CRONIQUILLA
CHANCHULLO
Orlando Clavijo Torrado
Alguien muy simpático me preguntó:
- ¡Oiga, toche! ¿Verdad que nos quedamos sin la chicha, el chocolate y la llave?
- No le entiendo, le repliqué.
- Se lo digo - repuso el amigo - porque oí que por disposición de la Academia de la Lengua Española quedaron prohibidas la ch y la ll. ¿Qué sabe sobre eso?
- No, toche - le respondí. Ha entendido mal. Desaparecen como letras del alfabeto la ch y la ll pero no el sonido, porque imagínese que nosotros no podamos volver a decir toche sino toce. ¡Cómo se oiría chulo si le quitáramos el sonido de la ch!
Justamente el contertulio me hizo recordar los ejemplos que nos ponía en el bachillerato un profesor de gramática. "Jamás escriban chulear y chulo sin h y cajón con g", repetía el gracioso catedrático. No olvidemos que en Colombia chulear es marcar con un chulo o símbolo que representa al animalito, mientras que en otros países tiene distintos significados.
Metámosle algo de historia al tema. Las letras ch y ll fueron incorporadas al alfabeto castellano en 1800, esto es, que perduraron 210 años. Su prestigio ya tambaleaba por los años 1950 cuando se empezó a cuestionarlas, a acusárselas de entrometidas, de que se las daban de letras no siendo más que un par de señoras juntas que ocupaban un lugar en los diccionarios que no les correspondía cuando debían de estar en los apartes dedicados a la c y a la l, al contrario de las demás que por sí solas sí eran verdaderas letras. La cosa se mantuvo en la cuerda floja hasta que la Real Academia Española de la Lengua en 1999 las bajó definitivamente a la categoría de dígrafos, y en el diccionario de la misma entidad del 2000 ya no figuraron como letras; desde entonces se erigió como dogma que el alfabeto español no se componía de 29 sino de 27 letras. Pero, con anterioridad, el X Congreso de Academias de la Lengua Española celebrado en 1994 había declarado que la ch era un dígrafo y no una letra, por lo que quedaba vigente solamente la letra c. De hecho, en los diccionarios de unos años acá los dos fonemas no aparecen en capítulos separados. Para abundar en explicaciones digamos que según los expertos los dígrafos ch y ll son una combinación de dos signos gráficos simples del alfabeto.
La defunción de la ch y la ll - o che y elle, según aconseja la Academia que se deben llamar y escribir - ocurrió oficialmente el 28 de noviembre de 2010 en la Feria del Libro de Guadalajara, en donde los representantes de las 22 academias de la Lengua Española proclamaron por medio de un solemne y sabio vocero: La ch es simplemente un sonido africado palatal y la ll un fonema lateral palatal. El portavoz anunció la aprobación de la nueva edición de la "Ortografía de la lengua española" que salió el 17 de diciembre de 2010.
Academia dixit, y en adelante no se admiten pataleos ni objeciones.
En resumen, desaparecen como letras la ch y la ll pero no su uso, su sabroso sonido y las palabras que las contienen como chupar,chorizo, charlar, cháchara, Chucho, chorrear, cucaracha, chica, y ¡chao!, calle, bulla, llorón, lleve, rollo, canalla, y, por supuesto, croniquilla, toche y chanchullo, tan de moda esta última por los días que corren gracias a los descubrimientos de los investigadores judiciales.
orlandoclavijotorrado.blogspot.com
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Bucaramanga, 13 de julio de 2011
domingo, 3 de junio de 2012
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- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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