martes, 31 de octubre de 2017

CRONIQUILLA - CULTIVAR COCA: ¿NUEVO DERECHO FUNDAMENTAL?

CRONIQUILLA CULTIVAR COCA: ¿NUEVO DERECHO FUNDAMENTAL? Orlando Clavijo Torrado Juan Diego nació, por cesárea, el martes 23 de octubre del presente año en el hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña. Sus ilusionados padres están en la alegría de la juventud. El joven es mi pariente por el lado de mi madre. Aunque rozagante y de un peso superior a cuatro kilos, Juan Diego presentó una alarma cardíaca. Los médicos estimaron que debía ser trasladado a otro lugar con mejores dotaciones. Por la urgencia se escogió a Cúcuta. Nadie imaginó el viacrucis que representaría el viaje. A las cinco y media de la tarde del miércoles emprendieron la marcha en una ambulancia con un médico y una enfermera a bordo. Al llegar al Alto del Pozo encontraron que los campesinos cocaleros habían obstruido la vía. (Que se sepa, por el entorno no hay cultivos de coca). Pedían respeto a sus derechos, a sus derechos a sembrar, procesar, comercializar, exportar y vivir de la coca. Exigían la presencia de altas autoridades nacionales e internacionales, y en especial la del defensor del pueblo. El chofer de la ambulancia les explicó a los líderes enmascarados que llevaba una mujer en situación delicada y un niño de dos días de nacido con problemas cardíacos. Los líderes se rehusaban a permitir el paso, pero ante tantos ruegos cedieron. Llegaron a Sardinata. Otros cocaleros que clamaban por sus derechos habían estado en la entrada a Las Mercedes, pero un escuadrón del Esmac había despejado de palos y piedras la carretera. El joven padre se apeó a colaborarle al chofer a quitar los obstáculos aún presentes. Continuaron la ruta confiados en que no tendrían más tropiezos. Vana ilusión. Cuando la ambulancia, con su carga de enfermos, llegó a la Y de Astilleros, no pudo pasar. Los cocaleros no se encontraban ya en el lugar pero habían dejado su huella: un inmenso árbol, tan grande como arrancado de cuajo, atravesado de extremo a extremo. Las manos y las fuerzas del angustiado padre y del chofer fueron impotentes para levantar semejante tranca. La situación se tornaba insalvable. No hubo otra solución que regresar a Sardinata y tomar la vieja y abandonada carretera que comunica con Lourdes y Gramalote para luego salir a San Cayetano. Es decir, recorrer unos cuarenta kilómetros más. La ambulancia daba tumbos espantosos. La madre se quejaba por el efecto en la herida de la cesárea y sufrió trastorno y vómito. Quienes pasamos por esa carretera hace lustros podemos dar fe de los horribles cráteres, precipicios y peligros en aquel tiempo. ¿Qué diremos hoy en día? Esta historia tuvo un final feliz, gracias sin duda a la pericia y entereza del chofer. A las dos de la mañana del jueves estaban en Cúcuta, tocando a las puertas de una clínica. La madre ingresó a urgencias y el bebé a la Uci. Juan Diego está a salvo y se recupera rápidamente. El soplo inicial de su corazoncito desaparecerá en un mes, aproximadamente, según me refería el especialista en neonatos, que para mayor tranquilidad de todos resultó ser un pariente mío. ¡Qué ironía! Un puñado de revoltosos en la carretera vocifera por un sinnúmero de derechos, pero no tiene compasión de seres indefensos. Ese puñado, envalentonado, tiene arrodillado al gobierno pusilánime y complaciente, mientras los derechos de la inmensa mayoría de los colombianos que respeta la ley, son ultrajados. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 29 de octubre de 2017

martes, 24 de octubre de 2017

LA VISITA DEL OBISPO

Para El Informador del Oriente. LA VISITA DEL OBISPO Orlando Clavijo Torrado En aquel tiempo la sede de la diócesis era Santa Marta. Muy lejana, por cierto. La diócesis de Ocaña nacería muchos años después, en 1962. Para sus visitas pastorales el pobre obispo de Santa Marta tenía que emplear hasta meses, puesto que su jurisdicción abarcaba lo que hoy constituye toda la antigua provincia de Ocaña, dos parroquias del municipio de Sardinata, a saber, La Victoria y Las Mercedes, y todo el departamento del Magdalena (no existía el departamento del Cesar, que vino a pertenecer en el sur a dicha diócesis, como hoy pertenece a la de Ocaña). En la época muy pocas carreteras había, de modo que el prelado se veía obligado a cabalgar “por montes y cañadas”, como dice la canción, pacientemente, en extenuantes jornadas. Comenzando una de tales correrías murió en La Cruz (Ábrego), en 1902, monseñor Rafael Celedón. Decir que algo sucedía “por visita de obispo” significaba que acaecía el día de san Blando, que no tiene cuando, es decir, rara vez. Se entiende, entonces, que la visita episcopal debía anunciarse con meses de anticipación por todos los pueblos. El cuento de hoy recoge una situación picaresca que ocurrió en cierto pueblo de la provincia: Un par de damas no había atendido el llamado del cura para que todo el mundo hiciera los preparativos espirituales y de su estreno de vestido, ya que la gente acostumbraba recibir a su excelencia con las mejores galas. Pues estas señoras pusieron la nota graciosa en la víspera de la visita, y fueron el hazmerreír de los parroquianos cuando el sacerdote les preguntó: - ¿Ustedes ya están listas para la llegada del señor obispo? - - ¿Y cuándo llega? – dijeron las viejas. - Precisamente mañana. - ¡Ay, Virgen Santísima! – exclamaron escandalosamente. ¡Ahora qué hacemos, padre! ¡El obispo encima y nosotras empelotas! orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 24 de octubre de 2017

miércoles, 18 de octubre de 2017

OCAÑA CULTA

Para EL INFORMADOR DEL ORIENTE, de Ocaña OCAÑA CULTA Por Orlando Clavijo Torrado Me sentí muy satisfecho de haber sido invitado a participar en la 9ª Feria del Libro de Ocaña que se desarrolló del 28 de septiembre al 1° de octubre, y honrado de ser uno de los conferencistas sobre los temas “José Eusebio Caro a grandes rasgos” y mi reciente obra “Las crónicas más divertidas de Norte de Santander”, más el arte y el placer de escribir y leer. Pero más me emocionó el hecho de que todo aquello transcurrió en un escenario que me trae emotivos recuerdos: el actual colegio Don Bosco College, en cuyas aulas, corredores, el patio y demás espacios viví la época feliz de mi niñez e inicio de mi adolescencia, cuando era la sede del seminario menor del Dulce Nombre, época hoy ya lejana en mi existencia. Allí, en donde estaba el dormitorio de los menores, dicté mis charlas. Dije, como preámbulo, que si he guardado la compostura moral recibida en mi hogar, al seminario debo su afianzamiento. Y que si alguna virtud tengo para escribir, fue en esos claustros sagrados en donde mi pluma se afinó, bajo la orientación de los padres Eudistas, excelentes educadores y formadores. En este evento los medios de comunicación estuvieron muy pendientes, cubrieron toda la programación, y entrevistaron a organizadores, libreros, conferencistas, estudiantes y visitantes, en medio de la alegría de los muchachos. Debo destacar el esfuerzo de José Emiro Salas Bernal y su esposa Martha Soledad Pitta, directivos del colegio, líderes de una empresa tan compleja como una feria del libro, que por ello merecen todas las felicitaciones y por ende el respaldo a su labor quijotesca en pro de la cultura ocañera. Protagonista de este certamen fue también la Academia de Historia de Ocaña por conducto de su presidente Luis Eduardo Páez García. Él, con su reconocida erudición, trató una de las tantas facetas de nuestra máxima gloria en las letras nacionales y en la galería de los prohombres de Colombia, José Eusebio Caro. Se notó, sin embargo, la falta de apoyo de entidades que por su función y naturaleza deben estar comprometidas con la cultura. Por otra parte, se esperaba que los padres de familia acudieran a la feria pero no lo hicieron. En el 2018 seguramente tales fallas se superarán, por la sencilla razón de que Ocaña siempre ha sido una ciudad culta y tal carácter y prestigio no los puede perder. Quienes compraron en la feria mi libro “Las crónicas más divertidas de Norte de Santander” son, sin duda, amantes del folklor de la provincia. Quienes deseen adquirirlo ahora lo pueden buscar en las librerías Barbosa y Milanés. Un intelectual, que lo leyó y disfrutó de principio a fin, es el doctor Fernando Torrado de La Rosa. Pregúntenle a él su opinión. orlandoclavijotorrado@yahoo.es 5 de octubre de 2017.

jueves, 12 de octubre de 2017

BUENAS SEMILLAS

Para el semanario El Informador del Oriente, de Ocaña. BUENAS SEMILLAS Por Orlando Clavijo Torrado Hace años hizo carrera la creencia de que cobrar el diez por ciento sobre contratos oficiales no era delito. (Después ese diez subió al veinte, luego al treinta, pasó al cuarenta, llegó al cincuenta y ahora como que va por el ochenta o el noventa por ciento). Un ilustrado profesor de esta tierra, muy estimado, me debatía el punto y me sostenía que dicho cobro era legal. Yo le refutaba y lo retaba a que me dijera en qué ley, decreto, ordenanza o acuerdo municipal se contenía una disposición semejante. Al final, él no encontró argumento más que el de que “todo el mundo lo hace”. De esa forma, la práctica del cobro por un acto del servidor público se fue anidando en la conciencia ciudadana, hasta parecer algo normal. Un amigo exalcalde me confesó que de su período había aprovechado algo pero no tanto como su predecesor. Él es un hombre cristiano, piadoso, lo he visto comulgando, de origen campesino, casi analfabeta, pero logró ser alcalde. Me dijo tranquilamente, como si tal cosa, en su lenguaje rústico: “En realidad yo no saqué sino un taxi y un pequeño edificio de cuatro apartamentos. Na’ más, dotor. Pa’que le digo mentiras”. Percibí que el hombre era sincero, no estaba fingiendo, y que en su ignorancia, o ingenuidad, o mala fe, o astucia, o no sé cómo calificar su actitud, los peculados y chanchullos que cometió no constituían ninguna falta. Siguiendo esa cultura llegamos a donde estamos hoy. No hace falta recordar los escándalos diarios de corrupción. Cosa igual sucedió con los cultivos ilícitos. En septiembre de 2015 la Corte Suprema de Justicia sentenció que el narcotráfico era un delito conexo con el de rebelión. Creo que fue la cereza de la torta, el remate, el espaldarazo final a una conducta que en décadas anteriores se criticaba en voz baja, se denostaba de los implicados con el epíteto de mafiosos, si eran empresarios, y se llamaba despectivamente a los consumidores marihuaneros, viciosos y hasta desechables. Ese camino de la permisividad nos condujo al atolladero de hoy, en que ser “raspachín” de la hoja de coca se compara al trabajo honrado de recolector de café, y en que muchos campesinos, principalmente, ven como una fuente de subsistencia, mejor que cultivar papa, frijol, maíz, yuca o naranjas, sembrar coca y marihuana. El concepto de delito se borró. Y ahí tenemos al gobierno enfrascado en la discusión con los campesinos, éstos defendiendo su postura con amenazas. Por el momento, el gobierno lleva las de perder. La moraleja del cuento es que se debe enseñar en los hogares, en las escuelas, colegios, universidades, iglesias, prensa y en todas partes, qué es delito y qué no lo es, y que cultivar flores y sembrar cacao y plátano, por ejemplo, hace mucho bien, al contrario de producir marihuana y cocaína. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 23 de septiembre de 2017.

miércoles, 11 de octubre de 2017

OCAÑA: PROVINCIA TURÍSTICA

Para El Informador del Oriente OCAÑA: PROVINCIA TURÍSTICA Por Orlando Clavijo Torrado Tenemos que pulir lo que tenemos, mejorar las cosas, para que los sitios turísticos merezcan el nombre y se vuelvan apetecidos por visitantes, vacacionistas, curiosos, estudiantes y exploradores. Sin duda que la prioridad son las vías y los medios de transporte, así como los conductores y los guías. A la par de estas necesidades están las instalaciones para atender al turista: hoteles, hostales, posadas o como se llamen. Pero aquí viene la atención, que debe ser muy cuidada. Siempre recuerdo cierto hotel en un pueblo cuyo nombre no conviene nombrar, moderno, en que su propietario le invirtió una cuantiosa suma de dinero. Para ser de pueblo, era – y es - un hotel de lujo. Pero el personal no estaba preparado para el oficio. Seguramente el dueño trajo al ordeñador, o medianero, o vaquero, en fin, un noble campesino, y lo puso de mesero, sin quitarle el sombrero viejo que usaba en la finca, ni su camisa de manga larga de varios días. Con la amabilidad de la gente sencilla nos atendió. Mucha amabilidad sí, pero nada de ciertos modales. Lo comprendíamos y hasta nos daba risa de su ordinariez cuando traía la jarra del jugo y nos ofrecía: “tan güenos así o les echo más; pa eso tamos, pa serviles”. Por supuesto que entre paisanos todo se tolera, pero ya en términos de propio turismo y con otra clase de turistas tales fallas perjudican y los ahuyentan. El buen trato al huésped es el ochenta por ciento, creo yo, del éxito del negocio hotelero. A veces se nos ocurre con mi esposa alojarnos en hotel y no en casas de la familia. En cierta ocasión escogimos un sitio de buena fachada y presentación pero en donde la doña era tan desabrida, de ceño fruncido, tirando a déspota, que nos prometimos jamás volver allí. Para todas esas fallas se debe recordar que existen institutos como el Sena, en donde dictan cursos para propietarios de hotel, cocineros, meseros, choferes y guías turísticos. Hay también la carrera de hotelería y turismo que se cursa en universidades serias y hasta en academias de garaje. En conclusión, si bien contamos con parajes hermosos, con pueblos pintorescos, con museos, iglesias, edificios y monumentos históricos dignos de visitarse, ríos, quebradas, nacimientos y cascadas, montañas, llanos, flora y fauna, entre los que siempre se menciona Piedras Negras en Ábrego, los Estoraques en La Playa de Belén, el santuario del Agua de la Virgen en Ocaña, y la montaña sagrada en El Carmen, es necesario que se tengan en cuenta todos los factores para que surja un verdadero turismo: buenas vías, transporte cómodo, restaurantes, hoteles, guías y personal especializado. No hace falta recomendar amabilidad y espontaneidad, porque en tal punto, en general, y salvo excepciones como la de la señora aquella malencarada, estamos sobrados. Nadie nos puede negar que somos joviales, hospitalarios y familiares. Pero otra cosa es saber tratar al turista, que es un arte aparte. El turismo es una poderosa y lucrativa industria. El compromiso de todos es, por consiguiente, implementar la cultura turística, educarnos y prepararnos para ella. orlandoclavijotorrado@yahoo.es ... 16 de septiembre de 2017.

domingo, 8 de octubre de 2017

LA CONSTELACIÓN DEL 30

CRONIQUILLA LA CONSTELACIÓN DEL 30 Orlando Clavijo Torrado “Era muy conocido”, me dijo mi lustrabotas en el parque “29 de mayo”. Se refería al que fue el notario único por más de tres décadas, al patriarca, al referente político y al personaje icónico de Ocaña. A Carlos Torrado Clavijo, fallecido a los 87 años este 23 de septiembre en una clínica de Cúcuta. Vino al mundo en su amada Ocaña en el hogar de Ernesto Torrado Peñaranda y Rosa María Clavijo Rincón. Se casó con Mary de La Rosa Lemus, quien le precedió en el tránsito mortal un 10 de abril de 2008. Quedaron como retoños de este matrimonio Mary Rosa, Juan Carlos, Fernando, Leonardo, Javier y Guillermo. Entre los cargos políticos que desempeñó están los de alcalde de Convención y personero municipal de Ocaña; pero, ante todo, fue un hombre cívico; sirvió a Ocaña con desinterés; prueba de ello es la creación de barrios para las clases populares como El Retiro y La Torcoroma. Con Carmen Eliécer Quintero Torrado y otros ideó y le dio forma al “Desfile de los genitores”, que perdura como patrimonio cultural. En sus años mozos fue guitarrista, de dar serenata, y como artista fundó con Alfonso Carrascal Claro el trío “Tarigua”, el que, en una contienda superó en Bucaramanga al renombrado conjunto musical de Delia Zapata Olivella. Su oficina – concluidas las labores notariales – se convertía en sede del Partido Conservador. Era el confidente fiel del aguerrido caudillo Lucio Pabón Núñez, quien le consultaba la confección de las listas para cuerpos colegiados. Su consejo y olfato político aseguraban el triunfo. Con él se charlaba amenamente; metía críticas, bromas y chistes oportunos, por lo que no provocaba retirarse de la tertulia. Mi postrer recuerdo suyo está en el día de la presentación de mi reciente obra “Las crónicas más divertidas de Norte de Santander”, el 14 de julio del presente año, en el Complejo Histórico de San Francisco, en Ocaña. Terminada la ceremonia, su hijo Fernando me lo pasó al teléfono: quería felicitarme y manifestarme su orgullo por este logro, y se disculpó por no asistir debido a sus dolencias. Los años 30 del siglo pasado produjeron una constelación de hombres y mujeres de talento, creativos, progresistas y enamorados del terruño, constelación que se está apagando. La partida de Carlos Torrado Clavijo es quizá de sus últimos estertores. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 7 de octubre de 2017.

lunes, 2 de octubre de 2017

CALLES DE OCAÑA

Para El Informador del Oriente CALLES DE OCAÑA Por Orlando Clavijo Torrado Nuestro eximio escritor Luis Eduardo Páez Courvel no pudo describir mejor en su prosa insuperable con cadencia poética el mapa caprichoso de las calles de Ocaña: "Calles de mi tierra, trazadas por la geometría de la emboscada, prestas a la asechanza, recogidas en el silencio, abrazadas a los caminos, en perpetua vigilia; calles de mi tierra, tatuadas en su piel centenaria…” Calles trazadas en el ayer colonial con la medida justa para el paso de una mula. Después aparecieron los autos, y hubo que ensanchar las calles a costa de los andenes. La piel arrugada de su contorno no daba para más. Por ello, caminar por la mayoría de andenes es un milagro. Parecieran hechos para acróbatas. Aún la avenida Francisco Fernández de Contreras, nuestro lujo de avenida, se estira a lo ancho en la corta explanada hasta donde más puede, para permitir el alto flujo vehicular. Problema número uno: ¿De dónde sacar más calles y cómo ampliar las existentes? Es un asunto que – créanmelo, amables lectores -, me trasnocha, así me señalen como soñador. Es verdad que no poseemos tales recursos como Barcelona en donde la circulación automotriz por carriles aéreos ya se está experimentando, pero algo se debe hacer, algo ingenioso se nos debe ocurrir. Todas las ideas y todas las soluciones, por alocadas que parezcan, merecen examinarse. Problema numero dos: La ciudad debe contar urgentemente con espacios amables para las personas, y entre esos espacios amables figuran los andenes. Ahora, la única manera de ampliarlos es sacrificar las calles, porque la otra solución impensable sería demoler casas y edificios. El remedio, sin duda, se encuentra en aliviar en un ciento por ciento el tráfico. El nudo gordiano radica siempre en la falta de espacio físico, porque la ciudad está apeñuscada por todos lados. Quizá otra solución consista en construir dos o más circunvalares para retirar el tránsito de las áreas congestionadas de la ciudad y establecer una comunicación con el centro por corredores especiales. Ya no es tiempo de lamentarse del porqué los españoles no fueron más visionarios, y por qué no anduvieron unas leguas más y levantaron la ciudad en la llanura de Ábrego. Es la hora de pensar en grande, de dejar los microproyectos parroquiales, de proyectar para ya y para el futuro; hora de imaginarnos como una urbe de atracción nacional e internacional. En cabeza y en manos de los actuales dirigentes y en la juventud que se asoma a tomar las riendas de nuestra amada Ocaña está la construcción de esa malla vial de vanguardia. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 10 de septiembre de 2017.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado