miércoles, 26 de agosto de 2009

HISTORIA VERDADERA DE BUCARASICA
Estudio para la enciclopedia virtual Wikipedia
Por Orlando Clavijo Torrado

Bucarasica es uno de los 40 municipios del departamento Norte de Santander en la república de Colombia, Sudamérica.
“Es una pequeña vena en la ramificación de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos; pertenece a hoya del lago de Maracaibo y a la subregión norte del departamento. Le corresponden las siguientes coordenadas geográficas: 8º 03 Latitud Norte; 72º Longitud al Oeste de Greenwich; X = 1’374.000; X= 1’398.000; Y= 1’117.000; Y= 1’137.000.
Su extensión territorial es de 267 kilómetros cuadrados, que equivalen al 1.23% del total del departamento”.
Limita con los siguientes municipios: al Norte con Ábrego y Sardinata; al Sur con Lourdes y Villacaro; al Oriente con Sardinata y Lourdes; al Occidente con Villacaro y Ábrego.
La cabecera municipal se encuentra a 1.125 metros sobre el nivel del mar. Goza de una temperatura promedio de 22º. La población, según el censo del 2005-2006 se discrimina así: área rural 3958 personas, cabecera municipal 549, para un gran total de 4507 habitantes.
Distancias a los principales centros urbanos: a Sardinata, 25 kilómetros; a Cúcuta, 95 kilómetros; a Ábrego, 110 kilómetros; a Ocaña, 135 kilómetros.
Historia
A finales del siglo XIX aún se estilaban las divisiones territoriales de corte español. Así, en el actual territorio de Bucarasica se encontraban el partido de La Sanjuana, con extensión hasta La Victoria, hoy corregimiento de Sardinata, y el partido de El Playón, cuyo centro era el punto o sitio de La Florida. También se denominaban a las pequeñas aglomeraciones cuadrillas. Por ello, se habla primero de El Playón y poco después, cuando el caserío de La Florida ha logrado algún desarrollo, aquel nombre es sustituido por éste. Los nombres de El Playón y La Florida se conjugan, por lo que en documentos oficiales de las dos primeras décadas del siglo XX se usan al tiempo, alternándolos de esta forma: La Florida – El Playón y El Playón – La Florida. Se pretendía que no hubiera la menor duda sobre el ente político-administrativo. Pero ha de entenderse que La Florida hacía referencia al poblado que se estaba formando y que con el tiempo sirvió de cabecera municipal. Hasta 1889 estos partidos pertenecieron al municipio de La Cruz – actual Ábrego – de la provincia de Ocaña, y luego al municipio de San Pedro – hoy Villacaro –, de la misma provincia. En 1921 figura La Florida como corregimiento de San Pedro.
El caserío ya tomó cuerpo en 1893. Lo comprueba la existencia de una capilla. El 24 de abril de dicho año se administró por primera vez un sacramento: fue el bautizo del párvulo Pedro María Granados, al que apadrinaron Benjamín Torrado Pérez y su esposa Evarista Sánchez. Esta fecha puede considerarse válidamente fundacional. La parroquia fue erigida por decreto del 8 de diciembre de 1908, refrendado por decreto del 31 de diciembre, dados por el obispo de Santa Marta Fray Francisco María Primo Simón y Ródenas, un capuchino español que mereció ser declarado venerable por la Iglesia Católica. Es un error señalar al obispo Rafael Celedón como fundador de la parroquia ya que su muerte acaeció en 1902. Igualmente constituye un despropósito atribuirle el estímulo a la colonización ya que por la época en que se desarrolló él se hallaba difundiendo la doctrina cristiana como simple sacerdote entre los indios guajiros. En definitiva, nada fundó Celedón.
Se ha sugerido que entre las riberas de los ríos Tarra y Sardinata habitaba la tribu de los Bucarasicas, mas, si fue cierto, no hay historia de su existencia. Todo rastro aborigen se borró a mediados del siglo XVII. Y, por supuesto, resulta apócrifo el relato difundido sobre la existencia de los indios búcaros, del cacique Búcaro y la princesa Curasica (con este último nombre se conoce una vereda de La Playa). Con todo, Bucarasica es, a no dudarlo, una voz indígena. La migración se nutrió de gentes blancas provenientes de La Cruz, inicialmente, y luego de Gramalote, Sardinata, Santander, Boyacá y otros lares. La raza negra no tuvo presencia alguna. En 1897 el villorrio empezaba en la morada de Gabriel Clavijo, hoy propiedad de José Antonio Quintero Torrado; a continuación venía la vivienda de Benjamín Torrado, que lindaba por el Oriente con la plazuela. En la escritura de venta a Ignacio García se dice que Benjamín Torrado construyó a sus expensas la casa, en terreno adquirido a Raimundo Osorio. Hoy están edificados allí el centro de salud y la alcaldía municipal. Aun no existía el barrio El Palomar.
Se pueden citar entre los primeros habitantes del caserío de La Florida por aquellos años, a juzgar por los títulos escriturarios, a Benjamín Torrado, Ignacio García, Gabriel Clavijo, Telésforo García, Felipe Maecha, Enrique Pérez, Raimundo Osorio, Vicente Arévalo, Rafael Rolón, Antonio Rolón (padre del anterior), Florencia Álvarez, Miguel Arteaga, Justo López, Jacinto Cañizares y Juan María Suárez.
El nombre de Bucarasica aparece inicialmente en una escritura del 21 de enero de 1679 por la cual Juan de Arévalo vende a don José Álvarez de Herrera las tierras de Bucarasica y Turmeros. “El alcalde ordinario de Ocaña Luis Téllez Blanco aprueba la transacción”. .
Hay enajenaciones hasta 1766. Por más de una centuria no se conoce actividad escrituraria. Empero, en las dos últimas décadas del siglo XIX la feracidad de las montañas vírgenes despertó una febril pasión de apoderamiento de los terrenos baldíos, que los colonizadores se afanaron por asegurar mediante documentos, primero en la notaría de Ocaña y a partir de 1893 en la notaría de Gramalote, principalmente, a donde acudían a granel.
Sin mencionar aquí los actos notariales de Ocaña, los documentos de escrituración hallados en la Notaría de Gramalote reflejan el movimiento de dos clases de pioneros: colonizadores propiamente dichos o colonos de baldíos, como se llamaban textualmente, y de ocupantes de las tierras colonizadas por compraventas, en el entendido que no son la misma cosa puesto que no cumplieron igual misión.
Hallamos, entonces, como colonizadores, a manera de ejemplo, en el partido de El Playón, a Feminiano Llanes en el sitio “El Presidio” (1882) – en la actual vereda de El Alto -, José Dolores Rincón en El Carmen – vereda del mismo nombre hoy en día – (1893), y Raimundo Peñaranda en el punto “La Azucena” (1893); y en el partido de La Sanjuana a Sixto Rosales (1892), Andrés A. Montaña (1893), Salustiano Clavijo Parada en el punto “Gallinetas” (1893), José Peña en el sitio “ Miraflores” (1896), y Manuel Botello en el sitio “San Isidro” (1896).
Por consiguiente, haciendo la salvedad de que la enunciación no es exhaustiva, entre los primeros colonizadores, compradores y colindantes de los predios baldíos transaccionados estuvieron: Secundino Rincón, Félix Ortíz, Heliodoro Celis, Juan Esteban Ovalle, Federico Vitolas, Ángel María Pérez, Antonio Arias, Cesareo Nova, Santiago Salcedo, Carmelo Ibarra, Nepomuceno Álvarez, José Peña, Román Rincón, Benito Esparza, Hernán Botello, Guillermo Vivas, José Escalante, Ramón García, Raimundo Suescún y los mentados Feminiano Llanes, José Dolores Rincón, Raimundo Peñaranda, Sixto Rosales, Andrés A. Montaña, Salustiano Clavijo, José Peña y Manuel Botello.
La mayoría de tierras fueron dedicadas al cultivo del café, de modo que para el año 1926 en el municipio de San Pedro, en general, y en su corregimiento La Florida, particularmente, sobresalían los siguientes caficultores: Ambrosio Carvajal, Víctor J. Rangel, Juan Arévalo y Francisco Aya, quienes en su finca “Provincias” mantenían 85.000 árboles; Manuel Botello, Sebastián del Castillo y Silvestre Rincón, con sembrados de 45.000 árboles por predio; Francisco Pérez y Laureano Afanador, propietarios de heredades con 35.000 árboles cada una; Florentino Rincón, cuyo fundo “La Pedregosa” estaba poblada con 30.000 árboles; Leonardo Becerra, José V. Durán, Ignacio García, Raimundo López, Campo E. Salamanca, Laureano Afanador, Tritón Calvo, Juan Carrillo, Pulcrecio Rodríguez, Carlos Méndez, Raimundo Serrano, José M. Gutiérrez, Salustiano Clavijo e hijos, Santos Calvo y Claudio Arteaga, todos con sembrados de 20.000 árboles; Manuel Soto, poseedor de “El Espejo” con 15.000 árboles; Bernabé García en cuyo campo “Aguadita” prosperaban 12.000 cafetos; e Ignacio García y José Escalante, con un floreciente cafetal de 20.000 árboles en su finca La Florida.
La Ordenanza Nº 51 del 30 de junio de 1938 le otorgó la categoría de municipio al corregimiento La Florida, dependiente entonces de San Pedro, y le varió el nombre por Bucarasica, dejando a San Pedro como su corregimiento. Surgieron desavenencias entre los dos conglomerados por ostentar la municipalidad. La Asamblea departamental dirimió el conflicto en 1948 mediante la Ordenanza Nº 9 del 25 de noviembre que los reconoció a ambos como municipios. La Ordenanaza Nº 25 del 23 diciembre del mismo año ratificó la decisión y le cambió el nombre al segundo ente, de San Pedro del Norte, dado en la Ordenanza Nº 9, por el de Villacaro, nombre que siguió rigiendo en adelante.
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Fuentes consultadas: Cerca de las estrellas: registro histórico, minucioso y documentado de Bucarasica, población de la antigua provincia de Ocaña, en el departamento Norte de Santander, Colombia, por Orlando Clavijo Torrado, impreso en la editorial Nueva Granada, Cúcuta, mayo de 2009; Notarías Primera de Ocaña y Única de Gramalote; Colombia cafetera nació en Cúcuta. 1794-1870, por Rafael Eduardo Ángel, Litografía Guevara, diciembre de 2007.

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Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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En la Academia de Historia de Norte de Santander

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