sábado, 15 de septiembre de 2018
LA CORRUPCIÓN QUE NO ES DELITO
CRONIQUILLA
LA CORRUPCIÓN QUE NO ES DELITO
Orlando Clavijo Torrado
Fracasa la ladina consulta sobre la corrupción, y el presidente, sus amigos, sus enemigos y los promotores perdedores se reúnen para desarrollar los puntos derrotados. Si eso no es corrupción, entonces la tierra es cuadrada. ¡Es la Colombia surrealista retratada en la antigua historieta El extraño mundo de Subuso!
La corrupción se asocia con dinero. Por supuesto que se trata de los casos más sonados. Mas, como todos sabemos, hay mil modalidades de obrar corruptamente, algunas muy sutiles.
Sin embargo, quiero destacar los siguientes ejemplos que pasan como si tal, cometidos activa y pasivamente por personas que a la luz de las apariencias que se ven son tenidas por honradas, trabajadoras, luchadoras, emprendedoras, inteligentes e ilustradas. Llámelos usted a una campaña contra la corrupción y los tendrá de primeros arengando a la multitud. Sin sonrojarse y con la frente en alto.
Veámoslos: Aceptar un cargo para el que no se cuenta con los estudios requeridos es un perfecto acto de corrupción. El muestrario es infinito. No es sino repasar las nóminas oficiales y se comprobará que ninguno está preparado para el cargo.
Pasar de un puesto a otro por simple ambición y apoyado en la influencia política, económica o social, quitándole la posibilidad a otro que bien lo puede merecer, es corrupción.
Repartir honores y cupos en entidades culturales, científicas, profesionales y académicas considerando como méritos de los aceptados o galardonados el dinero o el prestigio, es ser corrompido. (Dañado, dice el pueblo, expresión que junto a corrompido me encanta). Allí la corrupción es de doble vía: del que otorga y del que recibe.
Ser un parásito del Estado es ser corrupto. Pero, a los individuos de la especie a que me refiero, yo les aplicaría un neologismo: necroexplotadores. El ejemplo clásico hoy en día son los miembros de la familia Galán. No hay un Galán que no esté succionando la ubre oficial, a cuenta del difunto Luis Carlos Galán Sarmiento.
El senador Iván Cepeda, aquejado de cáncer, gran defensor de los que carecen de oportunidades, le quitó la oportunidad de una quimioterapia a una seguidora suya que estaba programada antes que él. (Véase la denuncia en twitter).
Todos los casos señalados son públicos; evidentes; comprobables; no hay ningún secreto; sobre casi todos la Internet ofrece abundante información y documentación.
A ninguno de los aprovechados nombrados se le puede denunciar penalmente porque en sí sus faltas atentan contra la ética, la moralidad, la delicadeza, la vergüenza y el decoro, la dignidad propia y ajena, y la consideración y el respeto a los demás. No son delincuentes, en el sentido del código penal.
Aclaremos que los de abajo solo cometen vivezas y trampas.
Para los de arriba la única sanción es la entelequia del reproche social, aunque más palpables entre la ciudadanía son el escándalo y la estupefacción. ¡Pero, gran cosa que les importa! Les resbala, como dicen los muchachos actualmente.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
…
11 de septiembre de 2018.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Datos personales
- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario