miércoles, 21 de diciembre de 2011

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA

SAN JOSÉ, PADRE PUTATIVO
Orlando Clavijo Torrado

La novena tradicional de Aguinaldos, escrita por una monja tía del ex presidente Samper, alude a San José como Padre Putativo de Jesús (léase la oración). Los textos litúrgicos, por muchos años – yo afirmaría que siglos – le dieron ese noble título, por lo que me ha llamado la atención, aún concentrado y devoto en la santa misa, el cambio adoptado al respecto. Presumo que dado que la Iglesia anda en una política de no desagradar a nadie, de congraciarse y utilizando eufemismos, en una demostración de extraña mojigatería ahora al casto varón le quitó el putativo y lo dejó como el Padre Adoptivo. Por supuesto que significa lo mismo, a saber, padre supuesto, atribuido, pensado, o “reputado o tenido por padre sin serlo” como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. ¿Acaso de un tiempo acá el putativo les suena a vulgaridad?
Putativo viene del verbo putare, pensar, que se conjuga en presente así: puto, putas, putat, putamus, putatis, putat, de modo que si digo “ego puto” estoy diciendo “yo pienso”, (nunca significará que estoy bejuco), aunque puedo simplificar, “puto”, esto es, pienso. (Se pregunta el genial caricaturista Roberto Fontanarrosa si quien está pensando esta “puteando”).
Y aquí viene otro enredo, o una historia simpática, la de la razón por la que a los José se los apoda Pepe, historia que justamente procede del putare (¡ojo! amables lectores: no inventen que el buen San José se relaciona con el putas; por favor, mucho respeto).
Pese a que existen varias explicaciones, parece como más consecuente la siguiente: De antiguo, al nombrar en las lecturas a San José se le agregaba el “pater putativus”. En los misales y devocionarios, escritos completamente en latín, se quería aclarar a los fieles que San José no era el padre real, y por ello traían la fórmula "Sanctus Iosephus P.P. Christi". P.P. eran las iniciales de pater putativus. El lector ilustrado leía en el púlpito o para si solo correctamente, pero la gente que medio masticaba las letras leía de corrido y sin entender "Sanctus Iosephus P.P.Christi”, de donde le surgió al justo hombre el apodo de Pepe Christi. El Christi fue desapareciendo gradualmente hasta quedar únicamente Pepe. La traducción de lo que decía y leía el lector culto es “San José, padre putativo de Cristo”.
En suma, el pueblo, bastante confianzudo, al que los latinajos no le entraban, y por lo que se llama en la formación de la lengua el fenómeno de “corrupción”, resumió todos los nombres del venerado esposo de María en uno solo, Pepe. Aclaremos que esta corrupción es distinta a la de los chanchullos.
Constituye, entonces, una rareza, que por estas calendas se vuelva a designar al hijo de Jacob y nieto de Matán, padre putativo, como tampoco panadero al panadero sino panificador, al igual que se incurre en discriminación si no se llama a aquella tipita de la profesión más antigua del mundo como trabajadora sexual; una versión se inclina porque los romanos llamaron a sus esclavas griegas “putas” principalmente por ser eruditas en toda suerte de ciencias y con algún doctorado en faenas eróticas. Pero ese es otro cuento.
Quedemos en que estos cambios son ¡cosas del modernismo!
Que así sea.

orlandoclavijotorrado.blogspot.com
21 de diciembre de 2011.

martes, 13 de diciembre de 2011

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

TRADICIONES NAVIDEÑAS
Orlando Clavijo Torrado

En el Desfile de los Genitores se muestra un cuadro que recoge una antigua representación propia del 6 de enero: la caza o danza del tigre.
Afortunadamente, también localidades como Río de Oro, Teorama y Otaré - corregimiento de Ocaña - , se han encargado de que no se borre de la memoria colectiva un pasaje tan bello y festivo, mientras que en pueblos en donde por mucho tiempo se celebró, ahora sólo es recuerdo de viejos y cierta sorpresa de los jóvenes que ni se inmutan ante el pasado glorioso. El pueblo que olvida su acervo irremediablemente se torna mediocre, se rutiniza y cae en la ordinariez, ya que tradiciones como la que mencionamos están cargadas de un sentido no solo emotivo sino espiritual y cultural.
Otra representación que tenía lugar el día de la Epifanía era la llegada de los Reyes Magos. Tres jóvenes ataviados con rutilantes coronas y trajes, montados en corceles imponentes y nerviosos, hacían varias estaciones para buscar al Niño Dios. Mientras tanto se cumplía la matanza de los santos inocentes por orden de Herodes. Para figurar la horrible escena se ponían en el centro de la plaza figuras cubiertas de lienzos simulando infantes en la cuna, y debajo había las vejigas de res llenas de tinta roja. El verdugo arribaba allí y descargaba mandobles con un machete hasta hacer estallar las vejigas: la “sangre” corría ante el espanto y repudio de las gentes, pero no transcurría mucho tiempo hasta el suceso de la aparición de los Reyes Magos, rebosantes de felicidad, con el Niño Dios en los brazos. Para Niño Jesús tomaban prestado un niño de verdad, recién nacido, sonrosado, llorón y pataleador. Los aplausos, la pólvora, la banda municipal y las campanas del templo pregonaban el júbilo por la salvación del Salvador del Mundo. Luego los monarcas, hincados de rodillas, le rendían un tributo de adoración.
Pero volvamos a la caza del tigre. Ello resultaba de una leyenda que contaba de un soberbio ejemplar de la familia de los félidos que a sus anchas andaba por los campos devorando cabritos, terneros, cerdos, aves de corral, y hasta vacas, de modo que las haciendas sufrían inmenso deterioro económico por su culpa. Entonces decidieron tanto citadinos como labriegos irse a rastrear al temible depredador. Para la escena, un individuo se disfraza de tigre; le colocan en la mitad del parque un árbol de poca altura en donde se trepa luego de cometer sus fechorías. Otros se disfrazan de cazadores que lo buscan en donde no se encuentra, hacen tiros al aire con escopetas, y están a punto de prenderlo cuando se les escapa. El malvado carepintado aprovecha para bajar del árbol el momento en que los cazadores no están por el contorno o se hacen los de la vista gorda o miran para otro lado como ciertos funcionarios que permiten los asaltos al erario; baja del árbol, digo, ruge y amedrenta a cuanto ser viviente se le cruza, con predilección por las mujeres. Suenan los disparos; los espectadores exclaman: ¡lo mataron!, pero el condenillo reaparece en otra parte, y así continúa la función por un buen rato para que el público goce del suspenso y de las miquerías de la fiera y sus perseguidores. Al fin, reposando en el arbusto, después de haberse engullido unas cuantas incautas ovejas y decenas de gallinas cluecas, lo pillan, y ¡zaz!,ahí va el tiro que lo derriba. El animal cae con teatralidad, da brincos en el suelo, se contorsiona, le hace muecas a todo el mundo, y por supuesto a los cazadores, y finalmente estira la pata con grandes payasadas. Los cazadores se acercan cautelosos, comprueban que en realidad colgó las garras, y lo arrastran y lo muestran orgullosos como un valioso trofeo. Ahí termina el sabroso espectáculo.
No sé si la caza del tigre tiene acogida en otros sitios de Colombia, mas es cierto que era usanza alegre muy cultivada en los pueblos de la provincia de Ocaña, de pronto ya olvidada en la mayoría, pero rescatada, repito, año tras año en los lugares citados arriba y en las comparsas del Desfile de los Genitores de todos los fines de diciembre en Ocaña. Sin duda que el esfuerzo de los organizadores y participantes de esos esparcimientos merecen un respaldo absoluto y una ferviente voz de ánimo para que no desistan jamás en el empeño de conservar nuestras más genuinas tradiciones.

orlandoclavijotorrado.blogspot.com

12 de diciembre de 2011.

martes, 6 de diciembre de 2011

CRONIQUILLA
PARA MORIRSE DE RISA
Orlando Clavijo Torrado

Muchas cosas graciosas han sucedido en estos últimos días dignas de quedar reseñadas para la historia. Creo que la primera es la entrega de la credencial como gobernador de nuestro departamento a Edgar Díaz Contreras por parte de un delegado de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Digo que fue algo cómico porque, a juzgar por el registro gráfico publicado por este diario, Díaz y el otro señor, en mangas de camisa y sin testigos ni protocolo alguno, no aguantan la risa. Antiguamente la entrega de la credencial al elegido en una posición de tal categoría se hacía en una ceremonia muy seria y elegante, no solo por los trajes formales usados sino por la compostura de los participantes. ¡Estos sí son unos recocheros! Le contagian a uno la risotada.
Otra cosa sumamente graciosa son las esculturas artesanales que pusieron en el malecón de Cúcuta dizque como motivos navideños. Yo no veo qué tiene que ver un caballo Pegaso con la Navidad, ni un hipopótamo, una jirafa, o elefantes, osos, papagayos, sapos y culebras. Entiendo que el trabajo de confección de las figuras se les confió a madres comunitarias, mujeres muy pobres a las que unos pesos no les caían mal, pero ellas en sí no son culpables sino quienes les dieron las pautas. ¿Quién las mandaría a fabricar semejantes mamarrachos? Eso es para carcajearse.
Otros que también suscitan hilaridad son Hugo Chávez y Juan Manuel Santos si se mira las fotos de la prensa. ¡Jajaja! ¡Y qué estrechones! Yo también gocé al verlos tan contentos. Sin embargo, un guardia venezolano me aguó la felicidad en la alcabala de Ureña al pretender incautarme unas botellitas de whisky que compré para estas fiestas de fin de año en la zona especial donde le venden a uno presentando el pasaporte. El hombre, bastante amargado contra todo lo que suene a colombiano como la mayoría de los guardias y agentes armados de allí, y al que le deben importar un comino las recientes declaraciones de ardiente pasión y los convenios de intercambio comercial de nuestros mandatarios, me dio la alternativa: o se las decomiso o se devuelve para Ureña. Me dije para mis adentros: a éste no le doy gusto. Opté por regresarme y dejé la mercancía donde una señora amiga que sabe las mañas para traérmela a casa. ¡No contaban con mi astucia!
Y la última situación, de tantas chistosas y propia para gozar en la actual época de regocijo, es una notificación de la alcaldía municipal también de esta urbe a los vecinos de una calle que pedían el retiro de un contenedor de basura. El oficio, cuyo contenido no es otro que informarles del recibo de su solicitud y el paso para estudio a una serie de oficinas con nombres pomposos, está firmado por cinco funcionarios, todos doctores. ¡Cinco científicos para elaborar tamaño documento! ¡Qué cerebros! ¿No es para reírse? ¡Qué desperdicio: deberían estar en la NASA!

orlandoclavijotorrado.blogspot.com
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Cúcuta, 4 de diciembre de 2011.

viernes, 2 de diciembre de 2011

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”
CÁNTICOS NAVIDEÑOS
Orlando Clavijo Torrado
Andaba en busca de un precioso villancico que hace mucho tiempo no oigo, aquel que tiene una letra similar a esta: “oh pajarillos que vagáis por el bosque/ venid y ved al niño hermoso y chiquito/ que sonriendo entre la cuna está/. Allá en el monte/ hay fría nieve/ aquí en mi pecho/ suave calor/ ¿por qué sonríes?/ ¿por qué no duermes?/ ro ro mi niño/ duerme mi amor”, pero fueron infructuosas mis pesquisas. En compensación, encontré otros, de distintos países, todos muy inspirados y rebosantes de fe, tiernos, y algunos simpáticos. Por el corto espacio de la columna, citaré muy pocos.
¿Qué me dicen de esta baguala argentina titulada El niño barrigón? Veamos una estrofa: “En el portal de Belén/ hay un niño barrigón/ con un lucero en la mano/ echando la bendición”.
Entre tanto se me vino a la memoria las coplas que se sacaban con la música de “Una pandereta suena”, prueba de la musa colombiana: “Yo soy un pobre gitano/ que ha venido por aquí/ y al Niño Jesús le traigo/un gallo quiquiriquí” o esta otra: “Yo no soy de por aquí/ yo vengo del puro frío/ y al Niño Jesús le traigo/ este huevito cocío”.
Esta tonada se mete con San José: “San José al Niño Jesús/ un beso le dio en la cara/ y el Niño Jesús le dijo:/ ¡que me pinchas con las barbas!”. Sin duda es español, al igual que los siguientes: “La Virgen y San José/ juntos pasaron el río/ y en una cuna de flores/ llevan al niño metido/. Ya le llevan al recién nacido /mantilla, pañales, faja y fajetín/ porque vienen los fríos de enero/ y el Rey de los Cielos está pobretín”. ”A tus puertas hemos llegado/ cuatrocientos en cuadrillas/si quieres que te cantemos/ baja cuatrocientas sillas./ Dale, dale, dale, dale/ dale borriguito /dale, dale, dale/ que ha nacido Cristo./ San José era carpintero/ y la Virgen lavandera/ el Niño cogía astillas/ para coser el puchero./ Como brilla el lucero/ como el sol de mediodía/ a las doce de la noche/ nació el Hijo de María”.
Seguí recordando y me saltó la tonada picaresca escuchada en un lugar en donde había un señor fumador de pipa, al que le decían Pangote, por ser oriundo de dicho pueblo santandereano. Decía la sátira: “Yo soy un pobre muchacho/ que vengo de Gramalote/ y al Niño Jesús le traigo/ la bomba de don Pangote”. Allí mismo otro cantó, dándoselas de refinado: “Yo soy un forasterito / que vengo de las extranjas/ y al Niño Jesús le traigo/ un muchilao e naranjas”.
Este villancico no deja duda que es gitano andaluz: “Ha nacido el “churrumbé”/ en una noche lunera/ tendrá planta de calé/ y risa cascabelera/. San José es de mazapán/ y la Virgen de canela/ y este Niño es un bizcocho/ ”jecho” de azúcar morena/. No lo quiero carpintero/ ni tampoco de la fragua/ ni gitano castañero/ lo quiero rey de las almas”.
Citemos de último este titulado “El rabadán”: “Yo soy el gran rabadán/ cansadito ya de andar/ que guiado por mi fe/ a Jesús vengo a adorar./ Parrampín, parrampín, parrampía/ parrampín con José y María/ hay un niño en el portal./ Aquí va mi calabaza/ acabada de llenar/ y esta larga longaniza/ que os será de buen gustar./ Parrampín…/También llevo estos calzones/ que mi hermano os quiere dar/ son de lana muy caliente/ la mejor de mi lugar”.
El colombiano no se queda atrás en ingenio: “Yo soy un pobre chamito / que vengo de Venezuela/ y al Niño Jesús le traigo/ arepa con “guapanela”.
Ojalá sigamos cantando los villancicos que aprendimos de niños para que nos llenemos de la paz y alegría únicas que nos traen estas fiestas decembrinas y de año nuevo.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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Diciembre 2 de 2011.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado