viernes, 17 de julio de 2015
LA VIRUTA Y EL TABLÓN
Para el semanario La Provincia
LA VIRUTA Y EL TABLÓN
Orlando Clavijo Torrado
Veamos primero la cita bíblica para luego hacer el comentario: “¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga en el tuyo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame quitarte la paja que tienes en el ojo, cuando tú no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás de quitar la paja que hay en el de tu hermano”. San Lucas, capítulo 6°, versículos 41 y 42.
Cuatro veces emplea Jesucristo la palabra paja y tres veces la palabra viga. Para que nadie se llame a engaño Jesús aquí se fue a los extremos, y bastante, cuando echa mano de la palabra viga. La diferencia entre viruta, astilla, brizna o paja y un “madero largo y grueso” (Diccionario de la RAE) o viga, es descomunal. Si hubiera sido colombiano el Maestro hubiera dicho “quítate la mugre del ojo”, o “tienes un negro en el ojo”, que son las formas que usamos para señalarle al otro que le estamos viendo una basurita. Al mentar la viga exageró como un antioqueño.
Al prójimo le vemos la más pequeña falta, el defecto más insignificante, lo poquito en que falló, lo insustancial o sin importancia que le hace o le hizo falta, pero los troncos, los tablones, las embarradas mundiales de nosotros, los pecados bien pencos – como decimos en la provincia -, las imperfecciones, eso lo ocultamos, lo negamos, lo disimulamos o lo justificamos. En cambio, al otro no le dejamos pasar ni una.
Por supuesto que la sabiduría de Jesús es admirable, pero en episodios como éste se supera. ¡Qué conocimiento de la naturaleza humana! ¡Y qué solución tan justa e inmediata para la situación!
A mí me arroba – me embelesa, para los que no saben qué es arrobar -, este pasaje, pasaje perdurable y siempre nuevo. Ahora, lo malo de nosotros es que no nos corregimos, porque la criticadera no se nos quita ni por estas. Aclaremos que la crítica constructiva es necesaria, pues de ella dependen el mejoramiento y la perfección. La malsana es la crítica destructiva, la venenosa, la envidiosa.
¿A quién y a qué no le buscamos defectos, el lado flaco? Y nosotros como si tales, por encima de todos, impolutos, intachables, modelos.
Y vuelvo a los refranes de la provincia: ¡”Ya voy Toño!”
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
……..
15 de julio de 2015.
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