jueves, 3 de septiembre de 2015
POTENCIA MORAL
Para el semanario La Provincia
POTENCIA MORAL
Orlando Clavijo Torrado
Las realidades derrotan los estereotipos. Y, para ser precisos y decirlo en términos francos, por lo general los estereotipos son mentiras que se traga la mayoría.
El caudillo Jorge Eliécer Gaitán dejó una frase que fascina a muchos: “el pueblo es superior a sus dirigentes”. Son frases efectistas, sonoras, grandilocuentes, pronunciadas en momentos “de efervescencia y calor”, pero que si se analizan fríamente, contrastan con la objetividad. A los polítólogos se les llena la boca repitiendo semejante máxima. Sin embargo, hoy en día no es cierta porque estamos viendo al pueblo eligiendo mal, a ladrones, avivatos y gente que lo traiciona.
Y así encontraríamos miles de ejemplos de frases estereotipadas, pero en estos días nos sacude el derrumbe de una creencia o un cliché que se volvió, hoy diríamos que viral, pronunciada en 1941 por el canciller de la República Luis López de Mesa: “Colombia es una potencia moral por la lealtad a sus deberes continentales”. Lo de potencia moral nos encantó y nos enamoramos y allí nos estancamos mientras los demás se armaban y tramaban en nuestra contra. Y entonces sucedió lo del ciclista aquel que se confió en que nada más con la ayuda de la Virgen del Carmen triunfaría y alguien le advirtió: aténgase a la Virgen y no corra.
Nosotros nos atuvimos a que Nicaragua y Venezuela tienen a unos patanes e incultos de presidentes y en cambio nosotros siempre tenemos egresados de Harvard, lo mismo que nuestros cancilleres, y que por estar del lado de los principios y valores, del Derecho, la Justicia, la equidad y la transparencia, obtendríamos el triunfo, infalible frente a los argumentos de la fuerza y la arbitrariedad, la marrullería y el cinismo, ¡y tenga pa que lleve!, como se dice coloquialmente. Esos burdos nos vienen ganando todas las disputas y nosotros nos quedamos con el cuento de la potencia moral.
Es lo que nos acaba de ocurrir en la reunión de embajadores de la OEA anteayer, en que Venezuela derrotó a la Potencia Moral. Colombia pretendía que la acompañaran en su reclamo por el injusto cierre de la frontera por Venezuela y los atropellos a los connacionales con expulsiones y persecución por el hecho de ser colombianos. Si se hacen cuentas sin ilusiones, nos dejaron solos.
Colombia es rica en virtudes democráticas y cívicas, y Venezuela es rica en petróleo. Pero también en el campo diplomático, y en este pleito, como dicen por ahí, chequera mata principios.
¿De qué vale ser Potencia Moral? ¿Quién nos respeta en esta época? Mientras nos aferramos a que somos una Potencia Moral, Venezuela sigue soltando miles de soldados fuertemente armados y poniendo tanques que apuntan contra este lado de la frontera.
¡Ay, Dios! ¿Con qué nos protegeremos? ¿Con diplomacia y avemarías?
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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2 de septiembre de 2015.
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