viernes, 8 de agosto de 2014

AÑO SABÁTICO

CRONIQUILLA AÑO SABÁTICO Orlando Clavijo Torrado El cambio ambiental de El Niño aún no ha llegado propiamente, demora pocos meses, y vean cuánto está ya ocurriendo por estos lados: un verano intenso y la tierra calcinada. No hay pastos y las fuentes de agua de un día para otro desaparecen, por lo que el ganado se muere irremediablemente. La agricultura se encuentra en retroceso. Dado que los ríos que surten los acueductos no dan abasto, se han dictado normas que regulan el uso del agua en los hogares bajo sanciones por su desperdicio. A veces el cielo se obscurece y nos da el alegrón de que va a llover, pero, nada. Los mayores recordamos que la Iglesia Católica practicaba un ritual especial para pedir que el cielo soltara la lluvia: se llamaba la rogativa. Consistía en una procesión pública, con acompañamiento de una o varias imágenes de santos, en que el sacerdote, revestido con ornamentos de ocasión, iba implorando a una lista de bienaventurados que intercedieran para que cesara aquello que se consideraba un castigo divino, por lo general, un verano prolongado. De niños, nos hacían reír los nombres raros y graciosos que el sacerdote invocaba en su canto : San Pancrasio, ruega por nosotros; san Etelberto, ruega por nosotros; san Pánfilo, santa Tecla, santos Nemeciano y Apelio, santa Radegunda, santa Fructuosa, san Bibiano, san Arbogasto, santa Paula Barbada virgen, ruega por nosotros. Pues, con risas y todo, la verdad es que a más tardar, en tres días, se desgajaban de las nubes unos aguaceros terribles. Su misterio tenía la oración del presbítero y la fe popular porque, sin dudarlo, el milagro pedido se cumplía a cabalidad. Creo que algo semejante ocurrió cuando al recordado primo, el padre Eulises Gutiérrez Clavijo, le pidieron unos feligreses de Aguachica (Cesar) que elevara una plegaria para que el Todopoderoso les mandara agua tras un agostamiento calamitoso. Los invitó a rezar juntos. En efecto, rezaron, y no habían terminado las preces cuando se les vino un chaparrón. Los atónitos fieles atribuyeron aquello a la persona del sacerdote pero él les replicó que no era él quien había obrado sino la voluntad del Señor. Volviendo al tema de la rogativa, los vecinos del pueblo valoraban en qué momento y por qué causa la precisaban y así, se dirigían a donde el señor cura y le exponían el caso. Pero el acto religioso tenía un estipendio según el arancel eclesiástico, pues en esta vida nada es gratis. Por supuesto que el párroco debía asumir costos como el de monaguillos, el cantor y el incienso. De allí salió aquella historia de los parroquianos que le llevaron muy poco dinero al cura para la rogativa y le dijeron: “Con esta ofrenda, ojalá que se desate una tempestad o un diluvio” y él les respondió: “Esta plata no alcanza ni para un trueno”. En Herrán, la calamidad que afrontaron no hace mucho tiempo fue el cuarteamiento del suelo, con amenaza de hundimiento del casco urbano. Los mamadores de gallo inventaron que para frenar la catástrofe los herranenses oraban así: por un lado, las mujeres clamaban: “¡Señor, cierra nuestras grietas!”, mientras los hombres, de otro lado, contestaban: “¡Que por nuestra culpa están abiertas!” La realidad actual es que si con todas las medidas del gobierno nacional no se obtiene ningún remedio, tocará acudir a las rogativas de otros tiempos. ¡Que así sea! Y un apunte final sobre cómo algunos quieren aprovecharse del Niño: Me han informado de un alcalde que se apresta a presentar ante el organismo competente de auxilio a calamidades públicas un proyecto para reconstruir 60 casas destruidas en su municipio presuntamente por los vientos huracanados que están soplando debido a los conocidos desvaríos climáticos. El plan cuesta miles de millones de pesos, y lo cierto es que allí no se ha caído ninguna casa. El del tumbe no es el Niño sino el alcalde, comentan. A propósito, hago mía la sugerencia de un amigo: ¿por qué los gobernadores y alcaldes no decretan un año sabático en su período, un año sabático de no robar? orlandoclavijot@hotmail.com 8 de agosto de 2014.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado