sábado, 17 de junio de 2017

EXTRAORDINARIA LÍDER BRASILEÑA

CRONIQUILLA

EXTRAORDINARIA LIDER BRASILEÑA
Orlando Clavijo Torrado

Luiz Carlos Prestes, jefe del partido comunista brasileño, se jactaba en público: “Ya tenemos el poder, lo único que nos falta es tomar el gobierno”.
El presidente João  Goulart gobernaba por decreto, nada distinto de los  dictadores.  Por ello, el mariscal Humberto Castelo Branco dijo: “Cuando un presidente se propone anular el Congreso y suplantar la Constitución, la acción militar en defensa de la legalidad, no solo se justifica, sino que se impone”. (Santos emite decretos por la vía del fast track, en revancha porque el pueblo le negó en plebiscito la aprobación de su manguala con las Farc en La Habana).
Jango – apodo del mandatario - derrochaba dinero para sus camaradas, y les otorgaba altos cargos y libertad para obrar  sin respetar el derecho ajeno. Por el contrario, para sus antagonistas no había sino represión,  censura, expropiación y cárcel. Les declaró la guerra a los terratenientes, muchos de los cuales fueron asesinados, pero él, que al inicio de su vida pública no poseía sino una finca heredada de 13 kilómetros cuadrados, era dueño, cuando huyó al Uruguay, de 7687 kilómetros cuadrados de tierra.
Amélia Bastos había sido maestra de escuela, y disfrutaba de su hogar como esposa de un médico castrense retirado. No podría creerse que en tan pequeño cuerpo, de 45 kilos de peso, y con 59 años de edad, cupiera tanta firmeza, tan clara inteligencia, e incomparables astucia y valentía.
Es cierto que entre la clase media, los industriales, los profesionales y al final los militares, provocaron el derrocamiento de    Goulart, pero por encima estuvieron los escuadrones femeninos católicos, comandados por doña Amélia. ¿Cómo logró poner ella en fuga al todopoderoso Jango?  
Convocó en su casa a amigas y vecinas y, camándula en mano, se trazaron las metas. El 12 de junio de 1962  surgió el primer cabildo de CAMDE (Campaña de mujeres por la Democracia) en Río de Janeiro. El ejemplo de doña Amélia cundió: otro grupo de luchadoras se organizó en la LIMDE (Liga de mujeres demócratas) en Belo Horizonte. En una ocasión, con la amenaza de tenderse en una pista de aterrizaje impidieron la llegada de dos conferencistas rusos y en otra, le frustraron  al cuñado del presidente, Leonel Brizola, un discurso sobre reforma agraria: el recinto se llenó de 3.000 mujeres que rezaban el rosario. El agitador socialista se dirigió al campo abierto y allí encontró una multitud semejante también en oración.
Cuando Jango rebosó la copa integrando su gabinete con solo comunistas, las féminas  contraatacaron. Encabezadas por Amélia Bastos, el 19 de marzo de 1964 emprendieron la “Marcha de la familia con Dios hacia la libertad”. São Paulo, la mayor ciudad de América y de las más grandes del mundo, se vio colmada en sus vías comerciales por 600.000 mujeres que pedían libertad y democracia y apretaban sus rosarios contra el pecho.
   Caído el régimen prosoviético, doña Amelia fulguró igualmente en la  marcha del 2 de abril de un millón de personas en Río de Janeiro, la que ella denominó  “De acción de gracias a Dios”.
¡Una diminuta y aparentemente débil dama, con una camándula por toda arma, había salvado al Brasil del comunismo!  



15 de junio de 2017. 

sábado, 3 de junio de 2017

EL ADIÓS DE DOS AMIGOS

CRONIQUILLA

EL ADIÓS DE DOS AMIGOS
Orlando Clavijo Torrado

Álvaro Jurado Mendoza y Pablo Emilio Peñaranda Navarro, dos amigos que se fueron en este pasado mes de mayo. El primero, en Cúcuta, el día 2,  y el segundo en Ocaña, el 28. Supongo que Álvaro estaba cercano a los 60 años. Pablo rondaba los 81.
Álvaro era nuestro peluquero. Digo nuestro porque en sus treinta y pico años de ejercicio alcanzó a cortarle el cabello a mi padre, lo cortó a mis hijos y hasta a un nieto. Trabajó siempre en un local de la avenida 5ª con calle 15.
Álvaro era duraniense, liberal, pero se convertía en conservador con los clientes conservadores. Por sus tijeras pasaron parlamentarios, alcaldes, ministros como el gordo Bautista, jueces – como el suscrito, pues en la época en que lo conocí yo laboraba como juez de instrucción criminal muy cerca de la peluquería-, diputados y otros especímenes.
Coincidencialmente, estos dos amigos que se acaban de marchar  se distinguieron por su buen humor.
En efecto, Álvaro tenía el gracejo a flor de labio. Aún en las semanas previas a su defunción, y pese a sus graves quebrantos, en plena faena de barbero, sacaba fuerzas para comentar con jocosidad cualquier situación. Él mismo no era chismoso – como es fama de los fígaros – pero le picaba la lengua a sus “pacientes” y en su local se oían los chismes de la política más sabrosos y picantes. Allí funcionaba una fuente de información actualizada. En alguna croniquilla  retraté un poco las tertulias en la peluquería de Álvaro.
En cuanto a Pablo Peñaranda debo decir que siendo tan modesto, “un sencillo campesino”, como lo expresó su hijo Jairo en las honras fúnebres celebradas en la iglesia Nuestra Señora de Fátima, de antemano hubiera rechazado tantos honores en su  funeral. Soy sabedor de que repudiaba tales actos porque él mismo me lo confiaba. Pero no habría rehusado el homenaje de sus hijos. En ese momento todos nos conmovimos y lloramos.
Pablo sí que sabía anécdotas de Ábrego y, particularmente, de la vereda El Hoyo. Algunas de ellas las recogí en mi libro recientemente publicado “Las crónicas más divertidas de Norte de Santander”. Oírlas en su propia charla era un gusto exquisito. Mi prima Marlene Torrado, su esposa, reprimiendo la risa fingía reprenderlo: “¡Pablo! ¿A vos no te da pena contar esas cosas?” Y él contestaba: “Dejate de tapujos. Es la verdad”.  
En diciembre fue la última oportunidad en que lo vi con vida. Lo visité muchas veces, y no era sino verme para que se animara – como lo reconocía su enfermera – y tomara vuelo sin parar en la narración de sus miles de ocurrencias. Si me demoraba en ir preguntaba que por qué el doctor Orlando no había vuelto.
Estos dos amigos en esencia tenían lo que se conoce como bonhomía, eran serenos,  buenos como el pan, de su hogar. Dejan gratos recuerdos.
Seguramente Dios los habrá acogido en el cielo con una inmensa sonrisa.
2 de junio  de 2017.


Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado