CRONIQUILLA
PETICIONES DE NAVIDAD
Orlando Clavijo Torrado
Según la tradición, hacer el pesebre durante siete años trae la bendición que se le pida al Niño Dios. Ello no falla. Recuerdo que una tía ponía debajo de la imagen del Niño un papel en el que no solo le escribía sus peticiones sino que para mejor entendimiento se las concretaba en dibujos. Su apremio en aquella época era de un techo propio. En el dibujo se le fueron unas líneas hacia un lado. Finalmente su marido logró el empleo que le permitió comprar no solo la casa en donde vivían sino el lote adyacente.
Claro que un plazo semejante para satisfacer las necesidades de Cúcuta resultaría muy largo por lo que el Niño Jesús tendrá que multiplicarse en milagros pero pronto pues, por ejemplo, en cuanto a calles y avenidas ya no le cabe un hueco más, por dondequiera que uno transite, La Libertad, Belén, Juan Atalaya, El Escobal. No hablemos de las vías del valle. ¿Rezar siete novenas, vale decir, casi dos administraciones municipales más, pasar por otras dos elecciones? No, Divino Infante. La ciudad se nos hundiría. Si no podemos de la vergüenza, los carros se nos están dañando y la gente se está lesionando la columna, ¿nos vas a poner a esperar tanto tiempo?
En cuanto a los peajes que todo el mundo odia, de nada valieron cartas elegantes al alto gobierno, protestas, manifestaciones, pedreas, que la gente de Prados del Este saliera a interrumpir el tráfico. Ni por estas. En Bogotá les importó un bledo. Ahora obligan a los vehículos a meterse por unos estrechos túneles en la carretera a San Antonio - ¡qué grosería! - para que nadie se escape del pago en la moneda que los de San Simón imponen, en pesos, porque a sabiendas de que aquí circula el bolívar y de que vivimos del turismo de los vecinos, no fue posible que lo aceptaran.
Esta es otra de las solicitudes urgentes para poner en el pesebre, pero rogándole a Jesús que la despache ya, sin dilaciones. ¡Ah! Y la referente al descontrol y locura en el tránsito, y a la falta de suficientes agentes pero honrados, esto es, que no quieran cuadrarse la Navidad a costa de los incautos. De las carreteras del departamento hablaré luego de mi regreso de vacaciones.
El despelote es mucho, pero por ahora no te queremos abrumar Niño Jesús con tantos reclamos. Amén.
Amables lectores: que sean tan felices en esta Navidad como en el nuevo año.
orlandoclavijot@hotmail.com
Cúcuta, 22 de diciembre de 2008.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
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- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
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