miércoles, 15 de enero de 2014

AMÉN O ALELUYA

PARA EL SEMANARIO LA PROVINCIA DE OCAÑA AMÉN O ALELUYA Orlando Clavijo Torrado Aclaro que tengo muchos parientes muy amados que se han trasteado de religión, de manera que mis puntos de vista no obedecen a discriminación, fobia o intolerancia. Por supuesto que respeto su decisión, pero no la comparto pues siempre he considerado dos cosas: primero: el hombre regularmente necesita un pretexto para cambiar y, segundo: más que cambiar de religión se debe cambiar de actitud. Cuando realizaba el trabajo de investigación histórica para un libro, visité un templo mormón en donde funciona un centro de historia familiar. Los mormones – para el cumplimiento de su doctrina – han desarrollado el acopio de archivos parroquiales y eclesiásticos de todo el mundo mediante la filmación que guardan en cintas. En cubículos modernos, uno puede ver estas cintas proyectadas en una plancha, las que va pasando mediante una manija como si pasara las hojas de un libro. Para no extenderme en explicaciones sí afirmo que la obra de los adeptos a la iglesia de los Santos de los Últimos Días – o mormones - es maravillosa para un historiador. Pues bien: a los pocos días de estar en mi trabajo, se acercó una chica de falda larga y buzo de lana de cuello alto y mangas hasta las muñecas – ¡pobre muchacha, asándose dentro de un vestido inadecuado para los 32 grados de temperatura de Cúcuta! – y ocurrió lo que yo estaba esperando (por favor, no sean malpensados): me invitó a que me hiciera mormón, a que me convirtiera en el “hermano Clavijo”. “¿Usted antes era católica, verdad?”, le pregunté. Me respondió que sí, y que cuando era católica usaba minifalda y escote provocativo – o como decía el difunto padre Álvaro Suárez, la ropa de abajo bien arriba y la de arriba bien abajo-, bebía, fumaba, rumbeaba todas las noches y tenía colección de novios. “¿Había algún precepto en el catolicismo que la obligara a comportarse así?”, volví a preguntarle. Ella agachó la cabeza y eludió la respuesta. Seguramente era ahora mejor, responsable, trabajadora, recatada y hogareña. Entonces, ¿es el sitio de culto el que lo hace cambiar a uno? ¿O la suerte me sonríe si dejo de asistir al templo católico y me paso para el de los Testigos de Jehová? ¿Jesús me oye desde un templo y no desde otro? ¿Si cambio los verbos rezar por orar? ¿Quedará atrás mi vida tan arrastrada si en lugar de darle pichicatamente la limosna al cura le pago generosamente el diezmo al pastor? Sinceramente, yo no creo en eso. Profeso que el cambio de religión no me cambia si yo mismo no quiero cambiar, si yo mismo no hago el esfuerzo de abandonar mis vicios, aunque, repito, el ser humano busca permanentemente un apoyo o una excusa para explicar su cambio. En el seminario del Dulce Nombre de Ocaña nos repetían que un santo triste es un triste santo. Me da pesar con algunos que han cambiado de religión y ahora, luego de ser recocheros, mamadores de gallo, alegres y jodedores, se volvieron estirados, aburridos y melancólicos, rechazan una cerveza y se escandalizan por un chiste, y ya ni siquiera pueden voltear a mirar las hermosas piernas de una mujer porque “eso es pecado, hermano”. ¡No, hermano! ¡A eso sí no le jalo! Seguiré de humilde pecador pero gozando la existencia sanamente, claro está, dentro de la misma religión, y procurando día a día enmendar mis faltas y mis malos hábitos en la esperanza de alcanzar el cielo. Amén orlandoclavijotorrado.blogspot.com orlandoclavijot@hotmail.com. 14 de enero de 2014.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

Museo Antón García de Bonilla
Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado