CRONIQUILLA
PARA MORIRSE DE RISA
Orlando Clavijo Torrado
Muchas cosas graciosas han sucedido en estos últimos días dignas de quedar reseñadas para la historia. Creo que la primera es la entrega de la credencial como gobernador de nuestro departamento a Edgar Díaz Contreras por parte de un delegado de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Digo que fue algo cómico porque, a juzgar por el registro gráfico publicado por este diario, Díaz y el otro señor, en mangas de camisa y sin testigos ni protocolo alguno, no aguantan la risa. Antiguamente la entrega de la credencial al elegido en una posición de tal categoría se hacía en una ceremonia muy seria y elegante, no solo por los trajes formales usados sino por la compostura de los participantes. ¡Estos sí son unos recocheros! Le contagian a uno la risotada.
Otra cosa sumamente graciosa son las esculturas artesanales que pusieron en el malecón de Cúcuta dizque como motivos navideños. Yo no veo qué tiene que ver un caballo Pegaso con la Navidad, ni un hipopótamo, una jirafa, o elefantes, osos, papagayos, sapos y culebras. Entiendo que el trabajo de confección de las figuras se les confió a madres comunitarias, mujeres muy pobres a las que unos pesos no les caían mal, pero ellas en sí no son culpables sino quienes les dieron las pautas. ¿Quién las mandaría a fabricar semejantes mamarrachos? Eso es para carcajearse.
Otros que también suscitan hilaridad son Hugo Chávez y Juan Manuel Santos si se mira las fotos de la prensa. ¡Jajaja! ¡Y qué estrechones! Yo también gocé al verlos tan contentos. Sin embargo, un guardia venezolano me aguó la felicidad en la alcabala de Ureña al pretender incautarme unas botellitas de whisky que compré para estas fiestas de fin de año en la zona especial donde le venden a uno presentando el pasaporte. El hombre, bastante amargado contra todo lo que suene a colombiano como la mayoría de los guardias y agentes armados de allí, y al que le deben importar un comino las recientes declaraciones de ardiente pasión y los convenios de intercambio comercial de nuestros mandatarios, me dio la alternativa: o se las decomiso o se devuelve para Ureña. Me dije para mis adentros: a éste no le doy gusto. Opté por regresarme y dejé la mercancía donde una señora amiga que sabe las mañas para traérmela a casa. ¡No contaban con mi astucia!
Y la última situación, de tantas chistosas y propia para gozar en la actual época de regocijo, es una notificación de la alcaldía municipal también de esta urbe a los vecinos de una calle que pedían el retiro de un contenedor de basura. El oficio, cuyo contenido no es otro que informarles del recibo de su solicitud y el paso para estudio a una serie de oficinas con nombres pomposos, está firmado por cinco funcionarios, todos doctores. ¡Cinco científicos para elaborar tamaño documento! ¡Qué cerebros! ¿No es para reírse? ¡Qué desperdicio: deberían estar en la NASA!
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
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Cúcuta, 4 de diciembre de 2011.
martes, 6 de diciembre de 2011
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- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
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