sábado, 27 de febrero de 2010

CRONIQUILLA
EL PADRE MARIO HERNÁNDEZ MEDINA
Orlando Clavijo Torrado
Domingo 21 de febrero de 2010. Los conjuntos musicales desfilaban uno tras otro en la mañana en la iglesia San Juan Bautista del barrio Guaimaral: papayeras, duetos, violinistas, orquestas. Era algo impresionante. Todos querían brindarle la última serenata a su guía espiritual, a su amigo y a quien fue su párroco en las iglesias la Santísima Trinidad, Perpetuo Socorro, Las Angustias, San Martín de Tours, Torcoroma de La Libertad, y Guaimaral. Y a quien fue su capellán por largos años en la cárcel de mujeres y en la Normal María Auxiliadora, y su coordinador de disciplina en el Seminario Mayor. Desde el sábado en la noche en que se expuso el cadáver en el centro del templo, se habían sucedido las congregaciones religiosas y los laicos que encabezaban las oraciones. Entre tanto, una hilera interminable pasaba lentamente; todos querían contemplar por última vez el rostro del amado pastor. Algunos lloraban vivamente.
En la misa fúnebre, presidida por el señor obispo Jaime Prieto Amaya y concelebrada por una veintena de sacerdotes, los feligreses llenaron la iglesia y el atrio. Al final, entre un batir de banderines blancos y con el hermoso himno “Qué detalle, Señor”, el padre Mario Alberto Hernández Medina, dentro del ataúd de caoba cubierto por su estola, abandonó la última parroquia a la que había servido por cerca de cuatro años. Esa misma tarde sería sepultado en los Jardines La Esperanza. Había dejado una huella de amor, de respeto, de fe y de entusiasmo.
Cuando un orador dijo en la misa que no era día de duelo sino de fiesta porque entraba un alma al cielo, recordé esas mismas palabras que él pronunció en el sepelio de mi padre, palabras que en aquellos momentos me dieron gran fortaleza. Como buen pariente que era nos presidió bautizos, matrimonios, bodas de oro y funerales en la familia. Para la última noche del novenario de mi madre me pidió una foto de ella con sus hijos. Mario se tomó el trabajo de escanearla y de montarle una bella leyenda, “El día en que esté viejo”, y me la entregó en esa ocasión. La mandé enmarcar y la puse de adorno en mi alcoba.
El padre Mario también ejerció su apostolado en parroquias de Cali, Pasto, Barranquilla, Socopó (Venezuela), y Ocaña; en ésta fungió de profesor en el Seminario del Dulce Nombre en la postrera época en que los eudistas lo manejaron. Influyó notablemente en la orientación del joven Eulises Gutiérrez Clavijo para que abrazara el sacerdocio. “Chiche” logró su ideal, pero infortunadamente falleció pronto.
Su dolencia cardíaca era antigua, mas en octubre del año pasado comenzó su calvario de citas médicas, de aplazamientos, de falta de esto o aquello, y en enero, en que estaba programado un cateterismo que le hubiera salvado la vida, una nueva traba surgió. Comentaba alguien que si esto le hacen a un personaje, a un sacerdote afamado y querido por muchos, ¿qué le espera al pobre ciudadano anónimo? Ahora, a tantas indolencias y obstáculos para devolverle la salud y la vida a la gente los llaman el paseo de la muerte, y llega uno a preguntarse si el padre Mario Hernández fue otra víctima de tan infame práctica.
Apenas había cumplido 69 años, 40 dedicado al sacerdocio, ejercido en buena parte en este departamento que lo acogió como hijo suyo y al que él quiso con el alma, sin olvidar nunca su terruño de San José de Miranda.
Isolina, su hermana, y sus hijos, saben que compartimos su dolor porque también para nosotros Mario era el hermano cercano, el amigo, el consejero que no adornaba las cosas sino que las decía de frente, el sacerdote al que admirábamos y el contertulio de momentos de solaz. Ah, y Croniquilla pierde a uno de sus devotos lectores y comentadores.

orlandoclavijotorrado@yahoo.es


Cúcuta, 27 de febrero de 2010.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
PORTADA

50 años del Diario La Opinión

50 años del Diario La Opinión
cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

CERCA DE LAS ESTRELLAS
CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

MONOGRAFIA DE BUCARASICA  - Olger García Velásquez
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"
29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado