miércoles, 5 de junio de 2013
CRONIQUILLA
LA MUJER Y LOS CAFRES
Orlando Clavijo Torrado
Definitivamente aquí, frente a Venezuela, estamos muy avanzados respecto al trato al bello sexo. Vean ustedes el problemonón en que se metió Hernán Darío Gómez - alias Bolillo, entrenador de la Selección de Colombia - por haber agredido a una prostituta, de la que nunca se supo su nombre, en su bar preferido. Hasta el presidente de la República intervino, pidió que lo destituyeran y en efecto lo destituyeron, lo masacraron en la prensa, y recibió el rechazo de hombres y mujeres y de organismos nacionales y mundiales. Esto es, que sufrió un merecido castigo y nadie le congració la infortunada reacción en una borrachera.
Al contrario, el “patán de al lado” – como llama la periodista española Salud Hernández a Nicolás Maduro – no se inmutó ni condenó el que a una diputada de la Asamblea Nacional, María Corina Machado, la hubieran golpeado los chavistas en desarrollo de una sesión. Es de imaginar el gesto de contento, moviendo su mostacho de lado a lado, al conocer la paliza que sus correligionarios y matones le propinaban a una inteligente y valerosa opositora.
Sabíamos que la querida Venezuela había entrado en un estado de fanatismo, de ignorancia y de fundamentalismo que ha enceguecido inclusive a mentes consideradas lúcidas; que la camarilla gobernante – encabezada por un sujeto virtualmente analfabeta – está llevando a su pueblo a la miseria y la desesperación; que ya el poco pudor que les quedaba para cometer fraudes electorales lo arrojaron el pasado 14 de abril al robarle el triunfo a Henrique Capriles; y que la persecución a los disidentes no tiene límites; pero que llegaran a ensañarse contra las mujeres rebosa toda idea, aunque ya había antecedentes como el de la juez María Lourdes Afiuni, encarcelada por orden de Chávez, violada en prisión por los custodios, embarazada y forzada a abortar.
Resultan, no increíbles sino insoportables éticamente, las expresiones de los dirigentes máximos del chavismo como Pedro Carreño, Mario Silva – el del programa La Hojilla – y Diosdado Cabello- el grosero presidente de la Asamblea Nacional -, al referirse a la despiadada golpiza contra los diputados opositores y entre ellos a María Corina Machado. Cualquier varón enrojecería al pronunciar las frases que ellos no tuvieron empacho en decir: “ se lo merecía”, “esa nariz de burguesa no aguanta coñazo” y “las quejas de María Corina Machado son una vaina loca”.
Nadie en el continente protestó. Por allí no aparecieron los derechos humanos, la OEA, la ONU, ni las organizaciones feministas. Mucho menos nuestro presidente, que ha resultado un verdadero traidor, y quien se descargó fuertemente contra el Bolillo Gómez pero que se asusta ante el patán de al lado y le pasa todas sus excreciones seguramente porque lo tiene atenazado del cuello al ser aquel patrono de las Farc. Menos aún dijo esta boquita es mía la ministra de Relaciones Exteriores, una señora bogotana – ¡los bogotanos y su insufrible melosería! – quien con su hipócrita vocecita se lava las manos afirmando que Colombia no se me inmiscuye en los asuntos de las demás naciones, pero sí permite que cualquier patán de al lado lo haga en la nuestra.
Quiero significar con todo lo anterior que cuando el maltrato a la mujer ya es oficial, particularmente a la mujer intelectual y valiente, y aplaudido por los altos jerarcas de un régimen, ese país cayó en la ley de la selva, en el salvajismo extremo. Sin duda que un país así es sumamente peligroso.
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
3 de junio de 2013
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- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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