domingo, 11 de noviembre de 2018
LA VENGANZA DEL ALUMNO
Para El Informador del Oriente
LA VENGANZA DEL ALUMNO
Orlando Clavijo Torrado
Cuando llegó al consultorio médico, este exprofesor del “INEM José Eusebio Caro” y otros colegios reconoció inmediatamente a su antiguo discípulo.
“Cómo es el mundo de chiquito”, pensó. “En donde vine a encontrar al alumno más indisciplinado que tuve en mi larga carrera”. Pero, a pesar del cúmulo de recuerdos que le asaltaron de inmediato, no comentó nada.
- ¿Qué se le ofrece? - le dijo el galeno sin mirarlo y en tono poco amable.
El protagonista de esta historia correspondía a aquella casta de docentes que no aspiraba a ganarse solamente el sueldo. Siempre tomó a pecho su responsabilidad de formar y por ello les exigía alto rendimiento a sus alumnos. Su palabra preferida, dicha en tono jocoso y paternal para sus muchachos, era “bellacos”. “Estudien, bellacos; investiguen, bellacos; la vida no es para pasarla chévere, bellacos, sino para algo útil”.
De su natal Condoto, en el Chocó, viajó a Bogotá a estudiar Ciencias Sociales y Filosofía en la Universidad Nacional; de la capital marchó recién graduado a Neiva; de ésta al Líbano, Tolima, y de allí, a Cúcuta. Aquí estudió Derecho en la universidad Libre, se especializó en Derecho Laboral y Comercial y adelantó una maestría en la universidad Santo Tomás.
- Vengo a control general -, respondió el antiguo maestro.
- Desvístase, quédese en calzoncillos y acuéstese en la camilla - le ordenó el facultativo.
El hombre no salía del asombro por el trato tan displicente de su exalumno, pero le obedeció sumisamente. Estando allí tendido, indefenso, el médico contempló a cierta distancia de pies a cabeza los más de uno con ochenta metros del corpulento negro, rodeaba la camilla y al fin se le acercó y le preguntó:
- ¿Usted no es el profesor Díaz”?
- Sí, respondió, el paciente.
- Pues yo soy Galindo, su alumno de 8° del INEM, a quien se la tenía dedicada. Y así era que lo quería ver, empeloto, bellaco; usted me jodió mucho en el colegio, y me llegó el turno de vengarme.
Y soltó una tremenda carcajada.
Al momento Ulises Díaz se dio cuenta de la broma que le estaba jugando su alumno de otros tiempos y lo comprendió todo.
Y para corresponderle le dijo:
- Ahora, bellaco, bájeme de aquí.
Maestro y alumno se fundieron en un abrazo, y recordaron y rieron de lo pasado, un pasado de al menos treinta años.
…
8 de noviembre de 2018.
(Adaptado de la Croniquilla “Un caballero de la educación”, publicada en La Opinión el 16 de marzo de 2011).
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Datos personales
- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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