvado, o permitió todo aquello deliberadamente, o fue intimidada para que lo permitiera. En la cuna de la civilización, Irak, y en los países aledaños, igualmente asiento de la raza humana en sus períodos de expansión cultural, las matanzas y las inmolaciones arrastrando otras víctimas, son pan de cada día. En Siria, otro de los pueblos más antiguos del mundo, en donde San Pablo comenzó su nueva vida de evangelizador cristiano, su presidente, el médico oftalmólogo Bashar al-Assad y dictador desde el 2000 al morir su padre que gobernó durante treinta años, ejerce una feroz represión contra sus opositores y mató en el pasado mes de agosto a 1.700 personas, entre ellas 400 niños, y dejó heridas a 5.000, mediante el uso de una terrible arma química como es el gas sarín. En España, nuestra madre patria, ¡pero qué madre!, la xenofobia es patente. La tv mostró hace unos años ataques a patadas contra inmigrantes sudamericanos perpetrados por jóvenes pasajeros de autobuses e incluso por propios guardias de trenes. La razón: que no soportan ver en sus transportes a mestizos y a los despectivamente llamados sudacas (suramericanos). Y aún así tienen a un señor Baltasar Garzón, ex juez de corte socialista, predicando por los países no socialistas, la inviolabilidad de los derechos humanos. En consecuencia, hay que desconfiar de todos los que proclaman respeto a los derechos humanos, y más de los estados que los reclaman para estos pueblos subdesarrollados cuando en los suyos son materia de burla y los convierten en bandera de exportación. Exijámosles que primero los cumplan en sus territorios antes de venir aquí a cuestionarnos. No miran la paja en el ojo propio sino en el ajeno. orlandoclavijotorrado. blogspot.com 18 de septiembre de 2013.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿QUIÉN MÁS?

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA ¿QUIÉN MÁS? Orlando Clavijo Torrado En verdad Colombia no debería llamarse el país del Sagrado Corazón sino de los Sagrados Paros porque es sagrado que todos los días haya un paro de algo. Con todo, vamos bien. Descansamos de los bloqueos a todas las carreteras del país por los campesinos, indígenas y transportadores – no pararon los avicultores y los ganaderos que sin embargo resultaron afectados - y ahora los maestros o pedagogos entran en un paro nacional que al parecer se levanta este jueves. (Recuerdo que el humorista Montecristo propuso una vez hacer un paro contra los paros). No sé si alguien lleve la estadística de los paros laborales que se producen en el país anualmente. ¿Quién se llevaría la medalla de oro en el campeonato de hacer paros? Realmente importa saber, por conceptos como manejo presupuestal de la nación, pérdidas o ganancias de las empresas y los trabajadores, horas de trabajo en receso, producción, conquistas salariales y beneficios sociales, atraso o progreso en la actividad sometida a la parálisis, aumentos o disminuciones en las cajas o en los bolsillos, etc., cuál es el gremio que más para, por qué, y si hay razones políticas o reivindicaciones ajenas a ellas porque me contaron de un sindicato de una empresa ligada con la energía en Cúcuta que en alguna oportunidad no tuvo otro motivo de protesta que el haberles servido en la comida dos días seguidos jugo de mango. Me lo refirió la nutricionista contratada para atenderles el menú. Los del cuento son ciertamente unos trabajadores muy privilegiados a los que un grupo político les daba orden de no dejar un semestre sin siquiera hacer una huelga por mantener el músculo de lucha activo. Empero, mirándolo bien, paraban por joder. No hay duda de que cuando uno es estudiante de colegio o universidad le gustan los paros. Claro, por capar clases. El anuncio del líder en la asamblea en el patio de que “nos vamos a paro indefinido” nos caía de perlas para ir al cine, a la piscina, sacar a la novia o simple y dulcemente, para dormir, dormir y dormir. Hoy no es distinto. Los alumnos están felices con el paro de sus profesores: además de no tener que levantarse más temprano, pueden jugar en el computador y chatear horas enteras. Como todos sabemos, ¡qué difícil es hacerles entender que primero está el estudio y luego la tablet, el ipod, el BlackBerry y demás artefactos! Los paros laborales en esencia son buenos si son pacíficos, sin atentar contra nadie ni contra nada. Por lo general en ellos va envuelto un reclamo que el empleador no ha advertido, el cambio de una condición, el reconocimiento de algo a que se tiene derecho. Se requiere mucha inteligencia en la confrontación de las ideas de patrono y trabajador - dos brutos o dos tercos no pueden discutir - , suma prudencia, dosis de justicia y medida razonada. Ahora, todos los puntos que inquietan debían de tratarse de una vez para no estar en el desgaste de los paros frecuentes. (¿Será cierto que los paros son un negocio?). Los paros estudiantiles, como se presentan en la actualidad y por tener variados ingredientes políticos, son los más complejos. Me imagino que el presidente Santos, que apoyó el llamado paro agrario, dirá una vez que cese el paro de maestros: Compatriotas: estamos en la feria de los paros. ¿Quién más quiere hacer paro? orlandoclavijotorrado.blogspot.com 11 de septiembre de 2013.

lunes, 2 de septiembre de 2013

SE PUSIERON DE RUANA

PARA EL SEMARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA SE PUSIERON DE RUANA Orlando Clavijo Torrado Como todo está cambiando vemos que hasta los refranes ya no significan lo mismo que antes. Antiguamente se decía “tapar el Sol con las manos”; hoy se dice “tapar el Sol con un dedo”, lo que constituye demasiado optimismo. O la fuerza de los hechos desvirtúan tales sentencias populares, por ejemplo aquella de que el hábito no hace al monje. Pues no señor: el hábito sí hace al monje. Quien crea lo contrario está despistado. Y desarrollando este razonamiento llegamos a nuestro objetivo, a aquel refrán de que la justicia es para los de ruana. Los de ruana, de auténtica ruana, en este caso los labriegos del Cauca, Boyacá y Nariño, en el paro que mantienen y con el que por poco derrocan a las autoridades, no han sufrido ninguna injusticia sino que se la impusieron a los demás colombianos, esto es, se pusieron de ruana al país. Otra cosa es que sus reclamos sean justos como todo el mundo lo sabe y lo constata nada más viajando por cualquier sitio y mirando la miseria de los campos. El denominado paro agrario sacó a flote, además de la incapacidad del señor Juan Manuel Santos, muchas verdades y debilidades. El presidente anunció que no permitiría ningún bloqueo de las carreteras y lo permitió; se mostró tolerante frente a los desmanes de los desadaptados; quiso congraciarse con los amotinados reconociendo que la deuda del Estado con el campo tiene ya décadas y, al final, se sumó virtualmente al movimiento cuando la Nación ardía por los cuatro costados y el régimen tambaleaba. Santos olvidó a los nueve millones de colombianos que lo eligieron, nueve millones de compatriotas pacíficos, y los dejó a merced de unos centenares de supuestos protestantes agresivos y delincuentes. No se trata de discriminar sino de confrontar a cualquiera que coarte la libertad y atente contra la vida, la integridad personal y los bienes de los conciudadanos, llámense esos agresores los de ruana, los de corbata, de camiseta, de overol, de yines, de ropón o minifalda. Otra enseñanza que deja el paro agrario – o mejor insurrección agraria – es la nula influencia que ejercen en el pueblo colombiano estos tres entes representativos: la Iglesia, el Partido Conservador y el Partido Liberal, al contrario de la que ejercen la Farc y los pequeños partidos de izquierda. ¿En dónde los jerarcas eclesiásticos llamaron a los millones de fieles católicos a manifestarse sin cometer crímenes ni pecados? ¿En dónde los directores del Partido Conservador, el de la ley, la autoridad y el orden, convocaron a sus dos millones de militantes a salir a las calles y carreteras a rechazar tantos desafueros y la falta de carácter del gobierno? ¿Y en dónde el Partido Liberal, el de las libertades, la asistencia social y el respeto para todos, condenó el acorralamiento contra poblaciones enteras y el derramamiento de leche en la carretera frente a la boca de los necesitados y hambrientos? Ante ese vacío, ante tanto silencio cómplice, las masas siguen las orientaciones de cualquier bochinchero y se lanzan a violar las leyes de la república a sabiendas de que contarán con impunidad total. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 2 de septiembre de 2013.

miércoles, 21 de agosto de 2013

LA REINA DE LOS BLOQUEOS

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” LA REINA DE LOS BLOQUEOS Orlando Clavijo Torrado En este país de reinados, el certamen que reúna los nombres de los problemas que cada día nos golpean aún no se ha convocado. Las candidatas estarían todas en forma: la selección de la ganadora sería, evidentemente, como diría el difunto ex presidente Turbay Ayala, o ciertamente, en la expresión del ex presidente Gaviria, muy difícil. Bueno, aclaremos que no todas se encuentran en forma, porque la candidata de la presidencia de la República, Juana Manuela Santos, luce cada día muy debilucha. Montemos el concurso imaginariamente y veamos cómo se desarrollaría. Por los campesinos de Boyacá, Cauca y Nariño, luciendo una ruana recamada en piedras del camino, palos, machetes y brillantes bombas incendiarias, Amadora DePablo Queoz. Naturalmente, por el Eln la explosiva señorita conocida simplemente como Elena aunque también podrían escoger a Magdalena Medio. Por las Farc irían Linda Tarazona De Guerra o su prima Zoila Guerra. Los cultivadores y comerciantes de coca y marihuana enviarían dos candidatas: a la tierna y suave Yolima Fiosos y a Regina Arco Ticoz. Los estratos bajos aclamarían como su reina a Francisca Ana Pobreza. De toda Colombia saldrían postulantes para este inusitado pero nunca ensayado evento. Las damitas que más suenan últimamente no faltarían. Tendríamos entonces a Mary Consuelo Primera y a Élsida Delano con sus cohortes de gays vivándolas. Los manifestantes callejeros elegirían a miss Mercedes Órdenes, cuyos adeptos crecen ante la impotencia por contenerlos de la Policía. Los gremios de industriales, comerciantes, ganaderos y empresarios agrícolas tendrían como su abanderada simbólica a Inés Torsión, aunque podrían inclinarse también por Mireya Eslava Cuna. Un grupo de políticos lanzaría a la apetitosa Bertha Jada, otros a Dulcita Cara Melo y contaría con muchos fervorosos Eva Gabún Dería; pero serían fuertes contendientes Purita Paja y Karime Importa Umbledo, consentida de los más descomplicados. Y otras, para resumir: Diana Ceci Nado y Condesa Parecidos por las víctimas de los grupos armados ilegales; por los que han tenido que salir corriendo del país, Betsy Liados; por los que viven en zonas de influencia guerrillera Filomena Zadoz. Sin embargo, estas misses tendrían que emplear todas las formas de lucha para vencer a Clarita Valencia, a la que apodan Clarita Violencia. ¿Qué tal el reinado que vive Colombia? ¿Por quién votaría usted dentro de ese ramillete de candidatas? Según reportes de siete departamentos, por ahora va liderando la polémica niña DePablo Queoz. (Adaptado de la columna Cosquillejas, del periódico El Comercio, del mismo autor, con la consiguiente actualización). orlandoclavijotorrado.blogspot.com 21 de agosto de 2013.

jueves, 15 de agosto de 2013

EL DESCABEZADO

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL DESCABEZADO Orlando Clavijo Torrado En los pueblos aún se mantienen las tradiciones de brujas, tesoros encantados y aparecidos como la gritona, la luz corredora, la pata sola y el descabezado. Son cuentos de espanto que, a la vez que fascinan a los niños, los hacen estremecer de terror. Las madres, principalmente, los utilizan para hacerse respetar. Justamente, una señora de un campo de El Zulia aprovechaba una de esas fábulas para procurar que sus retoños se recogieran temprano y no perdieran el tiempo mirando la televisión en el único televisor que había en leguas a la redonda. Don Cipriano era el potentado que en aquellos fundos sembrados de arroz poseía un pequeño televisor, a cuyo alrededor se agrupaba noche tras noche el vecindario. Los muchachos se contaban entre los más asiduos visitantes. Y no se diga los tres hijos de doña Encarnación que, al menor descuido, se le escapaban. “Cualquier noche de estas les va a salir el descabezado”, les sentenciaba. Y para infundirles pánico les explicaba que se trataba del alma en pena de un hombre que por haber desobedecido a la madre siendo un infante, al montar un caballo cerrero éste se desbocó, lo llevó por la llanura a galope loco y finalmente lo internó en un bosquecillo en donde unas ramas bajas le arrancaron la cabeza que quedó allí colgando. Pero con todo y lo espeluznante del cuento los jovencitos no se resistían a acudir a la tienda de don Cipriano a deleitarse con las figuras y los sonidos de la pantalla chica. Aquella noche Hermenegildo se entretuvo en el caserío tomando cerveza con sus amigos y no vino a emprender el camino de regreso a su finca sino promediando las doce. Iba trastabillando por la sabana, bien jumo. Lo alumbraba un tabaco que chupaba a intervalos. La luz del tabaco desaparecía cuando el borracho se caía, y reaparecía como un punto rojizo en la planicie al levantarse. De pronto Hermenegildo sintió el llamado de los intestinos, apremiante, sin demora, ya, y no tuvo más que buscar un matorral en donde se puso en cuclillas para evacuar. El tabaco seguía brillando en la oscuridad de la noche. En aquel momento los hijos de doña Encarnación tornaban en una sola bicicleta a su casa. Desde lejos empezaron a ver aquel cocuyo que se avivaba y se opacaba. A medida que se aproximaban la luz fulguraba más. ¡No había duda! ¡El descabezado! ¡El pavoroso espanto anunciado por su mamá! Sin embargo, pese al temor que su vieja no cesaba de inculcarles, ellos, adolescentes, traviesos, aventureros, con el arrojo propio de su edad frente a los peligros, concluyeron que no podían permitir que el fantasma se les acercara pues ahí si sería su muerte, el acabose, o sabría Dios qué desgracia, o mínimo un desmayo seguro, de modo que se apearon de la bicicleta, recogieron piedras y le declararon la guerra. Hermenegildo gritaba desde su escondite pidiendo clemencia sin que los muchachos lo escucharan. La andanada de piedras logró que el tabaco se apagara. Cuando los chicos estimaron que el riesgo había pasado, que habían matado al muerto descabezado, montaron conformes en la bicicleta. Llegaron a su casa y se acostaron calladitos. En las primeras horas de la mañana Hermenegildo pasó por donde doña Encarnación, su comadre. La mujer se sorprendió al verlo amoratado, con numerosos chichones, y quejumbroso. - ¿Qué le pasó, compadre? - le preguntó en tono compasivo. Y el pobre hombre le respondió simplemente: - Pues, comadre, resulta que anoche unos hijueputas gamines degenerados, marihuaneros, me cogieron a piedra y no me dejaron ni cagar. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 14 de agosto de 2013.

jueves, 1 de agosto de 2013

NATALICIO DEL LIBERTADOR

CRONIQUILLA NATALICIO DEL LIBERTADOR Orlando Clavijo Torrao Quiso el Consulado de Venezuela en nuestra ciudad que la conmemoración del 230º aniversario del natalicio del Libertador se realizara en Chinácota, en el parque en donde se levanta la estatua del héroe. El suscrito fue designado orador de orden en representación de la Academia de Historia de Norte de Santander. Estas fueron mis palabras: “Después de la caída de la primera República de Venezuela Simón Bolívar se refugió en Curazao. El, que había nacido rodeado de riquezas, allí se encontraba sin dinero, sin amigos ni ayuda alguna. Su equipaje fue sometido a embargo pues había quedado debiendo los gastos que demandaron sostener la tropa que defendió a Puerto Cabello. No le quedaban sino los botones de la camisa que eran de brillantes, el anillo de su matrimonio y unas cuantas joyas de herencia familiar. No dudó en vender este patrimonio para comprar un barco provisto de algunos elementos de guerra - cañones viejos, sobre todo -. De Curazao, con unos pocos compañeros, emprendió el viaje a Cartagena de Indias a donde llegó el 14 de noviembre de 1812. Contaba con 29 años de edad. Abundan en la vida del Libertador estos gestos de magnanimidad y de desprendimiento por el amor a la independencia de nuestras naciones. “Jesucristo, don Quijote y yo somos los tres grandes majaderos de la historia”, reflexionaba con amargura. Y en verdad, la historia universal no registra un místico de la libertad como él. Cuando muchos prefirieron seguir gozando de un estatus sin afanes ni complicaciones frente a los dominadores españoles, él estuvo desde temprano atento para acudir a sumarse a la revolución como cuando supo desde sus posesiones en Aragua de la constitución de una Junta de Gobierno en Caracas el 19 de abril de 1810. De la Junta hacían parte su tío Feliciano Palacios y su cuñado Fernando Toro. ¡Cómo quisiéramos que la vida completa de Simón Bolívar fuera recordada y admirada por todos nuestros compatriotas, porque sin duda no ha habido hombre de su dimensión en estos lares nacido después de 1783! Es un lugar común decir que genios no nacen todos los días, pero hoy la frivolidad que se ha apoderado de nuestra cultura no distingue siquiera lo que es un genio. Uno hace un sondeo rápido entre estudiantes de secundaria y es penoso el resultado: pocos conocen qué significa el simple nombre de Simón Bolívar, menos qué se celebró el 20 de julio, y de Francisco de Paula Santander no tienen ni idea. Un niño de 12 años le contestó textualmente a una amiga a quien le pedí colaborarme en la encuesta: “¡Ju! ¡Si busca su dirección, por aquí no vive¡”; un muchacho de 15 años le dijo que su papá tenía un compadre llamado Simón, y de pronto se tratara del mismo; mi nieto mayor respondió a mi solicitud de que averiguara entre sus compañeros del colegio qué sabían sobre el Padre de la Patria: “Abuelo: si me pongo en eso me la montan”. Si bien aceptamos entusiasmados el desarrollo en muchos aspectos que se están presentando, sobre todo en el orden tecnológico - para nuestra comodidad, bienestar y mejor calidad de vida -, el olvido de los valores fundamentales y éticos y con ello el reconocimiento y la veneración hacia nuestros próceres, dentro de la cultura ligth que se está imponiendo, revela paradójicamente que se está gestando una pobreza espiritual de nuestros conciudadanos cada día mayor. En Colombia, por los años 70 del siglo pasado se dio una reforma trascendental en la educación – dicen que por consejo de una misión alemana - que implicó eliminar, recortar o fusionar con otras cátedras como las de religión, urbanidad y educación cívica, y limitar las horas de clase de historia y geografía. Los de mi generación tuvimos la suerte de conocer, escudriñar, saborear y sentir la palpitación de la patria en la cátedra bolivariana que se dictaba en el último año de bachillerato. Yo tuve el privilegio de recibir la enseñanza del propio autor del libro así titulado, Cátedra bolivariana, don Juan de Dios Arias, en el colegio de Santander de Bucaramanga. Actos como el presente en honor a quien hace 230 años vio la luz del mundo en Caracas, nosotros, un puñado de colombianos y venezolanos, lo hacemos con corazón agradecido y con el orgullo de sabernos sus hijos en la libertad. Con él también queremos llevarles el mensaje a nuestros compatriotas de todas las edades de que jamás podemos dejar extinguir el fuego del amor y de la exaltación a un hombre tan eximio y tocado por la chispa divina, el más grande entre los grandes de nuestros próceres, el Libertador de América, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, el primer presidente de Colombia y de Bolivia en toda su historia”. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 1º de agosto de 2013

miércoles, 31 de julio de 2013

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” JUANCHO SIN MIEDO Orlando Clavijo Torrado Además del temor a Dios, en la Tierra existen otros temores: a algunos los pone pávidos un temblor pero no otras cosas; se dice que las mujeres le temen a los ratones, aunque no se trata de temor sino de repugnancia; mucha gente le teme a las alturas y algunos son claustrofóbicos; que hay que temerle a los vivos y no a los muertos, aconsejan; en fin, pocos ejemplares humanos pueden jactarse de no abrigar ningún miedo. En Ábrego había uno de ellos. Se llamaba Juan Ortiz. Era hermano del temible Simeón, bravo entre los bravos, tirando más bien a bandido, a sanguinario. Pero Juan, sin ser amante de las peleas, superaba a su hermano pues nunca se conoció que diera un paso atrás ni siquiera por estrategia. Su consigna era morir en el sitio, como los árboles que no se rinden, como el “palo de Cuco” que está en un extremo del parque y que jamás pudo ser derribado porque Cuco Rizo, su protector que vivía al frente, dijo que primero lo mataban a él antes que al árbol. Pero esa es otra historia. Si en Alemania tuvieron a su “Juan sin miedo” según el cuento de los hermanos Grimm, en Ábrego hubo un “Juancho sin miedo” quien vivía pregonando que en el momento en que sufriera de miedo se pegaba un tiro. “Yo no nací el día de los temblores”, decía. “Cuando Dios estaba repartiendo el miedo, yo llegué tarde”, repetía. Gilberto Alzate Avendaño escribió que hay un miedo que dispara y un miedo que huye. Juan Ortiz disparaba sin miedo. “El miedo es libre y el culillo es gratis y lo están repartiendo a domicilio”, se burlaba aludiendo a los pusilánimes. Cuando se necesitaba que alguien viajara a algún lugar peligroso ahí estaba Juan Ortiz para cumplir la misión. No lo amedrentaba la corriente eléctrica en un cable pelado, el sol ardiente, el frío del cerro Jurisdicciones a más de tres mil metros de altura, las tormentas y los rayos tan frecuentes en Ábrego por los que han perecido muchas personas. - ¿De verdad, Juancho, vos no le tenés miedo a la muerte? – le preguntaban. - ¿Miedo a la muerte? ¡Qué va! ¡El miedo es pa los pendejos! – respondía arrogante. Por ello sería que comía cuanto se le antojaba sin pensar en enfermedades. La gente admiraba más de este Juancho entre tantos Juanchos de la comarca su arrojo para atravesar en invierno los ríos Oroke y Frío cuando hasta las bestias se resistían a hundirse en sus aguas torrentosas. El último día de su existencia Juan Ortiz viajó a la vereda Casitas montado en un hermoso alazán. Ese día el río Tarra había abundado como nunca. Los campesinos se resignaban a mirar desde la orilla la furia del caudal sin poder arribar a sus hogares. Juan llegó, se apeó del caballo, contempló el río crecido y caminó inquieto por la pedregosa playa de arriba abajo. Todos esperaban que se lanzara a vencer el torrente como era su costumbre cuando lo vieron que echó mano del revolver y se disparó en la sien. ¡Por primera vez Juan Ortiz había sentido miedo! orlandoclavijotorrado.blogspot.com 31 de julio de 2013

miércoles, 24 de julio de 2013

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL VALIENTE Orlando Clavijo Torrado No sé de dónde será originaria esta leyenda; estoy cierto, sí, que la oí en uno de los pueblos de la provincia de Ocaña, contada por un vaquero con mucha gracia. Dice el relato que apareció en la montaña cercana a aquel pueblo un tigre que empezó a cazar cuanto animal se le atravesara; arremetía contra ganado, aves de corral, marranos y cabros, lo que significaba pérdidas para los campesinos que cuidaban con esmero para la venta estas especies. El depredador era, sin duda, un tigre; varios aserradores lo habían oído rugir; además, lo delataba la forma cruenta como destrozaba a sus víctimas, de las que dejaba pocos restos. La fiera se volvió una amenaza pública. ¿Aparecería de pronto en algún camino veredal y atacaría a un parroquiano, particularmente a un niño? Por estos temores se reunieron en la plaza un buen número de vecinos para acordar cómo se iba a enfrentar el grave peligro. Se propuso que fuera una comisión tras el tigre pero esta propuesta fracasó porque faltaron voluntarios. La mayoría convino en que un solo hombre asumiera la riesgosa misión. Sin embargo, ¿dónde estaba ese temerario? El señor alcalde, que presidía la concentración, pasó la mirada por sobre la muchedumbre inquiriendo quién se ofreciera. De súbito, un sujeto que se agazapaba atrás del corrillo levantó la mano y habló: - Yo soy capaz de matar ese tigre; tan solo necesito una escopeta y suficiente munición. - ¿Usted? - preguntó el alcalde asombrado. Si aquí tiene fama de ser el más cobarde de todos los hombres. - ¡Jajaja! – rieron los demás. ¿De dónde sacó pantalones? ¡Jajaja! El aludido no se amilanó e insistió en su pedido. El alcalde se dirigió a la concurrencia y le dijo: - Nada perdemos con probar; démosle el arma y veremos con qué resulta. El hombrecito, un cañengo, esa misma tarde fue a la alcaldía a reclamar la escopeta y su provisión. Al amanecer del día siguiente marchó a internarse en la espesura. Anduvo largas horas con suma precaución, escondiéndose detrás de cada árbol para no ser visto por el animal y buscando la forma de sorprenderlo y darlo de baja. Cuando ya había traspasado el centro de la montaña oyó el rugido del tigre. ¡Qué sustononón!¡De quién son patas para correr! Se echó la escopeta al hombro, con el cañón hacia atrás, y ¡corre que te alcanza el tigre! Había recorrido no se sabe cuántos kilómetros a velocidades de campeón olímpico cuando tropezó con la raíz de un enorme árbol, cayó y la escopeta se disparó. El tiro, ¡oh prodigio!, fue a dar justo en la frente de la bestia y la derribó. Nuestro héroe se levantó y siguió corriendo un buen trecho sin mirar atrás pero al advertir que la hojarasca no crujía detrás de él, se detuvo, tomó aire y divisó. El cuerpo que yacía a la distancia no podía ser sino el del tigre. Entonces se regresó y comprobó que su enemigo estaba bien muerto La gente se agolpó en la entrada principal del pueblo por donde el hombrecito venía arrastrando por la cola a la corpulenta fiera. ¡Hurra!, gritaban. ¡Viva el valiente! Todos lo felicitaban y estrechaban. El alcalde anunció una recompensa. Por poco le adornan la cabeza con corona de laurel como a los antiguos gladiadores. ¡Nunca se había visto un entusiasmo tan grande! El ídolo del momento recibía tantos vítores y elogios a su osadía con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Qué inmensa felicidad la suya! Pero – siempre hay un pero en toda historia – alguien que lo estaba abrazando percibió un olor no propiamente de flores, de montaña o de campo sino de desecho humano. Y como se trataba de una de esas personas sin tino ni modales le fue espetando la pregunta: - ¡Oiga, hermano, usted huele a mierda. ¿Se cagó? - Sí - le replicó el campeón. - No entiendo - dijo el otro. ¿Un valiente, un verraco, un hombre guapo que se caga en los calzones? La respuesta que le dio el hombrecito ha quedado en la memoria sempiterna del pueblo: - ¿Acaso usted no sabe que los hombres también se cagan de la arrechera? orlandoclavijotorrado.blogspot.com 23de julio de 2013.

jueves, 18 de julio de 2013

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” ¿CAMPESINOS? Orlando Clavijo Torrado Ya quedó en un lejano pasado – aunque para algunos de nosotros no han pasado tantos años – la escena de aquel labriego que en la tarde regresaba del surco o del cafetal, se sentaba en el corredor de la casa, recibía una taza de café de su mujer, tomaba el tiple y entonaba canciones nostálgicas antes de consumir la última merienda del día, recogerse con toda su familia, rezar el rosario y entregarse al descanso en el sencillo lecho. El padre Rafael García Herreros en su libro de cuentos describe con maestría tan hermoso cuadro bucólico en el relato “Agua, para bañarnos las manos”. Se nos reprochará que tales son sueños románticos pues hoy es una verdad de Perogrullo que el mundo en pocas décadas ha evolucionado, y mucho. Que las costumbres, las ideas, las modas, el trato personal, las religiones, nada ha escapado al cambio, ni el clima siquiera. Nadie se hubiera figurado en semejantes tiempos a un campesino en la noche fabricándose un antifaz, planeando qué carretera iba a bloquear, preparando bombas molotov, metiendo en la mochila granadas de mano, y afilando el machete para atacar al otro día a los escuadrones antimotines. En aquellas épocas el campesino respetaba a las altas autoridades, escuchaba y acataba a los curas y la sola invocación divina era suficiente para que se quitara el sombrero y se sosegara. Hoy los que posan de campesinos miran a un vicepresidente de la República con desprecio e insolencia, expulsan a un general de la Policía Nacional de la llamada mesa de diálogo - ¡diálogo entre unas autoridades legítimas y unos supuestos campesinos beligerantes! -, rechazan a cuanto ministro de Estado les envía el presidente, ignoran al obispo de Tibú, y destituyen de hecho al gobernador del departamento y a los once alcaldes pues en absoluto son obedecidos en la vasta región llamada Catatumbo sembrada de coca, en donde los negociantes de ésta son los mandamases por la fuerza de las armas. Y lo grave de todo es que el presidente Santos “se las dejó pulsear” - para traer la expresión que se usa en el campo significando que a un varón nadie le puede tocar los testículos así como así o de lo contrario pierde su hombría -. Recuerdo en las dos ocasiones en que desempeñé secretarias en la gobernación del departamento las visitas de auténticos campesinos al gobernador, principalmente, con aquella nobleza y humildad que casi les impedía hablar, exponiendo las peticiones para que les arreglaran un camino o un puente artesanal, les levantaran una escuela o les pusieran el acueducto veredal. ¡Ni imaginar que llegara alguno educado en Rusia diciéndose campesino, con dominio de varias lenguas, y postulando pliegos de soluciones en términos que no cualquiera entiende a no ser que sea sociólogo o politólogo de una sofisticada escuela! ¡Aquellos eran de verdad campesinos, con su orgullo de serlo, sin complejos ni resignación, con su dejo propio, con sus palabras rudas y sus frases incoherentes por la timidez pero francas y directas! Por fortuna, ya se tienen noticias originarias de la zona agitada por la guerrilla de las Farc, de que la mayoría de campesinos auténticos se la están jugando por ser libres y no dejarse intimidar para asistir a los bloqueos de carreteras, incendiar domicilios particulares, oficinas publicas y carros como ocurrió en Tibú, secuestrar a toda una región, o atacar a la fuerza pública y perpetrar desmanes y atemorizar a la población como sucedió en Ocaña y aún continúa en Tibú. ¿Para reclamar por sus derechos y necesidades nuestros campesinos verdaderos obran así? ¡Nunca! Finalmente, digamos que este será otro triste capítulo de violencia de la historia de Norte de Santander iniciado el 10 de junio de 2013 por falsos campesinos. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 17 de julio de 2013.
CRONIQUILLA EL CATATUMBO, ¿SIN DIOS Y SIN LEY? Orlando Clavijo Torrado Cuanto está ocurriendo en Tibú y seis municipios de la provincia de Ocaña no se produjo por generación espontánea. Hace algunos años escribí sobre el episodio que vivió el dirigente conservador Argelino Durán Quintero cuando uno de sus líderes en un corregimiento de la provincia lo recibió con traición, después de ser quien le organizaba a la gente, pegaba los afiches, quemaba los voladores, daba el discurso de bienvenida, y se encargaba del sancocho post-manifestación. El doctor Argelino no podía creer que su vocero incondicional, presidente de la Congregación de Nazarenos, le estuviera echando abajos a los oligarcas y al imperialismo y demás consignas archisabidas de la izquierda. Se asomó desde el balcón de la casa cural para comprobar si quien lanzaba aquellos gritos era el mismo que suponía, y sí señor, allí estaba Carmito, furibundo, portando una pancarta con la hoz y el martillo, a la cabeza de un pequeño grupo. Carmito y sus secuaces tuvieron consideración con el político: le permitieron abandonar el lugar sin hacerle daño. Después el exministro sería secuestrado por el Epl y moriría enfermo, en la misma zona. Hubo revuelo en la gobernación del departamento y una mediana preocupación en las directivas del Conservatismo; se aconsejó que le pusieran el ojo al Catatumbo, más diligencia a las vías de comunicación, las escuelas y la salud, pues la región estaba a punto de caer en manos del comunismo, pero la alharaca no pasó de allí y la desatención advertida desde aquellos años 70 del siglo pasado continuó. Hoy estamos viendo los resultados. Seguramente los cabecillas de las violentas revueltas en Tibú, Ocaña y los otros cinco municipios involucrados son hijos y nietos de aquellos primeros protestantes. Muchas conclusiones se pueden sacar de la revolución que se apoderó del Catatumbo. Veamos nada más cuatro. La primera a ojos vistas enseña que desde que el equipo de Juan Manuel Santos se sentó a reacomodar las instituciones y las leyes con las Farc en la Habana, la convulsión se extendió por los cuatro puntos cardinales. Los vientos de paro vienen de la isla. En segundo lugar, de hecho, en los seis municipios alzados las autoridades han sido destituidas. No se diga que allí mandan el gobernador y los alcaldes. En tercer lugar, el desprestigio del gobierno nacional ha sido tal que los supuestos campesinos despiden con cajas destempladas al propio vicepresidente de la República, sin respeto a su precario estado de salud y a ser antiguo camarada, a un general de la Policía Nacional y a cuanto ministro y alto delegado les envía el presidente, les importa un bledo el obispo de Tibú y desafían a la fuerza pública. ¿Se trata de un territorio sin Dios y sin ley? ¿Quién gobierna allí desde el 11 de junio de 2013 y quién gobernará en adelante? La cuarta conclusión es que el señor Juan Manuel Santos, como sostienen muchos correos electrónicos, quiere gobernar con las Farc. Si es así no tiene razón el internauta que comentó con mucha gracia que si Benedicto XVI renunció por falta de fuerzas, ¿Santos por qué no renuncia por falta de güevas? orlandoclavijotorrado.blogspot.com Cúcuta, 18 de julio de 2013

miércoles, 10 de julio de 2013

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA CONFUSIONES Orlando Clavijo Torrado Parece nuevo pero no lo es eso de tomar por mujer a un hombre o viceversa debido a su indumentaria, su cabello, su calzado, sus aretes y adornos. El tema viene a propósito ahora que la homosexualidad se puso de moda, hasta en el Vaticano según lo reconoció el papa Francisco. No solo está de moda sino firmemente implantada por leyes y sentencias judiciales, por gobiernos y entes a granel que la respaldan. Dentro de poco los raros vamos a ser los heterosexuales, una verdadera minoría oprimida. Mencionaré dos ejemplos de confusión ocurridos en Cúcuta. En el primer caso, ya hace unos treinta años, el protagonista fue un amigo, a quien le pasó cuanto le pasó por estar de ocioso y buscando lo que no sirve, como le cantaleteó la abuela. Diego, en aquella época, tenía unos veinte años. Esa noche se fue a jugar a billar y a beber cerveza; allí se olvidó del tiempo, de modo que cuando terminó el último chico era la una de la mañana y cargaba una mediana borrachera. Vivía en el barrio El Llano. Al cruzar por el parque Mercedes Ábrego alcanzó a divisar una figura femenina de contorno hermoso y tentador. A Diego se le brotaron los ojos y se le abrió el apetito sexual. La ramera lo llamaba a señas y él se le aproximó y le preguntó por el precio de la acostada; ella le respondió, sin chistar una palabra e indicando con los dedos, que eran veinte mil pesos. El joven le manifestó que estaba bien, y marcharon los dos a una residencia por ratos. Llegados al cuarto, Diego se desnudó completamente y se recostó a contemplar a su conquista que le hacía striptease. Aquella escultura preciosa, con una flor en el pelo, de negras pestañas, maquillaje exquisito, pero escaso busto, se movía como una serpiente. Diego se hallaba boquiabierto, paralizado, embobado. De pronto llegó el momento en que la danzarina debía quitarse la ropa interior, momento que más esperaba su cliente. Con gracia y provocación empezó a retirarse la pantaleta de encaje. Cuando lo que guardaba allí quedó libre y se disparó como un resorte, Diego también saltó como un resorte de la cama, recogió sus prendas, bajó como pudo las escaleras de aquel antro y corrió espantado a su casa, mientras el mariposo entaconado lo perseguía gritándole: “vení mi amor, esperáme, terminemos, o al menos pagáme”. Para colmo de sus males, Diego vivía con sus abuelos, y éstos, ambos sordos, no oían los golpes en la puerta ni el clamor del nieto empeloto a punto de ser acometido por el pervertido. El otro caso sucedió hace poco. La matrona que me refirió el episodio recuerda que ella se encontraba en el balcón de su casa cuando vio acercarse al parquecito cercano, que posee dos enormes árboles, a una pareja joven, entrelazados y acariciándose. Lucían buenos trajes, pero por supuesto le llamó la atención el bluyín fino y la blusa espectacular de ella. Al llegar a un árbol, el chico le dijo a su pareja: “¿Quiere mear aquí?”. “¡Qué tipo tan irrespetuoso, qué vocabulario!”, pensó la dama del balcón. “Bueno, ¿y cómo podrá orinar esa muchacha si lleva ese bluyín tan apretado?” “¿Será tan descarada que se va a poner en cuclillas ahí?” Pues, señores, la señora estaba equivocada: el hombre se cuadró frente al árbol, y cual perro, pero sin alzar la pata, roció el tronco, y ¡oh, sorpresa!, su pareja, mandó su mano a la bragueta e hizo lo mismo que el otro. Hasta ese momento la escandalizada vecina descubrió que se trataba de un par de homosexuales. “¡Qué asco!”, exclamó para sí. “ Y si ambos son maricas, ¿para qué uno se viste de mujer?” “Cualquiera – me dijo – podría jurar que a la persona vestida de varón la acompañaba una hembra; engañaba el cuerpo esbelto, el rostro femenino, el caminar y los ademanes suaves”. Cuando comentábamos estos sucesos, un caballero anotó con humor: “Esas son mujeres con antena a tierra o con enchufe”. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 9 de agosto de 2013

viernes, 5 de julio de 2013

EL HIGADO

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL HÍGADO Orlando Clavijo Torrado La discusión de los dos labriegos había entrado en calor, ya el tono de la voz tomaba acento de grito, y las palabras fuertes, particularmente aquellas en que la madre sale a relucir, reemplazaban a los reclamos: “¡no sea tan h.p!”, “¡más h.p. será usted!”, “¡repítame eso!”, “¡que más h. p. será usted y píntela como quiera!” Entonces uno de ellos escupía en el suelo y retaba al otro: “si es tan arrecho píseme esta saliva”; el retado sabía que le estaban calibrando la hombría de manera que sin vacilar pisaba la saliva, señal para que el rival le lanzara la primera puñalada y éste le respondiera con una cuchilla igual o más grande pero no menor de 15 pulgadas. En una pelea así por lo general uno de los dos moría y el otro huía, si es que las heridas no lo dejaban tendido a la orilla del camino. Que existiera la costumbre de pisarle la saliva al otro como forma de aceptar un desafío la oí mencionar hace muchos años. No sé si hoy se conserve, mas sospecho que la modernidad la haya borrado y los campesinos de hoy ni la recuerden. Sin embargo, esos duelos no se sucedían solamente en los alrededores, cuando los labradores llenos de aguardiente retornaban a sus hogares, sino también en las calles del pueblo, por la tarde, ya que en la mañana habían asistido a la misa de nueve, habían vendido los frutos de la huerta y con el dinero recibido habían comprado el mercado de la semana. A continuación se sentaban en una cantina, ponían la mochila del mercado a un lado, pedían la música de su preferencia – rancheras y merengues y rumbas paisas -, y a las veinte cervezas era obligatorio formarle la furrusca al contertulio, arma blanca en mano. El combate no podía ser sino a muerte, implacable, o como decían ellos, “hasta sacarse la mierda de las tripas”. Un amigo presenció en su pueblo una riña de esas características, en medio de un cuadro tragicómico. El estaba de corta edad. En el momento en que comenzó la trifulca la madre lo había enviado a la plaza a comprar una víscera de res. Cruzó por el escenario trágico cuando un sujeto le asestaba cuchilladas a otro que yacía en el suelo y una mujer lo remataba a palo; los agresores eran madre e hijo. La gente no resistió contemplar la imagen tan terrible de aquel pobre hombre masacrado, con los intestinos afuera, y se retiró aterrorizada. Todos comentaban la sevicia con que lo habían atacado. Nuestro amigo regresaba ya de cumplir el recado y volvió a pasar por el lugar del crimen; como todo niño inquieto llevaba la compra mal envuelta en una hoja de bijao de modo que la mitad se salía. El horror de los parroquianos creció cuando vieron lo que llevaba el chico en sus manos: ¡un hígado! ¡No puede ser!, exclamaron. ¡Le sacaron hasta el hígado! ¡Claro, comentó alguien, ¿si le sacaron la menudencia por qué no le iban a sacar el hígado? - Oiga, niño, ¿usted fue capaz de recoger el hígado del muerto?, le dijeron. - ¡Cuál hígado del muerto y si esto es lo que compré en la pesa para el desayuno de mañana!, respondió el jovencito. Los paisanos respiraron tranquilos, algunos celebraron a carcajadas la confusión y el mandadero llegó a su casa a referir a su madre entre risas y miedo cuanto le había acontecido. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 3 de julio de 2013.

jueves, 27 de junio de 2013

CRONIQUILLA LAS DOS CIUDADES Orlando Clavijo Torrado No me voy a referir a una ciudad para los ricos y otra para los pobres, menos aún a las dos ciudades espirituales de San Agustín, la divina y la terrena, fundamentadas en dos amores distintos, sino a algo más prosaico, a esta de acá abajo, nuestra ciudad, la de las calles mugrosas y de huecos espantosos como los del barrio La Merced, la de los andenes invadidos de talleres y olor a fritanga, la del Canal Bogotá cariñosamente llamado Caño Picho. Pero, hablar de huecos y desorden es un tema manido. Para mejor comprensión de mi mensaje cambiemos de tema y enfoquémonos en dos ciudades con un sentido distinto de administración como son Bogotá y Medellín. En efecto, mientras en Bogotá, con un alcalde que se llama progresista pero a quien en realidad no lo dejan dormir los sueños revanchistas y el amor por los desfavorecidos y el odio contra los que tienen, el énfasis está en cierto desprecio por las obras que considera burguesas, consideradas así las holgadas y suntuosas vías y los edificios majestuosos, en Medellín, por el contrario, el alcalde Aníbal Gaviria Correa, liberal, empeña su acción tanto hacia los sectores populares como hacia el orgullo ante la nación y el mundo por lo mejor para su tierra, así como se oye. En cuanto a aquellos, sin reparar en costos hizo instalar una escalera eléctrica para que sus habitantes pudieran subir al cerro en donde está asentado el barrio, por supuesto de clase humilde, pero además logró, apelando a muchas ayudas, construir una lujosa y bien dotada biblioteca en una zona marginal. Entonces, sin desatender a los proletarios, este alcalde y sus predecesores han entendido que no se trata de instalarlos en ranchos y callejones, lo que le daría a la ciudad un aspecto vergonzoso y deprimente, sino de mostrar que Medellín puede estar a la par de cualquier urbe moderna del planeta, y es así como han erigido centros de convenciones y lugares que la hacen atractiva para aquellos inversionistas extranjeros que buscan confort, elegancia, seguridad y motivos para traer su dinero. En Cúcuta, una porción importante de su área está llena de ranchos miserables mientras carecemos de espacios para foros y encuentros de gran nivel, faltan avenidas y parques bien diseñados, limpios y ornamentados que se puedan mostrar sin sonrojarse, y no hay una sola edificación tal que suscite admiración y la gente diga ¡guau! No, con nada de eso contamos. La politiquería, la vanidad de posar como gobernador o alcalde, el afán de satisfacer con cuotas burocráticas a los amigos y patrocinadores, todo junto, ha impedido que se tenga amor propio del terruño y visión futurista. Hay sobra de mediocridad, aterradora incapacidad, para las grandes cosas somos como muy poquitos. Siempre lo he dicho que nada más cuando uno va acá cerca, a Bucaramanga, y regresa a Cúcuta, siente envidia de la buena y vergüenza ajena. Debemos darles gracias a algunos capitalistas que construyeron dos centros comerciales de algún tamaño, que para lo que teníamos es lo más deslumbrante; de otro modo, seguiríamos siendo un pueblo grande. Piénsese que además los excelentes espacios públicos y todo lo ostentoso que se pueda levantar no sólo dignifican y hermosean la ciudad sino que sirven de disfrute a todo el mundo, platudos y sin reales, y que su construcción, su mantenimiento y los establecimientos comerciales que se originen, les dan empleo a muchas personas, particularmente a las más necesitadas. ¿Cuándo llegará ese ansiado redentor de la ciudad? orlandoclavijotorrado.blogspot,com 27 de junio de 2013.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado