miércoles, 12 de diciembre de 2018

RECUERDOS NAVIDEÑOS - UN VILLANCICO

Para El Informador del Oriente RECUERDOS NAVIDEÑOS UN VILLANCICO Orlando Clavijo Torrado Sonaba en mi memoria un villancico que oí en mi infancia y que, como por encanto, desapareció. Recordaba algunos trozos de toda la canción: “¡Oh pajarillos que voláis por el monte…” “¡Allá en los montes, hay fría nieve, aquí en la cuna, suave calor! ¿Por qué sonríes? ¿Por qué no duermes? Ro ro mi Niño, duerme mi amor”. En una de mis columnas – subida a mi blog - escribí sobre mi anhelo de conseguir el resto de la letra, y una lectora ocañera, Lina Ramírez, me escribió el 3 de octubre de 2015 este sentido comentario y me dio el regalo de otra estrofa, que no está ni en el disco de SONICO ni en el de las monjas, de los que hablaré adelante. Su comentario es el siguiente: “Mi papá me cantaba esa canción que estabas buscando. También la he querido encontrar "online" pero lo único que apareció fue este blog. Con el paso del tiempo he recordado varios fragmentos de la canción y creo que ya la he completado. Te comparto la letra: …” Lina – a quien agradezco su bondad infinitamente - agrega la tercera estrofa que transcribiré al final. Pues bien: en esa inquietante búsqueda tropecé con un arrume de discos Long Play que no había botado - como muchos lo hicieron al llegar los CDs.- , y cuál sería mi alegría al ver un disco titulado Serenata de Diciembre - Villancicos, de la disquera SONICO, posiblemente editado por los años de 1970 si se considera que por esa fecha lo adquirí. Mucho busqué y rebusqué para encontrar en YouTube el disco mismo y datos sobre el compositor y los cantantes, pero al final tuve que rendirme porque definitivamente nadie ha subido este acetato, pero yo sí lo haré en estos días. De la bendita disquera tampoco hay rastros en Internet. Rescatado, pues, el Long Play, con la ayuda de un nieto logré transferirlo, desde un viejo tocadiscos – o tornamesa - a una memoria USB y luego guardarlo en mi computador. El disco estaba sucio y rayado, pero con agüita, jabón, alcohol y algodón – según me lo enseñó un tutorial de Internet – quedó casi original. Pero en estos días el bicho de la curiosidad me siguió acicateando y reanudé la búsqueda. De pronto me apareció el villancico con el nombre de “¡Oh pajaritos!”, cantado por el coro de las Hermanas Hijas Mínimas de María Inmaculada. Ya supe que el autor de la composición musical es Filiberto Ramírez Puente. En cuanto a las voces de las religiosas la palabra adecuada es bellísimas, del otro mundo. Puedo decir que mi perseverancia tuvo su recompensa, y grande. Transcribo en seguida la letra ya reconstruida, tomando las dos versiones del tan buscado villancico “¡Oh pajarillos!” u “¡Oh pajaritos!”, y el aporte de mi amiga Lina Ramírez. La letra, como lo verán, es un hermoso poema. Primera estrofa : ¡Oh pajaritos que voláis por el monte! / Del cielo azul cantando aquí bajad/ Venid y ved al Niño hermoso y chiquito/ Que sonriendo entre la cuna está/. Coro: Allá en los montes/Hay fría nieve/ aquí en tu cuna/ suave calor/ ¿Por qué sonríes? / ¿Por qué no duermes? /Ro ro mi Niño/ Duerme mi amor/- Segunda estrofa: ¿Por qué en el cielo habitas de gloria lleno/En un pesebre has venido a nacer? / Duerme al arrullo de las aves del cielo/Junto a la madre que te ha dado el ser. Tercera estrofa: Una manzana si te duermes mi Niño, / roja y bonita yo te voy a dar./ Cierra esos ojos que los ángeles bellos,/ si es que te duermes quieren hoy velar. Epílogo: logrado mi objetivo, ¿qué me quedaba? Sencillamente disfrutar de él al máximo. Les confieso que no me canso de oír ese precioso villancico. (A este tema le dediqué una columna titulada “Un villancico olvidado” que escribí el 3 de diciembre de 2014 y publicada en ese mismo mes y año en un semanario ya desaparecido de Ocaña. En ese tiempo mi investigación estaba muy cruda todavía)). orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 9 de diciembre de 2018.

sábado, 8 de diciembre de 2018

RECUERDOS NAVIDEÑOS - EL CARÁNGANO

Para El Informador del Oriente RECUERDOS NAVIDEÑOS EL CARÁNGANO Orlando Clavijo Torrado Conocí cuando era niño un instrumento musical muy particular, primitivo, si miramos la precariedad de sus componentes: cuatro cuerdas de alambre ordinario, tendidas y fuertemente tensionadas – o templadas, como decimos por aquí - sobre un madero de al menos tres metros de largo, y una vejiga de res para sacar un tañido ronco al rozar las cuerdas. Se podría decir que era una imitación rústica de un arpa o de una guitarra, que incluso se podía tocar en el suelo – y hasta resultaba más cómodo -. Desde aquel entonces, muchos años ya, no he vuelto a ver tan singular aparato de sonido. El que yo vi, solamente una vez, recuerdo que tenía cuatro cuerdas, aunque don Sócrates Gutiérrez Ardila - a quien he consultado por su experiencia de 92 años - afirma que constaba de seis cuerdas. Don Sócrates es esposo de mi prima Sofía Clavijo López, ambos oriundos de Bucarasica, y residentes hace tiempo en Cúcuta. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española el carángano – que es el instrumento del cuento - no tiene sino una cuerda. Veamos la definición: “2. m. Col. y Ven. Instrumento musical mixto de cuerda y percusión, de origen africano. Consiste en una tabla o caña a la que se ata una cuerda tensa sobre la que se coloca una vejiga de res inflada que sirve de resonador”. Lo presentaron en un diciembre, dentro de un desfile de disfraces o comparsas de los días de la novena de aguinaldos, por lo que supongo que esas eran las fechas para ser exhibido. Lo cargaban dos hombres de cada extremo y un tercero se ocupaba de sacar el son con la vejiga. Don Sócrates me contradice en cuanto el largor del madero: era de dos metros o menos, dice él, y lo podía llevar al hombro, terciado, una sola persona, y ella misma manejar la vejiga. De pronto él tenga la razón y mis recuerdos de niño sean borrosos y por ello me equivoque. Supongo que el tal carángano desapareció y ya pertenece a la memoria de los viejos solamente. Revivirlo en esta era de tanta tecnología no pasaría de ser un anacronismo romántico. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 6 de diciembre de 2018.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado