Para el Semanario “La Provincia de Ocaña”
NO COGER “PAL” OTRO LADO
Orlando Clavijo Torrado
A todos nos encantan las gangas. Por eso los que vivimos en este departamento fronterizo con Venezuela nos acostumbramos a pegarnos el viaje hasta San Antonio o Ureña, del Estado Táchira, las poblaciones situadas a pocos minutos de Cúcuta, para adquirir comestibles, artículos para el hogar, insumos veterinarios y hasta artefactos electrónicos en algunas temporadas, a un costo favorable para el bolsillo. La economía venezolana, fundada en su inmensa riqueza petrolera, le ha permitido importar un universo de productos y venderlos al consumidor subsidiados. Aunque en la última década, por causa del régimen político, las cosas han cambiado, y ya el paraíso de que gozábamos no ofrece tanta variedad. La gasolina, eso sí, sigue regalada si se la compara con el precio en Colombia.
Pero los vecinos – yo no soy partidario de llamarlos hermanos porque sería una hipocresía – tienen ciclos de ponerse repelentes. No es de hoy, ha sido toda la vida. Nos han mirado como el pariente pobre y llevado. El presidente más benévolo con nosotros fue Carlos Andrés Pérez, y ello quizá debido a que su padre había nacido en Chinácota, porque los otros, sin exclusión, en algún momento de su mandato han gustado de mostrarle los colmillos a Colombia.
A mi me duele que mis coterráneos sean atropellados por la Guardia Nacional, la que no para en mientes para encarcelar a un colombiano, empapelarlo y tildarlo de paramilitar y hasta de querer matar a Chávez. Sí, comprar barato es muy bueno, pero es mejor no exponerse a una golpiza, que la dan gratis en Venezuela sin que haya justicia ante quien reclamar. O exponerse a que lo desaparezcan o lo asesinen y quede como un N.N. Ejemplos, los casos de Chururú y Barinas, en donde una docena de jóvenes humildes fueron secuestrados, torturados y masacrados.
Además de ser cuestión de dignidad el no ir a Venezuela en estos tiempos, la vida, la integridad personal y la libertad son sagradas y debemos preservarlas como dones divinos y obligación moral.
Por ello, apreciado paisano, no coja para allá. ¿Que es por necesidad? Recuerde que allá no atienden razones de que mi mamá está enferma, que mi hijo me necesita, nada. No quiero que le ocurra nada desagradable. ¡Haga caso!
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
18 de noviembre de 2009.
lunes, 30 de noviembre de 2009
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- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
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