miércoles, 17 de noviembre de 2021

LAS FRASES CORTAS

CRONIQUILLA LAS FRASES CORTAS Orlando Clavijo Torrado Antiguamente se usaban los párrafos larguísimos, que lo hacían a uno contener el aliento esperando pronto la terminación. En eso se incurre principalmente cuando se abusa de las perífrasis – o rodeos verbales -, por medio de una sarta de oraciones explicativas. El ejemplo estelar de tales frases interminables es el conocido lenguaje cantinflesco. En éste, las explicaciones se suceden ad infinitum, con el peligro de que el orador o escritor se pierda en la verborrea y no encuentre la salida, y por tanto no acierte a dar a comprender lo sustancial. Cualquier escrito, incluso técnico o científico, resulta ameno y fácil de leer y de comprender, cuando se tiene el cuidado de presentar la idea en una oración principal en pocas palabras. El desarrollo de la idea implica una oración adjetiva, o complementaria, o explicativa, también corta. La oración principal, enseñan los gramáticos, es la que presenta la idea nuclear; no puede eliminarse; tiene independencia sintáctica y pleno sentido por sí misma; contiene el verbo conjugado que rige a todos los demás; y no posee un nexo que le preceda. A su turno, la oración subordinada es la que amplía la idea presentada en la cláusula principal; puede ser eliminada sin cambiar la idea principal; no tiene independencia sintáctica y cumple la función de modificador; y no tiene pleno sentido por sí sola. Se trata de la misma oración explicativa, o aposición explicativa, o suboración adjetiva. Ejemplo sencillo de una y otra: “Subí a la calle 17, que es muy amplia y bien pavimentada, y desde allí contemplé la ciudad”. La oración principal bien pudiera quedar - y ser entendida - solamente así: “Subí a la calle 17 y desde allí contemplé la ciudad”. El resto es la oración subordinada: “que es muy amplia y bien pavimentada”. La fórmula que presenta el maestro Fernando Ávila, que tomo de su columna habitual en Ámbito Jurídico, me parece fenomenal. Es la regla que él llama 18/54. Dice este erudito: “Es recomendable que, en un párrafo de cinco renglones, aproximadamente 54 palabras, haya unas tres frases, ojalá una larga, una corta y una larga, cuyo promedio de extensión sea, entonces, de 18 palabras. Es un ideal, no una forma ineludible. “Obsérvelo en el siguiente ejemplo: “En su comunicación del pasado 15 de agosto solicita usted que sus ahorros se reinviertan preferiblemente en hoteles, hidrocarburos y zonas francas. La Fiducia ya lo hizo. Tal como usted lo puede ver en los anexos, su capital fue distribuido en fondos de inversión Hilton, acciones de Ecopetrol y bodegas en Mosquera y Tabio”. “Se trata de un párrafo de 54 palabras, con tres frases, una larga (22), una corta (5) y una larga (27), lo que da un promedio de 18 palabras por frase. Este párrafo es fácil de leer y transmite una idea precisa. Es la fórmula 18/54. Un recurso útil para redactar de manera concisa y clara”. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 16 de noviembre de 2021

miércoles, 3 de noviembre de 2021

AQUELLOS 12 DE OCTUBRE

CRONIQUILLA AQUELLOS 12 DE OCTUBRE Orlando Clavijo Torrado Las personas que cuentan hoy con más de 25 años de edad recuerdan alegres y emocionados la celebración que vivieron del 12 de octubre. Primero que todo digamos que ese día amanecía toda Colombia adornada con el pabellón nacional, como estaba ordenado por una antigua ley. En campos y veredas, en urbes, oficinas y edificios públicos y privados. En los pueblos pequeños las casas lucían sus paredes recién pintadas, conforme lo había dispuesto el señor alcalde. En pueblos y ciudades la ceremonia para conmemorar el Descubrimiento de América comenzaba con una misa solemne y el canto del Te Deum, a los que asistían los dignatarios de los tres poderes públicos, de la fuerza pública y la Iglesia. Luego venía el desfile de las escuelas y colegios. Uniforme de gala. Marcialidad. Se marchaba con orgullo y dándose la mayor importancia. Representación del desembarco de Cristóbal Colón en las playas americanas, implantación de su espada en tierra y bendición del sacerdote evangelizador con la cruz en alto. Enseguida ocurría el simulacro de escaramuzas entre españoles y nativos, la rendición de éstos y el abrazo colectivo. El espectáculo terminaba con danzas indígenas. Por lo general había declamación de poesías alusivas al fasto, y el discurso de orden. El orador exaltaba a la madre patria que nos había traído la civilización y el regalo de un idioma universal y de una religión también universal que pregonaba la paz y la hermandad. Ni una palabra de odio. Ni de reproche o cuenta de cobro para alguno. Ningún resentimiento o amargura. Todo el vecindario se había reunido en la plaza pública. La muchachada que había hecho tan excelente presentación personal y representación teatral era premiada con fuertes aplausos. Culminada la celebración, alumnos, profesores, autoridades y paisanos se retiraban reflejando en sus rostros alegría y satisfacción plenas. En las ciudades, por supuesto, la ceremonia asumía proporciones mayores. La misa era campal. Un río humano inundaba calles y avenidas. Se respiraba patriotismo y júbilo. El himno nacional, cantado por las multitudes, los estudiantes y los hombres de armas, electrizaba. Había un mar de banderas. Recordaban la efeméride el gobernador y un prelado con discursos de alta literatura. A continuación desfilaban batallones de las Fuerzas Militares y de la Policía con aquella majestuosidad e imponencia. Aviones de la Fuerza Área mientras tanto rendían homenaje a nuestra nación, al Gran Almirante y a España con maniobras increíbles. Los numerosos colegios competían entre sí con sus vistosas bandas de guerra y con los ejercicios de formación y de gimnasia de perfecta coordinación y simetría. Aquello siempre era una fiesta, una verdadera fiesta en que real, material y espiritualmente todo el mundo, de todas las edades, clases sociales y credos religiosos y políticos había participado. Era la fiesta del pueblo, del pueblo entero, del pueblo colombiano, feliz y en paz, orgulloso de su pasado y agradecido por aquel hecho histórico, el segundo más grande después del nacimiento de Jesucristo. orlandoclavijotorrado@yahoo.es … 3 de noviembre de 2021.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado