lunes, 30 de abril de 2018

PRIMERO, LO PRIMERO

Para El Informador del Oriente. PRIMERO, LO PRIMERO Orlando Clavijo Torrado ¡Cómo no! ¡Estuvieron muy tiesos y muy majos el ministro de Defensa, el gobernador del departamento y los altos mandos militares y de Policía en Ocaña, todos ellos responsables del orden público en la nación, o, en términos más claros, de restablecer el orden público! Pero, ¡qué patéticos los anuncios del ministro! Sonaba todo a demagogia. No sé si él mismo se creyó que con cuanto prometió el caos del Catatumbo quedaba resuelto. Por supuesto que no es que solo porque venga a Ocaña lo más granado del gobierno nacional y de la Fuerza Pública, por arte de magia la paz, el respeto a la ley y el trabajo libre y en actividades lícitas imperarán en el Catatumbo. No. El asunto es más de fondo. No se confunda con la tan cacareada ayuda social, es decir, repartir mercados, carpas y frazadas. Me explico: Se está jugando con enmascarar los catastróficos problemas de la región, el primero de los cuales es la falta de autoridad. Si la hubiera, el gobernador, que es el gobernador de todos los rincones del departamento sin excepción, debería poder pasearse tranquilamente, sin escolta alguna, por San Calixto, El Tarra, Teorama, Tibú, Hacarí, Convención y La Playa de Belén. Mas, no lo puede hacer porque allí no reconocen su autoridad, y corre grave peligro. Si no lo acompaña un batallón militar, puede ser hombre muerto. ¡Es triste! Por eso prefiere convocar constantemente consejos de seguridad en el palacio de la Cúpula Chata, bien encerrado y protegido, a diferencia del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, que fue a buscar a los bandidos de la Comuna 13, a los que desafió pese a las ráfagas con que lo recibieron pretendiendo amedrentarlo. Nuestro gobernador, William Villamizar, en estos días organizó una maratón frente al centro comercial Ventura Plaza en Cúcuta para recoger alimentos y enseres destinados a las gentes del Catatumbo. Nadie duda de la nobleza de la causa, pero bien mirado eso no es más que un mecanismo de distracción, otro modo de solapar la inacción. ¿O es que pretende seguir enviando – porque él mismo no los puede llevar – a los albergues y las casas sitiadas de los campesinos, los elementos de subsistencia indefinidamente, sin tomar medidas para que salgan de sus escondites y gocen de plena libertad de movimiento, de trabajo, actividades comunes, religión e ideas políticas? Recordemos que, en el Ecuador, la semana pasada cayeron dos ministros por ser incapaces de dar captura al criminal Guacho. Aquí, no cae nadie: ni ministro, ni gobernador, ni alcaldes, ni altos mandos militares o de la Policía por dejar a sus anchas a los perturbadores del orden público. Como le dijo Sancho Panza al barbero: algo va de Pedro a Pedro. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 30 de abril de 2018.

lunes, 23 de abril de 2018

EL TURPIAL

Para El Informador del Oriente, de Ocaña EL TURPIAL Orlando Clavijo Torrado Esta bella historia, aunque con triste final, ocurrió en el campo, realmente no hace mucho tiempo. En un campo de la vereda Balcones. Unos parientes poseen allí una pequeña finca a donde se trasladaron para ocuparse ellos mismos de su cuidado, y luego de vivir largos años en el pueblo desempeñando varios oficios, incluso cargos públicos. Una mañana un hermoso turpial les llamó la atención. Cantaba desde un guamo con mucho vigor. Como es un ave sociable, la fueron atrayendo ofreciéndole guineos, alpiste, arroz y agua en tazas de barro. Tomó tal confianza que ya entraba a la cocina, se posaba en el hombro del patrono, y metía el pico en su plato. Y no solo esto: se daba la libertad de sacarle los cigarrillos de la camisa, y hasta le destrozaba uno. El turpial se convirtió en otro miembro del hogar. Andaba de un lado a otro y parecía como si jugara con ellos al escondite para que lo buscaran, como un niño travieso. Su inteligencia sorprendía. Una de las hijas de esta pareja dio a luz a mellizos. Ese día el turpial cantó con más alegría. Y se convirtió en el aya o niñera del par de bebitos pues les cantaba junto a sus cunas. Una vez que los niños lloraban y el turpial estaba en la hacienda sobre un barbatusco, tan pronto los oyó voló hacia la ventana de su cuarto y comenzó a cantarles: los niños dejaron de llorar. El turpial desapareció en cierta ocasión. Hubo duelo familiar. Los afligidos esposos llamaron a todos los parientes para comunicarnos la infausta noticia. La mujer estaba inconsolable. Pero a los pocos días tuvieron que ir a visitar a unos compadres, y en tránsito por la carretera oyeron cantar al turpial en una casa un poco alejada, de personas que no habían tratado. Reconocieron de inmediato su cantar. Entonces decidieron apartarse del camino y entrar a aquella finca. En efecto, allí tenían a la preciosa ave canora en una jaula. El animalito identificó a sus amos y comenzó su trinar. Los ladrones aceptaron entregarlo. No dura la dicha. Apenas seis meses disfrutaron del cantar del turpial. Aquella mañana fatal, la propia ama de casa se dirigió al patio, hacha en mano, para rajar un trozo de leña. Ella no se dio cuenta de que el pajarillo se encontraba cerca, al acecho: con la primera descarga se abrió un poco el trozo, brotaron larvas y gusanillos, y el turpial se lanzó sobre ellos en el momento en que la mujer descargaba por segunda vez el hacha que cayó sobre su cabecita. A veces se mata lo que más se quiere. No quiero narrar los sentimientos de culpa, las lágrimas y el constante recuerdo del pícaro turpial. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 22 de abril de 2018.

sábado, 14 de abril de 2018

OCAÑA: PURA HISTORIA - Especial para el semanario El Informador del Oriente, de Ocaña.

Para El Informador del Oriente OCAÑA: PURA HISTORIA Orlando Clavijo Torrado Recordemos que, en 1810, año del grito de independencia, el territorio de la Nueva Granada tenía un poco más de 2 millones de habitantes. Por las luchas libertarias llegaron a conformarse ejércitos que sumaban 35.000 hombres, es decir, el 7 % de la población masculina apta para pelear, entre los 14 y los 50 años de edad. Es un porcentaje considerable; significa que pocos fueron indiferentes al llamado de una patria libre. Este prólogo para decir que en días recientes, 9, 10 y 11, se desarrolló en nuestra capital provincial el Encuentro Nacional de Historiadores de cara al bicentenario (1819 – 2019 – Batalla de Boyacá). Esto es, que los ojos de toda Colombia volvieron a posarse en Ocaña, por lo que sigue conservando su rancia tradición de ciudad intelectual. La Academia de Historia de Ocaña fue la anfitriona. A la cabeza de ella, el infatigable escritor y trabajador de las ideas Luis Eduardo Páez, apoyado por su esposa doña Martha Pacheco de Páez, vigía del patrimonio cultural. Ellos gestionaron recursos y patrocinios, diseñaron la logística, estuvieron presentes en cada escenario y atendieron con su natural amabilidad y educación a los concurrentes venidos de todos los rincones de Colombia. Lalo y Martica merecen un aplauso prolongado y una felicitación calurosa por tal organización y porque todo salió exitoso. Por nuestro departamento participaron las Academias de Historia de Norte de Santander y de Ocaña; no hubo representación de la Academia de Historia de Pamplona. Asistimos como miembros de ellas residentes en Cúcuta Olger García, Carlos Torres, Maximino Rincón, Julio Aníbal Perea, Álvaro Claro y el suscrito. En cierto momento de las exposiciones yo sentí que revivíamos las discrepancias entre bolivianos y santanderistas de la Convención abierta el 9 de abril de 1828 justamente en donde estábamos, el templo de San Francisco. La historia se repite. La polarización no termina. Quiero resaltar entre las intervenciones, las enjundiosas y serenas de nuestro presidente Luis Eduardo Páez y la de la presidente de la Academia de Historia de Mompox doña Cruz María Campo de Ramírez. El primero resaltó los horrores de la represión ejercida por el sanguinario Pablo Morillo en esta región en la época llamada “del terror” en que se pretendió reconquistar la colonia perdida. La segunda hizo una descripción tal de la belleza de su patria chica que despertó la ilusión, para quienes no la conocemos, de ir allí. A los blasones de Mompox con sus condes y marqueses se agregó otro timbre de honor: la acogida generosa y ayuda como ninguna otra ciudad le había brindado en hombres, armas y pertrechos al futuro Libertador y el reconocimiento de éste, por lo que los momposinos, dijo la oradora, adoramos a Bolívar. Pero no todo fueron ponencias: los intermedios fueron amenizados con bailes de reinas, las armonías de un violín y una guitarra, y pasapalos de panelitas envueltas en hojas secas de plátano, colombinas de pollo, tequeños, albóndigas y otras delicias. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 13 de abril de 2018

sábado, 7 de abril de 2018

FURIBUNDA PETRISTA

Para El Informador del Oriente, de Ocaña FURIBUNDA PETRISTA Orlando Clavijo Torrado La señorita X me llamó la semana antepasada. Continuamente nos comunicamos pues además del vínculo de sangre hay aprecio mutuo, cariño y respeto. O por lo menos hasta aquel día los había. Luego de hablar de generalidades, llegamos al tema político. Entonces le pregunté si había visto la última encuesta según la cual el candidato a la presidencia Iván Duque iba encabezando, muy por encima de Gustavo Petro, el que había tomado ventaja en un principio para desinflarse al poco tiempo. Mi consanguínea “se calentó”, como decimos por acá; o, en términos más plebeyos, “se arrechó”, o “se emberracó”; o, para ser elegantes, reaccionó violentamente. Ella es maestra –o profesora como se les nombra ahora – y abogada especializada, mas no puede ejercer directamente por su condición de empleada pública. El caso es que empezó a recriminarme, como si yo fuera culpable, de toda la historia patria, desde el descubrimiento de América, la Conquista, la Independencia, la República, la muerte de Uribe Uribe, la revuelta de las bananeras y el 9 de abril. Creo que hasta la guerra de los Mil Días me la achacó. Para ser exactos, no solo a mí sino a mi partido y a todos los gobiernos. Cuando me echó en cara la muerte de Gaitán hizo una pausa para tomar aire, instante que aproveché para referirle algo que ella desconocía, pues no me daba oportunidad de responderle la catarata de reproches. Logré dispararle un solo tiro: que en general estaba mal informada por leer solo una visión parcializada de la historia, y que en cuanto a ese punto, la muerte de Gaitán, leyera “Palabras pendientes” de Alfonso López Michelsen, un liberal nada sospechoso, en cierta época socialista como ella ahora, quien reveló allí que el homicida, el tal Juan Roa Sierra, no era más que un desarrapado, esperanzado en que Gaitán le consiguiera un trabajo, para lo cual lo hacía ir a la oficina frecuentemente sin que le concretara nada, por lo que el hombre decidió vengarse. Por ese relato sin destellos de heroísmo la familia de Gaitán no volvió a hablarle a López. Y éste comentaba que al caudillo rojo no lo mató ni la oligarquía conservadora ni la liberal, como se enseña en los libros escritos por liberales radicales y marxistas en los colegios y universidades, sino un paria, cachoneado y abandonado por su compañera, motivos también que lo llevaron a cometer el crimen para que al menos la mujer lo recordara según se lo anunció cuando le dijo que iría a salir en la prensa por algo grande. No exagero: mi rabiosa interlocutora afirmó que en Venezuela no sucedía nada anormal y que todo lo inventábamos los enemigos de Maduro. Al recordarme que su cargo de maestra se lo debía al M19 y que así se lo contaba a sus alumnos, le expresé que obviamente me parecía de justicia y gratitud que apoyara a Gustavo Petro. Menos mal que la parientica me colgó bruscamente, porque ya presentía que me iba a inculpar de las muertes de Hugo Chávez y Fidel Castro. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 6 de abril de 2018.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado