jueves, 19 de diciembre de 2024

LOS TRES REYES MALOS

CRONIQUILLA LOS TRES REYES MALOS Orlando Clavijo Torrado El 6 de enero, conmemoración de la Epifanía, se celebraba en nuestros pueblos con mucha solemnidad. Última fecha favorita de la temporada navideña para contraer matrimonio y para hacer la primera comunión. Y de estrenar vestido. Ah, y para que los muchachos que cumplían 18 años se “largaran” (alargaran) los pantalones y de ahí en adelante se convirtieran en hombres. Ese día se amarraban la primera juma. Además, había dos acontecimientos teatrales que convocaban a la comunidad: la adoración de los Reyes Magos y la matada del tigre. Centrémonos primero en éste. Un sujeto se vestía de tigre y recorría toda la población brincando y amenazando con sus garras y, sobre todo, tratando de abrazar a las muchachas. Entre sus travesuras estaba el meterse a las tiendas a robar botellas de cerveza y aguardiente. Mientras tanto, otro paisano fungía de cazador y, escopeta en mano, disparando “fulminantes”, perseguía a la bestia que picaronamente buscaba ocultarse hasta debajo de las naguas de las viejas. Al término de la tarde, el peligroso animal se trepaba a un árbol plantado al efecto en la mitad de la plaza, allí lo pescaba el cazador y lo derribaba de una certera descarga. La fiera caía entre contorsiones y muecas que hacían estallar de la risa, y al fin estiraba la pata. En la mañana se había presentado la adoración de los Reyes Magos. Mi recuerdo va a un año lejano. Los legendarios reyes del Oriente estuvieron caracterizados en esa ocasión así: Melchor, el blanco, por el profesor Luis Páez; Gaspar, el trigueño, por el comerciante Lino Clavijo, mi querido y admirado tío; y Baltasar, el negro, por el registrador municipal Medardo Rincón. Con telas de raso, papel metalizado, cartulinas y botones brillantes les habían confeccionado coloridas vestiduras. Lucían ellos bombachos, coronas doradas, capas vistosas, espuelas de plata y espadas relucientes. Los magos se acercaron a la plaza en donde yacía el Niño Dios en un pesebre. Se arrodillaron, le presentaron las ofrendas, y en seguida montaron en los imponentes corceles. Recorrieron a galope las calles y para rematar el festivo entraron a nuestra casa en donde se llevaría a cabo el baile de gala. En verdad se destacaban los personajes, primero por su juventud y entusiasmo y luego por su atractiva vestimenta. Se prendió el baile engalanado con los apuestos monarcas. Los tres eran excelentes danzarines. Pero Gaspar, que se irritaba por poco, y el que no tenía pereza para batirse con cualquiera, al parecer recibió un pisotón de un torpe o borracho parrandero. ¡Quién dijo miedo! Gaspar, como un rayo, desenfundó su revólver y encañonó al ofensor; los camaradas reales también sacaron sus “truenos”; algunos agentes, que estaban cerca, intervinieron, se les echaron encima a los arrogantes monarcas y los acometieron a culatazos y bolillazos para desarmarlos. En la batahola volaban gorras de policías, capas, coronas, espadas y oropeles, y resonaban gritos y maldiciones, cachetadas y puñetazos. Los tres adoradores del Niño Jesús fueron conducidos a empellones a la cárcel municipal para que allí reposaran por unas horas. Mi tío murió de 95 años en Bucaramanga. En su funeral recordé en un breve discurso este episodio. El joven sacerdote que oficiaba la ceremonia se sonrió ante el apunte y comentó en voz baja: “Esos no eran Reyes Magos sino Reyes Malos”. orlandoclavijotorrado@yahoo.es 18 de diciembre de 2024.

miércoles, 11 de diciembre de 2024

MI RECUERDO DE UNA NOCHEBUENA

CRONIQUILLA MI RECUERDO DE UNA NOCHEBUENA Orlando Clavijo Torrado La misa se empezó a celebrar, como era costumbre en el pueblo y en aquella época, a las once de la noche, para que a las doce en punto repicaran las campanas, se echaran al aire los cohetones y en tierra se les prendiera fuego a las recámaras, la banda municipal tocara el himno nacional, y el párroco, monseñor José Francisco Rodríguez, entonara el Gloria in excelsis Deo. El perro negro vagabundo no había entrado al templo en todo el día, pero sí se le vio deambular calle arriba y calle abajo, detenerse frente a la casa de Ana Celia Rolón Clavijo y entrar al billar. Luego de que todo pasó comentaban que el can arrastraba una cadena que le colgaba del cuello, y que de vez en cuando aullaba lastimeramente. Sus ojos echaban chispas. Casi todo el pueblo había asistido a la misa. Digo casi, porque Pedro Pérez Quintero, en el momento en que ocurría la Natividad de Jesús se encontraba doblado de la pea en un taburete, en casa de Ana Celia. El sobrino de Pedro, Lino Antonio Clavijo Pérez, era también de los inasistentes. Se había quedado atendiendo su salón de billar. Y con él había otros impenitentes que jugaban y bebían cerveza. Terminada la ceremonia, los parroquianos que todavía no querían irse a sus hogares a manducarse los tamales, los buñuelos, la conserva, la natilla y la chicha, se quedaron en el atrio de la iglesia oyendo a la banda y gozando con los embistes de la vaca de candela traída de Ocaña y con las monerías de los disfrazados. No cesaban de brillar y reventar voladores, bengalas, martinicas, totes, buscaniguas y tumbarranchos. Y aún se oían gritos y risas de los que apostaban los aguinaldos. En casa, pronto nos sentamos a la mesa, y los niños, ansiosos por descubrir qué nos había traído el Niño Dios, nos apresuramos por irnos a dormir. Era, al despertarnos al otro día, que podíamos ver el regalo que había debajo de la cama. Serían quizás las dos de la mañana ya del 25 cuando Ramoncito Torrado, mi tío, golpeaba insistentemente a la puerta y llamaba a mi papá: “¡Leoncio, levántese, que hirieron a Lino!” Por supuesto que, todos nos levantamos y nos dirigimos a la casa del tío y al salón de billar contiguo. En dicho salón había sangre en el piso y en las paredes. Lino, hermano de mi padre, se hallaba herido en el brazo derecho de una estocada profunda, su esposa también fue apuñalada, aunque sin gravedad, y había cinco hombres de los que jugaban billar o estaban de mirones, también lesionados. ¿Qué había sucedido? Que Pedro Pérez, quien mantenía una enemistad con su sobrino Lino, en los delirios de la embriaguez se levantó del taburete y enloquecido, cuchilla en mano, corrió al billar y acometió a todos los concurrentes; al primero que hirió fue a su sobrino. Sin embargo, Lino, joven y fuerte, siempre aguerrido, con la mano izquierda sana tomó un taco de billar, persiguió al agresor y a palos logró desarmarlo. El borracho endemoniado, tras la golpiza, saltó a la calle y, viendo a un costado un boquete de pared, por allí se despeñó al abismo. La gente asegura que el perro que había seguido a Pedro Pérez desde temprano, se había lanzado detrás de él a la hondonada. ¿Sería el mismo diablo? orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 10 de diciembre de 2024.

lunes, 2 de diciembre de 2024

UNA VARIANTE POR LA SANJUANA

CRONIQUILLA UNA VARIANTE POR LA SANJUANA Orlando Clavijo Torrado En estos días vuelve a sonar La Sanjuana, punto en la carretera Cúcuta-Ocaña, colapsada, como dicen los que se las tiran de finos, por los derrumbes ocasionados por las lluvias, eventos que han interrumpido el tránsito automotor entre las dos ciudades. Por los años 50 del siglo XX el párroco de Bucarasica, Luis Antonio García Lemus, ocañero, músico, escritor, poeta, excelente orador, alto, blanco, bien plantado, según las damas, quiso que la gente hablara guardando la concordancia gramatical y que no dijeran La Sanjuana sino La Santa Juana. La campaña no caló. Y así se sigue llamando el lugar, al igual que otro sitio vía a Pamplona, La Donjuana. Son errores gramaticales que se perpetúan en la comunidad. Veo que aquí en La Opinión y en los noticieros radiales ubican a La Sanjuana como sector del municipio de Sardinata. No, mis queridos comunicadores: el corregimiento de La Sanjuana pertenece al municipio de Bucarasica. Allí empieza dicho municipio, que va hasta Las Indias, muy cerca del Alto del Pozo. Antes de Las Indias se encuentran los pequeños caseríos de Las Fortunas y La Curva. Ésta, La Curva, es, igualmente, corregimiento de Bucarasica y no de Sardinata. (A propósito del tema recomiendo leer mi libro “Cerca de las estrellas”). Bucarasica colinda con Sardinata, Lourdes, Villacaro y Ábrego. El lindero de Sardinata va, siguiendo la carretera Cúcuta -Ocaña en dirección a Ocaña, hasta el puente sobre la quebrada Las Adjuntas, a pocos metros del caserío de La Sanjuana. Examinemos la realidad para que después saquemos conclusiones: por carretera la distancia entre Cúcuta y Ocaña es de 200 kilómetros. De Cúcuta hasta La Sanjuana, 80 kilómetros. Hace unos años le escribí a un secretario de Obras Públicas del departamento sobre la opción de desarrollar una variante desde La Sanjuana a salir al Alto del Pozo. Me respondió que le parecía interesante, dado que el terreno podía ser más estable que el del trazo actual, pues la geología jugaba en contra porque la montaña aún estaba en formación. Pero las cosas siguieron igual. Los mismos derrumbes en los mismos sitios y los gastos cuantiosos en las reparaciones, por lo que algunos sospechan que es un gran negocio lo que se anida allí y no conviene hacer una buena obra de una sola vez porque se acaba la teta. En otros términos, corrupción. Mi propuesta es esta: desviar la carretera, partiendo de La Sanjuana hasta Bucarasica; entre los dos puntos hay 15 kilómetros; se sigue de Bucarasica hasta el corregimiento de La Aguablanca, cuya carretera está prácticamente terminada, en un trayecto de 10 kilómetros. Hasta aquí van 25 kilómetros. Y de La Aguablanca, abrir una carretera hasta el Alto del Pozo, en un tramo aproximado de 15 kilómetros, con lo cual tendríamos una vía de 40 kilómetros. Ya del Alto del Pozo hacia abajo no hay mayores inconvenientes, salvo en el sitio El Tarrita, nunca bien atendido. Del Alto del Pozo a Ocaña hay una distancia aproximada de 50 kilómetros. En total, construyendo la variante La Sanjuana -Bucarasica-Aguablanca -Alto del Pozo, el recorrido de Cúcuta a Ocaña solo sería de, máximo, 170 kilómetros, en lugar de los 200 actuales. Por supuesto que la inversión es alta, pero los beneficios compensarían los costos, pues no se olvide que dicha arteria comunica al departamento no solo con la provincia de Ocaña sino con la costa atlántica. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 1° de diciembre de 2024.

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado