martes, 29 de abril de 2014

JUANITO VA AL CUARTEL

PARA LA PROVINCIA JUANITO VA AL CUARTEL Orlando Clavijo Torrado Juan estaba de malas aquel domingo. No sabía que había una comisión de reclutamiento del Ejército. De modo que se vino muy confiado de su vereda al pueblo, pantalón y camisas planchados, peinilla y espejito en el bolsillo de atrás, y peinado con crema Glostora. Iría a la misa, luego se pavonearía por ahí ante las chicas y les gastaría piropos, se tomaría unas cervezas y avanzada la tarde retornaría a la finca. En aquel tiempo prestaban el servicio militar los campesinos. Tengo la impresión de que aún sigue igual. El caso del actual presidente de la República Juan Manuel Santos que sirvió en la Armada se explica porque esa fuerza y la aviación eran elitistas: sin buena posición social, apellidos venerables y dinero, ninguno ingresaba en ellas. Entre los políticos de renombre que hayan jurado bandera, la historia no registra sino a Juan Lozano y Lozano, quien cursó sus estudios escolares en la Escuela Militar de Cadetes. En los pueblos ocurría igual. Si uno era hijo del presidente del directorio municipal, como en mi caso, no iba al cuartel. En cambio mi primo Miguel sí fue porque era campesino. Aquello de ir al cuartel se consideraba como un castigo, una tragedia, igual que asistir a una escuela de corrección, lo peor. Alguien le dijo a una madre que permitiera que su muchacho fuera al cuartel para que consiguiera buena formación y la señora le contestó que su hijo estaba bien formado moralmente y no necesitaba que nadie lo formara. Tan pronto los jóvenes del pueblo descubrían que estaban allí los de la leva, se escondían, pero éstos tenían un increíble ojo de cazador y nadie se les escapaba. No se les escapó el inocente de Juan que atinó a pasar por el frente de la alcaldía. Cayó bien redondo. Juan, entonces, en medio de tristes despedidas y llantos copiosos fue embarcado en un camión, como ganado, con rumbo incierto; decían que para Pamplona, para Bogotá, o para Maicao. Por fortuna, al muchacho lo devolvieron a los tres meses. Eso sí: llegó con moretones en las piernas y ampollas en el empeine de los dos pies. Resultó demasiado bruto para aprender a marchar, a distinguir entre izquierda y derecha, sacar pecho, y ponerse firme. El pobre pagó con sablazos de “mi sargento”, pisotones de “mi cabo” y mentadas de madre del instructor de escuadra su resistencia a la milicia. Lo destinaron al rancho pero tampoco allí funcionó porque dejaba quemar la comida, o ahumar, a la pasaba de sal, y los soldados se quedaban sin comer. Y aunque en la familia hubo regocijo por su regreso, todo se apagó cuando Juanito se negó a retomar las faenas campesinas y prefirió quedarse vagando en el pueblo. Parece que después le entró a la marihuana. orlandoclavijot@hotmail.com orlandoclavijotorrado.blogspot.com -------------------------------------------------------------------------------------------------------- 28 de abril de 2014.

martes, 22 de abril de 2014

¡ESTAMOS HECHOS!

PARA “LA PROVINCIA” ¡ESTAMOS HECHOS! Orlando Clavijo Torrado Diríamos que por estos días en Colombia están de moda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los ácidos. En cuanto a la CIDH, un organismo que como su matriz la OEA es acusada de aliento izquierdista, ha venido sonando con motivo de la sanción que el Procurador General de la Nación, doctor Alejandro Ordóñez, le impuso al alcalde de Bogotá Gustavo Petro. Éste, aferrado al puesto como una lapa, ha echado mano de todos los recursos, incluidas constantes convocatorias a asonadas, delitos por el que nadie se ha atrevido a denunciarlo ni a abrirle indagación punitiva. A propósito de dicha transgresión conviene recordar que la contempla el artículo 469 del código penal y su descripción se ajusta perfectamente a las proclamas a grito herido de Petro para desconocer instituciones y autoridades, en lo que el exalcalde es ducho desde que militaba en el M19. (Igualmente vale la pena señalar que a raíz de la Constitución Política de 1991, un “golazo” perfecto – como lo llama mi amigo Olger García - de la izquierda en la Asamblea Constituyente, la legislación sufrió también fundamentales cambios, entre ellas la del código penal que venía rigiendo desde 1936 con múltiples reformas hasta el año 2000 en que se expide la Ley 599. Pues bien: anteriormente los “delitos contra la existencia y seguridad del Estado” ocupaban las primeras páginas del código. En la Ley 599 estos delitos pasaron al final del libro. Seguramente se alegó que primero se considera al hombre y de último al Estado, pero el efecto es que un hecho ilícito como la asonada dejó de ser importante; fue concebido ahora en tres líneas mientras que en el antiguo código tenía cuatro incisos, el primero de ellos extenso, minucioso y objetivo. El que no vea el propósito de semejante vuelco no está en nada). El hecho es que Petro sentó un grave precedente: cualquiera se puede alzar contra las providencias del Ministerio Público y del Poder Judicial e incluso contra el presidente de la República, y presentarse ante la CIDH como un angelito, como alguien que no rompió ningún plato y solo es víctima de la persecución implacable del monstruoso estado colombiano, para que aquella lo ampare y lo ponga a buen resguardo de sanciones judiciales o administrativas. Por ello, el abogado de los taxistas que asesinaron a un investigador estadounidense, con rango diplomático, pretendiendo parar la extradición acudieron a la CIDH mientras los familiares de los victimarios hacían una manifestación frente al Palacio de Justicia. ¡Ahora sí nos llevó el patas! La compusimos, o la pegamos, como decían los abuelos. O estamos hechos, dicen los muchachos hoy en día. Nadie quiere pagar sus crímenes o sus faltas administrativas. ¿Quieren preguntarles a los cabecillas de las Farc? En cuanto al uso en estos últimos meses del ácido sulfúrico, principalmente contra las mujeres, abisma la “creatividad” de los delincuentes. Yo estoy de acuerdo con que se reclasifique el delito, que no se le siga juzgando como simples lesiones personales agravadas sino como otra entidad de mayor gravedad, por ejemplo, tortura, o como uno nuevo, el de “aniquilación humana”, con altas penas y sin beneficios para la libertad. El ácido no era tan mentado hasta hace poco. Ninguno. Los guasones comentan que sólo en los entes gubernamentales nacionales y en los pasillos de la gobernación o de la alcaldía se nombra un ácido, muy temido por los empleados públicos. Este ácido se esparce cuando el tutor del subalterno ha perdido la cuota de la mermelada burocrática por falta de acuerdo con el nominador. Entonces, sale un decreto disparado contra el pobre servidor en que le dicen que “ha sido declarado insubsistente” o que “ha sido destituido”. Esto es, que lo pusieron de patitas en la calle. ¡Y a buscar a otro jefe de otro grupo para lamberle a ver si le consigue nueva chanfa! orlandoclavijot@hotmail.com 22 de abril de 2014.

jueves, 17 de abril de 2014

EL SÁTIRO

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA EL SÁTIRO Orlando Clavijo Torrado Hay muchos crédulos por ahí, pero cuando esa credulidad rebasa ciertos límites ya se convierte en tontería – bobería, mejor, - o en masoquismo o retrata un retraso mental o cultural espantoso. Josefina, Macarena y Marina, las señoras de esta historia tomada de la vida real, se pueden matricular en cualquiera de las anteriores categorías o en todas. Agreguemos que son venezolanas. El venezolano es dado a confiar en brujos y santería. El difunto Hugo Chávez, por ejemplo, llevó su devoción por los personajes con poderes mágicos del más allá hasta los billetes de su república bolivariana. Marina ya conocía al chamán Leovigildo, de San Cristóbal, en el estado Táchira. En su criterio, “era muy acertado”. “Todo me lo acertó”, repetía, y los mamadores de gallo le preguntaban con malicia que cuántas veces se lo había acertado. De modo que cuando Macarena le comentó su problema con el noviecito al que no podía retener pues el “mancito” un día la quería y otro no, Marina no dudó en recomendarle al afamado encantador y Macarena, desesperada, tampoco dudó en dirigirse al cerro en donde aquel vivía. No le importó la lejanía, ni lo abrupto del camino ni el peligro del sector. Al llegar, la recibió un sujeto mal vestido, con sandalias llenas de tierra, de mirada lasciva y risa estruendosa. Por un mecanismo de rechazo recordó a su adonis, su enamorado, por el que daría hasta el alma, porque este señor que tenía en frente sí que parecía salido de una película de terror. El hombre la llamó de inmediato por su nombre: “Bienvenida, mi querida Macarena”. La muchacha se quedó admirada de que supiera su nombre, pero también la sorprendió semejante bocaza con unos dientes separados y renegridos. Con todo, ella iba a lo que iba. Venció el temor inicial que causaba aquel curandero de los males postizos y entró resuelta a ponerse en sus manos. El sujeto tomó dos tabacos ordinarios, los encendió, y empezó a chuparlos fuertemente. Los puros chispeaban vivaces. Macarena pensó para sus adentros que era un buen presagio pero el agorero la espantó al decirle que el fulano no se fijaba en ella porque en una relación anterior le habían puesto un espíritu de oscuridad para que siempre que un hombre se le acercara tuviera problemas, así que el único medio que existía para conjurar esa maldición era que él, el enviado del dios Chuchaycuro, la poseyera sexualmente para sacarle el espíritu malo y meterle un ser de luz o divino. Ya dijimos que Marina fue quien guió a Macarena hacia el brujo. Ocurrió entonces que después de la sesión que acabamos de relatar las dos mujeres se encontraron y se chismosearon cómo les había ido. Macarena se mostraba muy asustada pero no por ello desconfiaba de la sabiduría del hechicero y sostenía una lucha interior entre entregársele o no, aunque predominaba la segunda opción. Transcurría la plática entre las dos amigotas cuando atinó a aparecer Josefina. Para ésta, que resultó también clienta del adivino, no fue nada nuevo lo del tabaco pero al oír aquello de las relaciones sexuales les dijo: “¡Qué coincidencia, muchachas, a mí también me pidió igual cosa?” “Y usted accedió?”, le preguntaron las otras. Josefina les respondió: “Esa es precisamente una de las claves para que el trabajo tenga efecto y no se dañe: no contar nada, guardar el secreto”. Y añadió, sin guardar secreto alguno: “Pero esto no es todo: a mí me pidió tres cosas más: plata, y no poca, que le llevara un gay (ya le eché el ojo a un bobo marica del barrio), y estiércol de dos animales salvajes, de un mico y un león. La mierda la recogí en el zoológico de Capacho”. Dicho esto se alejó disculpándose: “Perdonen, chicas, que las deje, pero es que hoy tengo cita con el gran maestro Leovigildo; voy rápido a la casa a cambiarme el brasier negro por uno blanco porque él no admite mujeres con brasieres de ese color. Chao. Me coge la noche.” Y se marchó ante la mirada atónita de sus contertulias que no entendían el arrebato. De Josefina y Marina se sabe que cayeron en las sucias garras del chamán. ¿También caería Macarena por recobrar a su amor veleidoso? Es un misterio entre ella y el sátiro. orlandoclavijotorrado@yahoo.es 16 de abril de 2014

miércoles, 16 de abril de 2014

¡ESTAMOS HECHOS!

CRONIQUILLA ¡ESTAMOS HECHOS! Orlando Clavijo Torrado Diríamos que por estos días en Colombia están de moda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los ácidos. En cuanto a la CIDH, un organismo que como su matriz la OEA es acusada de aliento izquierdista, ha venido sonando con motivo de la sanción que el Procurador General de la Nación, doctor Alejandro Ordóñez, le impuso al alcalde de Bogotá Gustavo Petro. Éste, aferrado al puesto como una lapa, ha echado mano de todos los recursos, incluidas constantes convocatorias a asonadas, delitos por el que nadie se ha atrevido a denunciarlo ni a abrirle indagación punitiva. A propósito de dicha transgresión conviene recordar que la contempla el artículo 469 del código penal y su descripción se ajusta perfectamente a las proclamas a grito herido de Petro para desconocer instituciones y autoridades, en lo que el exalcalde es ducho desde que militaba en el M19. (Igualmente vale la pena señalar que a raíz de la Constitución Política de 1991, un “golazo” perfecto – como lo llama mi amigo Olger García - de la izquierda en la Asamblea Constituyente, la legislación sufrió también fundamentales cambios, entre ellas la del código penal que venía rigiendo desde 1936 con múltiples reformas hasta el año 2000 en que se expide la Ley 599. Pues bien: anteriormente los “delitos contra la existencia y seguridad del Estado” ocupaban las primeras páginas del código. En la Ley 599 estos delitos pasaron al final del libro. Seguramente se alegó que primero se considera al hombre y de último al Estado, pero el efecto es que un hecho ilícito como la asonada dejó de ser importante; fue concebido ahora en tres líneas mientras que en el antiguo código tenía cuatro incisos, el primero de ellos extenso, minucioso y objetivo. El que no vea el propósito de semejante vuelco no está en nada). El hecho es que Petro sentó un grave precedente: cualquiera se puede alzar contra las providencias del Ministerio Público y del Poder Judicial e incluso contra el presidente de la República, y presentarse ante la CIDH como un angelito, como alguien que no rompió ningún plato y solo es víctima de la persecución implacable del monstruoso estado colombiano, para que aquella lo ampare y lo ponga a buen resguardo de sanciones judiciales o administrativas. Por ello, el abogado de los taxistas que asesinaron a un investigador estadounidense, con rango diplomático, pretendiendo parar la extradición acudieron a la CIDH mientras los familiares de los victimarios hacían una manifestación frente al Palacio de Justicia. ¡Ahora sí nos llevó el patas! La compusimos, o la pegamos, como decían los abuelos. O estamos hechos, dicen los muchachos hoy en día. Nadie quiere pagar sus crímenes o sus faltas administrativas. ¿Quieren preguntarles a los cabecillas de las Farc? En cuanto al uso en estos últimos meses del ácido sulfúrico, principalmente contra las mujeres, abisma la “creatividad” de los delincuentes. Yo estoy de acuerdo con que se reclasifique el delito, que no se le siga juzgando como simples lesiones personales agravadas sino como otra entidad de mayor gravedad, por ejemplo, tortura, o como uno nuevo, el de “aniquilación humana”, con altas penas y sin beneficios para la libertad. El ácido no era tan mentado hasta hace poco. Ninguno. Los guasones comentan que sólo en los entes gubernamentales nacionales y en los pasillos de la gobernación o de la alcaldía se nombra un ácido, muy temido por los empleados públicos. Este ácido se esparce cuando el tutor del subalterno ha perdido la cuota de la mermelada burocrática por falta de acuerdo con el nominador. Entonces, sale un decreto disparado contra el pobre servidor en que le dicen que “ha sido declarado insubsistente” o que “ha sido destituido”. Esto es, que lo pusieron de patitas en la calle. ¡Y a buscar a otro jefe de otro grupo para lamberle a ver si le consigue nueva chanfa! orlandoclavijot@hotmail.com 14 de abril de 2014.

viernes, 11 de abril de 2014

EL CID CAMPEADOR EN COLOMBIA

EL CID CAMPEADOR EN COLOMBIA Orlando Clavijo Torrado Según el mito, don Rodrigo Díaz de Vivar o el Cid Campeador (1048 – 1099), consciente de que era mortal la herida recibida por una flecha cuando inspeccionaba desde su azotea el campo enemigo de la sitiada Valencia, ordenó que una vez falleciera lo prepararan como para entrar en combate, lo montaran en su caballo Babieca y tan pronto amaneciera abrieran las puertas de la ciudad y lo pusieran al frente de sus tropas. Los árabes lo creían cadáver, de modo que al verlo galopando decididamente y empuñando la espada sintieron gran temor y emprendieron la huida. Esa fue la batalla final del gran guerrero. Desde entonces, a ciertos personajes a los que les sacan provecho después de que han abandonado este mundo se los compara con el Cid Campeador. El común los llama “muertos productivos”. En Colombia sí que hay casos semejantes, aunque no de leyenda sino de realidad. Pero tal vez el más notorio es el de Luis Carlos Galán Sarmiento. Su sacrificio le ha proporcionado a su familia ganancias incontables. En alguna época en que en el parlamento y en el gobierno pululaban los Lozano y Lozano, descendientes de los patricios de la Independencia, el tribuno Gilberto Alzate Avendaño resaltó cómo la república no acababa de pagarle a esa ilustre familia sus servicios, y por ello los tenía amamantándose siempre de la jugosa ubre del erario. Igual ocurre con los Galán, los que no necesitan trabajar como los demás colombianos. En efecto, don Mario Galán Gómez, el padre del inmolado caudillo, luego de ocupar la Contraloría General de la República, fue nombrado gerente nacional de Ecopetrol, destino que ocupó por más de una década. Ya se sabe que el sueldo allí supera en mucho al del presidente de la República, los privilegios abundan y que los hijos de cualquier funcionario de la más poderosa empresa del Estado cuentan con educación gratis en instituciones oficiales y preeminencia para estudiar en el exterior. La viuda de Luis Carlos, doña Gloria Pachón, fue enviada a la embajada de Francia por varios años; su hermana, Maruja Pachón, ocupó el ministerio de Educación, y el esposo de ésta, Alberto Villamizar, salió elegido, en la época de su concuñado, senador por el Nuevo Liberalismo y luego le resolvieron el problema de su desempleo dándole el no poco apetecido cargo de Zar Antisecuestro. A los hermanos del mártir tampoco les ha ido mal: Augusto fue ministro de Salud y embajador ante la Unesco, y Antonio, concejal de Bogotá y candidato a la alcaldía. La otra parentela también ha saboreado las mieles del mando escudados en la fama del primo, y así tenemos que Alfonso Valdivieso Sarmiento ejerció por un buen período como Fiscal General de la Nación. El que quiera más que vaya a que le piquen caña. Y para completar, Juan Manuel y Carlos Fernando, hijos del difunto, optaron por ofrendarse en el altar de la democracia como senadores. Al otro hijo del líder, Claudio Mario, tampoco le han faltado las buenas chanfas: dice Wikipedia que es analista político y actual Secretario de Cooperación Internacional de Cundinamarca. Sin embargo, para Luis Alfonso Galán Corredor, el pollo pelón de la familia, engendrado por Luis Carlos en el lecho de una empleada doméstica, la gloria de su padre hasta ahora lo empieza a cubrir, luego de pasar las verdes y las maduras como mensajero de un banco. Pero esto es otro cuento, así como la razón del cambio de jefe de escoltas días antes del asesinato al parecer porque el tal jefe sabía mucho de los romances del galante Galán. En contexto paralelo, a la viuda y a los hijos de Rodrigo Lara Bonilla, de igual militancia en el Nuevo Liberalismo, la patria también les continúa pagando con suculentas prebendas el sacrificio de aquel, pero quizá no tanto como a los deudos de Galán Sarmiento. ¡Qué contraste con el trato dado a la viuda de Enrique Low Murtra! Por supuesto que no son los únicos casos en que se replica la fábula del Cid Campeador triunfante después de muerto, pero aquí, a diferencia de España, las conquistas no son en los campos de batalla sino en las alfombras de la burocracia y en el poder de arriba. O, mejor, como se pregona rimbombantemente, en los campos de la democracia. El pueblo colombiano es paradójico: odia a las oligarquías y vocifera en su contra pero no deja de votar por ellas. orlandoclavijotorrado.blogspot.com ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- 30 de marzo de 2014.

miércoles, 2 de abril de 2014

EL CALENTAMIENTO GLOBAL

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL CALENTAMIENTO GLOBAL Orlando Clavijo Torrado Me cuentan mis asesores juveniles, pero en particular un nieto adolescente, que hoy en día a las muchachas no les ofende una propuesta indecente con vocablos bien gruesos. Al oír esto, yo, de aquella generación que si la comparo con la edad que hoy tiene mi nieto tendría su misma edad en 1958, esto es, hace 56 años, naturalmente me asombro. Sí, porque por aquellos tiempos a una dama no se le hacía esa clase de proposiciones. Ahora, si alguien era tan osado de hacerlas, pero en formas muy sutiles como la pedida de la famosa prueba de amor, la mujer entendía de inmediato de qué se trataba, abofeteaba al atrevido, podría contarle el percance a su padre y a sus hermanos, éstos buscaban al malhechor y en pocas ocasiones le reclamaban a simple lengua semejante ofensa ya que en la mayoría de los casos más le valiera al tipo pagar escondederos porque de encontrarlo de seguro lo cosían a balazos. El pudor y la dignidad de la señorita quedaban así a salvo y de paso el honor y la honra de la familia. Por estos tiempos dizque ni siquiera se invita a las chicas a ir a hacer el amor. Eso ya está pasado de moda. Hacer el amor es muy cursi. Hay que ser más directo, sin tapujos; palabras como fornicar, copular y yacer les suenan rebuscadas; más aún aquellas románticas y poéticas como amartelarse; ni siquiera aceptan el común “amarse”. Lo que más me pasma es que las vulgaridades ya no son exclusivas de los hombres, como antaño, sino que las usan las mujeres sin sonrojo alguno, por el contrario, son los muchachos los que se ruborizan. Igualmente, en la antigüedad – asumamos que yo soy de la antigüedad – la iniciativa sexual corría a cargo del varón. Pues, hoy, señores, no es así: me siguen contando que las “pegotas” llevan la delantera, van convidando a cualquier compañero de clase a que las aproveche – o, mejor, podríamos hablar, como están las cosas, son ellas quienes los aprovechan - sin más ni más, sin amor, sin seducción, sin enamoramiento, sin compromiso, sin nada serio, sólo porque, expresémoslo sin evasivas, a ellas les apretaron las ganas. ¡Y no hablamos de mujeres propiamente dichas, hechas y derechas, desarrolladas corporalmente, sino de verdaderas niñas de doce años o un poco más, flacuchenticas, sin carnitas por ningún lado, aún en crecimiento! Yo no sé si ese acaloramiento tenga que ver también con el calentamiento global, con los pasos del fin del mundo, en donde todo se está trastocando, los glaciares vienen derritiéndose y se ocasionan las inundaciones, las abejas día a día desaparecen y por ello los alimentos faltarán, los ríos se secan y, el agua, al escasear, como se ha pronosticado, será la causa de guerras y de cambios políticos. Pero el contraste es que mientras las muchachas se volvieron fáciles los muchachos se pusieron difíciles, y pese a que lo que se pueda creer, ellos aún anhelan la conquista, encuentran más atractivo rogarles a ellas – como se acostumbraba antes – y no que sean tan ofrecidas, o “regaladas”, según la jerga juvenil. En otras palabras, los papeles se cambiaron. Tienen razón las madres cuando dicen que hoy hay que cuidar más a los hijos que a las hijas. En este punto sí opino que todo tiempo pasado fue mejor. Era mejor el romanticismo, la agobiante espera del famoso sí que le daba a uno su dulcinea y no lo prosaico de hoy del “apúrese, quítese la ropa que yo ya me la quité”. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 2 de abril de 2014.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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PORTADA

50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado