jueves, 18 de junio de 2015
CONDECORACIONES - Semanario La Provincia, de Ocaña
Para el semanario La Provincia
CONDECORACIONES
Por Orlando Clavijo Torrado
Este 16 de junio el alcalde de Cúcuta Donamaris Ramírez Lobo condecoró a 33 ciudadanos con la medalla “Juana Rangel de Cuéllar” en un acto que se cumplió en el Teatro Zulima. La orquesta Fundarte dirigida por el maestro Iván Tarazona acompañó la ceremonia. Dos observaciones sobre la orquesta: primera: consideramos que a los candidatos a la condecoración debían haberlos puesto en el escenario y la orquesta a un lado o abajo, por simple logística; segunda: como comentó mi compañero de silla, le deben regalar una batuta al maestro Tarazona, aunque a mí, más que dirigiera sin batuta y con aplausos me maravilló que también cantara, y con muy buena voz, hay que reconocerlo; nunca había visto a alguien que dirigiera una orquesta de ese tamaño y cantara al mismo tiempo. ¡Fenómeno!, dicen los argentinos. ¿Eso está bien?
En cuanto a los condecorados, nada qué objetar: todos, abogados, ingenieros, médicos, industriales, maestros y comerciantes, son merecedores de esa y más distinciones. Para la Academia de Historia de Norte de Santander fue muy satisfactorio que tres de sus miembros, Cristina Ballén, Luis Eduardo Lobo Carvajalino y Pablo Emilio Ramírez Calderón, hubieran recibido el reconocimiento a sus vidas de servicio y estudio. Sus compañeros nos alegramos y los felicitamos.
La nota desapacible la puso el mismo alcalde al convertirse en maestro de ceremonia, condecorador y orador demagogo. Claro que él mismo confesó que no puede ver un micrófono porque no resiste la tentación de aferrarse a él. Ante una audiencia que esperaba que se refiriera más a la benefactora doña Juana Rangel de Cuéllar y a las personalidades galardonadas se derramó en anuncios de regalos que él por sí mismo se propone darle a Cúcuta con motivo del 282° año de su fundación, esto es, las obras que va a hacer en la ciudad en los últimos meses de su mandato. Nada dijo sobre corrupción, ni de los contratos sospechosos del alumbrado público, del plagio de planos de otras ciudades para los semáforos de Cúcuta, del contrato de los comedores infantiles y de otras bellezas que todo el mundo comenta. No. Habló de refritos como el acueducto metropolitano, de cifras astronómicas en pavimentación de calles, en escuelas y colegios, en puestos de salud y en viviendas, y de otras cosas semejantes al cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas´´. Tales cifras fabulosas ni él mismo se las cree, como se dice popularmente. Olvidó que estaba ante una audiencia no solo selecta sino crítica, que oía asombrada e incrédula en silencio. Sin duda Ramírez creyó estar en un barrio de invasión de Atalaya metiéndole embustes a la gente necesitada. Los aplausos fueron muy pocos, naturalmente de sus empleados, que para eso les pagan.
Diríamos como en el verso de Eduardo Carranza “salvo mi corazón, todo está bien”, salvo el discurso del alcalde, todo en general estuvo bien.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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17 de junio de 2015
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- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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