CRONIQUILLA
VICEPRESIDENTES
Orlando Clavijo Torrado
Luego de la jornada electoral del pasado domingo 14 de marzo, “Colombia se tiñó de azul”, hubiera titulado en primera página El Siglo en otras épocas. Y si tuviéramos periódico conservador en el Norte de Santander, los titulares dirían “El corazón rojo de Colombia se volvió azul”, y “Triunfo absoluto del Conservatismo en el departamento”.
Como no hubo tales titulares, pasemos a otros azules. Si hay dos genuinos representantes de la oligarquía - aquella clase social tan odiada por los chavistas y sus afines extremistas - son Germán Vargas Lleras y Juan Manuel Santos, hoy aspirantes a ejercer la presidencia de la República. Empero, que sean de sangre azul no invalida sus méritos como extraordinarios patriotas, inteligencias superiores y cultos varones educados en los mejores centros universitarios nacionales, de Estados Unidos y Europa. (Recordemos que los últimos presidentes de sangre azul han sido Guillermo León Valencia y Alfonso López Michelsen).
Con todo, ellos, como todo el mundo, tienen derecho a posar de humildes e igualitarios. Y habrá quién les crea. Por mi parte, algo que me impide creerle al nieto del ex presidente Lleras Restrepo es su elitismo y su ego superinflado. Dentro de ese marco real, me parece sobreactuación suya esto de nombrar a la barranquillera doña Elsa Noguera De la Espriella como su posible vicepresidente; además, una payasada y una burla a todo lo que ella significa, pese a su corta estatura y limitación de locomoción, desventajas que no la amilanaron y por el contrario la encumbraron al nivel de los más brillantes economistas. ¡Hum! Ya soñó Vargas Lleras: con esta selección hago una carambola de dos bandas: conquisto los votos costeños y me echo al bolsillo a los minusválidos. ¡Cómo no! ¡Ya voy Toño! En buen romance una jugada semejante se llama utilización.
Igual sucede con Juan Manuel Santos. No puedo dejar de confesar que mi admiración por él se ha resentido, y que me ha sorprendido la escogencia de su compañero como vicepresidente. No me vengan con el cuento de que ahora se derrite por obreros como Angelino Garzón, y que tiene empatía con la izquierda. ¡Él, tan aristócrata, tan privilegiado! No me expliquen más: tácticas electorales, arrastrar al Polo Democrático, allanar el camino para el TLC, mostrarle al tío Sam que los sindicalistas y la oposición aquí son bien tratados, que Garzón viró a la derecha y que muy atrás quedó su Comunismo, etc., etc. ¡Ya! ¡Concordancia, señores! Uribe sí la tuvo al nombrar su vicepresidente, pero no tuvo ni elegancia, ni consecuencia ni gratitud con el Partido Conservador que se la jugó toda por él, y sobradamente se había ganado la vicepresidencia.
Acepto: ¡Esa es la política en nuestro país! Sin más comentarios.
Finalmente, la pregunta del millón: ¿El Registrador Nacional del Estado Civil estaba borracho? ¿Por qué bailaban sus subalternos y se paraban en la cabeza? ¿Hubo saboteo de quien tenía que presidir y honrar el acto más sagrado y sensible del elector?
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
Cúcuta, 20 de marzo de 2010.
lunes, 22 de marzo de 2010
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- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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