miércoles, 2 de septiembre de 2009

CRONIQUILLA
A MARCHAR CON LOS MUCHACHOS CORAJUDOS
Orlando Clavijo Torrado

Las afrentas –llamémoslas por su nombre y dejemos de lado los eufemismos – de los funcionarios de Venezuela en sus distintos estamentos contra Colombia y sus ciudadanos no son de hoy. En plena campaña independentista en 1818, el general Páez mantuvo inmovilizado durante unos diez días al ya también general de brigada Francisco de Paula Santander, y sólo la intervención del Libertador le permitió avanzar en Venezuela. En el mismo siglo XIX y en el transcurso del siglo XX los impedimentos para el paso de mercancía colombiana, el aumento de los fletes de navegación, el abuso en las aduanas y los cierres cíclicos de la frontera, son la queja continuada de los comerciantes e industriales. Por los años 80 del siglo XX el presidente del Congreso de Colombia doctor Edmundo López Gómez fue detenido en la Guajira colombiana y llevado a Caracas, ante el silencio del gobierno y el pueblo de Colombia. Ni una queja se musitó. En un desfile ex profeso el presidente Caldera mandó exhibir todo el armamento que poseían como en acto de notificación a nuestro intimidado presidente Misael Pastrana. La expulsión de campesinos y obreros y hasta asesinatos de nuestros compatriotas se han sucedido durante los años y han quedado registrados en la prensa, sin que Colombia pronuncie ni mú, y menos que intente romper sus relaciones diplomáticas. En la Guerra de los Mil Días, las tropas revolucionarias de Uribe Uribe recibieron considerables recursos logísticos de los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Nicaragua. ¡Qué coincidencia con el apoyo a las Farc actualmente!
Uno piensa cuál sería la dirección que se le imprimieran a las relaciones internacionales si la capital de la república estuviera en una ciudad de clima cálido. En muchos foros y algunas personas insisten en que Colombia debe buscar el diálogo con sus agresores, pero nunca hablan de que éstos se disculpen y cesen de agredir. Como si de nuestra parte en algún momento de la historia se hubieran presentado manifestaciones contra cualquier otra nación. Esa es la diplomacia rola - o solapada - que ya linda con la indignidad. Da lástima y vergüenza ver al presidente Uribe acorralado y ultrajado por el gran pecado de no ser socialista y juzgado como un criminal en Santo Domingo y en Bariloche, implorándole perdón a Correa, haciéndole risitas a la señora Fernández de Kirchner y a la doctora Bachelet, lambiendo a Chávez, a Daniel Ortega y al ignorante indio Morales, y tratando de ganarse una mirada de Lula, de Insulza, de Obama, de Raimundo y todo el mundo.
Ahora el coronelito Hugo Chávez viene a coronar los siglos de ultrajes contra Colombia con sus amenazas de invadirnos, de aplastarnos con sus aviones Sukhoi, insulta e irrespeta todo el día y todos los días con su vocabulario soez a nuestro primer mandatario, arroja al cesto de la basura los tratados comerciales y los convenios internacionales, ordena cerrar la frontera, en fin, hace cuanto se le antoja con este pueblo que se excede en humildad y aguante. Pero afortunadamente, un grupo de jóvenes corajudos y el excelente actor Rodrigo Obregón recogieron ese dolor patrio y organizaron para este viernes 4 de septiembre la marcha nacional y mundial con el grito NO MÁS CHÁVEZ. Si en nuestras arcas no hay el dinero de Chávez, si nuestro armamento es escaso y débil frente al de Chávez, si en nuestros dirigentes faltan la hombría y la dignidad, éstas si la tienen el pueblo colombiano y estos muchachos que la han sabido encausar. Por fin va a resonar el clamor sentido en el alma de todo colombiano que ama la patria: ¡Basta ya de humillaciones! ¡Aquí hay un pueblo en pie con dignidad!
En consecuencia, todos debemos salir a decir ¡No más, Chávez!

orlandoclavijot@hotmail.com


Cúcuta, 2 de septiembre de 2009.

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007
Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

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Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado