miércoles, 22 de mayo de 2013
PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”
EL TERCER SEXO Y EL FUERTE
Por Orlando Clavijo Torrado
Estábamos en reunión hogareña, íntima, amena, informal. Yo monté una pierna sobre otra, como siempre lo he hecho, cuando mi nieto mayor me llamó la atención: abuelo, no montes carabina de esa manera porque así lo hacen los maricas. ¿Qué qué? – protesté. Si así lo hacía mi papá, mi abuelo y todos los hombres de mi estirpe; tomen las fotografías de los periódicos y verán que así se sienta el presidente Obama cuando recibe a personajes en la Casa Blanca, y así se sientan los presidentes de Colombia. O al menos, la gente de mi edad, concedí. Y no hay sospecha de que alguno sea maricón.
Realicé un sondeo rápido entre los jóvenes de la familia, incluido un sobrino nieto adolescente, para conocer si era cierto el concepto expresado por mi nieto. El sobrino nieto lo confirmó: si, tío, los maricas son los que se sientan así; el que no es, se sienta montando una pierna sobre otra pero haciendo un cuatro.
Quedé sorprendido. ¿Qué habrán pensado quienes me han visto sentarme echando carabina en la forma tradicional? ¿Que soy del otro equipo?, me empecé a preguntar. Que después de viejo ¿se me torcieron los cables? ¡Ahora sí que estamos bien: estas nuevas generaciones imponiendo unos criterios y unas concepciones absurdas!
En definitiva, salí perdedor, porque todos los miembros jóvenes de la familia le dieron la razón a mi nieto. En adelante he tenido que mentalizarme para no ir a sentarme como estaba acostumbrado toda la vida; procuro hacerlo, acatando la opinión de ellos, como los hombres, como los machos. ¿Ah? ¡Y yo pensando que me sentaba como un macho!
¡Estas modas modernas! – comenté en desquite. ¿Qué me dicen de eso de andar mostrando los muchachos los calzoncillos, los bóxers, con los pantalones casi sobre la ingle?
Aunque defendieron la moda, también me revelaron algo que yo, en mi infinita inocencia, ignoraba. Me explicaron que en las cárceles – pero todo se originó en una cárcel de los Estados Unidos - quien muestre la mitad de los calzoncillos está enviando un mensaje: necesito hombre; ¿quién quiere ano?; ¡aquí está el mío a la orden!
¿En qué otra cosa estoy atrasado? – les pregunté. En la manera de aplaudir, me respondieron. Y a continuación me ilustraron sobre los diversos estilos de aplaudir, masculino y femenino. Antiguamente todo el mundo aplaudía golpeando una palma sobre la otra verticalmente. ¡No! Hoy, esa forma, que antes era unisexo, se les permite solamente a las mujeres. Los hombres deben aplaudir colocando una mano sobre la otra haciendo una cruz. Esa es la forma varonil. Por supuesto que los floripondios imitan a las mujeres.
¡Uf! Entonces, compañeros varones, ¡a cuidar nuestra forma de aplaudir!
¡Vaya! ¡Vaya! ¡Las cosas que le enseñan a uno los niños y los jóvenes! ¡Y a estas alturas del partido!
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
22 de mayo de 2013
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- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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