domingo, 2 de agosto de 2009

Palabras introductorias a la presentación del video-beam en el conversatorio sobre el libro Cerca de las estrellas, por Orlando Clavijo Torrado, el viernes 31 de julio de 2009 a las 4 p.m., en la sede de la Academia de Historia del Norte de Santander, Cúcuta.
(Tomadas de la grabación hecha por Silvia Andrea Clavijo Cáceres)
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Muchas gracias señor presidente y señores miembros de la Junta Directiva de la Academia por programar este conversatorio en torno a mi libro Cerca de las estrellas, y muchas gracias a todos ustedes, colegas académicos y amables asistentes.

Voy a explicar brevemente, la estructura y lo que los alemanes llaman en materia musical el leitmotiv o “tema musical conductor”. Digamos que es un ejercicio por encontrar el hilo conductor del libro y su desarrollo.

Se ha empleado un método semejante al filosófico llamado deductivo, que va de lo general a lo particular. Antes de entrar en la materia histórica, hay un capítulo, el capítulo IV llamado Edafología. En él se da una noción de la formación geológica de nuestro departamento en general y luego de las masas telúricas de la provincia de Ocaña “en los lejanos tiempos opaleozoicos, hace aproximadamente unos 400 millones de años”.
Entramos luego a los orígenes de la provincia de Ocaña, con un ligero estudio de la fundación de la ciudad de Ocaña el 14 de diciembre de 1570. En el libro se trae un precioso documento citado por Luis Eduardo Páez Courvel titulado Capitulaciones, en donde se da cuenta de los linderos que le fija el fundador Francisco Fernández de Contreras a “esta ciudad de la Nueva Ocaña”. Los términos –como dice el documento – o lindes, tienen por finalidad el que los vecinos tengan cómo sustentarse. Para el efecto de la obra, recordemos que la Nueva Ocaña comprendía todas las vertientes de la laguna de Maracaibo. Vale decir, que el territorio de la actual provincia de Ocaña, el valle de Simalloa, parte de los departamentos del Cesar y el Magdalena, y hasta cercanías de la ciudad de Pamplona, se entendía como la Nueva Ocaña. No se quedaban los españoles en la comprensión de ciudad en el puñado de casas, sino en todo el contorno.
En ese entendimiento, podemos decir que si pensamos en las veredas actuales de Balcones, de Convención, La Quina de San Calixto, Capitán Largo, de Ábrego, por ejemplo, Los Corazones de Villacaro, y La Sanjuana y La Curva de la actual Bucarasica, El Cincho, en La Playa, doctor Guido, estamos hablando de la ciudad de la Nueva Ocaña.
En 1578 se produce lo que llamo la Primera Monografía de la Provincia de Ocaña. Es una discreción o descripción mandada por decreto del rey Felipe II el Prudente, que este dictó para todos sus territorios. El mandato real le llegó a su gobernador en Santa Marta, don Lope de Orosco, quien comisionó al alcaide Garcilaso de la Vega – no el poeta español, ni el conquistador del Perú ni el poeta mestizo peruano; parece que el nombre de Garcilaso de la Vega era muy común por aquella época –para que hiciera la representación – representación llamaban al pedido – ante el cuerpo administrativo de la ciudad de Ocaña. Se dice allí que ocho años atrás la ciudad de la Nueva Ocaña se componía de 20 vecinos, y agora, en 1578, hay veinte vecinos encomenderos de indios. Se describe allí la fauna, la flora, los accidentes geográficos, los ríos y en general el sistema fluvial, las distancias que hay de Ocaña a Santa Marta, a Pamplona, a Tunja y Santa fe. Y en un capítulo apasionante se nombran cuidadosamente las tribus existentes en la provincia, empezando por el pueblo de indios llamado Zeytama, sigue con Buxeriama, Caracica, Borotaré, etc., hasta terminar con Visera y Ercosa y Aytara, anotando las distancias en leguas que tienen las agrupaciones indígenas con la ciudad de Ocaña.
En 1765 ya hay suficientes habitantes en los Llanos de Santa Bárbara de la Cruz para que las hermanas ocañeras Ana María y Josefa de la Encarnación Maldonado donen el terreno para edificar una población en forma. En 1808 se crea la parroquia de Santa Bárbara de La Cruz, con jurisdicción hasta el paraje de San Pedro, distante dos días de camino, que comprendía también las montañas desoladas de lo que se llamó después Bucarasica. En 1822 se creó el municipio de La Cruz, comprendiendo un extenso territorio de los cinco municipios actuales de Hacarí, Cáchira, Ábrego, Villacaro y Bucarasica.
El partido de San Pedro se va desarrollando hasta que en 1889 se lo erige en municipio. Eclesiásticamente sigue ligado a La Cruz. Los pobladores del embrión de lo que sería Bucarasica acudían a la capilla de San Pedro, que no tenía la categoría parroquial, como les sucedió a los jóvenes bucarasiquenses José Mercedes Sepúlveda y Dolores Suescún, quienes se casaron en la capilla de San Pedro el 10 de noviembre de 1878 pero la partida fue asentada en la parroquia de Santa Bárbara de La Cruz, hoy Ábrego. Sólo en 1889 se crea la parroquia de San Pedro.
Por esos años ya aparecen los colonos en las montañas inexploradas de Bucarasica. El lunes 24 de abril de 1893 se celebra la primera ceremonia religiosa en la capilla de La Florida, hoy Bucarasica. Se trata de un bautismo. El 8 de diciembre de 1908 se erige la parroquia de La Florida. Se independiza Bucarasica eclesiásticamente de San Pedro, el actual Villacaro. Sigue vinculada en lo político. Un cambio en las fuerzas políticas gobernantes permite la erección del municipio de Bucarasica mediante la Ordenanza Nº 51 del 30 de junio de 1938. San Pedro o Villacaro pasa a ser subalterno como corregimiento. Se desata una lucha legal y partidista. Villacaro defiende sus títulos para ser cabecera municipal. Los organismos judiciales le dan la razón a Villacaro, pero el gobernador Miguel Durán Durán, aliado con la Asamblea liberal y sus correligionarios de Bucarasica, eluden el cumplimiento de los fallos judiciales. El doctor Manuel Buenahora, que algunos conocimos, es el apoderado de Villacaro. Resulta que Bucarasica se había aparentemente liberalizado mientras Villacaro hacía resistencia como fortín conservador. Al fin, la disputa, que tiene episodios novelescos y simpáticos, se dilucida mediante la Ordenanza Nº 9 de noviembre 25 de 1948 que salomónicamente determina que ambos poblados sean cabeceras de municipio, el uno llamado Bucarasica y el otro San Pedro del Norte, nombre que fue cambiado en diciembre por el de Villacaro.
Nos situamos entonces ya en lo que es civil, política y eclesiásticamente Bucarasica, después de llamarse El Playón, luego La Florida y finalmente Bucarasica, y tras ser parte de la ciudad de Ocaña, del distrito de La Cruz o Ábrego y del municipio de Villacaro.
Para el detalle de los acontecimientos en todos esos órdenes he seguido el método de don Justiniano J. Páez en su obra Noticias de la ciudad de Ocaña y su provincia desde 1810 hasta la guerra de Los Mil Días, consistente en plasmar año por año los sucesos destacados, método que me parece muy práctico, didáctico y asimilable. En lo político se empieza con el año 1909. En lo eclesiástico desde 1893. Esta puntualización abarca hasta algunos acontecimientos de 2008.
A continuación veremos el video-beam que fue elaborado para el acto de lanzamiento del libro realizado en el elegante paraninfo de Asinort de esta ciudad el 29 de mayo del presente año. Contiene las fotografías insertadas en el libro. La preparación del video beam se debe principalmente a mi hija Silvia Andrea Clavijo Cáceres, que además del ejercicio de su profesión de abogada y especialista en solución de conflictos y derechos humanos, funge de mi secretaria, y se ha adentrado en los secretos de la informática, de modo que a ella se debe la composición del material físico del libro, con sus ribetes, adornos, ubicación, colores y todos aquellos aspectos agradables.

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

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Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

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Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado