sábado, 12 de febrero de 2011

CRONIQUILLA
MATRIMONIOS JAILOSOS
Orlando Clavijo Torrado

Toda la tecnología y las máximas comodidades están presentes en las fiestas nupciales de ahora. Las familias menos pudientes como mínimo contratan un fotógrafo y un grabador de video para la ceremonia religiosa. Aquellas de apreciable envergadura económica ya alquilan el salón de un hotel para la recepción. En una mesa decorada instalan la urna para recibir la “lluvia de sobres”, esto es, el aporte de los invitados a manera de regalo para los novios, en físicos billetes de alta denominación. Las flores y los adornos en tul lucen coquetamente por doquier, pero resaltan en las columnas. En rincones estratégicos, pantallas de televisión van mostrando la vida de los contrayentes, desde que estaban en la bañera, empeloticos, hasta los amacices en la playa y en el nevado del Ruiz. Brindan la música, alternativamente, un conjunto con dos cantantes y potentes amplificadores, y un computador programado para que despache melodías sin parar. El bufé es distribuido por ceremoniosos camareros, bien en largas mesas o en el sitio de cada invitado. En fin, la galantería y el confort se muestran en todos los detalles.
En bodas de mayor vuelo linda el asunto con cuentos de hadas: los novios entran a la iglesia en pomposo carruaje tirado por caballos enjaezados vistosamente; diminutas luces alumbran los pasillos y corredores; los novios bailan el vals bajo una pagoda; virtualmente el agasajo es un desfile de modas femenino: por supuesto ellas rivalizan y se destacan con sus trajes largos, mientras bien detrás quedan los caballeros ataviados con guayabera blanca; las servilletas están envueltas en cintas delicadas; también gigantescas pantallas de televisión registran la vida de los desposados; y de las viandas finamente presentadas, ¡ni qué hablar! Nada se ha escapado a los organizadores del acontecimiento para que la perfección, el buen gusto, la alegría y el contento general se impongan.
Al menos en los ágapes matrimoniales a los que he asistido así ha ocurrido. Nunca he visto lo que vio una pariente en un evento similar en San Cristóbal, Venezuela. Cuenta ella que todos los lujos de que hemos hablado corrían en aquella ocasión. Pero, ¡válganos Dios de los cielos!, los anfitriones o la agencia de festejos olvidaron un pormenor: no pusieron servicio de cubiertos.
Todo el mundo disimulaba el bochorno; nadie se atrevía a tomar ningún bocado pues de hacerlo tocaría con los dedos pelados; todos se miraban buscando al osado que empezara; tanta elegancia no permitía que alguien llamara a un mesero a pedirle un simple tenedor. Había pasado la medianoche. Los bostezos eran incontrolables. Aquellos platos provocaban insolentemente, pero ¿cómo meterles el diente? Al fin, una empingorotada juez se lanzó a comer cual mugroso gamín, mientras sentenciaba con muchas ínfulas: “¿Sabían ustedes que lo in en etiqueta en la más alta sociedad es comer con la mano?” Los compañeros de mesa la miraron sorprendidos. “¡Uf, qué asco! - contraatacó otra señora cargada de joyas. No sabíamos eso, aunque es posible, con el cambio de las costumbres tan vertiginoso de hoy, que volvamos a los tiempos de los cavernícolas”.
En definitiva, quienes de ninguna manera probaron los manjares tuvieron que calmar la hambruna con lo que encontraron a tales horas de la madrugada: morcillas, arepas, hamburguesas y perros calientes de las ventas callejeras.

orlandoclavijot@hotmail.com
Cúcuta, 12 de febrero de 2011

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

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Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado