viernes, 7 de junio de 2013
PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”
PLEGARIA POR LA PATRIA HUMILLADA
Orlando Clavijo Torrado
Otra vez Colombia fue objeto de las agresiones venezolanas. ¡Otra vez! ¿Cuántas veces Venezuela ha roto relaciones con Colombia? Mil veces. ¿Y cuántas veces Colombia ha roto relaciones con Venezuela? Ni una sola vez. Además, Colombia nunca ha sido dada a romper relaciones con nadie, salvo en la Segunda Guerra Mundial que rompió con Alemania, un rompimiento romántico, simbólico, tonto, por conveniencia y complacencia con Estados Unidos. Menos mal que Alemania, tan enredada en el conflicto, no se dio cuenta de la acción de este paísito, porque, de lo contrario, se voltean y nos dan una muenda bien grande.
Este es un cuento de nunca acabar: en plena guerra de la Independencia que ambas naciones libraban contra España, por allá por 1816 el general José Antonio Páez apresó a Santander y lo liberó cuando se le antojó; el recién instalado gobierno neogranadino tuvo que comerse esa lagartija sin chistar. Después el mismo Páez desacató la autoridad central de Bogotá y el propio presidente Simón Bolívar tuvo que ir a contentarlo, se abrazaron y Venezuela más tarde se separó de la Gran Colombia, no sin amenazas de atacar con su Ejército a la Nueva Granada.
Jamás Colombia ha cerrado la frontera con Venezuela por capricho de un gobernante, mientras que Venezuela durante el siglo XX la cerró en infinidad de ocasiones, en algunas por orden del sargento de un retén, y en el actual siglo los cierres ya son consuetudinarios y violatorios de todos los derechos.
Con Álvaro Uribe Colombia recuperó su dignidad frente a Venezuela, aunque no pudo pararle el macho con las armas por la superioridad bélica que el dictador Chávez logró, pero nuestro actual presidente volvió a caer arrodillado ante un ignorante usurpador de la presidencia llamado Nicolás Maduro, el que, siguiendo el discurso atrabiliario de su antecesor, se cree con derecho de decirle a Santos con quién debe hablar y con quién no, con quién debe pactar y con quién no. Agréguese a esto la presencia de una canciller blandengue y tendremos que por los lados de la Casa de Nariño se desconocen valores como la independencia, la autoestima, el orgullo patrio, el honor nacional y el respeto a un pueblo soberano. Conscientes de tan miserable condición y viendo a Maduro pisotear estos postulados éticos, otros, como Correa, Morales, los Castro y Ortega, aprovechan para hacer lo mismo cuando les viene en gana.
¡Cómo sueña uno con un presidente que no permita que los vecinos maten a los nuestros impunemente, que agravien a nuestros expresidentes, que ofendan al presidente en ejercicio y que humillen rompiendo relaciones sin motivo serio y justificado!
¿Cuándo el Señor Todopoderoso se apiadará de esta nación tan mancillada por los vecinos y le socorrerá un mandatario con los calzones bien puestos, con la dignidad en alto y que le arda la sangre de colombiano? ¿Cuándo, Señor, ocurrirá eso?
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
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5 de junio de 2013.
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- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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