miércoles, 10 de julio de 2013

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA CONFUSIONES Orlando Clavijo Torrado Parece nuevo pero no lo es eso de tomar por mujer a un hombre o viceversa debido a su indumentaria, su cabello, su calzado, sus aretes y adornos. El tema viene a propósito ahora que la homosexualidad se puso de moda, hasta en el Vaticano según lo reconoció el papa Francisco. No solo está de moda sino firmemente implantada por leyes y sentencias judiciales, por gobiernos y entes a granel que la respaldan. Dentro de poco los raros vamos a ser los heterosexuales, una verdadera minoría oprimida. Mencionaré dos ejemplos de confusión ocurridos en Cúcuta. En el primer caso, ya hace unos treinta años, el protagonista fue un amigo, a quien le pasó cuanto le pasó por estar de ocioso y buscando lo que no sirve, como le cantaleteó la abuela. Diego, en aquella época, tenía unos veinte años. Esa noche se fue a jugar a billar y a beber cerveza; allí se olvidó del tiempo, de modo que cuando terminó el último chico era la una de la mañana y cargaba una mediana borrachera. Vivía en el barrio El Llano. Al cruzar por el parque Mercedes Ábrego alcanzó a divisar una figura femenina de contorno hermoso y tentador. A Diego se le brotaron los ojos y se le abrió el apetito sexual. La ramera lo llamaba a señas y él se le aproximó y le preguntó por el precio de la acostada; ella le respondió, sin chistar una palabra e indicando con los dedos, que eran veinte mil pesos. El joven le manifestó que estaba bien, y marcharon los dos a una residencia por ratos. Llegados al cuarto, Diego se desnudó completamente y se recostó a contemplar a su conquista que le hacía striptease. Aquella escultura preciosa, con una flor en el pelo, de negras pestañas, maquillaje exquisito, pero escaso busto, se movía como una serpiente. Diego se hallaba boquiabierto, paralizado, embobado. De pronto llegó el momento en que la danzarina debía quitarse la ropa interior, momento que más esperaba su cliente. Con gracia y provocación empezó a retirarse la pantaleta de encaje. Cuando lo que guardaba allí quedó libre y se disparó como un resorte, Diego también saltó como un resorte de la cama, recogió sus prendas, bajó como pudo las escaleras de aquel antro y corrió espantado a su casa, mientras el mariposo entaconado lo perseguía gritándole: “vení mi amor, esperáme, terminemos, o al menos pagáme”. Para colmo de sus males, Diego vivía con sus abuelos, y éstos, ambos sordos, no oían los golpes en la puerta ni el clamor del nieto empeloto a punto de ser acometido por el pervertido. El otro caso sucedió hace poco. La matrona que me refirió el episodio recuerda que ella se encontraba en el balcón de su casa cuando vio acercarse al parquecito cercano, que posee dos enormes árboles, a una pareja joven, entrelazados y acariciándose. Lucían buenos trajes, pero por supuesto le llamó la atención el bluyín fino y la blusa espectacular de ella. Al llegar a un árbol, el chico le dijo a su pareja: “¿Quiere mear aquí?”. “¡Qué tipo tan irrespetuoso, qué vocabulario!”, pensó la dama del balcón. “Bueno, ¿y cómo podrá orinar esa muchacha si lleva ese bluyín tan apretado?” “¿Será tan descarada que se va a poner en cuclillas ahí?” Pues, señores, la señora estaba equivocada: el hombre se cuadró frente al árbol, y cual perro, pero sin alzar la pata, roció el tronco, y ¡oh, sorpresa!, su pareja, mandó su mano a la bragueta e hizo lo mismo que el otro. Hasta ese momento la escandalizada vecina descubrió que se trataba de un par de homosexuales. “¡Qué asco!”, exclamó para sí. “ Y si ambos son maricas, ¿para qué uno se viste de mujer?” “Cualquiera – me dijo – podría jurar que a la persona vestida de varón la acompañaba una hembra; engañaba el cuerpo esbelto, el rostro femenino, el caminar y los ademanes suaves”. Cuando comentábamos estos sucesos, un caballero anotó con humor: “Esas son mujeres con antena a tierra o con enchufe”. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 9 de agosto de 2013

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado