miércoles, 8 de abril de 2015
OCAÑA SANTA
CRONIQUILLA
OCAÑA SANTA
Orlando Clavijo Torrado
Cualquier época del año es buena para visitar a Ocaña. Porque el clima siempre es el mismo, suave, partiendo de 22 grados, y el ocañero, familiar y cordial. Alrededor del centro de la ciudad, en unas cuantas cuadras, se encuentran siete iglesias, el bello parque “29 de mayo”, hoteles, bancos, consultorios de abogados y médicos, las oficinas públicas, modernos centros comerciales, almacenes abarrotados de cualquier clase de artículos, restaurantes, en fin, todo a corta distancia para que nadie se fatigue y, por el contrario, pueda uno trajinar con comodidad y frescura, con paz y alegría. Para conocer cuanto ocurre en el contorno aparecen puntualmente dos semanarios, “Ocaña 7 días” y “La Provincia” – en el que este servidor escribe – , y otras publicaciones más espaciadas.
Por supuesto que la gente escoge dos temporadas fuertes, Navidad y Carnavales y Semana Santa. El turismo se acrecienta considerablemente en esas fechas.
Es sorprendente cómo se desarrolla Ocaña y cómo si uno deja de ir por pocos meses descubre novedades. Por ejemplo, ahora me impresionó el Santuario en la montaña de Torcoroma. La remodelación del altar quedó muy hermosa, con un retablo en madera y tres medallones en dorado, de los cuales el principal, el que contiene la astilla del árbol del milagro, se ubica arriba en el centro. A los lados de las antiguas anchas escaleras abrieron dos escalinatas que alivian la aglomeración. El Viernes Santo la concurrencia al Santuario fue enorme.
Sin embargo, no tanto como la procesión del Santo Sepulcro ese mismo día. Tuvimos el privilegio de ubicarnos en el balcón de un restaurante frente al parque “29 de mayo” y presenciar el río humano que ocupaba varias calles. Todo admirable: el Santo Sepulcro, una verdadera obra de arte, adornado primorosamente, y el acompañamiento multitudinario encabezado por las autoridades y las cofradías más los 350 nazarenos de todas las edades, sin olvidar a los Caballeros del Santo Sepulcro ataviados con vistosas capas.
El espacio se me acaba y no me alcanza para ponderar la imponencia de la Semana Santa en Ocaña tanto en el aspecto religioso como en el cultural. En cuanto al primero, el mismo señor obispo, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, me manifestó que lo tenía conmovido la religiosidad del pueblo ocañero. En lo referente al aspecto cultural, la exposición en el museo “Antón García de Bonilla”, de la galería de mujeres valiosas de la provincia, estuvo acertadamente organizada. Y no puedo omitir referirme al excelente concierto de música de cámara de la orquesta dirigida por el maestro James Schutmaat en la noche del Sábado Santo en la catedral de Santa Ana. Si nos embelesamos con las piezas de los clásicos ejecutadas limpiamente por la orquesta, más subió nuestra fascinación al contemplar entre los músicos a la rubia hija del director, soberana en su belleza y en su talento, con solo ocho años de edad.
En fin, que la Semana Santa en Ocaña nada tiene que envidiarle a otras promocionadas del país.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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8 de abril de 2015.
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Datos personales
- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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