jueves, 13 de septiembre de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA” EL KILÓMETRO 6 Orlando Clavijo Torrado Con el tiempo se descubrió que los estallidos de la tubería del oleoducto Caño Limón –Coveñas que pasa por nuestro departamento no eran solo atentados terroristas del Eln sino un negocio que se movía detrás. Existía una empresa dedicada a las reparaciones, la cual, tan pronto sucedía una explosión, ya estaba lista para salir a reparar. ¡Definitivamente, este es un país de vivos! Se sospecha que desde el seno de Ecopetrol salían las coordenadas del próximo ataque. Los mismos campesinos de la región eran llamados como obreros, con altos jornales; incluso, a algunos les cubrían gastos de hotel siendo que tenían su residencia por el contorno. Todo lo pagaba Ecopetrol. De modo que entre más golpes a la infraestructura hubiera, más petróleo corría por entre los cultivos y las quebradas y más dinero se deslizaba y llenaba los bolsillos de los socios y compinches. Así de sencillo. Un negocio redondo de ganancias para unos pocos y de desangre para la empresa petrolera de los colombianos. ¡Cuántos se aprovechaban de esta verdadera gallina de los huevos de oro! Por supuesto que ello no era posible sin la corrupción. Sin embargo, que yo conozca, no hubo sindicados por el entramado. Pero, me llamó la atención en la investigación el caso del kilómetro 6. Ecopetrol tenía señalados en un mapa los sitios tradicionales de roturas violentas como algo previsto e irreversible. Y, claro está, en su presupuesto también se consideraba una abultada partida para estos daños y pérdidas. En el kilómetro 6 de la carretera Tibú – La Y - es decir, partiendo de Tibú a Cúcuta - se esperaba una voladura al menos cada dos meses. Por lo general la hacían mensualmente, aunque no faltaron dos arremetidas en un mismo mes, todo desde una década antes. Hablamos de los años 90 del siglo pasado. Fallaba más el desayuno del día siguiente que la voladura en el kilómetro 6. Ni Policía, ni DAS, ni CTI, ni nadie descubría por qué ocurría esto. Fue una casualidad que el Ejército Nacional en un patrullaje se detuviera justamente cerca al punto en donde siempre detonaban el artefacto. Pese a ser una operación rutinaria, encontró algunas armas sin licencia para su porte, las incautó y le notificó al labriego dueño del predio que quedaba detenido. El arsenal se hallaba escondido en los árboles y en la maleza. En seguida le preguntaron por los reventones y por la coincidencia que invariablemente ocurrían en su finca y en el mismo punto sin que él se percatara de nada. El hombre, de unos 50 años de edad, un típico campesino de piel ajada y manos curtidas, mostraba su estupor en una cara de yo no fui que a cualquiera convencería, pero de repente cambió de actitud y empezó a cantar: él era el encargado de practicar el hoyo debajo del tubo para que los guerrilleros instalaran la carga destructiva, mas realizaba el trabajo porque llegaban, le ponían una pistola en la nuca y lo obligaban a sacar las herramientas y a marchar al sitio. Confesó que estaba tan acostumbrado que tan pronto los divisaba a lo lejos, empezaba a preparar la pala y el barretón. Así, se ahorraba la intimidación con la pistola. La historia termina felizmente pues el misterio quedó develado, en el kilómetro 6 el oleoducto no volvió a volar en pedazos, ni a derramarse el crudo, ni a contaminarse la naturaleza desde la captura del sujeto, y por fin la comunidad recobró el derecho a vivir tranquila sin la zozobra de los periódicos bombazos. orlandoclavijotorrado.blogspot.com 9 de septiembre de 2012.

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Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila
COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado