lunes, 19 de enero de 2009

CRONIQUILLA - CONTINUACION DEL PERIPLO

CRONIQUILLA

CONTINUACION DEL PERIPLO
Orlando Clavijo Torrado

El descanso en Ocaña nos permitió admirar el adorno de luces navideñas en el parque “29 de mayo”, hermosísimo, regalo de la empresa Centrales Eléctricas del Norte de Santander.
La cosa es a otro precio en materia de vías nada más tocando a Río de Oro, en el Cesar, continuando a Aguachica y luego tomando la troncal o carretera al mar. Buen pavimento, anchura, señalización, cero huecos y rectas inacabables. Nada parecido, ni de lejos, con la infraestructura vial del Norte de Santander. Y el Ejército y la Policía Nacional presentes cada diez kilómetros.
Hacía mucho tiempo no oía doblar las campanas y los tres repiques convocando a la misa. En Villanueva reviví aquellos momentos. “Se fue un villanuevero”, les dije a mis hijos. Como ellos nunca habían oído lo que se llamaba otrora tocar a muerto, tuve que ilustrarlos. Desde el restaurante principal contemplamos el cortejo fúnebre que avanzaba parsimoniosa y respetuosamente hacia el templo parroquial.
Por “Cuatro Caminos” pasan como un gusano interminable, con gran espectáculo, los cien vagones del tren del carbón camino al Cerrajón. A un lado de la carretera están los vagones que la guerrilla descarriló e incineró y que la compañía reemplazó prontamente pues la producción de aquella riqueza no puede parar.
A cada pueblo y a cada paraje le cantaron Guillermo Buitrago, Rafael Escalona, Bovea y sus vallenatos, y los juglares del Magdalena Grande.
Finalmente arribamos a Riohacha. Nos esperaban gentes cultas y elegantes que nos llenaron de atenciones: don Nelson Aguilar Huertas y su esposa doña Ana Correa, sus hijos Dulaily y Chicho, de un lado, y Zulibeth y su familia de otro. Para complacer mi gusto por el vallenato clásico, el de los versos de metáforas encantadas y de ritmos de verdadero arte, distinto al actual vallenatoide armado con cualquier clase de letra y sin ningún esfuerzo o inspiración musical, don Nelson, sobrino del gran compositor Carlos Enrique Huertas Gómez, me obsequió cuatro casetes de canciones compuestas por éste, con su voz y su guitarra. Estas obras no han sido aún comercializadas.
El mar besa la ciudad y pone citas en lugares tranquilos como Puerto Caracol, en donde la familia Aguilar posee una finca sembrada de árboles frutales. En la pequeña urbe se dan la mano el modernismo y lo anticuado: por ejemplo, la recolección de basuras la hacen al tiempo el carro de motor y la carreta tirada por una mula.
¡La Guajira, tierra de historias asombrosas! Allí también se vivieron las extravagancias de los capos del narcotráfico. En una fiesta de aquellas en que los excesos estaban a la orden del día, al anfitrión, alucinado por el alcohol y la cocaína, se le antojó regalar una volqueta – un volteo, le llaman -, un reloj Rolex, y unos millones de pesos, a quien se comiera sus excrementos. Un sobrino se ofreció. Entonces le sirvieron en un plato, con cubiertos y servilleta, un mojón (aunque el término se usa principalmente en la costa colombiana y en Venezuela, es castizo y significa exactamente aquella suciedad). El comensal hizo de tripas corazón y consumió la mierda de su tío, el que en efecto le cumplió lo ofrecido. Sólo que el muchacho de inmediato sufrió una severa intoxicación y debió ser llevado de urgencia al hospital en donde le practicaron el lavado intestinal. La enfermera que lo recibió y quien me refirió el acontecimiento no fue la misma que se ocupó del procedimiento de limpieza.
“Así es la Guajira, de paradojas y contrastes”, me explicaban, “a la par que bella y misteriosa”.

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 19 de enero de 2009.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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PORTADA

50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

EN EL AGUA DE LA VIRGEN
Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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CONTRAPORTADA

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado