martes, 22 de junio de 2021

DESDE MI VENTANA

CRONIQUILLA DESDE MI VENTANA Orlando Clavijo Torrado Hace unas semanas este periódico inició la presentación de la historia, el desarrollo y la actualidad de los barrios y conjuntos residenciales de Cúcuta. Es un buen trabajo, y de él quiero resaltar una nota que no falta en ninguna de las entregas: los bellos parques invadidos por los consumidores de estupefacientes. La gente se duele de que el lucimiento de los barrios y el derecho a salir a disfrutar de los espacios públicos se malogre por culpa de la inseguridad, el temor y el recelo que representan los jóvenes drogadictos. ¡Y tan hermosa que es la ciudad! De otro lado, cuando este matutino da la noticia casi a diario de la muerte de un cocainómano o marihuanero, por lo regular aparece la madre o el pariente que reconoce la triste condición de la víctima, y su lamento de que mucho se le pidió que se alejara del vicio. Desde las ventanas y balcones de mi apartamento, en el cuarto piso del edificio, se contempla el lote que colinda por el extremo occidental. La maleza lo cubre. Hay un gran árbol con mucha fronda, que lo convierte en un excelente cobijo para quienes de un tiempo acá se reúnen, fuman o se inyectan, duermen y hacen el amor. Para esto último, mejor motel no pudieron conseguir: al aire libre, aparentan que están jugando al caballito, brisa fresca, gratis la estadía, en fin, plenitud de confort. De pudor propio o respeto hacia los demás, nada. En su mundo de enajenación y éxtasis, eso no importa. Antes los choferes de taxis se parqueaban dentro del mismo lote, buscaban el rincón de las paredes medianeras, y allí desocupaban la vejiga. Ahora son estos muchachos y muchachas toxicómanos, que no solo mean sino también realizan la operación número dos. Esta es, sin duda, una generación perdida, como lo denunció Donald Trump. ¿Hay algún empeño a nivel mundial, nacional o local para impedir que los jóvenes se inclinen por las sustancias psicotrópicas? ¿Se dictan conferencias y talleres en las escuelas, colegios y universidades al respecto? ¿Circulan volantes, propagandas periodísticas y mensajes radiales que les señalen a los muchachos el triste final que les aguarda si llegan a dejarse arrastrar por la drogadicción? ¿En las iglesias se predica que es pecado tanto consumir drogas estupefacientes como cultivarlas, procesarlas, venderlas y exportarlas? ¡Nada, en absoluto! Es evidente que se maneja una doble moral de ciertos partidos políticos, de organizaciones internacionales y de las propias autoridades colombianas. Éstas, en efecto, por un lado, tratan de erradicar los cultivos enviando para ello a soldados y policías, y por otro se reúnen con las asociaciones campesinas de cocaleros y cultivadores de marihuana, reconocidas oficialmente - ¡qué tal esto del reconocimiento oficial! – con las que pactan no fumigar, no aplicar la ley, y concederles cuanto piden a cambio de que no bloqueen ciudades y carreteras. ¿Quién se apiada de los miles de jóvenes convertidos en zombis por los alucinógenos, que caminan rumbo a una pronta muerte? ¡Nadie! orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 22 de junio de 2021

lunes, 14 de junio de 2021

EL PADRE TULIO Y LUIS EDUARDO LOBO

(Artículo para la revista virtual Horizontes Culturales que dirige Luis Eduardo Páez García, presidente de la Academia de Historia de Ocaña, edición especial en homenaje a los dos compañeros de la Academia fallecidos recientemente). EL PADRE TULIO Y LUIS EDUARDO LOBO Por Orlando Clavijo Torrado Aun no nos reponíamos de la muerte de Guido Antonio Pérez Arévalo cuando sobreviene la del padre Tulio Grimaldo Sánchez y en seguida la de Luis Eduardo Lobo Carvajalino, los tres enraizados en Ocaña y su provincia, y los tres distinguidos intelectuales, vinculados a la Academia de Historia de Ocaña; Guido y Lobo también asociados a la Academia de Historia de Norte de Santander. Con Tulio compartí las aulas del Seminario Menor del Dulce Nombre, de Ocaña, bajo la dirección de los beneméritos padres eudistas. Desde allí eran claras muchas de las virtudes por las que después sería ampliamente conocido: su aptitud para la música, su voz potente para la oratoria y la declamación, su esmero en dominar el latín, y la propensión a la literatura. El padre Tulio Grimaldo era uno de los últimos exponentes de la iglesia tradicional, aquella que usaba la lengua latina en las liturgias y aquella del ceremonial imponente que hasta una vez por poco hace convertir a un poeta francés al catolicismo cuando vio pasar frente a su ventana una procesión del Corpus Christi. Ah, y aquella de la sotana permanente, de los hermosos púlpitos, de los confesionarios, de las barandas del comulgatorio y de la profusión de imágenes sagradas en los templos. En un encuentro que tuvimos en la casa cural de su natal Río de Oro no me ocultó su nostalgia por todo aquello que se perdió, pero no por culpa del Concilio Vaticano Segundo como se ha dicho sino por la mala lectura e interpretación de los documentos de tal evento. Ahora, unas palabras sobre Luis Eduardo Lobo. Al hablar de sus orígenes, vida y milagros – como él decía – su humildad era patente. Con mucha naturalidad refería la pobreza de su familia y de sus años de estudio, y cómo su padre los sostenía con una casera fábrica de cotizas, arte que él aprendió muy bien. Tampoco tenía inconveniente en contar, con gratitud, que las becas que obtuvo, así como todos sus cargos, se los debía a los conservadores, y propiamente, en sus comienzos, al doctor Lucio Pabón Núñez. “El doctor Pabón – comentaba – no reparaba en que yo fuera liberal del barrio El Carretero; siendo uno ocañero tenía asegurado lo que iba a pedirle”. El doctor Lobo Carvajalino dedicó largo tiempo a la educación, llegando a ocupar las rectorías de la Universidad Industrial de Santander – UIS -, de Bucaramanga, y de la Universidad Francisco de Paula Santander, de Cúcuta. Su afición por la lectura lo llevó a escribir particularmente sobre el paisaje bucólico ocañero, sus poetas y su entorno social. Quería reflejar aquel sentimiento que le acompañaba por su terruño, de cuyo gran amor no queda la menor duda. A mí me admiraba - y le alababa en mis adentros - su testimonio de fe como católico, sin prejuicios ni temor o respeto humano, cuando comulgaba en todas las misas de protocolo por algún acontecimiento académico u otro motivo. Creo que es otro valor para agregar a su catálogo de méritos. En suma, Tulio Grimaldo Sánchez y Luis Eduardo Lobo Carvajalino, mirados en su dimensión de humanistas, solo pueden ser catalogados como verdaderos luchadores por la cultura. … 11 de junio de 2021

miércoles, 9 de junio de 2021

NO COMER CUENTO

CRONIQUILLA NO COMER CUENTO Orlando Clavijo Torrado Lo primero es el paro sindical, devastador, presentado como paro nacional, verdaderamente un intento de la izquierda extrema por derrocar al presidente Iván Duque. Ahora, otro cuento chimbo es que este gobierno es de derecha cuando bien se puede clasificar de centro izquierda. Aquellos programas asistenciales que al final no hacen sino fomentar la pobreza en los beneficiados y los convierten en una masa de perezosos y pordioseros sin dignidad, ¿de qué lado son? Quizá pocos se han detenido a examinar el gesto aparatoso de generosidad con los millones de inmigrantes venezolanos al otorgarles iguales oportunidades y servicios de que goza un nacional – otro cuento-. Ello no es gratuito; obedece a patrones políticos internacionales. En efecto, los movimientos antiinmigración, llamados identitarios, fuertes, entre otros países, en España, Alemania, Austria, Hungría y Polonia (España para los españoles, Alemania para los alemanes, etc.), son bandera y acción de la derecha. Los partidos liberales y comunistas – con excepción de los de Rusia, China y Corea del Norte -, son proclives a la inmigración. Por ende, saquemos conclusiones con Duque. Ello se disfraza bajo el vocablo subyugante de solidaridad, que otrora se llamaba caridad, una de las tres virtudes teologales. (Lo políticamente correcto ha remplazado los nombres a todo: antes se conocía la virtud cívica y moral del respeto; ahora se le llama tolerancia. Aquí también vale el no comer cuento, no dejarse confundir. Cada cosa es cada cosa y no otra así se le altere el nombre o se la camufle). En medio de los bloqueos e incendios gritan los manifestantes la palabra cambio, en lo que tampoco hay que comer cuento pues maliciosamente no se menciona lo que verdaderamente se debe cambiar. Son muchos los conceptos y acciones por cambiar. Empecemos por la función de los sindicatos: el sindicato de zapateros, por ejemplo, tiene por misión, según la ley, procurar el bienestar y el progreso de los asociados, optimizar sus condiciones de trabajo y asegurar justos salarios y prestaciones sociales. Pero no está en su agenda constituirse en partido político y tumbar gobiernos. En ese contexto, a los maestros corresponde estar capacitándose y ser modelos de sabiduría, rectitud y patriotismo. Igual incumbe a los servidores del poder judicial en cuanto a su obligación de ahondar sus conocimientos jurídicos para ser operadores del derecho al derecho, imparcialmente, sin inclinaciones políticas en sus decisiones. El periodista debe informar; cuando emite conceptos sobre el hecho, éste deja de ser noticia, surge la sospecha y se pierde la credibilidad. Es ahí cuando la gente, como ahora, no le come cuento a la prensa. No permita el indígena que lo utilicen para sembrar coca y marihuana, y por ende para envenenar a la juventud y enriquecer a los narcotraficantes. Prívese a los congresistas de manejar casi todas las instituciones y de exprimirlas. Aquí se impone darle vuelco a todo: a las personas, a los sindicatos, al régimen que está diseñado para la corrupción, como dijera Álvaro Gómez Hurtado. Lo demás es cuento. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 8 de junio de 2021.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado