jueves, 14 de marzo de 2019

LAS DELICIAS DEL RETIRO

CRONIQUILLA LAS DELICIAS DEL RETIRO Orlando Clavijo Torrado Hace unos tres años le pedí a toda mi parentela que no me volvieran a invitar a piñatas, baby showers y fiestas infantiles por el estilo. Considero que eso es para los padres jóvenes o aún cuarentones. Uno de viejo, arrumado por ahí, sin algún contemporáneo para conversar, se aburre muchísimo. Estoy haciendo caso de los tips que salen en las redes, de no estar obligado a asistir a nada. La excepción son los entierros, que es lo más frecuente a esta edad, como deber natural de despedir a los de la propia generación, o de la posterior o la de un poco anterior. A los únicos a quienes les acepto citas y les cumplo es a mis médicos. Y eso porque el incumplimiento con ellos es mortal. ¡Ah!, también procuro cumplirles a mis amables lectores con las columnas que escribo para La Opinión de Cúcuta y semanarios de Ocaña. Visito, eso sí, una librería particularmente muy buena de nuestra ciudad, en donde puede uno manosear los libros, hojearlos, hacerse el que va a comprar y leer a trozos, y si acaso escoger los de “pague dos y lleve tres”. Igualmente, me encanta ir a la librería de las Hermanas Paulinas, en donde aspiro aire acondicionado muy rico, paso ratos mire que mire, y por último me refugio en la pequeña y primorosa capilla. No voy a donde sienta que lo necesitan a uno para que sirva de relleno, para que haga bulto, pero no para salir en la foto. No falto a la misa los domingos. Confieso que allí a veces cometo el pecadillo de echar una siestica cuando el predicador es regulimbis, no me atrapa, y su mensaje solo llega a mi inconciencia. También voy al templo de los Hermanos Mormones, pero no al culto sino a investigar historias aprovechando el magnífico archivo fílmico que poseen de los registros parroquiales de todo el mundo. Por cierto que alguna vez, la vez que descubrí que un abuelo había fundado un pueblo, una hermana mormona, joven, arropada desde el cuello hasta más abajo de la rodilla con vestido de lana, en este ardiente clima, me abordó para que me convirtiera en el hermano Orlando, pero yo no caí en la tentación. Practico el ejercicio diario en la caminadora eléctrica y un sencillo ejercicio en el suelo, aparentemente inútil pero cuyo beneficio experimento. Antes me entrenaba y paseaba por los bellos jardines que tiene Corponor en el Malecón, hasta que los gamines y marihuaneros me corrieron porque estuve a punto en varias ocasiones de que me atracaran. Frecuento la amplia y fresca sala de lectura del Banco de la República, que me queda muy cerca, comienzo un libro y vuelvo a continuarlo según mi inconstante horario. Soy feliz en los supermercados; en cambio, me jartan las reuniones solemnes y de juntas directivas, de las que estoy dispuesto a retirarme. En cuanto a mi desempeño como abogado, únicamente asesoro a un señor de Atalaya, más viejo que yo, al que los hijos, nietos y yernas lo tienen más afuera del lote propio que adentro. En la mañana leo el periódico, oigo noticieros nacionales y extranjeros y pereceo un poco. Comienzo a trabajar en la tarde en el computador oyendo mis vallenatos selectos, jazz y alguna pieza de música clásica. En fin, hago mío el verso de Fray Luis de León: “¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido…!” orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 14 de marzo de 2019

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado