viernes, 24 de julio de 2015
DONALD TRUMP Y MADURO
Para el semanario La Provincia
DONALD TRUMP Y MADURO
Orlando Clavijo Torrado
Antes de que Donald Trump denunciara que de Méjico no entraban a Estados Unidos sino indocumentados y gente indeseable, Nicolás Maduro dijo que Colombia se había convertido en exportador de pobreza, y así habían llegado a Venezuela más de cinco millones de hambrientos, desplazados y paramilitares. El presidente Juan Manuel Santos le replicó con una ironía: que si necesitaba alimentos, Colombia podía proporcionárselos. En verdad fue la única voz de rechazo que se oyó, tímida, pero al fin y al cabo una protesta.
Qué contraste con lo acaecido con el precandidato republicano, al que le han llovido desde rompimientos de contratos con sus empresas hasta insultos de artistas mejicanos y de algunos latinos, y renuncias de cadenas de televisión a transmitir el concurso de Miss Universo que él patrocina.
Todo eso se puede hacer enfrente de un político de los Estados Unidos y en los propios Estados Unidos porque dicha nación salvaguarda la libertad de expresión. En los países de Latinoamérica en que hay dictaduras se dio amplia libertad para que se saciaran atacando al señor Trump. En Colombia, nuestra Miss Universo Paulina Vega Dieppa, por ejemplo, nunca se ha sentido ofendida por las continuas arremetidas de Maduro contra sus compatriotas, pero si por la lengua destemplada de Trump. Es la doble moral de este país.
Naturalmente que increpar al antiguo chofer del Metro de Caracas tiene un precio que se paga caro, lo que no sucede, repito, con el magnate americano. Trump puede ser un bocón, imprudente, que no se mide y expresa con franqueza cosas políticamente incorrectas, pero el actual sátrapa venezolano – porque éste sucedió al otro por muerte – no únicamente es bocón sino que de hecho nos amenaza con cañones, aviones, submarinos y soldados, y rompe relaciones con cualquier pretexto. Y también, de hecho, todos los días expulsa de su tierra a centenares de nuestros conciudadanos - a los que tienen suerte pues muchos son encarcelados y no pocos asesinados – sin que nuestros famosos cantantes J. Balvin, Carlos Vives y Shakira digan ni pío, como sí se despacharon contra el gringo. ¡Ocurre que el uno, Trump, sólo tiene una bocaza, y el otro, Maduro, dispone de poderosas armas de fuego para responder, además de cárceles y guardias brutales!
Ahí está la pequeña diferencia, de donde nace lo que por aquí llamamos culillo.
Y la ñapa: ¿hubo una protesta masiva contra la artista chilena Belén Mora que en un programa de televisión lució un traje estrecho confeccionado con la bandera colombiana, bailó burlescamente, y dijo que las colombianas eran prostitutas y drogadictas? (Dio precios de cuánto cobraban por rato, media hora, la hora completa y toda la noche). ¿La Miss Universo abrió su real boquita, y Shakira, Carlos Vives, J. Balvin, las parlamentarias, las asociaciones femeninas, el presidente Santos, la tierna canciller Holguín, los gremios y los periódicos, se indignaron?
Moraleja: Para un colombiano por encima de todo está la dignidad. ¡Sí, la dignidad de los mejicanos!
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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22 de julio de 2015
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