miércoles, 11 de marzo de 2015
PERSONA NON GRATA
Para el semanario La Provincia.
PERSONA NON GRATA
Orlando Clavijo Torrado
Centenares de coterráneos son deportados semanalmente de Venezuela. Provienen todos de estrato social bajo, que han emigrado buscando un mejor vivir, y allí se establecieron, muchos desde hace años, fundaron un hogar y engendraron hijos venezolanos, y de pronto lograron construir una casa y adquirir algunos enseres.
Su delito es el ser colombianos, y el agravante, ser pobres. Para justificar los atropellos los acusan invariablemente de estar ilegalmente en ese país.
Mujer, marido, hijos y bienes deben dejar abandonados cuando la feroz Guardia Bolivariana llega a sus modestas viviendas, los saca a empellones, les destruye sus documentos, y luego los lleva a una prisión, lugar en que permanecen varios días soportando hambre y sed; de allí los conduce a la frontera para entregarlos a la Policía colombiana.
Aunque las deportaciones de colombianos han ocurrido desde tiempos inmemoriales en Venezuela, en todos sus gobiernos, es paradójico que sucedan ahora en que supuestamente se instauró un régimen socialista, de los pobres y para los pobres.
No hay duda que cuando un embajador nuestro en Caracas, o el presidente en Bogotá, o algún personaje emite una opinión que no le gusta al mandatario venezolano de turno, quienes pagan el pato son los residentes colombianos paupérrimos. La Guardia se ensaña con ellos, y les echa mano de primero.
Mejor suerte tienen en Cúcuta las “trabajadoras sexuales” venezolanas que han llegado masivamente a causa de la caída del “bolo”. (Recordemos que en lenguaje coloquial “bolo” significa bolívar). Lo del bolo fuerte de los venezolanos resultó puro cuento. En cambio aquí, según dicen, por los lados de la Terminal las raboalegres han tenido buena acogida.
Nuestro Gobierno rara vez deporta a alguien. Por ninguna razón. Menos por ser venezolano. Y menos aún si son mujeres, pudorosas o no.
En Cúcuta la Curia diocesana les presta a los deportados un caritativo servicio a través de un albergue de paso. Cuentan allí con alimento y techo por pocos días pues la casa tiene que disponer de espacios para la siguiente oleada. Nadie más se conmueve de ellos. Los gobernantes se hacen los locos. Ni el gobernador ni el alcalde chistan media palabra.
Bien: pasémosles a éstos su cómoda pasividad, su no querer meterse en problemas, pero ¿la Cancillería de la República? ¿Cuándo desplegará la ministra María Ángela Holguín su linda y pequeña boca para pronunciar con su tierna vocesita un reclamo en pro de sus compatriotas ultrajados por Maduro, su amigo Maduro, y nuevo mejor amigo de su jefe Juan Manuel Santos?
En solidaridad con nuestros conciudadanos deportados estimo que a dicha señora deberíamos declararla en nuestro departamento persona non grata.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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11 de marzo de 2015.
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Datos personales
- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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