jueves, 30 de enero de 2014

ADIÓS A LOS BRINDIS

CRONIQUILLA ADIÓS A LOS BRINDIS Orlando Clavijo Torrado Sin duda que la Ley 1696 del 19 de diciembre de 2013 era necesaria. Todos, absolutamente todos, desde nuestros padres y de pronto desde más atrás, veníamos cometiendo locuras al ingerir licor y sentarnos irresponsablemente a manejar. La bondad de Dios favoreció a muchos de morir, o de sufrir graves lesiones, o de causarles desastres a otros en sus vidas y en sus bienes. ¡Cómo será la humanidad de insensata que pese al excesivo rigor de la mentada preceptiva, aún continúan algunos conduciendo embriagados y por lo tanto generando dolor en los hogares! Ya se evidenció que falta pulir la ley en numerosos detalles para evitar que los funcionarios de tránsito, la Policía, en especial, cometan abusos en la práctica de la prueba de alcoholemia. Se presume que agentes de tránsito inescrupulosos se aprovechen para extorsionar al presunto bebedor con interpretaciones amañadas. No todo el que huela a licor o lo que huela a tal debe ser sancionado. Por ello, el cuádruple castigo para quien por primera vez resulte con grado cero de alcoholemia, entre 20 y 39 mg. de etanol en 100 miligramos de sangre total, suena exagerado. Ese grado cero lo arrojan dos simples cervezas y hasta se ha afirmado que un enguayabado también lo puede dar o quien haya usado algunos enjuagues bucales. Las sanciones son, todas juntas, para el infractor primíparo: suspensión de la licencia de conducción por un (1) año; multa correspondiente a noventa (90) salarios mínimos diarios legales vigentes (SMDLV) (aproximadamente $ 1.770.000); realización de acciones comunitarias durante veinte (20) horas, e inmovilización del vehículo por un (1) día hábil (de modo que si a la persona la pescaron un sábado, su auto sólo le será devuelto el martes). Ante semejantes extralimitaciones de inmediato se presentó la primera demanda de inexequibilidad de la ley ante la Corte Constitucional instaurada por el doctor Tomás Javier Oñate Acosta. Conozco el caso de un señor, amante de endulzar su paladar con unos deliciosos caramelos con sabor a anís (yo también soy un degustador de ellos) al que la Policía, como se dice vulgarmente, “se la montó” aduciendo que había dado resultado positivo de alcohol, y por su aliento a aguardiente. ¡Unos cuantos billetes lo salvaron! El cura de mi parroquia comentó angustiado que temía que le hicieran la prueba tan pronto terminara de celebrar una misa, y para colmo, había días en que oficiaba varias. “Me calificarán de borracho pues tomo vino todo el día”, dijo. Otro amigo entró igualmente en pánico al conocer la nueva ley. Ocurre que leyó hace tiempos sobre las virtudes del vino blanco o seco para el corazón, criterio confirmado frecuentemente por estudios científicos, por lo que desde entonces se aplica este sabroso remedio en cada comida, “¿Qué hago?”, se pregunta. “¿Cuido mi corazón o mi bolsillo, mi libertad y mi carro?” ¿Será que la Ley 1696 acabará con la torta de cumpleaños o el ponqué de bodas acompañados de champaña o con los brindis en las inauguraciones o en los encuentros presidenciales? De ocurrírseles a las autoridades de tránsito plantarse a esperar que salgan los invitados de tales eventos, éstos no pueden negar que dieron papaya y los otros les cantarán ¡bingo! ¡Y todos a soplar! orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com Cúcuta, 30 de enero de 2014.

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

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Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado