domingo, 24 de octubre de 2021
DESTELLOS SOBRE EL BICENTENARIO (II)
CRONIQUILLA
DESTELLOS SOBRE EL BICENTENARIO (II)
Orlando Clavijo Torrado
El Ejército y la Policía desplegaron ocho mil hombres para proteger al jefe de Estado colombiano que iba a estar en Cúcuta y Villa del Rosario con motivo de la conmemoración del bicentenario del nacimiento de las repúblicas de Colombia, Venezuela y Ecuador. Drones vigilaban todos los lugares juzgados como peligrosos, al igual que aviones que atronaban en el cielo día y noche.
Hubo paralización de Cúcuta y el área metropolitana. Se alegó que se trataba de unirse al regocijo del bicentenario.
Para despejar la incógnita acuérdense los lectores que el 25 de junio de este año el helicóptero en que estaba el presidente Duque fue tiroteado en el aeropuerto Camilo Daza de nuestra ciudad.
Digamos, como paréntesis, que ataque semejante constituye la mayor injusticia e ingratitud con el mandatario de parte del grupo insurgente que fuere el autor. El doctor Duque ha sido clasificado como de centroizquierda- aunque para otros como el periodista Alberto Acosta, Duque es de extrema izquierda al igual que Juan Manuel Santos -, y quienes lo atacaron son también izquierdistas. No ha habido un mandatario tan blando y consentidor con ellos como Duque: no acabó con la JEP como había prometido en campaña, no les fumigó los cultivos de coca y marihuana con glifosato según su programa, les ha permitido que continúen con tales cultivos a su gusto, les ha pasado de agache, sin ejercer ninguna autoridad, los actos violentos que protagonizan a diario, ¿y aún tratan de matarlo? ¡Es inaudito! Así le paga el diablo a quien bien le sirve.
Sigamos con los lunares de la celebración: Nos pareció uno de suma gravedad la ausencia de la Sociedad Académica Bolivariana de Colombia que cuenta con una pléyade de historiadores muy competentes. En cambio, fueron invitados historiadores de otras corrientes. ¡Como si Bolívar no hubiera consolidado en esos eventos de Villa del Rosario de 1821 su título de Padre de la Patria!
¿Por qué no se decretó la izada de la bandera nacional siquiera un día en todo el territorio? ¿Y acaso hubo un espectáculo de juegos pirotécnicos como se estila en todos los países del mundo en fechas tan significativas? Por ello el pueblo ni se enteró del bicentenario y por tanto no participó en absoluto. Es cierto sí que se colocaron pancartas a lo largo de algunas avenidas cucuteñas destacando el Bicentenario del Congreso de Villa del Rosario, con los escudos del departamento Norte de Santander y de la alcaldía de San José de Cúcuta. Pero sonó raro que al pie de las pancartas se hubiera puesto esta propaganda: “El tabaco es nocivo para la salud. Ley 30 de 1986”.
Hace doscientos años la guerra no había terminado y cundía el temor porque el enemigo asechaba. Hoy vivimos una situación semejante. Pareciera que los sectores que pretenden borrar el pasado no quisieran que nada se conmemorara. Otros queríamos que se botara la casa por la ventana. Ganaron aquellos.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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20 de octubre de 2021.
sábado, 9 de octubre de 2021
DESTELLOS SOBRE EL BICENTENARIO (I)
CRONIQUILLA
DESTELLOS SOBRE EL BICENTENARIO (I)
Orlando Clavijo Torrado
El jueves 7 de octubre de 2021 el presidente de la república Iván Duque pronunciaba un discurso en el teatro Zulima de Cúcuta para instalar el Encuentro XVI de la Jurisdicción Constitucional. Con tal alocución clausuraba la triple conmemoración de un bicentenario: del Congreso reunido en Villa del Rosario, de la expedición de la Constitución de Colombia y de la creación de la República de Colombia. Por cierto que, en dicho Encuentro, los dignatarios de las altas cortes firmaron un documento en donde se comprometían a mantener la independencia judicial. Ello más bien suena a burla ya que de todos es conocido que los fallos que están dictando son dependientes de una línea política, la llamada progresista o de izquierda.
Desde hacía tres años se estaba preparando este bicentenario en rememoración de hechos tan transcendentales, tanto como la batalla de Boyacá. Sin embargo, no todo salió como debía ser. Por ejemplo, pese a que el doctor Armando Martínez Garnica, el historiador del momento más versado sobre el tema, nombrado director del Congreso de Historia Conmemorativo del Bicentenario, insistió en sus múltiples conferencias que todo transcurrió en la Villa de Nuestra Señora del Rosario, no hubo cómo la gente aprendiera y corrigiera que no se dijera Congreso de Cúcuta y Constitución de Cúcuta. El presidente Duque es uno de los que sigue confundiendo para este efecto a Cúcuta con Villa del Rosario. Lo que indica que pocos leen historia. En la misma onda va el cuento de la Gran Colombia. Martínez afirma que eso lo inventaron los venezolanos. Nunca existió la república de la Gran Colombia. Sí, la república de Colombia, nacida del genio del Libertador Simón Bolívar.
No concurrieron los mandatarios de Ecuador y Panamá, que obligadamente debían asistir. Mandaron delegados. Venezuela es caso aparte porque el régimen de Nicolás Maduro no es reconocido como legítimo por Colombia, que reconoce a Juan Guaidó, mas este es un presidente de caricatura. Vino en su representación desde Bogotá el exdiputado a la Asamblea Nacional de Venezuela Jorge Borges. O sea que ninguna importancia les dieron a las fechas magnas y gloriosas los gobernantes bolivarianos. Y véase que ninguno de otras naciones.
Aquel 6 de mayo de 1821, luego de prestar juramento de cumplir con su misión, todos los diputados se dirigieron a la iglesia parroquial de Villa del Rosario para asistir a una misa en honor al Espíritu Santo, que los había de iluminar en sus debates. Lo correcto hubiera sido repetir esa ceremonia. En cierta forma se estuviera honrando así a los próceres de esas jornadas, entre los cuales había trece sacerdotes y un obispo. Quiérase o no, el pueblo colombiano sigue profesando en su gran mayoría el catolicismo. Pero lo cierto es que hoy la masonería domina todos los órganos del poder público, de ahí que estuviera espantado de los actos cualquier signo religioso o que pudiera asomar la nariz por allí un eclesiástico.
(Continuará)
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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9 de octubre de 2021
viernes, 1 de octubre de 2021
EL ÚLTIMO SAGRADO REFUGIO
CRONIQUILLA
EL ÚLTIMO SAGRADO REFUGIO
Orlando Clavijo Torrado
Dado que no había vuelto a un templo por culpa de la pandemia, hasta ahora me percato de que los presbíteros ya no usan la sotana para celebrar la misa. Ciertamente, como diría Gaviria, para mí, tradicionalista y de la vieja guardia, es una novedad escandalosa.
¡Claro! Es que yo fui acólito y recuerdo todo el ceremonial antiguo. El que se cumplió por siglos hasta el Concilio Vaticano Segundo.
En aquellos tiempos los reverendos – así se les decía - usaban sotana día y noche. Hubo sacerdotes que juraron llevarla hasta su muerte. Tal fue el caso de monseñor Luis Alejandro Jaimes, muerto hace unos 20 años acá en Cúcuta.
Pues bien: el cura que iba a oficiar debía cumplir todo un ritual para “revestirse”, esto es, ponerse todos los ornamentos propios para la celebración. Se revestía en la sacristía. Los ornamentos, con apliques finamente bordados, estaban colocados ordenadamente sobre una mesa. Iniciaba con una genuflexión, inclinación de cabeza ante los ornamentos y una oración general. Continuaba orando por cada prenda que tomaba. La primera era el alba; la besaba y se la enfundaba. Seguía el cíngulo, especie de cordón para ceñir en la cintura. Enseguida tomaba la estola que iba pendiente del cuello; luego la casulla; y por último iba el manípulo, que se colgaba en el brazo derecho.
¡Qué cambios los que ha habido! Hoy el ministro llega apurado de la calle, en yines y camiseta, recoge la casulla de tela ligera, hace un gesto de besarla, se la pone, ¡y a celebrar, se dijo!
Con razón autores como Elvira Roca Barea, que no es católica ni nada, en su formidable obra “Imperiofobia y leyenda negra - Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español”, resalta cómo la fuerte propaganda protestante contra la Iglesia Católica ha hecho gran mella en esta, tanto que se ha protestantizado. El Protestantismo, según la exitosa propaganda, está del lado de Dios, y el Catolicismo del lado de Satanás. Entonces, conviene estar del lado de los buenos. De ahí el desmantelamiento de las iglesias, el cambio de la liturgia y la eliminación de ceremonias solemnes e imponentes. ¡Lutero debe estar que baila en una pata! Por ese camino se llegó a la vulgaridad, como en cierta iglesia cucuteña a donde no volví por la guachafita con ensordecedores platillos y tambores al máximo volumen. Hasta la lengua de la Iglesia, el latín, desde el papa Pablo VI se desterró del Vaticano y de los oficios. ¿Será a que a falta de capacidad para aprenderlo lo más práctico era prescindir de él? Eso dicen.
Por fortuna queda un refugio sagrado en donde los católicos no light podemos seguir diariamente una eucaristía que convoca a la piedad. Me refiero a la preciosa capilla de la cadena de televisión EWTN. ¡Qué decoro y lucimiento sin derroches! ¡Y qué voces corales tan admirables! El sacerdote entra en procesión con los acólitos y sale igualmente en procesión. La misa es en parte en latín.
Obras así permiten confiar en que la Iglesia Católica no desaparecerá.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
27/09/2021
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