jueves, 24 de diciembre de 2015

EL NIÑO BUENO

Para el semanario La Provincia EL NIÑO BUENO Orlando Clavijo Torrado El cambio climático que trajo la corriente marina bautizada como el Niño - pegotico travieso que entre otras cosas ya va a cumplir en marzo próximo un año – implicó también el cambio en las celebraciones de fin de año por la orden de ahorrar agua y energía eléctrica. De por sí, la tradición de iluminar las viviendas profusamente y hacer pesebres, se está perdiendo, y viene ahora el Niño a limitar los horarios de prender las luces en parques, calles y casas. En efecto, cuando antes se podían mantener prendidos los coloridos bombillitos durante toda la noche, ahora solo la iluminación va de las 5 de la tarde a las 11 de la noche. ¡Vean con cuánto ha acabado el bendito Niño! Viendo que el musgo fue prohibido para usar en los pesebres, recordaba cómo la costumbre de ir a recogerlo en los campos también desapareció. Costumbre y fiesta, al mismo tiempo. Costumbre, aprendida de los padres, a la que se le dio forma de fiesta pues marchar en familia y con amigos a los cerros vecinos no se hacía sin más ni más sino con tiples, guitarras y maracas, carne, papa, yuca y plátano para el asado o el cocido, y aguardiente suficiente. El aguardiente daba alegría y fuerzas para trepar, si era preciso, por las peñas, y arrancar pequeñas alfombras de verde tejido, piñitas o guichas. Los montes ofrecían diversas clases de musgos, desde el llamado “barbas de viejo”, que cuelga de los árboles, hasta el húmedo, esponjoso y con inefable olor a naturaleza viva. Los materialistas enarbolaron la bandera de la defensa de los recursos naturales para atacar las creencias ancestrales religiosas de estos pueblos, y los ecologistas les dieron argumentos para que triunfaran. Al final, lograron la eliminación de la procesión del Domingos de Ramos con palmas, y los pesebres con musgo, ¿con qué resultado? Que los cataclismos no se detienen, los polos se derriten, muchas especies animales y vegetales se han extinguido o están a punto de extinguirse sin que el hombre nada pueda ejercer y aunque sobren las recriminaciones de que todo ello ha ocurrido por esto o aquello. Está probado que el mundo se renueva cíclicamente. Más de una vez bajamos “pintones” mi compadre Víctor Reyes Álvarez y mi primo Antonio Vergel Barriga de la montaña por el camino de Pamplona a Cucutilla, hace ya varias décadas, con costales llenos de musgo. Y no solo los hombres contentos sino nuestras esposas y nuestros hijos. Cuando no había tantas prohibiciones. Menos la de estar felices en los preparativos del nacimiento del Niño Jesús, el bueno, el amable, el misericordioso. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 22 de diciembre de 2015.

jueves, 17 de diciembre de 2015

CRONIQUILLA - VENCEDORES

CRONIQUILLA VENCEDORES Orlando Clavijo Torrado Por supuesto que, descontando al ciudadano valiente, sin duda la Mesa de Unidad Democrática – MUD – se lleva la palma en las elecciones del 6 de este mes en Venezuela. Entre todos los logros que podemos encontrar por su trabajo que culminó en el gran triunfo con la conquista de 112 diputados de los 167 que conforman la Asamblea Nacional, destaquemos el de que en adelante escucharemos a gente decente hablando, aunque nadie, por algún tiempo, les podrá tapar la sucia boca a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello. Pero al fin y al cabo descansaremos bastante, ya que el buen lenguaje y los buenos modales se instalarán en la nueva diputación. Uno se preguntaba cómo era posible que un pueblo tan noble como el venezolano, que derrocha belleza en sus mujeres, arrasadoras en los reinados internacionales, que exporta genios musicales como los jóvenes Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez y Christian Vásquez, directores de orquestas sinfónicas famosas, y puede mostrar un niño genio entre los niños genios del mundo como Víctor Nixon Rodríguez Padilla, de 6 años, tuviera de dirigentes políticos a individuos tan incultos y groseros como ese dúo siniestro. Pero al fin, la razón, el buen juicio y el intelecto se impusieron, gracias a Dios. En segundo lugar hay que resaltar a las mujeres, encabezadas por Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledesma, Patricia Gutiérrez, esposa de Daniel Ceballos, y María Corina Machado, valerosas, intrépidas e inteligentes, cuya lucha por los 160 opositores encarcelados, incluidos sus esposos, se convirtió en el talón de Aquiles del régimen. Y cómo dejar por fuera de tantos héroes a nuestro expresidente Andrés Pastrana que, acompañado de otros colegas de Latinoamérica, encarnó la voz, los ojos, los oídos y la conciencia de las demás naciones en dichos comicios. Estoicamente padeció cuanta infamia y atropello perpetraron el presidente, los militares y otras autoridades en las diversas ocasiones en que viajaba a Venezuela para abogar por los presos políticos, pero por mucha brutalidad que exhibieron terminaron aceptando que no era ningún aparecido y debía ser respetado. Hoy ve su constancia premiada, a Colombia orgullosa, y a la democracia, el pueblo venezolano y la opinión universal, agradecidos. Contrasta la misión de Pastrana con el triste desempeño del expresidente Ernesto Samper, vergonzoso servil de Maduro. Los lectores recordarán las largas horas de espera mientras el Consejo Nacional Electoral emitía el primer boletín. Como se sospechaba, algo raro ocurría. Ya se ha filtrado qué sucedía entre bambalinas: Diosdado Cabello se negaba a admitir el triunfo de la oposición; el general Vladimir Padrino, comandante general de las Fuerzas Militares, le advirtió que el pueblo ya había decidido y él no estaba dispuesto a sacar sus tropas para reprimirlo; los ánimos se caldearon y se asegura que Cabello sacó una pistola seguramente para amedrentar a Padrino; éste se retiró y ordenó poner tanquetas frente al Palacio de Miraflores. El jefe de Estado medió, y convino en salir a reconocer su derrota. Tales son los rumores en los mentideros políticos. Mientras, Maduro sigue demostrando su inmadurez como un niño en el juego que si pierde hace pataletas. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 13 de diciembre de 2015.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

RECUERDOS DE NAVIDAD

Para el semanario La Provincia RECUERDOS DE NAVIDAD Orlando Clavijo Torrado Para amar la Navidad hay que haberla vivido en la niñez gratamente. En el pueblo, mi padre desempeñaba un papel importantísimo: él se encargaba de adquirir la pólvora – incluida la vaca-loca o toro de candela – justamente en Ocaña; en compañía de otros caballeros recogía el dinero para echar la casa por la ventana el día de la novena asignado al centro urbano, el 24; igualmente, se ocupaba de organizar la salida de los “disfrazados”, siendo su especialidad los enanos. No hay duda de que era un maestro en buscar un gran canasto, acomodarle unas cortas manos y sobreponerle un inmenso sombrero de modo que el muchacho que se metiera allí, por alto que fuera, siempre daba la talla del enano. Al elegido le pintaba en el estómago la cara; de ahí en adelante la gracia corría por cuenta del hombre: la mejor, fruncir con elasticidad la barriga para hacer gestos sumamente cómicos. He recordado en otras crónicas que los de mi época manejábamos totes, martinicas, bengalas, volcanes y triquitraques, y hasta nos llenábamos los bolsillos, sin que a nadie le ocurriera ningún percance. Únicamente recuerdo que a un amigo que vive hoy en Cúcuta se le enredó en la pierna un alambre con tiras de tela de la bola de candela que pateaba; las lesiones lo tuvieron varios meses en cama; dicho juego, tradicional y peligroso, era permitido y practicado a la luz pública. Con ser todo aquello tan riesgoso, y visto ahora como costumbres semisalvajes, repito que, por paradoja, raramente se presentaban quemados. Las poderosas y retumbantes “recámaras” de decenas de tiros que remataban con una bomba estremecedora se prendían a la hora de la elevación, tan pronto la banda municipal terminaba de interpretar el himno nacional. Con semejante bombazo saltaban las viejitas que ya habían cogido el sueño a mitad de la misa. También de vez en cuando un volador se colaba en el templo espantando hasta el cura, pues la pólvora la quemaban en el atrio. Todos los chicos nos enrolábamos como pastores, y cante que cante villancicos en el coro de la iglesia. El pesebre disparatado que le ayudábamos a armar a la mamá colocando encima de la choza un avión, al lado de los reyes magos un camión de madera, un caballo azul más grande que las casas, las niñas, sus muñecas de trapo, y los espejos como lagos; el árbol de Navidad creado de un chamizo, adornado con copos de nieve que eran trozos de algodón; la misa de medianoche el 24 de diciembre; los regalos bajo la almohada dejados por el Niño Dios; los juegos de aguinaldos al dar y no recibir, a la pajita en boca, a la estatua, al sí y al no, a la palmada; los “disfrazados” sangripesados que perseguían a las muchachas para abrazarlas o el diablo o la muerte que asustaban a los niños; la banda municipal que tocaba en la noche y en la madrugada; el estreno; los tamales, la chicha o el masato, la conserva y la natilla preparados por la madre. En fin, un manojo de recuerdos de unas navidades felices en la infancia al lado de unos padres de los que aprendimos a amarlas y disfrutarlas pues ellos mismos irradiaban el amor y la felicidad de tan inefable temporada. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 15 de diciembre de 2015.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA IGLESIA DE FÁTIMA

Para el semanario La Provincia LA IGLESIA DE FÁTIMA Orlando Clavijo Torrado Este 8 de diciembre se cumplieron 54 años de la inauguración de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima en el barrio La Primavera. Los más veteranos recordamos a monseñor Heriberto Martínez en su lucha comenzada en la década de 1950 por levantar el templo que reflejaría la devoción del pueblo ocañero por María aparecida en Portugal en 1917 en el pueblo de Fátima. En aquella época La Primavera era un barrio que se consideraba ubicado en la lejanía, muy distante del centro de Ocaña, y edificar una iglesia en un descampado sonaba a chifladura. Sin embargo, a monseñor Martínez se le metió la locura y no cejó hasta ver terminada la obra, en 1961, junto a la recién abierta avenida Francisco Fernández de Contreras. Encomendó dicha obra al maestro Víctor Ramón Clavijo, reputado en construir iglesias en la comarca. El resultado es orgullo de la ciudad de Ocaña, un templo para mostrar, amplio, vistoso, a la vez sobrio y soberbio. Monseñor, de mirada adusta, paseaba su elevada y fina figura por todos los comercios, y pacientemente organizaba rifas y bazares, se paraba en las esquinas, detenía transeúntes y pedía la colaboración a cuanta persona podía. Por supuesto, acudía a damas y caballeros acaudalados y ellos le respondían generosamente, destacándose entre todos doña Agripina Pacheco de Morales. Por el mismo tiempo, el prelado adquirió un automóvil Volkswagen, el que bastante le sirvió para su misión. Como no ha faltado el humor ocañero respecto a personajes, los graciosos regaron la broma de que monseñor, al recoger la limosna en la misa y al recibir las donaciones para el templo programado, no decía “Dios se lo pague” sino “pal-fosvaguen”. Afirmaban que al menos eso era lo que se le entendía como en un murmullo. Otro cuento que le inventaron: - Monseñor, ¿cómo va la construcción de la capilla de Fátima? - En eso andamos, hijo mío – respondía, y se montaba en el escarabajo. Comentarios semejantes naturalmente que no tenían fundamento pues monseñor disponía de recursos de familia y ahorros propios que le permitieron comprar el carrito, pero la gente gozaba repitiendo tales chistes a su costa. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 8 de diciembre de 2015.

jueves, 3 de diciembre de 2015

GESTOS DE PAZ

Para el semanario La Provincia GESTOS DE PAZ Orlando Clavijo Torrado Todo se puede arreglar por las buenas. Es la verdad. ¿Por qué matarse por la causa que sea? No vale la pena. Por lo general, un apunte gracioso tiene el efecto de distender los ánimos, relajar al más iracundo y hacer olvidar el motivo que originó la discordia. Ello constituiría un verdadero gesto de paz, muy distinto de la pistola que le hacen las Farc al gobierno de Juanpa, que piden y piden y Santos cede y cede. Repitamos que hacerle pistola a otro no es propiamente un gesto de paz, pero hacer lo que le hizo Mateo a Purifico sí lo es. Me contaba mi padre que conoció a ciertos finqueros – llamados Mateo Rondero y Purificación Manjarrés o Purifico - que entraron en conflicto porque un puerco se entró a la huerta del uno y acabó con lechugas, cebolla, tomate, berenjena y cuanto pudo. El ofendido le protestó al otro, exigiéndole al tiempo la reparación de los daños causados en dinero contante y sonante. El dueño del cochino destructor no fue consciente, y en lugar de reconocer la falta le cargó la culpa al reclamante atribuyéndole responsabilidad por no cercar la granja. La discusión se agrió al punto que los dos colindantes amagaron con sacar sus machetes y dirimir la marranada con otra marranada peor. Solo la intervención de las mujeres con sus llantos y clamores y la mediación de noveleros impidió una tragedia. Por semanas la frialdad reinaba entre los dos viejos amigos. Aquella camaradería, aquella solidaridad en los trabajos agrícolas, y hasta los préstamos de ollas, de sal y condimentos entre las dos comadres, se acabaron. En suma, surgió una peligrosa enemistad. Pero un buen día, uno de ellos, Purifico, quiso zanjar el pleito y llamó un muchacho para enviarle un recado a su contrincante: - Dígale a Mateo Rondero que al fin cómo quedamos y cómo es la cosa del marrano. Aquel día Mateo estaba de excelente humor. Lo menos que deseaba era alguna contrariedad, de modo que le contestó al mensajero: - Dígale a Purifico que la cosa del marrano es así, (e hizo una señal con un dedo indicando una rosca o una espiral). El joven llevó la razón tal como la oyó de Rondero. Al escuchar Purifico semejante respuesta quedó desarmado y soltó una carcajada con todos sus pulmones. El pleito de los dos vecinos se canceló y reanudaron la amistad que los había unido durante toda la vida. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ….. 1° de diciembre de 2015.

jueves, 19 de noviembre de 2015

DE COPA EN COPA

Para el semanario La Provincia DE COPA EN COPA Orlando Clavijo Torrado Llegó la temporada navideña. Época de brindar, de compartir alegremente en familia. Sin embargo, hay que tener cuidado con el trago. Se debe tomar con moderación porque una borrachera de padre y señor mío puede conducir al consumidor a donde menos lo espera. En cierto lugar me contaron la odisea que padeció determinado caballero que tenía una hacienda en una vereda lejana. Todo le ocurrió por su afición a empinar el codo. Tomó su cabalgadura para ir a la finca; llenó las alforjas de litros de aguardiente y a medida que avanzaba a regular paso de la bestia, iba vaciando los litros. Así, cuando arribó al páramo, bastante atrás del predio, nuestro hombre había alcanzado también la cumbre de la embriaguez. Tanto en la casa de la finca como en su propio hogar se inquietaron porque habían pasado tres días y no llegaba a ninguno de los dos sitios. Lo buscaron a lo largo del camino y lo único que hallaron fue al caballo mordisqueando las hojas de los arbustos. ¡Ah! También había como huella los envases de aguardiente sin una gota. Dos litros, para ser exactos. Decían que el tipejo este era poco amante de ir a misa y que por eso se lo iba a llevar el patas, pues el que se va a condenar desde chiquito no reza. A lo que él replicaba con otros refranes: “ni pendejo va al cielo ni goza mujer bonita”. Y “el que bebe se emborracha, el que se emborracha se duerme, el que se duerme no peca, y puesto que al cielo vamos, bebamos”. De la elevada montaña de donde desapareció el borracho al punto en donde fue encontrado – un paraje de clima cálido - hay una distancia considerable, más o menos como del Agua de la Virgen a Ocaña. Sin embargo, lo extraordinario e inexplicable es que el hombre no estaba en tierra, tumbado de la pea, o inconsciente, no, estaba en la copa de un árbol altísimo. Eso sí, asustado. De la juma no le quedaba el menor rastro. Con gran dificultad y echando mano de lazos lo pudieron bajar. ¿Cómo llegó allí? El hombre no lo supo explicar. Para el vecindario todo estaba muy claro: el diablo lo había sacado del caballo y lo había trasportado por los aires, como una advertencia o un castigo. Por lo pronto, lo había llevado a la cima de un árbol. De seguir de bebetas, la próxima vez no se la perdonaba: se lo llevaría con él a sorber aguardiente en el infierno. Aguardiente no, aguahirviente. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 18 de noviembre de 2015.

lunes, 16 de noviembre de 2015

CRONIQUILLA - EL POBRE CANDIDATICO

CRONIQUILLA EL POBRE CANDIDATICO Orlando Clavijo Torrado Nuevamente la ciudadela de Juan Atalaya de Cúcuta volvió a elegir gobernador del departamento y alcalde de Cúcuta. (En honor a la verdad hay que decir que Atalaya y Ramiro Suárez, pues los elegidos salieron de las entrañas políticas de éste). Cero y van cinco alcaldes ungidos por el voto atalayero: Pauselino Camargo, Ramiro Suárez, María Eugenia Riascos, Donamaris Ramírez y César Rojas, y tres detentadores de la silla dorada en el palacio de la Cúpula Chata (¿o dos, o uno pues son lo mismo?): William Villamizar, Edgar Díaz, otra vez Villamizar y dentro de cuatro años de nuevo Díaz. Juan Atalaya reúne más de cuatrocientos mil habitantes, cerca de los dos tercios de la población de Cúcuta que es de seiscientos cincuenta mil. Distingue a los atalayeros una característica: votan abundantemente, de modo que si se lo propusieran, obtendrían los doscientos mil sufragios suficientes para poner todos los senadores. En dicha ciudadela predominan los estratos económicos 1 y 2, sectores marginados y de extrema pobreza, perfecto caldo de cultivo para los demagogos que hacen de las suyas distribuyendo mercados y dinero en temporada electoral. “La necesidad tiene cara de perro”, me replica una contertulia cuando hablamos de la capacidad intelectiva y analítica de los atalayeros y de sus valores morales, que los tienen, a no dudarlo. El término correcto es justa dineraria, porque justa democrática no fue la del 25 de octubre próximo pasado. En todo el país la compra de votos y el reparto de mercados fue la constante. El presidente Santos se ufanó de la paz que reinó (“la paz se ha convertido en la palabra mágica que adormece la razón del pueblo”) y de la votación que superó otras del mismo género, pero nada dijo de que estas elecciones también superaron la corrupción, empezando por la “mermelada” del gobierno. Las tulas y mochilas repletas de billetes estaban cerca de las mesas de votación. Se dice que un candidato en nuestro departamento gastó treinta mil millones de pesos (?). Eso oí en mi peluquería. Días antes del domingo electoral los periodistas le preguntaron que cuánto iba a invertir en su campaña y respondió que 300 millones de pesos, que le alcanzaban solamente para la publicidad. Su tope para el cargo era de tres mil millones. Y explicó la fuente de esos recursos: cien millones que tenía ahorrados, y el resto se los prestarían la tía Eufrasia – ¡pobre tía Eufrasia, en las que la meten, ella que apenas gana para vivir haciendo aseo en casas de familia! -, el primo Eliodoro – que vive más jodido que nadie – y la abuela Demetria – que todavía sale a vender tinto -. ¡Qué cuento tan forzado! ¡Y qué buena ocasión para parodiar el poema de Rafael Pombo, “La pobre viejecita”. Aquí sería “El pobre candidatico”, así: Érase un candidatico sin nadita que ofrecer, sino hierro, tablas, tejas, plata, puestos y Sisben. Los mercados que entregaba, no bajaban de cien mil, y contratos millonarios, prometía repartir. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 15 de noviembre de 2015.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL CORAZÓN DEL CARNICERO

Para el semanario La Provincia EL CORAZÓN DEL CARNICERO Orlando Clavijo Torrado Según la historia aceptada por la mayoría el general Gustavo Rojas Pinilla murió en su hacienda de Melgar, Tolima, el 17 de enero de 1975, cuando se apagó su marcapasos. Pues no, protestan en Chitagá, no ocurrió así. Rojas murió por una falla del corazón que no era el suyo. Quienes sostienen esta versión le compraron carne a Manuel. ¿Y cómo no iban a conocer a Manuel, el carnicero preferido del pueblo, y a su mujer, Timotea? Vivía la pareja muy modestamente; ni casa propia tenían. Mientras el esposo era de elevada estatura y musculoso, andando en los treinta años, su cónyuge era pequeña, flacucha y lucía un poco mayor que él. Cualquier día Manuel enfermó gravemente. Lo llevaron al hospital de Pamplona pero allí diagnosticaron que se trataba de una afección para cuyo tratamiento no disponían de los necesarios recursos humanos y materiales. Lo remitieron a Cúcuta. Pero tampoco en la capital del departamento lograron brindarle una atención salvadora. En aquella época los pobres ni podían soñar en viajar por avión. Si hoy aún es caro, en esos días sí que un pasaje aéreo costaba una fortuna. Sin embargo, apareció un avión que llevó a Manuel a Bogotá, y, sorpréndanse, al hospital Militar. Los chitaguenses no saben explicar quién envió el avión, y cómo se produjo la decisión y demás arandelas. A pesar del equipo médico calificado y las técnicas avanzadas de dicho hospital, el carnicero murió. Sin embargo, su corazón siguió latiendo, nada menos que en el pecho del señor presidente de la república, el teniente general Gustavo Rojas Pinilla. El cadáver de Manuel fue traído a Cúcuta y luego llevado a su tierra natal. La vida le cambió a Timotea, mas no porque quedara desamparada sino porque le llovió dinero sin saberse de dónde. No era una pobre viuda sino una viuda rica. Y tanta riqueza chillaba en Chitagá. Así es que al poco tiempo emigró del terruño, dejando el recuerdo de su precario vivir allí y la murmuración de que había vendido el corazón de su marido. He tratado de concretar datos, sin respuesta de nadie. Es mejor no preguntar. Que sucedió, sucedió, reafirman. Les replico que a Rojas le habían implantado un marcapasos y ellos me porfían que no, que era el mismo corazón de Manuel el que le palpitaba. ¿Y entonces – contraatacan – de dónde sacó Timotea tanta plata de la noche a la mañana? Yo trato de refutarles, vanamente. Reconozco que como mito, como leyenda, es algo bonito, interesante y hasta gracioso. Ellos se empecinan, y como decimos por aquí, juran y comen mocos que la historia del corazón de Rojas Pinilla es esa. De tanto insistir para que me revelen la fuente de tamaña historia, por fin lo consigo: la propia mujer de Manuel le hizo la confidencia a una amiga íntima, con la advertencia de que eso quedaba entre las dos. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 11 de noviembre de 2015

CRONIQUILLA - LAS OBRAS DEL MALIGNO- MODIFICADA AL FINAL -

CRONIQUILLA LAS OBRAS DEL MALIGNO Orlando Clavijo Torrado Salomé Leal había llegado de Ábrego. Allí, en La Florida, conoció a su esposo José Antonio Peñaranda. Compraron una pequeña finca en la vereda El Alto. Prosperaron abundantemente en la producción agrícola y regularmente en la crianza de hijos: siete, nada más, muy pocos para lo mandado. Se llamaron Antonia, Blas, Adriano, Francisco, Daniel, Pastor y Elena. En aquella época, por 1925 o más, era una rareza que la gente del campo supiera leer. Pues esta matrona sí sabía, y muy bien, con fuerte entonación, pausada, articulando las palabras, y con sentido y emoción. Lo que ella leía dejaba a la concurrencia en un estado en que no sabía, como dice el himno nacional, “si admiración o espanto, sentir o padecer”. Después de las lecturas les predicaba, exponiéndoles, a su entender, el significado de todo aquello que sonaba como enigmas: - Aquí está pronosticado – les explicaba – que vendrán días en que los hombres volarán como pájaros. También se anuncia que los hombres hablarán por entre unas cajas y la gente no los verá. Que una persona escribirá una carta en un lugar lejano y el destinatario la leerá al instante. Todo eso será obra del maligno. Sin embargo, la profecía que le erizaba mayormente los pelos a su atento auditorio era la de la “acabasón del mundo”, la del fin de los tiempos en medio de llamas de fuego, terremotos, inundaciones, ciclones, hielos y pestes. ¡Qué miedo! Esos pobres vecinos regresaban a sus casas en silencio, con el Credo en la boca, rezando más si era que se podía rezar más. Hasta los que bajaban al pueblo a emborracharse y montar la furrusca a plomo y cuchilla con cualquiera, temblaban. - Oigan bien esta profecía – les dijo un día la santa mujer. El mundo durará mil y tantos años pero no llegará al año 2000. Muy pocos de los que escucharon semejante vaticinio están vivos. El globo terráqueo siguió girando después del 2000, pero a juzgar por el calentamiento global que estamos viviendo, los cambios climáticos que trae el temporal del Niño, los sunamis, las tormentas tropicales y los huracanes de todos los nombres, y las epidemias que surgen o resurgen, pareciera que doña Salomé se equivocó por un pequeño margen de error, pues uno o dos siglos son poco tiempo para la historia de la humanidad. Sin contar, entre el cúmulo de males, fenómenos y catástrofes apocalípticos, el trastoque de los valores y las costumbres en un torbellino en que lo de arriba está abajo y lo de abajo arriba, lo bueno es malo y lo malo es bueno, en que con orgullo (el orgullo gay) los hombres son mujeres y las mujeres son hombres, ser heterosexual es una aberración, unos niños van a tener de papá a un hombre y de mamá a otro hombre, al igual que otros infantes serán criados por una yunta de mujeres en que la una hará de macho y padre y la otra hará de hembra y madre, según lo acordado por seis señores de la Corte Constitucional, por supuesto, trastornados. Si doña Salomé viviera de seguro señalaría que estos son los tiempos profetizados por las Sagradas Escrituras que ella leía y de los que les hablaba a sus amigos en su alero campesino allá en La Florida: sí, definitivamente, la “acabasón del mundo” y “las obras del maligno”. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 8 de noviembre de 2015

miércoles, 4 de noviembre de 2015

LAS OBRAS DEL MALIGNO

Para La Provincia LAS OBRAS DEL MALIGNO Orlando Clavijo Torrado Salomé Leal había llegado de Ábrego. Allí, en La Florida, conoció a su esposo José Antonio Peñaranda. Compraron una pequeña finca en la vereda El Alto. Prosperaron abundantemente en la producción agrícola y regularmente en la crianza de hijos: siete, nada más, muy pocos para lo mandado. Se llamaron Antonia, Blas, Adriano, Francisco, Daniel, Pastor y Elena. En aquella época, por 1925 o más, era una rareza que la gente del campo supiera leer. Pues esta matrona sí sabía, y muy bien, con fuerte entonación, pausada, articulando las palabras, y con sentido y emoción. Los domingos en la tarde los vecinos se reunían en su casa para oír la lectura de la biblia. Entre ellos estaba un niño que hoy es un anciano de 90 años, de quien he aprendido muchas historias. Según él, doña Salomé sacaba de un baúl de madera un libro inmenso que compara con una jamulga (o enjalma, en concepto de mi interlocutor. En el diccionario encontré jamuga, que significa especie de montura para mujeres). En todo caso, aquel libro se abría y se extendía como una enjalma. Lo que ella leía dejaba a la concurrencia en un estado en que no sabía, como dice el himno nacional, “si admiración o espanto, sentir o padecer”. Después de las lecturas les predicaba, exponiéndoles, a su entender, el significado de todo aquello que sonaba como enigmas: - Aquí está pronosticado – les explicaba – que vendrán días en que los hombres volarán como pájaros. También se anuncia que los hombres hablarán por entre unas cajas y la gente no los verá. Que una persona escribirá una carta en un lugar lejano y el destinatario la leerá al instante. Todo eso será obra del maligno. No pasaron muchos años antes de que mi amigo viera cumplidas las profecías de la abuela. Por supuesto que en aquella remota aldea y en aquellos apacibles años ignoraban que ya se habían inventado los aviones, la radio, el telégrafo y el teléfono. El único aparato que conocían era el gramófono, y luego la victrola, para oír música en pesados discos, lo que se llamaría después con gracia “música molida”. Sin embargo, la profecía que les erizaba mayormente los pelos era la de la “acabasón del mundo”, la del fin de los tiempos en medio de llamas de fuego, terremotos, inundaciones, ciclones, hielos y pestes. ¡Qué miedo! Esos pobres vecinos regresaban a sus casas en silencio, con el Credo en la boca, rezando más si era que se podía rezar más. Hasta los que bajaban al pueblo a emborracharse y montar la furrusca a plomo y cuchilla con cualquiera, temblaban. - Oigan bien esta profecía – les dijo un día la santa mujer. El mundo durará mil y tantos años pero no llegará al año 2000. Muy pocos de los que escucharon semejante vaticinio están vivos. El globo terráqueo siguió girando después del 2000, pero a juzgar por el calentamiento global que estamos viviendo, los cambios climáticos que trae el temporal del Niño, los sunamis, las tormentas tropicales y los huracanes de todos los nombres, y las epidemias que surgen o resurgen, pareciera que doña Salomé se equivocó por un pequeño margen de error, pues uno o dos siglos son poco tiempo para la historia de la humanidad. Sin contar, entre el cúmulo de males, fenómenos y catástrofes apocalípticos, el trastoque de los valores y las costumbres en un torbellino en que lo de arriba está abajo y lo de abajo arriba, lo bueno es malo y lo malo es bueno, los hombres son mujeres y las mujeres son hombres, etc., etc. Si doña Salomé viviera de seguro señalaría que estos son los tiempos profetizados por las Sagradas Escrituras y de los que les hablaba a sus amigos en su alero campesino allá en La Florida: sí, definitivamente, la “acabasón del mundo”. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 4 de noviembre de 2015

jueves, 29 de octubre de 2015

EL VESTIDO BEIS

Para el semanario La Provincia EL VESTIDO BEIS Orlando Clavijo Torrado Era una señora obesa, de unos 65 años, y de un temperamento inaguantable, en contraste con el de su hija, tan amable y cortés. Las dos vivían frente a la modistería en la calle Del Dulce Nombre. Se daba ínfulas de pertenecer a la clase alta y decía que sus trajes no los confeccionaba cualquiera. En Ocaña, según ella, no había alta costura. Por ello, es extraño que cruzara la calle y se acercara a la modistería. La dueña no pensó que con tanto orgullo su vecina le pediría que le hiciera un vestido. Pues resultó que la doña llevaba la tela, color beis, y buscó y rebuscó en una revista de modas todos los estilos hasta que se inclinó por un vestido de una sola pieza que exhibía una estilizada modelo. La modista de inmediato se dedicó a la obra y a los ocho días llamó a la clienta para entregársela. Ésta pasó al vestier, se midió la prenda y salió al pasillo protestando: “¡Lástima mi tela fina. Vean qué porquería. Esto no es un vestido, es un costal. Parezco un tamal mal envuelto. Ni muerta me lo pongo!” Mientras tanto, la dueña del local y sus ayudantes la contemplaban y le refutaban: “Señora: ese fue el modelo que usted escogió, y realmente le queda muy bien para su cuerpo”. La vieja no aceptó. De mala gana preguntó por el precio, dijo que era muy caro, un verdadero robo por semejante adefesio, que lo pagaba para que no creyeran que era una ladrona pero que no merecían ninguna paga, y le botó en una mesa el dinero a la dueña. Cuando dijo que no quería llevarse semejante costal, uno de los ayudantes de la modistería, el más callado y prudente, le dio esta contundente razón: “Señora: nosotros hacemos vestidos, no cuerpos”. La mujer quedó aplastada, y sin chistar nada recogió el traje. Pasadas unas semanas la gente de la modistería se admiró de que aquella dama saliera emperifollada luciendo justamente el vestido del cuento. Y más admiración les causó el ver que repetía y repetía el vestido. Al cabo de los años la hija regresó al taller, habló con la propietaria y le contó que su madre había muerto. “Usted no lo va a creer”, le dijo. “Mi madre pidió que la enterraran con aquel vestido, el del pleito, el que calificó en un principio como un costal. Poco a poco se fue enamorando de él y ya no se lo quitaba, pues sostenía que era el mejor que había tenido en su vida”. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 27 de octubre de 2015.

domingo, 18 de octubre de 2015

EL NUEVO DERECHO - Especial para La Provincia, de Ocaña

Para el semanario La Provincia EL NUEVO DERECHO Orlando Clavijo Torrado No sé si sea una mala o buena noticia para los egresados de las facultades de Derecho - viejos como yo, no tan viejos y recientes - y para los actuales estudiantes: lo que aprendimos o lo que están aprendiendo ya no sirve. De modo que ¡a comenzar de cero! Como es un tema muy extenso y profundo, daré un abreboca. Una clave de lo que viene ocurriendo la encontramos en un reciente artículo del profesor y exmagistrado de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia Javier Tamayo Jaramillo (Origen nazista y marxista del Nuevo Derecho (IV). El caso colombiano- Ámbito Jurídico, 14 al 27 de septiembre de 2015). El Nuevo Derecho - que es la corriente en auge - tiene como vocero en Colombia al profesor Diego López Medina. Mejor ejemplo de aplicación no puede darse que Venezuela, a quien le sigue Ecuador, un poco Argentina, y, por supuesto, la madre de todos, Cuba. En resumen, se elaboran doctrinas que coincidan con las del Estado en todas sus esferas. Se explica así que el finado presidente Chávez saliera a la calle a señalar qué negocios había que expropiar, y en efecto los jueces se apuraban a satisfacerlo, y que el señor Maduro condene desde un micrófono - igual que lo hacía el coronel - a los opositores, y, ¡orden cumplida, mi comandante! - : ahí está Leopoldo López condenado a 13 años, 9 meses y 7 días mediante una sentencia proferida por la juez Susana Barreiros, sentencia que, repito, ya habían anunciado el presidente de la República, el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello y otros dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela. Ese es, en esencia, el Nuevo Derecho, cultivado por los llamados progresistas - de franca ideología izquierdista -, incrustados en las altas cortes de Colombia y en la Fiscalía General de la Nación. De allí en adelante todo el mundo conoce los efectos de la nueva doctrina, la que se refleja en el recientísimo pronunciamiento del presidente de la Corte Suprema de Justicia para quien el delito de narcotráfico puede ir unido al de rebelión. Así, se allana el camino para que ningún capo de las Farc pueda ser extraditado y tampoco juzgado por delitos conexos sino por el de rebelión, y cuento acabado y la paz hecha para satisfacción de Santos y Timochenko. orlandoclavijotorrado@yahoo.es 14 de octubre de 2015.

CRONIQUILLA - MI VOTO DE CASTIDAD

CRONIQUILLA MI VOTO DE CASTIDAD Orlando Clavijo Torrado Yo votaré en blanco. Es el prototipo del voto honesto. Con él se evita colaborar a que alguien continúe con la corrupción. Sin embargo, haré dos excepciones, en honor a la honradez: aunque no me gustan las alianzas que pactó, votaré por Juan Carlos García-Herreros para gobernador, a quien ni conozco, pero tengo referencias de su familia, familia de servidores. Deplorable, sí, de mi candidato, el eslogan tan ordinario que escogió: “Cambiamos o nos joden”. Parece que para estas contiendas, lemas con vocabulario ñero se están imponiendo, como el del actual gobernador: “Un Norte pa lante”. Lástima que al padre de ese eslogan no le hubieran enseñado que se dice “para adelante”. Con semejante ejemplo ¿cómo aspiramos a educar y dirigir a la gente por las vías correctas? Seguramente otro candidato a la gobernación dentro de cuatro años lanzará como grito de combate “Pa lo que sea, papá”, inspirado en el lenguaje de camioneros y gamines. Mi otro voto será por una chica que asomé en el directorio departamental conservador para que rellenara la lista del concejo en cumplimiento de la cuota de género. Le correspondió el número 9. Habrá que marcar, entonces, C9. Se trata de Xiomara Flórez Figueroa, una señorita recién egresada de la Universidad como administradora de empresas, 21 años, que sabe y maneja dos problemas del momento: los niños abandonados y los desplazados. No tiene idea de política, está virgen en negociados, incontaminada, de modo que si hay un voto puro es el que depositemos a su favor. Aunque sean pocas las posibilidades de resultar electa prefiero botar mi voto en ella a sufragar por personas cuya primera mácula es haber abandonado su partido y ser arribistas (no hay un candidato o candidata que no se haya volteado), y de ahí para allá siguen las otras manchas que siempre pasan por el erario. ¿Alcaldía de Cúcuta? Si nuestra ciudad capital hace años viene de mal en peor, si es la campeona del desempleo en el país y la más cara, si sus calles se encuentran destrozadas, si no hay orden, ni autoridad ni seguridad, si los escándalos de contratos y nombramientos no cesan, si la red de semáforos colapsó, y un largo etcétera, ¿vale la pena votar para elegir un alcalde? No, no vale la pena. Aquí hace rato no hay alcalde, y no se necesita. Que nos manden de Bogotá un administrador. O de Bucaramanga, de donde dependemos para todo, y punto. Bueno: hablemos de otra cosa. ¿De Asamblea? Menos. Hago votos – como decían los centenaristas – porque triunfe el voto en blanco. Repito que es el más limpio y transparente. Y casto. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 17 de octubre de 2015

miércoles, 7 de octubre de 2015

LAS COLADAS - Para el semanario La Provincia, de Ocaña

Para el semanario La Provincia LAS COLADAS Orlando Clavijo Torrado ¿O somos muy vivos o muy pícaros? Hay que ver cómo nuestro pueblo no desperdicia ocasión para sacar ganancia. Si es lo primero, en situaciones normales y tranquilas ello sería sencillamente una muestra de inteligencia y sagacidad, y merece aplausos; pero si el aprovechamiento se saca en las tragedias, es reprochable, y ya tales instintos se tornan en malévolos. Sin más preámbulos, vamos al grano. En el departamento todos nos hemos dolido por la expulsión brutal de nuestros compatriotas por la soldadesca del dictador Maduro sin otra acusación válida que la de ser colombianos, y por ello, indeseables. Se organizaron albergues para los infelices y tanto floreció la misericordia que una de las víctimas reconoció que nunca había visto semejante mundo de comida. La solidaridad de todo el país fue ejemplar. Juana, María y Josefa (nombres ficticios) trabajaban en sendas casas de un barrio de clase media de Cúcuta, en oficios de aseo y aplanchada en días intermedios de la semana. Sus patronas, la señora de Ramírez, la señora de Sánchez y la señora de García (nombres también supuestos) se encontraban muy satisfechas con sus muchachas, pero desde aquel 19 de agosto en que el gorila de Venezuela cerró la frontera con Colombia por el límite con Cúcuta, Juana, María y Josefa no regresaron a sus trabajos. Las matronas se unieron prontamente a las campañas de ayuda a los desplazados y es así que una vez adquiridos víveres y enseres en considerable cantidad se dirigieron a los albergues de Villa del Rosario. Sus generosos corazones querían aliviar tantas penurias de gente humilde y desharrapada perseguida por el tirano. ¡Oh sorpresa! ¿A quiénes encuentran entre los maltratados? Pues ni más ni menos que a sus empleadas, acostadas en colchones en el suelo, bajo una carpa. Hasta ahí el testimonio radial de las caritativas damas. Ignoro qué cara pusieron las caripeladas que se estaban haciendo pasar por los infortunados que atravesaron el río Táchira a pie con sus cositas al hombro, y si sus patronas les reprobaron su descaro. Si sé que un amigo reprendió a un amigo suyo, dueño de casa, que se alistaba a meterse bajo las carpas para que lo inscribieran entre los beneficiados con vivienda. Él mismo me refirió el episodio: le jarté la perra para que no fuera sinvergüenza. Me dio tanta indignación que hasta le menté la madre. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 7 de octubre de 2015

lunes, 5 de octubre de 2015

EL NUEVO DERECHO - CRONIQUILLA - 15 de octubre de 2015

CRONIQUILLA EL NUEVO DERECHO Orlando Clavijo Torrado No sé si sea una mala o buena noticia para los egresados de las facultades de Derecho - viejos como yo, no tan viejos y recientes - y para los actuales estudiantes: lo que aprendimos o lo que están aprendiendo ya no sirve. De modo que ¡a comenzar de cero! Como es un tema muy extenso y profundo, daré una corta informacíón. Una clave de lo que viene ocurriendo la encontramos en un reciente artículo del profesor y exmagistrado de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia Javier Tamayo Jaramillo (Origen nazista y marxista del Nuevo Derecho (IV). El caso colombiano- Ámbito Jurídico, 14 al 27 de septiembre de 2015). El Nuevo Derecho - que es la corriente en auge - tiene como vocero en Colombia al profesor Diego López Medina. Mejor ejemplo de aplicación no puede darse que Venezuela, a quien le sigue Ecuador, un poco Argentina, y, por supuesto, la madre de todos, Cuba. En resumen, se elaboran doctrinas que coincidan con las del Estado en todas sus esferas. Se explica así que el finado presidente Chávez saliera a la calle a señalar qué negocios había que expropiar, y en efecto los jueces se apuraban a satisfacerlo, y que el señor Maduro condene desde un micrófono - igual que lo hacía el coronel - a los opositores, y, ¡orden cumplida, mi comandante! - : ahí está Leopoldo López condenado a 13 años, 9 meses y 7 días mediante una sentencia proferida por la juez Susana Barreiros, sentencia que, repito, ya habían anunciado el presidente de la República, el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabellos y otros dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela. Ese es, en esencia, el Nuevo Derecho, cultivado por los llamados progresistas - de franca ideología izquierdista -, incrustados en las altas cortes de Colombia y en la Fiscalía General de la Nación. El columnista de La Opinión Fernando Londoño Hoyos nos revela que el actual Fiscal General de la Nación Luis Eduardo Montealegre Lynett pertenecía a la Juventud Comunista (JUCO) de Ibagué, pero debo admitir que en sus excelentes tratados de derecho penal no dejaba ver las orejas de lobo sino que se mostraba como un verdadero científico. Ahora, la cuestión no es la ideologia que cada uno profese sino que en las instancias judiciales también haya inspiración politica y que las providencias tengan claro sabor partidista, a tono con el gobernante de turno y su gabinete. Nosotros aprendimos - y eso se les estaba enseñando a los estudiantes de Derecho - que los delitos son autónomos, y que la conexidad en el juzgamiento obedece a ciertos condicionamientos. Un criterio sentado desde antiguo por la Corte Suprema de Justicia (Cas.,28 de noviembre de 1952, LXXIII, 811) y aún hoy aceptado, expresa que "La circunstancia de que unos sindicados cometieran solo rebelión, y otros parte o la totalidad de otros delitos, es problema que se refiere únicamente a la coparticipación criminosa y a la responsabilidad penal, pero no al tema de si los delitos tuvieron conexión entre sí". Igualmente manifestó la Corte: "La relación o nexo entre las infracciones debe ser lógica, ya se trate de varias cometidas por un solo individuo, ora hayan sido agotadas por pluralidad de personas; sustancial o esencial y no meramente secundaria, pues de lo contrario la dependencia que naturalmente tienen unas cosas con otras sería causa de que se investigaran y fallaran en un solo proceso infinidad de infracciones con el consiguiente caos en la administración de justicia. (Sent., 9 de agosto de 1957, LXXXVI, 150). El doctor Montealegre, para facilitarle al presidente Santos las cosas en el arreglo pactado con las Farc, ya proclamó que delitos como el narcotráfico, la extorsión y el secuestro - no lo dijo expresamente pero lo dio a entender que también los asesinatos y masacres de civiles, la violencia sexual, el reclutamiento de menores y la tortura - son delitos conexos, que se subsumen en el delito de rebelión. Se trata de una manera mañosa de asegurar la impunidad de las Farc. Entonces, a la tradicional clasificación de concursos - material y formal con sus subdivisiones - habrá que añadir el elaborado por Montealegre que comparten, unos acérrimamente y otros con pocos reparos, los integrantes de la subcomisión para la justicia transicional, a saber, Manuel José Cepeda, Juan Carlos Henao y Doug Cassel, delegados del gobierno, y Álvaro Leyva - conservador fariano -, Diego Martínez y Enrique Santiago, español, como voceros de las Farc. ¿Estamos, pues, ante el Nuevo Derecho o ante el caos de la justicia, como lo previó la Corte? orlandoclavijotorrado@yahoo.es .... 5 de octubre de 2015

miércoles, 30 de septiembre de 2015

VIVIENDO COMO GRINGOS

Para el semanario La Provincia VIVIENDO COMO GRINGOS Orlando Clavijo Torrado Significaba mucho adelanto para aquella época. Y para aquella aldea, que se consideraba tan aislada, tan distante que era igual de lejos la capital de la república o la capital del departamento o la capital de la provincia. Y, para su mal, sin carretera. Pareciera increible que un pueblerino o un campesino dispusieran de un catálogo particular de ventas por correo, en donde se ofrecía un mundo de mercancías: chaquetas, camisas, pantalones, faldas, suéteres, abrigos, zapatos, útiles de estudio, martillos y toda suerte de herramientas, instrumentos musicales, cadenas y otras joyas, muebles, jarrones y adornos, vajillas, cortinas, juguetes, pesebres y luces de Navidad, radios y tocadiscos, todo, todo, menos comestibles. Los catálogos presentaban las ilustraciones de cada artículo de modo de poderlo examinar a gusto. Quizá los catálogos llegaron por intermedio del telegrafista. Porque el telegrafista, en aquellos años 50 del siglo pasado, era el relacionista del pueblo. El sistema funcionaba sencilla y cómodamente para el cliente: éste escribía una carta a la casa de Ventas por Correo en Bogotá; especificaba el artículo escogido, anotaba su referencia, y depositaba la misiva y el valor del pedido en las honradas manos del telegrafista quien lo giraba a la dependencia regional y de allí enviaban el dinero a la casa matriz. Al cabo de unas semanas le llegaba al usuario su pedido, perfectamente empacado. Había recorrido por carretera centenares de kilómetros. Las encomiendas las recibían en la oficina de correos y telégrafos mayor del contorno, de allí iban a la oficina subalterna del pueblo que seguía en importancia, y finalmente eran entregadas al hombre encargado del servicio de repartición en el pequeño poblado; a este hombre lo llamaban "el correo"; por mucho tiempo Luis Jiménez - el administrador de la planta eléctrica - desempeñó el oficio. Para algo tan duro se requería una persona fuerte y ágil. Jiménez era el indicado. Con inmensos fardos atados a la espalda por un pretal subía el empinado y angosto camino de 15 kilómetros de La Sanjuana a Bucarasica. Nada le quedaba grande: al mismo tiempo cargaba la guitarra que había pedido el maestro Alcides Peñaranda, el cuadro encargado por doña Elvira Torrado de Clavijo, las cajas de porcelana de doña Lola de Gerardino y el paquete de cartas y documentos. En ocasiones echaba mano de una mula para transportar tanta mercancía. El sistema de ventas por correo duró algunos años. Cuando cesó se concretó a su matriz, el almacén Sears, Roebuck & Company en Bogotá. Si bien luego vino el sistema de compra por cuotas o pólizas, nada igualaba a la comodidad y la eficiencia de aquellas ventas que favorecían a los pueblos retirados y pequeños y las comunidades rurales. Hoy causa admiración que hubiera llegado allí el modernismo representado en el sistema de ventas por correo, el mismo que estaba de moda en los Estados Unidos. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ... 30 de septiembre de 2015.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

TOÑITA Y EL PAJARILLO - Para el semanario La Provincia, de Ocaña

Para el semanario La Provincia TOÑITA Y EL PAJARILLO Orlando Clavijo Torrado Madre recordaba con mucha gracia a Toñita, la eterna sirvienta de su hogar en Ábrego, por los años 20 del siglo pasado, que renegaba de oír continuamente una misma canción. La muchacha padecía de un leve retardo mental; familiarmente diríamos que era pendejona, o boba; se referían entre ellos a la bobita. La canción que tanto le mortificaba se titulaba El pajarillo errante. Tartamudeando, se lamentaba ante mi abuela de este modo: - Doña María: los muchachos de acá de la casa no hacen sino poner todo el día en la vitrola el mismo disco; y si voy a la tienda de Miguel Pacheco o paso por la casa de don Ramón David Peñaranda, tengo que aguantarme otra vez ese disco. ¡Ya me tienen cansada los hombres con el pajarillo a rastra dejando gotas y gotas por el camino! Madre y sus hermanos la hacían repetir la queja para reírse a gusto; la tontica los complacía y los otros no paraban de reírse. ¿Tal vez el débil cerebro de la mujer entendía “pajarillo errante” como “pajarillo a rastra”? ¿De dónde sacaba ella el resto? ¿Qué relación o parecido guardaba con la verdadera letra? Me dediqué a buscar la canción en YouTube y encontré que se trata de una hermosa tonada de autor anónimo, muy recordada por el antipoeta chileno Nicanor Parra, pero acogida en Perú como propia y grabada allí en 1911. Tiene muchos intérpretes, incluso un tenor, que la cantan sentidamente. Su letra es la siguiente: Yo soy el pajarillo errante que ando perdido, que ando perdido, vago por las enramadas en pos de abrigo, en pos de abrigo, alzo mi vuelo, me traicionan mis alas, me traicionan mis alas, ¡ay! volar no puedo. Si el cazador me busca, por mis guaridas, por mis guaridas, donde quiera que vaya suya es mi vida, ¡ay! suya es mi vida. Por eso es que canto y el que escucha no sabe, y el que escucha no sabe, ¡ay! que estoy llorando. Soy como el arroyuelo desde que brota, desde que brota, y por doquier que vaya deja una gota, y es mi destino dejar gotas de lágrimas ¡ay! por mi camino. Sin duda, Toñita, a juzgar por el remedo malicioso de la canción, no era tan zonza como la creían. Madre nunca dejó de recordar ese pasaje de su vida y contarlo con humor. De no ser por el gracejo de Toñita no hubiera yo tampoco disfrutado de la bella melodía tantos años después. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 22 de septiembre de 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

CRONIQUILLA - LOS NUEVOS AGRICULTORES

CRONIQUILLA LOS NUEVOS AGRICULTORES Orlando Clavijo Torrado Recuerdo que siendo yo juez de orden público un guerrillero me dijo dentro de la indagatoria que había escogido ese camino porque la labor en el campo era muy dura, sometido al sol y al agua día tras día, en cambio en la guerrilla tenía la comida asegurada, un fusil le confería mucho poder pues podía detener él solo una caravana y ordenar lo que quisiera a cualquier individuo, y no estaba sujeto a ningún trabajo material. En términos simples, prefirió ser un zángano bien armado. Concuerda este recuerdo justamente con uno de los puntos no debatidos sino impuestos por los capos de las Farc a los delegados de Juanpa en los llamados diálogos de La Habana, y es el referido a la distribución de la tierra (una reforma agraria a la medida de las Farc). Por ello, ya le delimitaron al Gobierno cincuenta zonas, que comprenden más o menos diez millones de hectáreas, en donde ellos presuntamente se dedicarán a la “agricultura“, las mismas que denominan “Zonas de reserva campesina”, entre ellas la del Catatumbo y la del sur del Cauca, una especie de repúblicas independientes sin las autoridades que reconocen los demás colombianos. Que se sepa, los facciosos nunca se han dedicado a cosechar nada que no sea coca y marihuana, y de las únicas siembras que dan cuenta las noticias son las de minas antipersonas. (Dicen por ahí que cuándo se ha visto trabajar a un comunista). ¿Desde cuándo son agricultores los diez mil hombres de las guerrillas? ¿A qué horas le cogieron amor a la tierra? ¿Cuánto café, papa, panela, maíz y frijol sacan del Cauca y del Putumayo? ¿Cuánto arroz y cuánto cacao producen en el Catatumbo? ¿Cuánto ganado – ganado, no robado- levantan en Arauca y el Meta? ¿Cuánta carne, cuántos litros de leche, en fin, cuántas toneladas de alimentos le han ofrecido al pueblo colombiano de su propio esfuerzo en los cincuenta años de atacarlo? A propósito, en La Opinión se publicó una investigación muy completa sobre el drama de los labriegos de municipios del Catatumbo a quienes las guerrillas no les dejan otra opción que sembrar plantas narcóticas. Nada de yuca, o plátano, o frutales, o cría de gallinas y cerdos. El campesino ya abandonó los viejos hábitos y ahora se inclina por contribuir a la producción de estupefacientes, lo que le garantiza su seguridad y una mensualidad suficiente para mantener a su familia. De todos modos, bienvenido este contingente de nuevos agricultores. Esperemos a ver con qué salen y para qué quieren que les entreguen prácticamente media Colombia. ¡Ojo! En Antioquia ya se oyen voces de independizarse si ello sucede. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ….. 20 de septiembre de 2015

lunes, 14 de septiembre de 2015

LAS GUERRAS DE COLOMBIA

Para el semanario La Provincia, de Ocaña LAS GUERRAS DE COLOMBIA Orlando Clavijo Torrado "Pudimos escoger entre la guerra y la humillación. Escogimos la humillación y también tendremos la guerra". Winston Churchill. Dice Perogrullo que para pelear se necesitan dos. Y ganas. Colombia tiene tradición - y no es propaganda - de ser un país que solo lucha en los alfombrados salones diplomáticos, aunque últimamente no ve una. En contados casos se ha batido con extranjeros en el campo de Marte. He aquí esos momentos: En 1828, dos veces la invadió Perú; en la primera batalla intervino Sucre y en la segunda el propio Libertador; los peruanos duplicaban al Ejército colombiano y estaban mejor equipados. La causa de Colombia triunfó. En 1863, también en dos oportunidades Ecuador, con tropas al mando de su presidente Gabriel García Moreno, invadió nuestro territorio. Sus fuerzas superaban a las nuestras en hombres y armas. En la segunda ocasión, por la astucia del general Tomás Cipriano de Mosquera que los llevó a un pantano, volvimos a triunfar. En 1911 los peruanos reiteraron sus agresiones en el sitio La Pedrera, y sólo gracias a la gestión del ministro de Relaciones Exteriores doctor Enrique Olaya Herrera, nos dejaron en paz, mas por un tiempo. En efecto, en 1932 Perú volvió a repetir la gracia, pero con mayor contundencia. En aquel entonces sí que nos cogió con los calzones abajo. No teníamos aviones, ni submarinos – con los que sí contaba Perú – ni suficiente tropa, ni dinero, por lo que las señoras entregaron sus joyas y anillos de matrimonio para ayudar en los gastos al gobierno. El general Vásquez Cobo tuvo que volar de urgencia a Europa a conseguir barcos, aviones y municiones. Hubo escaramuzas, algunas pequeñas batallas y por fortuna pocos muertos de lado y lado. El azar casi siempre favorecía a Colombia. Vencimos. Y por las oraciones de nuestras abuelas nos escapamos de la reacción peruana cuando enemigos de su presidente Sánchez Cerro le dieron muerte, la víspera de enviar 20.000 soldados a atacarnos. Con Venezuela nunca ha habido enfrentamientos bélicos. Esa república no ceja de buscar la confrontación pero nuestros fríos diplomáticos rolos aguantan más que un caballo de palo. Ya se sabe que los últimos bogotanos combatientes – arrechos, decimos por aquí - fueron principalmente Nariño, Maza y Baraya. Nuestro coterráneo el presidente Barco, que por las características que nos atribuyen debiera haber obrado con mayor resolución, en agosto de 1987 tuvo que recular la corbeta Caldas en el golfo de Coquivacoa pues los hermanos venezolanos nos hubieran humillado militarmente. Y parece que ahora estamos en las mismas condiciones. De pronto sea ventajoso tener una canciller bonita que se da abrazos y se desternilla de la risa en Cartagena con su par la venezolana mientras la feroz Guardia saca a patadas a nuestros compatriotas. Sí, es mejor así. La guerra es peor. Y a Colombia ni le gusta, ni nunca ha estado preparada. En 1941 rompió relaciones con el Eje. Alemania respondió en 1942 y 1943 con el hundimiento de tres de nuestros barcos. Después no volvió a mirarnos porque estaba muy ocupada dándose plomo con los Aliados. Colombia no pudo ni dispararle con una cauchera pero sí emprendió una persecución en muchos sitios contra sus súbditos. ¡Ah! También cazamos una guerra con los comunistas en 1950. Pero eso fue bien lejos. Les enviamos 5.100 soldados a las fuerzas de las Naciones Unidas. Ahora Corea del Sur, por la que combatimos, en ese tiempo pobre y subdesarrollada, solita se enfrenta a la Corea del Norte, y con bomba nuclear, si es preciso. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ….. 14 de septiembre de 2015

jueves, 10 de septiembre de 2015

EL TESORO DE LA REVOLUCIÓN

Para el semanario La Provincia EL TESORO DE LA REVOLUCIÓN Orlando Clavijo Torrado Las verdaderas causas de la cruel persecución contra los colombianos - por supuesto los paupérrimos y desvalidos- no han salido a flote. Hoy, 9 de septiembre, el presidente Santos dijo: “Cada día es más claro que obedece a otros intereses" (distintos a combatir el contrabando y en represalia por el ataque en San Antonio del Táchira a una patrulla militar con el saldo de tres integrantes heridos, como lo ha pregonado Nicolás Maduro). Los periódicos New Herald, de Miami, y El País, de España, sostienen lo que se ha rumorado desde un principio: que todo se origina en la disputa por controlar el contrabando de gasolina, narcóticos y mercaderías entre el Ejército y la Guardia venezolanos, esto es, una lucha entre los carteles de los soles (generales y altos mandos). Según la versión de Vielma Mora, gobernador del estado Táchira, la razón para derrumbar las humildes viviendas de colombianos en San Antonio fue la de que eran casas de prostitución. De una vez el gracejo de la gente respondió que cómo puede ser ello posible si por el contrario las prostitutas venezolanas se vienen para Colombia pues allá a ningún hombre le alcanza para pagarle ni a la más regalada siquiera diez mil pesos, que sería una fortuna. Al ínfimo precio del bolívar les tocaría trabajar por centavos, o sea, gratis. Pero corre otra versión, con visos de fundamento, algo de suposición, una pizca de fantasía y mucha malicia. Se dice que todo el meollo del asunto estriba en la pérdida de un cargamento muy grande o de coca o de dólares. Se asegura en los mentideros que Maduro dio la orden de que busquen la guaca a como dé lugar. Sin duda que de aquí puede surgir una leyenda en el día de mañana de un rey del tamaño de un gigante, tan ignorante como ambicioso, a quien se le extravió parte de su tesoro. Su corte, que le aplaudía todas las animaladas, culpó a los inmigrantes desharrapados de haberlo robado, por lo que su majestad ordenó derribarles sus casas y registrar las paredes, escombros y enseres, y como el tesoro no apareció, expulsarlos sin contemplación de todo el país. ¡En política, todo es posible! orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 9 de abril de 2015

martes, 8 de septiembre de 2015

LAS GUERRAS DE COLOMBIA

CRONIQUILLA LAS GUERRAS DE COLOMBIA Orlando Clavijo Torrado "Pudimos escoger entre la guerra y la humillación. Escogimos la humillación y también tendremos la guerra". Winston Churchill. Dice Perogrullo que para pelear se necesitan dos. Y ganas. Colombia tiene tradición- y no es propaganda- de ser un país que solo lucha en los alfombrados salones diplomáticos, aunque últimamente no ve una. Escasas veces se ha batido con extranjeros en el campo de Marte. He aquí esas veces: En 1828, dos veces la invadió Perú; en la primera batalla intervino Sucre y en la segunda el propio Libertador; los peruanos duplicaban al Ejército colombiano y estaban mejor equipados. La causa de Colombia triunfó. En 1863, también en dos oportunidades Ecuador, con tropas al mando de su presidente Gabriel García Moreno, invadió nuestro territorio. Sus fuerzas superaban a las nuestras en hombres y armas. En la segunda ocasión, por la astucia del general Tomás Cipriano de Mosquera que los llevó a un pantano, volvimos a triunfar. En 1911 los peruanos reiteraron sus agresiones en el sitio La Pedrera, y sólo gracias a la gestión del ministro de Relaciones Exteriores doctor Enrique Olaya Herrera, nos dejaron en paz, mas por un tiempo. En efecto, en 1932 Perú volvió a repetir la gracia, pero con mayor contundencia. En esta vez sí que nos cogió con los calzones abajo. No teníamos aviones, ni submarinos – con los que sí contaba Perú – ni suficiente tropa, ni dinero, por lo que las señoras entregaron sus joyas y anillos de matrimonio para ayudar en los gastos al gobierno. El general Vásquez Cobo tuvo que volar de urgencia a Europa a conseguir barcos, aviones y municiones. Hubo escaramuzas, algunas pequeñas batallas y por fortuna pocos muertos de lado y lado. El azar casi siempre favorecía a Colombia. Vencimos. Y por las oraciones de nuestras abuelas nos escapamos de la reacción peruana cuando enemigos de su presidente Sánchez Cerro le dieron muerte, la víspera de enviar 20.000 soldados a atacarnos. Con Venezuela nunca ha habido enfrentamientos bélicos. Esa república no ceja de buscar la confrontación pero nuestros fríos diplomáticos rolos aguantan más que un caballo de palo. Ya se sabe que los últimos bogotanos combatientes – arrechos, decimos por aquí - fueron principalmente Nariño, Maza y Baraya. Nuestro coterráneo el presidente Barco, que por las características que nos atribuyen debiera haber obrado con mayor resolución, en agosto de 1987 tuvo que recular la corbeta Caldas en el golfo de Coquivacoa pues los hermanos venezolanos nos hubieran humillado militarmente. Y parece que ahora estamos en las mismas condiciones. De pronto sea ventajoso tener una canciller bonita que se da abrazos y se desternilla de la risa en Cartagena con su par la venezolana mientras la feroz Guardia saca a patadas a nuestros compatriotas. Sí, es mejor así. La guerra es peor. Y a Colombia ni le gusta, ni nunca ha estado preparada. En 1941 rompió relaciones con el Eje. Alemania respondió en 1942 y 1943 con el hundimiento de tres de nuestros barcos. Después no volvió a mirarnos porque estaba muy ocupada dándose plomo con los Aliados. Colombia no pudo ni dispararle con una cauchera pero sí emprendió una persecución en muchos sitios contra sus súbditos. ¡Ah! También cazamos una guerra con los comunistas en 1950. Pero eso fue bien lejos. Les enviamos 5.100 soldados a las fuerzas de las Naciones Unidas. Ahora Corea del Sur, por la que combatimos, en ese tiempo pobre y subdesarrollada, solita se enfrenta a la Corea del Norte, y con bomba nuclear, si es preciso. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ….. 7 de septiembre de 2015

jueves, 3 de septiembre de 2015

POTENCIA MORAL

Para el semanario La Provincia POTENCIA MORAL Orlando Clavijo Torrado Las realidades derrotan los estereotipos. Y, para ser precisos y decirlo en términos francos, por lo general los estereotipos son mentiras que se traga la mayoría. El caudillo Jorge Eliécer Gaitán dejó una frase que fascina a muchos: “el pueblo es superior a sus dirigentes”. Son frases efectistas, sonoras, grandilocuentes, pronunciadas en momentos “de efervescencia y calor”, pero que si se analizan fríamente, contrastan con la objetividad. A los polítólogos se les llena la boca repitiendo semejante máxima. Sin embargo, hoy en día no es cierta porque estamos viendo al pueblo eligiendo mal, a ladrones, avivatos y gente que lo traiciona. Y así encontraríamos miles de ejemplos de frases estereotipadas, pero en estos días nos sacude el derrumbe de una creencia o un cliché que se volvió, hoy diríamos que viral, pronunciada en 1941 por el canciller de la República Luis López de Mesa: “Colombia es una potencia moral por la lealtad a sus deberes continentales”. Lo de potencia moral nos encantó y nos enamoramos y allí nos estancamos mientras los demás se armaban y tramaban en nuestra contra. Y entonces sucedió lo del ciclista aquel que se confió en que nada más con la ayuda de la Virgen del Carmen triunfaría y alguien le advirtió: aténgase a la Virgen y no corra. Nosotros nos atuvimos a que Nicaragua y Venezuela tienen a unos patanes e incultos de presidentes y en cambio nosotros siempre tenemos egresados de Harvard, lo mismo que nuestros cancilleres, y que por estar del lado de los principios y valores, del Derecho, la Justicia, la equidad y la transparencia, obtendríamos el triunfo, infalible frente a los argumentos de la fuerza y la arbitrariedad, la marrullería y el cinismo, ¡y tenga pa que lleve!, como se dice coloquialmente. Esos burdos nos vienen ganando todas las disputas y nosotros nos quedamos con el cuento de la potencia moral. Es lo que nos acaba de ocurrir en la reunión de embajadores de la OEA anteayer, en que Venezuela derrotó a la Potencia Moral. Colombia pretendía que la acompañaran en su reclamo por el injusto cierre de la frontera por Venezuela y los atropellos a los connacionales con expulsiones y persecución por el hecho de ser colombianos. Si se hacen cuentas sin ilusiones, nos dejaron solos. Colombia es rica en virtudes democráticas y cívicas, y Venezuela es rica en petróleo. Pero también en el campo diplomático, y en este pleito, como dicen por ahí, chequera mata principios. ¿De qué vale ser Potencia Moral? ¿Quién nos respeta en esta época? Mientras nos aferramos a que somos una Potencia Moral, Venezuela sigue soltando miles de soldados fuertemente armados y poniendo tanques que apuntan contra este lado de la frontera. ¡Ay, Dios! ¿Con qué nos protegeremos? ¿Con diplomacia y avemarías? orlandoclavijotorrado@yahoo.es …. 2 de septiembre de 2015.

jueves, 27 de agosto de 2015

¡QUÉ HERMANITOS!

Para el semanario La Provincia ¡QUÉ HERMANITOS! Orlando Clavijo Torrado El viernes 21 de agosto de 2015 queda grabado como fecha inolvidable para Colombia: el dictador Maduro, de Venezuela, decretó el cierre de la frontera con nuestro país por 72 horas, y luego extendió el lapso por 60 días, prorrogables por otros 60, y a las pocas horas dijo que no era improbable que la cerrara definitivamente. Ya el mundo entero conoce la cacería de colombianos en San Antonio y Ureña, la deportación masiva con humillaciones, las golpizas y encarcelamientos inhumanos, las violaciones a las mujeres, los insultos al expresidente Uribe y al propio presidente Santos y el despliegue de tropas en los pueblos fronterizos del estado Táchira en actitud de provocación, francamente buscando la guerra. Sin embargo, en Colombia, junto a las fuertes voces de rechazo de la ciudadanía – no del Gobierno - surgen las descalificaciones y chistes contra el personaje. Para la mayoría, es un loco. Y que es un bruto, de eso nadie tiene duda. El expresidente Pastrana se dirigió a él en tono vehemente pero satírico: “Presidente Maduro: entre paisanos no nos tratamos así”. Como ya quedó al descubierto, el padre de Maduro se graduó de bachiller en el colegio Caro de Ocaña, y se rumora que la cuna del dictador está entre Cúcuta y Bogotá. Ahora, veamos las caricaturas y burlas que ha inspirado: Alguien anunció en Twitter la medida del mandatario venezolano así: “La frontera está cerrada como la cabeza de Maduro”. Con todo, me parece estupenda la caricatura del diario La Opinión del día martes 25 de agosto en que se ve a Maduro, en un primer cuadro, mandar rabioso: “Me sacan a todos los colombianos de Venezuela”, y en el siguiente cuadro, a unos feroces guardias sacándolo a empujones y Maduro protestando: “¡Cónchale, vale! A mi no…Es un chisme eso de que soy un cucuteño”. Al día siguiente el caricaturista de La Opinión se sobra: en un primer cuadro dibuja al presidente Santos, quien afirma ante el micrófono:”No nos faltará firmeza para defender a nuestros connacionales de los atropellos a que son sometidos en Vene…”; en el segundo cuadro Santos aparece mudo; y en el tercer cuadro comenta asustado: “Esto no lo va a ver Maduro. ¿Cierto?”. Mejor dibujo del culillo que nuestro presidente le tiene a Maduro no podía hacerse. Y no falta el que se excede con su mensaje en internet, adolorido e indignado, como el humorista Jeringa que con mucho énfasis dice que si las casas de los colombianos en San Antonio fueron marcadas con una R de “revisión” y una D de “demolición”, el palacio de Miraflores debían marcarlo con una H de hijue… Da risa que algún candidato a la alcaldía de Cúcuta y funcionarios del gobierno en Bogotá hablen con lambonería de nuestros hermanos venezolanos. ¡Qué tal que no fueran nuestros hermanos! ¡Con esos hermanos, para qué enemigos! orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 26 de agosto de 2015

jueves, 20 de agosto de 2015

DOÑA VAGABUNDINA

Para el semanario La Provincia DOÑA VAGABUNDINA Orlando Clavijo Torrado La gente le cuenta a uno cosas, cosas graciosas, como la que voy a narrar en seguida, que parecen chistes, pero que no lo son. Porque la almendra del asunto ocurrió realmente. Estas anécdotas pertenecen a la tradición y al acervo histórico del pueblo, y merecen conservarse porque encierran enseñanzas sobre conductas que, en el caso del cuento, sin duda, aunque risibles, atentan contra la moral. Aún en este tiempo, quienes lo presenciaron gozan recordando el episodio protagonizado por la que llamaremos doña Vagabundina, pues bien vagabunda que era. ¡Las cosas que suceden en la parroquia! En aquella ocasión a doña Vagabundina la recogió su querido en la casa para ir a un hotelucho. Prodigándose caricias, besos y apretamientos se subieron a un taxi y se dirigieron al centro de la ciudad, en la avenida sexta. La mujer ignoraba que su esposo se encontraba a pocas cuadras del lugar ingiriendo licor con sus compinches. El chofer se detuvo frente al hotelucho. Le dijo al amante cuánto costaba la carrera y éste se agachó a buscar entre los bolsillos el dinero. En un abrir y cerrar de ojos la fémina se bajó del carro sin que su compañero se percatara en qué momento sucedió. La muy bandida había visto que su marido venía por la acera con sus amigos, y haciendo gran alboroto de alegría y amor se lanzó a abrazarlo y a besarlo. “Mi amor – le dijo – te estoy buscando desde temprano pues me tenías preocupada porque no llegabas a la casa, y de paso te vigilo, no sea que anduvieras con alguna zorra”. El marido cachón le agradeció tanto cariño, tanto celo y tanta fidelidad, y abrazados estrechamente continuaron caminando hasta el parque Santander. El mozo, asombrado y frustrado, contemplaba desde el taxi la escena, y el chofer no sabía si reírse o condolerse del pobre tipo. Los dueños y dependientes de los almacenes y demás negocios y los transeúntes que vieron la maniobra no dejaban de exclamar: -¡Pero qué vieja tan viva! orlandoclavijotorrado@yahoo.es …. 19 de agosto de 2015

viernes, 14 de agosto de 2015

SI YO PUDIERA VOTAR EN OCAÑA - Para el semanario La Provincia

Para el semanario La Provincia SI YO PUDIERA VOTAR EN OCAÑA Orlando Clavijo Torrado Por culpa de algunos que han aprovechado la política de trampolín para asaltar el erario, el voto pensante y decente se volvió esquivo, y la desconfianza cundió entre el electorado. De ahí que se tenga la convicción de que encontrar un político honesto es como buscar una aguja en un pajar. Pero también en ese campo las excepciones las hay. Yo conozco un aspirante a la alcaldía de Ocaña que reúne las condiciones del elector más exigente. Si bien no estuve en su nacimiento en Ocaña, si lo vi crecer y he seguido su trayectoria en su formación y en su desempeño público. Sé de dónde vienen sus raíces, del querido Ábrego de mis abuelos, y conozco el hogar que lo cobijó, el del insigne educador universitario Víctor Reyes Álvarez constituido con la elegante y virtuosa señora Emperatriz Álvarez Montagut. Hablo de Juan Manuel Reyes, candidato hoy del partido Cambio Radical. Mencioné arriba su formación: al respecto debo decir que este joven abogado se ha esforzado por enriquecerse intelectualmente cada día más, primero desde la Universidad Autónoma de Bucaramanga en donde cursó los estudios superiores y posteriormente en diversos institutos nacionales e internacionales que le han otorgados títulos de especialización en derecho penal, en derecho administrativo y en derechos humanos. Pero no se ha quedado solo en el conocimiento sino que ha pasado a la práctica. Así, durante once años estuvo vinculado a la Defensoría del Pueblo, de los cuales cuatro sirvió como director de la Defensoría del Pueblo en Ocaña, siendo su primer director. Aún no se estanca allí su ejercicio profesional: también ha ocupado posiciones de consultor de empresas. Dondequiera ha dejado huella de inteligencia, de seriedad, de eficiencia y honradez. Todo ello lo califica como un magnífico prospecto de alcalde de Ocaña, y de llegar a lograr el favor de los sufragantes, sería un mandatario que le daría a la ciudad el realce que tanto reclama. Juan Manuel, además de lo dicho, de ser un profesional idóneo, es natural, sencillo, sin orgullo ni poses. Juan Manuel sabe que mis ideas políticas son otras, pero por personas como él yo daría gustoso mi voto. ¡Lástima que no registré mi cédula en Ocaña! Termino deseándole buena suerte y un exitoso final en este comienzo de su carrera política. orlandoclavijotorrado@yahoo.es …….. 12 de agosto de 2015

jueves, 30 de julio de 2015

PENCO Y PECOSO - Para el semanario La Provincia

Para el semanario La Provincia PENCO Y PECOSO Orlando Clavijo Torrado A mi excelente amigo el doctor Luis Arturo Melo le gusta la siguiente anécdota que un día – o mejor, una noche – le referí en el caserío de La Curva, en la carretera de Cúcuta a Ocaña, cuando descansábamos de una jornada de trabajo, yo como juez de instrucción criminal y él como defensor del sindicado, un muchacho de apellido Sanguino al que se le investigaba por un delito de lesiones personales. La velada aquella ocurrió hace ya cerca de tres décadas; velada, por cierto, muy sabrosa, rociada con unos aguardientes. Aclaro que el interrogador en el caso no fui yo sino cierto amigo, quien fungía como juez de Hacarí. En aquella época existían los llamados jueces empíricos, no abogados, esto es, señores autodidactas con algún entendimiento de códigos, y respetados en la comunidad. De él oí la mentada anécdota. A dicho juzgado llegó una joven campesina a denunciar a un muchacho que la había poseído contra su voluntad: un claro acceso carnal abusivo. El juez, que se distinguía por su sentido del humor, puso a la chica en apuros cuando le exigió que fuera explícita ya que en el acta que se estaba elaborando a máquina por el secretario, no podían quedar generalidades o imprecisiones. -¿Qué le pasó? – la interrogó el juez. - Pues, señor juez, que ese asqueroso me hizo cosas - contestó la denunciante. Y me dolió mucho. - ¿Qué clase de cosas? - Usted sabe, señor juez: lo que le hacen los hombres a las mujeres. - ¿La traicionó? ¿La abandonó por otra? Eso realmente duele mucho. - No, señor, fue algo peor, y con eso que cargan los hombres. - Bueno: si fue en el campo los hombres cargan pala, azadón y otras herramientas. Explique mejor. - No, con nada de eso sino con lo que tienen colgando. -¡Ah! ¿La machetilla? - No, el tilingo. El funcionario contuvo la risa, fingió no haber entendido y le preguntó que qué era el tilingo, y ella, ruborizada respondió: - Lo que tienen los varones en medio de las piernas. La mujer continuó con el relato detallado de su traumática experiencia e insistió en acusar del atropello al mozalbete aquel, pues aunque todo había ocurrido en el monte y de noche, iluminaba la luna llena, por lo que lo pudo distinguir sin equivocación. - ¿Y qué tal que no fuera este sujeto y el culpable resulte ser otro? Piénselo bien. En estos casos tiene que haber seguridad para señalar al violador. - Señor juez: estoy supersegura que fue él. Tengo una prueba. - ¿Qué prueba es? ¿Cabellos de él, testigos, o cuál? - Que yo se lo vi bien. - ¿Qué le vio? ¿El rostro? - No, el tilingo. - ¡Ah! Si es así, ¿cómo era? - ¡Penco y pecoso! orlandoclavijotorrado@yahoo.es …… 29 de julio de 2015.

lunes, 27 de julio de 2015

Croniquilla - BONNIE Y CLYDE CRIOLLOS

CRONIQUILLA BONNIE Y CLYDE CRIOLLOS Orlando Clavijo Torrado Antiguos comerciantes de la calle 13 con avenidas 6ª, 7ª y 8ª de Cúcuta me relatan que nuestro protagonista de muchacho integraba una banda que atracaba dentro de los buses que cruzaban por el sector. De él conté en otra Croniquilla el fiasco que se llevó cuando le pusieron en un bus bolsas llenas de desperdicios de la cocina, pañales desechables y otras picheras, a ver si se le quitaba la maña de subirse a robar los mercados. De ello han pasado al menos veinte años. El tipo es de mediana estatura – de unos 1,60 metros -, tirando a fornido, blanco. Hoy lo ven – y lo vemos - que transita por cualquier calle del centro –porque “trabaja” en el propio corazón de la ciudad y nunca en los barrios – con paso apresurado, caminar característico de los raponeros. La Policía lo conocía en aquella época. Se supone que los policías de hoy también. Lo raro es que sigue suelto y en el mismo oficio. Yo ya lo conozco. Ya lo identifico de tanto que una señora amiga me lo ha mostrado. La otra peculiaridad es que anda acompañado de una mujer. No se sabe si es su esposa o su amante, su tía, su mamá o su hermana. Lo más probable es lo primero. Está joven todavía. La dama no digamos que luce ningún vestido pues, como su compinche, vive desaliñada. Seguramente la profesión no le ha dado plata al hombre para comprarle ropita. ¡En tanto tiempo! Son mancornas. En donde está el uno está el otro. Pero del brazo o agarrados de la mano nunca se les ve. Se hacen los extraños. Parecen el Correcaminos de la televisión: ya los ve uno por la avenida 5ª bajando de la Gobernación cuando al momento van por el Palacio Nacional y luego mimetizados en la multitud de la avenida 6ª. Ella camina tras él. O él por un andén y ella por el del frente. En estos días mi amiga y yo no veíamos sino al tipo solo en una panadería y nos extrañaba no ver a la vieja. Eso era imposible. Nuestra curiosidad la buscó y pronto la descubrimos. Lo estaba esperando en la esquina. Cuando uno ve pasar raudo al hombre y a la mujer detrás, ¡ojo con el reloj, el celular y las joyas y ojo con los bolsillos que algún parroquiano va a caer! ¡O ya cayó! Son los Bonnie y Clyde criollos, pero sin la crueldad de aquellos. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ……. 26 de julio de 2015.

viernes, 24 de julio de 2015

DONALD TRUMP Y MADURO

Para el semanario La Provincia DONALD TRUMP Y MADURO Orlando Clavijo Torrado Antes de que Donald Trump denunciara que de Méjico no entraban a Estados Unidos sino indocumentados y gente indeseable, Nicolás Maduro dijo que Colombia se había convertido en exportador de pobreza, y así habían llegado a Venezuela más de cinco millones de hambrientos, desplazados y paramilitares. El presidente Juan Manuel Santos le replicó con una ironía: que si necesitaba alimentos, Colombia podía proporcionárselos. En verdad fue la única voz de rechazo que se oyó, tímida, pero al fin y al cabo una protesta. Qué contraste con lo acaecido con el precandidato republicano, al que le han llovido desde rompimientos de contratos con sus empresas hasta insultos de artistas mejicanos y de algunos latinos, y renuncias de cadenas de televisión a transmitir el concurso de Miss Universo que él patrocina. Todo eso se puede hacer enfrente de un político de los Estados Unidos y en los propios Estados Unidos porque dicha nación salvaguarda la libertad de expresión. En los países de Latinoamérica en que hay dictaduras se dio amplia libertad para que se saciaran atacando al señor Trump. En Colombia, nuestra Miss Universo Paulina Vega Dieppa, por ejemplo, nunca se ha sentido ofendida por las continuas arremetidas de Maduro contra sus compatriotas, pero si por la lengua destemplada de Trump. Es la doble moral de este país. Naturalmente que increpar al antiguo chofer del Metro de Caracas tiene un precio que se paga caro, lo que no sucede, repito, con el magnate americano. Trump puede ser un bocón, imprudente, que no se mide y expresa con franqueza cosas políticamente incorrectas, pero el actual sátrapa venezolano – porque éste sucedió al otro por muerte – no únicamente es bocón sino que de hecho nos amenaza con cañones, aviones, submarinos y soldados, y rompe relaciones con cualquier pretexto. Y también, de hecho, todos los días expulsa de su tierra a centenares de nuestros conciudadanos - a los que tienen suerte pues muchos son encarcelados y no pocos asesinados – sin que nuestros famosos cantantes J. Balvin, Carlos Vives y Shakira digan ni pío, como sí se despacharon contra el gringo. ¡Ocurre que el uno, Trump, sólo tiene una bocaza, y el otro, Maduro, dispone de poderosas armas de fuego para responder, además de cárceles y guardias brutales! Ahí está la pequeña diferencia, de donde nace lo que por aquí llamamos culillo. Y la ñapa: ¿hubo una protesta masiva contra la artista chilena Belén Mora que en un programa de televisión lució un traje estrecho confeccionado con la bandera colombiana, bailó burlescamente, y dijo que las colombianas eran prostitutas y drogadictas? (Dio precios de cuánto cobraban por rato, media hora, la hora completa y toda la noche). ¿La Miss Universo abrió su real boquita, y Shakira, Carlos Vives, J. Balvin, las parlamentarias, las asociaciones femeninas, el presidente Santos, la tierna canciller Holguín, los gremios y los periódicos, se indignaron? Moraleja: Para un colombiano por encima de todo está la dignidad. ¡Sí, la dignidad de los mejicanos! orlandoclavijotorrado@yahoo.es …… 22 de julio de 2015

viernes, 17 de julio de 2015

LA VIRUTA Y EL TABLÓN

Para el semanario La Provincia LA VIRUTA Y EL TABLÓN Orlando Clavijo Torrado Veamos primero la cita bíblica para luego hacer el comentario: “¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga en el tuyo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame quitarte la paja que tienes en el ojo, cuando tú no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás de quitar la paja que hay en el de tu hermano”. San Lucas, capítulo 6°, versículos 41 y 42. Cuatro veces emplea Jesucristo la palabra paja y tres veces la palabra viga. Para que nadie se llame a engaño Jesús aquí se fue a los extremos, y bastante, cuando echa mano de la palabra viga. La diferencia entre viruta, astilla, brizna o paja y un “madero largo y grueso” (Diccionario de la RAE) o viga, es descomunal. Si hubiera sido colombiano el Maestro hubiera dicho “quítate la mugre del ojo”, o “tienes un negro en el ojo”, que son las formas que usamos para señalarle al otro que le estamos viendo una basurita. Al mentar la viga exageró como un antioqueño. Al prójimo le vemos la más pequeña falta, el defecto más insignificante, lo poquito en que falló, lo insustancial o sin importancia que le hace o le hizo falta, pero los troncos, los tablones, las embarradas mundiales de nosotros, los pecados bien pencos – como decimos en la provincia -, las imperfecciones, eso lo ocultamos, lo negamos, lo disimulamos o lo justificamos. En cambio, al otro no le dejamos pasar ni una. Por supuesto que la sabiduría de Jesús es admirable, pero en episodios como éste se supera. ¡Qué conocimiento de la naturaleza humana! ¡Y qué solución tan justa e inmediata para la situación! A mí me arroba – me embelesa, para los que no saben qué es arrobar -, este pasaje, pasaje perdurable y siempre nuevo. Ahora, lo malo de nosotros es que no nos corregimos, porque la criticadera no se nos quita ni por estas. Aclaremos que la crítica constructiva es necesaria, pues de ella dependen el mejoramiento y la perfección. La malsana es la crítica destructiva, la venenosa, la envidiosa. ¿A quién y a qué no le buscamos defectos, el lado flaco? Y nosotros como si tales, por encima de todos, impolutos, intachables, modelos. Y vuelvo a los refranes de la provincia: ¡”Ya voy Toño!” orlandoclavijotorrado@yahoo.es …….. 15 de julio de 2015.

sábado, 11 de julio de 2015

EL SIMULACRO

Para el semanario La Provincia EL SIMULACRO Orlando Clavijo Torrado En el tiempo en que me ocurrió aquello, apenas merodeaba y amenazaba al corregimiento de Las Mercedes, del municipio de Sardinata, la facción terrorista llamada “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” o Farc. De ello han pasado veinte años o más. El asunto ahora es distinto: al menos dos veces han arremetido contra el vecindario como para acabarlo, y a la Policía la ametrallan constantemente, con saldo de agentes muertos y heridos. No es difícil concluir quién domina allí. Me desempeñaba como juez de instrucción criminal. Recibí una comisión de la Dirección Seccional de Instrucción Criminal de Cúcuta para que desarrollara una investigación por un homicidio. Mi secretario y yo nos instalamos en el único hospedaje del pueblo, ubicado junto al cuartel de Policía. Grave error, pero no había manera de subsanarlo pues en nuestros pueblos por más de que queramos promocionarlos como turísticos y se cuente con bellos paisajes la cultura de los hoteles, verdaderos hoteles, no ha arraigado. Se llamaba allí “el hotel” a una casa vieja en la que un largo corredor lo habían dividido con tablas para formar las habitaciones. Aquella noche nos acostamos temprano pues nada había qué hacer. A las siete, la semioscuridad por una luz eléctrica débil, la soledad y el silencio reinaban. Esporádicamente un perro latía. Se imponía, sí, sobre aquella serenidad, el fuerte rumor de la quebrada cercana. Es cierto que ya no había orden público sino desorden público por culpa de las guerrillas comunistas. Por ello los policías estaban arrinconados en el cuartel pues en cualquier momento los podían embestir. No se les permitía ni siquiera asomarse a la quebrada por el peligro de los francotiradores al asecho. Contado este escenario, ya se entiende el episodio siguiente: Sería la medianoche cuando una balacera me despertó. Después de esta ráfaga siguieron otras a intervalos de cinco minutos. De inmediato me senté en la cama a la espera de que alguna bomba cayera sobre el frágil techo de eternit. Mi secretario me dijo desde la habitación de al lado: “¿Qué hacemos, doctor?” “Nada, solamente confiar en Dios”, le respondí. Transcurrió una hora y en vista de que el fuego había cesado, decidí continuar mi descanso. “Acuéstese, Manuel”, le indiqué a mi secretario. “Parece que los atacantes se retiraron”. A la mañana siguiente, estando sentado a la mesa para tomar el desayuno, se me acercó la dueña de la posada y me preguntó: “Qué tal el susto de anoche?” “Más o menos”, le contesté. Y añadió ella: “Qué pena con usted, doctor, que no le advertí que los policías iban a hacer un simulacro de toma guerrillera”. Honestamente, en esa oportunidad cavilé de esta manera: Si en realidad me llegó la hora, es más digno morir acostadito en mi cama, como dice la canción “Cabeza de hacha”, que morir escondido debajo de ella. Hoy veo que todos los simulacros de nada le han valido a la Policía porque las guerrillas los cogen a plomo cada vez que se les antoja, como de nada sirven los vigilantes y cámaras en los almacenes para evitar los robos de los asaltantes, a no ser de testigos aquéllos y de evidencias las filmaciones de éstas. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ……….. 8 de julio de 2015.

miércoles, 1 de julio de 2015

CORREMOS PELIGRO

Para el semanario La Provincia CORREMOS PELIGRO Orlando Clavijo Torrado Un acontecimiento inesperado me obligó a ir en estos días a la vecina ciudad de San Cristóbal. El corto disfrute de las atenciones de mis parientes y el gozo de verlos y abrazarlos contrastó con el pesar en el alma de ver cómo ha cambiado San Cristóbal, cómo el nuevo enfoque político lo está acabando. En efecto, antes, nada más era un deleite el solo viaje por una carretera llena de anuncios vistosos de almacenes, supermercados, cines, restaurantes y hoteles. Hoy solamente se ve la cara del difunto Hugo Chávez en los puestos de aduana y en muros de cemento. Ya, en la propia capital del estado Táchira, lo reciben a uno unas calles llenas de huecos, algo nunca visto ni pensado que pudiera suceder en tan bella ciudad. Los avisos luminosos de los negocios desaparecieron. Las pocas bombas de gasolina – de las decenas que había – muestran unas colas inmensas de carros para aprovisionarse de unos litros pues no se permite el lleno completo del tanque. En los escasos supermercados – también de los numerosos que existían, todos grandes y bien surtidos – la gente hace colas de cuadras para comprar un desodorante. La ciudad luce triste. En dieciséis años la volvieron triste. De continuar el asedio del gobierno con sus medidas políticas y económicas, en otros dieciséis años San Cristóbal se caerá a pedazos, se convertirá en un paso abandonado de un destino que llevaba a otro lugar. Pero lo más inquietante es la inseguridad. Cuando uno regresa a su Colombia amada, cuando ya pisa La Parada, respira con alivio, con libertad, con alegría y con ilusión. En San Cristóbal los taxis no salen después de la seis de la tarde porque los atracadores y extorsionistas se encuentran en cualquier esquina. Y presentar denuncias ante los organismos policiales – según me lo refirieron las propias víctimas – es un atentado contra la vida porque los mismos policías son los asaltantes. “Tome nota de lo que está viendo y sintiendo”, me dijeron, “para que allá en Colombia estén alerta de lo que se les está acercando con los equivocados diálogos de paz del presidente Santos con las Farc”. “Colombia va rumbo a igual situación que en Venezuela”, me repitieron adoloridos. Justamente eso es lo que pretendo hacer con este artículo. ¡Dios nos libre de llegar a lo mismo de los vecinos! orlandoclavijotorrado@yahoo.es …….. 29 de junio de 2015

jueves, 25 de junio de 2015

EL PASTOR RENCOROSO

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA EL PASTOR RENCOROSO Orlando Clavijo Torrado Nos enseñan que hay que tener paciencia y tolerancia ante cualquier circunstancia adversa y ante cualquier persona que casualmente surja por ahí para amargarnos la vida. Es una virtud cristiana que nos debemos esforzar por cumplir. De lo contrario, la vida se hace desesperante y la decepción por la impotencia nos vuelve frustrados. Ahora, quienes apacientan un rebaño, como los sacerdotes católicos de nuestro medio o los pastores de las confesiones protestantes, que se paran ante un micrófono en su iglesia a predicar el seguimiento a Jesucristo y la santidad, sí que tienen que dar ejemplo porque de no obrar en su vida pública y privada de acuerdo a sus sermones, cometen, lo que yo llamo, una estafa moral a sus feligreses. Pues en estos días me contaba un sobrino en la vecina ciudad de San Cristóbal la experiencia de un obrero suyo – mi sobrino es arquitecto –, adepto de cierta secta protestante, con su pastor. Se distinguía el ministro como modelo de paz y cordura, exigente eso sí en que los diezmos fueran pagados sagradamente ya que si había algo que Dios detestaba era a los ladrones. A este buen pastor y predicador, algún malandro que de pronto no iba a su culto, o si iba le entraba por una oreja y le salía por la otra la “palabra” (así llaman los protestantes a la Biblia), o quizá le importaba un pito la religión, o iba a lo que iba según su oficio, tal malandro, repito, como dijo el pastuso “le ha sabido robar el carro”. En ese trance el pastor se olvidó de salmos y cantos, y le dio rienda suelta a su triste condición humana sacando a relucir su lado oscuro. En ese momento se olvidó del perdón, de la caridad y la piedad con el pecador amante de lo ajeno y tronó así: “Ayúdenme hermanos a pedirle al Señor para que el desgraciado y miserable que me robó el auto sea castigado severamente, que contraiga el peor cáncer, o un sida, o que lo atropelle un carro, o le pongan una bomba en su casa, o la policía lo rellene de plomo, o se muera de hambre debajo de un puente. En fin, que ese hijo de todo menos de Dios la pague bien caro. ¡Aleluya, hermanos!” Todos contestaron “aleluya” menos el obrero del relato que quedó no solo perplejo sino asustado al oír la sarta de maldiciones del pastor. “Esto no es conmigo”, se dijo. “Qué tal que por estar pidiendo yo tantas desgracias para el ladrón me caigan a mí”. Y tomó la decisión de retirarse de la congregación y jamás volver a asomar sus narices por allá. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ……. 24 de junio de 2015

jueves, 18 de junio de 2015

CONDECORACIONES - Semanario La Provincia, de Ocaña

Para el semanario La Provincia CONDECORACIONES Por Orlando Clavijo Torrado Este 16 de junio el alcalde de Cúcuta Donamaris Ramírez Lobo condecoró a 33 ciudadanos con la medalla “Juana Rangel de Cuéllar” en un acto que se cumplió en el Teatro Zulima. La orquesta Fundarte dirigida por el maestro Iván Tarazona acompañó la ceremonia. Dos observaciones sobre la orquesta: primera: consideramos que a los candidatos a la condecoración debían haberlos puesto en el escenario y la orquesta a un lado o abajo, por simple logística; segunda: como comentó mi compañero de silla, le deben regalar una batuta al maestro Tarazona, aunque a mí, más que dirigiera sin batuta y con aplausos me maravilló que también cantara, y con muy buena voz, hay que reconocerlo; nunca había visto a alguien que dirigiera una orquesta de ese tamaño y cantara al mismo tiempo. ¡Fenómeno!, dicen los argentinos. ¿Eso está bien? En cuanto a los condecorados, nada qué objetar: todos, abogados, ingenieros, médicos, industriales, maestros y comerciantes, son merecedores de esa y más distinciones. Para la Academia de Historia de Norte de Santander fue muy satisfactorio que tres de sus miembros, Cristina Ballén, Luis Eduardo Lobo Carvajalino y Pablo Emilio Ramírez Calderón, hubieran recibido el reconocimiento a sus vidas de servicio y estudio. Sus compañeros nos alegramos y los felicitamos. La nota desapacible la puso el mismo alcalde al convertirse en maestro de ceremonia, condecorador y orador demagogo. Claro que él mismo confesó que no puede ver un micrófono porque no resiste la tentación de aferrarse a él. Ante una audiencia que esperaba que se refiriera más a la benefactora doña Juana Rangel de Cuéllar y a las personalidades galardonadas se derramó en anuncios de regalos que él por sí mismo se propone darle a Cúcuta con motivo del 282° año de su fundación, esto es, las obras que va a hacer en la ciudad en los últimos meses de su mandato. Nada dijo sobre corrupción, ni de los contratos sospechosos del alumbrado público, del plagio de planos de otras ciudades para los semáforos de Cúcuta, del contrato de los comedores infantiles y de otras bellezas que todo el mundo comenta. No. Habló de refritos como el acueducto metropolitano, de cifras astronómicas en pavimentación de calles, en escuelas y colegios, en puestos de salud y en viviendas, y de otras cosas semejantes al cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas´´. Tales cifras fabulosas ni él mismo se las cree, como se dice popularmente. Olvidó que estaba ante una audiencia no solo selecta sino crítica, que oía asombrada e incrédula en silencio. Sin duda Ramírez creyó estar en un barrio de invasión de Atalaya metiéndole embustes a la gente necesitada. Los aplausos fueron muy pocos, naturalmente de sus empleados, que para eso les pagan. Diríamos como en el verso de Eduardo Carranza “salvo mi corazón, todo está bien”, salvo el discurso del alcalde, todo en general estuvo bien. orlandoclavijotorrado@yahoo.es …….. 17 de junio de 2015

miércoles, 10 de junio de 2015

SETENTA AÑOS DE TRAVESURAS

Para el semanario La Provincia SETENTA AÑOS DE TRAVESURAS Orlando Clavijo Torrado Mientras miles se mataban en la Segunda Guerra Mundial, una tranquila ama de casa sueca escribía para su hija enferma de neumonía un cuento que la consagraría como intelectual prodigiosa. De ello se cumplió hace pocos días 70 años. La autora: Astrid Lindgren. El cuento: Pippa Mediaslargas. En España se conoce la narración como Pippi Calzaslargas. En sueco es Pippi Langstrum. Diversas traducciones le dan el nombre de Pippi Mediaslargas y Pepita Mediaslargas. La edición que yo poseo del Círculo de Lectores, impresa en Colombia, la titula Pippa Mediaslargas. Una primera editorial rechazó la publicación en 1944 pero la escritora participó en un concurso literario al año siguiente y lo ganó, saltando de allí al prestigio universal. Pero el cuento por mi parte es que yo no tenía idea de la existencia de la obra y gracias a mis hijos cuando estaban en la secundaria en el colegio Calasanz, la conocí. Algún buen profesor de literatura les pidió que la consiguieran y la leyeran, y por ese conducto, repito, llegó a mis manos, y mi curiosidad quedó más que satisfecha pues no se trataba solo de literatura infantil sino de un verdadero clásico. Es un cuento largo delicioso: “En los confines de una pequeña ciudad sueca había un huerto exuberante, y en él una casita de campo. En esta casita vivía Pippa Mediaslargas, niña de nueve años que estaba completamente sola en el mundo…”. Así comienza la narración y continúa, en un estilo limpio y ameno, refiriendo las peripecias de la simpática chica dueña de Villekulla – como se llama la casita - que anda de espaldas porque en Egipto todo el mundo anda de espaldas, y dice mentiras porque cuando vivió con su padre en Brasil aprendió a decirlas, aunque realmente en donde no hay una sola persona que diga la verdad es en el Congo Belga. Viéndolo bien, Pippa no vive completamente sola: la acompaña Mister Nelson, tan educado que saluda quitándose el sombrero, y al que lleva siempre sobre el hombro. Mister Nelson es un mono tití. Entre las rarezas de esta niña está su gran fuerza que le permite coger a dos policías por el cinturón y lanzarlos a la carretera. Ella contradice todas las normas; cocina exquisitamente pero los ingredientes han pasado primero por el suelo y por todos lados y de último por la cacerola. Tan pronto llegó a Villekulla compró un caballo al que levanta con una sola mano y lo pone a su antojo en la sala, en el porche o en la cocina. Su sentido justiciero la hace enfrentarse a cinco muchachotes que estaban agrediendo a un amigo suyo, y a todos los derriba y los deja viendo estrellas. En fin, las travesuras y locuras de Pippa son para desternillarse de la risa. La autora vivió lo suficiente para ver su obra llevada al cine, el teatro y la televisión, y reeditada muchas veces en cerca de un centenar de idiomas. En 1958 recibió el Premio Hans Cristian Andersen, considerado el Premio Nobel de literatura infantil y juvenil, y en 1994 le otorgaron el Premio Right Livelihood, llamado también Premio Nobel Alternativo, en el parlamento de Suecia. Fue condecorada por varios países y reconocida por su lucha feminista y como defensora de los animales. Murió a los 95 años en el 2002. Doña Astrid continuó la serie de Pippa con otras aventuras. Sin embargo, es su gran creación, Pippa Mediaslargas, la que hoy, luego de siete décadas de nacer a la luz pública, tiene trazas de seguir divirtiendo por muchísimos años más a niños y adultos. orlandoclavijotorrado@yahoo.es …….. 9 de junio de 2015.

jueves, 4 de junio de 2015

EL ATRAVESADO

Para el semanario La Provincia EL ATRAVESADO Por Orlando Clavijo Torrado El egoísmo y la envidia de una sola persona pueden llegar a causar el atraso de un pueblo. Un solo individuo es capaz de sacrificar el bienestar colectivo si no se le rinde pleitesía. Así, fácilmente las bajas pasiones van de la mano con la crueldad y el sufrimiento de los demás. Lo demuestra el siguiente relato de un hecho plenamente real. Por fortuna, el tesón, la fe, el trabajo y la inteligencia triunfaron. En el año 1970 aquel caserío elevado a categoría de municipio era el único del departamento Norte de Santander que carecía de carretera. El gobierno desatendía el clamor que desde veinte años atrás elevaban los humildes moradores. Aparecían por allí los políticos a caballo en tiempos electorales, maltratados por el zangoloteo de la bestia, y renegando en voz baja por tener que ir a semejante lejanía en pos de unos votos, y en discursos vibrantes, a la vez que se compadecían del rezago del pueblo prometían que tan pronto llegaran a la alta corporación pública emplearían todas sus energías e influencias para que la administración nacional o departamental destinara los recursos propios para la obra de la carretera, pero nunca cumplían. Pues fue en ese año en que los parroquianos vieron llegar por primera vez un carro al poblado. Algunas señoras lloraban conmovidas, y Augusto Báez se desmayaba de la emoción. Pero antes de la entrada triunfal del carro los gestores de la obra habían pasado las verdes y las maduras entre gestiones gubernamentales, comisiones, papeleos y manejo del escaso presupuesto aportado y del personal de trabajadores. Ellos mismos habían tenido que meterle la mano a la pala y al barretón. La historia recordará sus nombres. Como es recordado el ministro de Obras Públicas de la época Argelino Durán Quintero. El último tropiezo lo tuvieron con don Cristóbal Jerez. En el tramo final, para entrar ya al caserío, la poderosa cuchilla Bulldozer Caterpillar debía surcar un maizal suyo. Don Cristóbal, pese a ser hombre importante de la comunidad y dueño de gran capital, se había negado a integrar el comité de trabajo de la carretera fundado en que no lo habían nombrado presidente. Se acostumbraba que aunque él nunca dijera esta boca es mía, presidía el directorio y todas las juntas. Quienes bebían con él y a su costa siempre lo aclamaban. Pues bien: don Cristóbal dijo que esa “catapila” primero pasaba por encima de su cadáver antes que tocarle una sola mazorca. Y conforme lo juró, lo cumplió: se sentó en la mitad del maizal y desafió a que le echaran la máquina por encima. ¿Cómo superar el obstáculo? A uno de los dirigentes – propiamente a don Leopoldo Calvo – se le ocurrió la mejor de las ideas: el señor Jerez aún no estaba borracho, estaba apenas “templado”, a medio dulce, es decir, en aquel estado en que la juma empieza. Conociéndole, pues, la debilidad, don Leopoldo se le acercó con mucho tacto y amabilidad, y con un litro de aguardiente. Se hincó junto a él y lo invitó a tomarse una copa de las grandes, de las que le gustaban al hombre. A don Cristóbal se le despertó el ansia de beber, y don Leopoldo estuvo listo a complacerlo. Al poco tiempo don Cristóbal ya se había empacado todo el litro, y yacía roncando en la hojarasca. Entonces don Leopoldo dio la orden de que lo alzaran y lo llevaran a su casa, y que pasara la máquina rápido. ¡Estaba despejado el espacio para terminar la carretera! Cuando el señor Jerez despertó ya tenía la carretera a pocos pasos de su vivienda. Irónicamente, él, que se había opuesto a la obra, fue el primero que compró un carro. orlandoclavijotorrado@yahoo.es 3 de junio de 2015

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado