jueves, 12 de enero de 2012

PARA EL SEMANARIO “LA PROVINCIA DE OCAÑA”

EL BOLEGANCHO Y LA PIZZA OCAÑERA
Orlando Clavijo Torrado

Una persona interesada en asuntos de Ocaña me pidió que la ilustrara sobre el “bolegancho”. “En realidad – le respondí - no son muchos mis conocimientos sobre el tema; le transmitiré algunos datos y alguna experiencia que son todo mi haber al respecto”. Entonces, para cumplirle, vamos al grano.
Hace más de tres años escribí la historia que me contaron sobre un paisano de Hacarí, relato que titulé “Cómo dejé el bolegancho”, publicado en este semanario; pero allí no consigno mayores datos sobre esta famosa bebida alcohólica de nuestra provincia.
Sé, a ciencia cierta, que se fabrica en un alambique, compuesto de pailas y canales de cepa de plátano, hojas de sábila o tubos de cobre por donde corre el líquido de paila en paila, y que el proceso dura semanas y se realiza en lo más apartado de la finca, ojalá en una hondonada, como lo vi de muy joven. Por cierto que el campesino que me llevó allí me dio a probar el producto ya casi terminado, y me propició una borrachera que me puso a subir una peña hasta alcanzar de nuevo el camino virtualmente en cuatro patas. Estas fábricas son artesanales, rústicas, entre bagazos y cortezas de plátano y caña, al aire libre, no diríamos que sin mayor higiene sino sin higiene, por lo menos en aquella época; las canales van por entre helechos y malezas.
Hoy se le conoce como “bolegancho” porque inicialmente la botella se tapaba con un envoltorio de gancho o corteza del tallo del plátano, en forma de bola; también un trozo de tusa de maíz hacía de corcho – de ahí el nombre de “tapetusa” - . Otros nombres que se le han dado son “chirrinchi”, “miche” y “tres brincos”.
Dos son los momentos especiales para obtener este whisky de los pobres: la fermentación y la destilación, a partir del zumo o guarapo de la caña de azúcar. Si se le mezcla anís en rama, el sabor y el aroma son agradables. A veces toma un leve sabor de la mata de la cual se hicieron las canales, ya sea sábila, fique o plátano.
Por sólo diez mil pesos de hoy, año de 2012, se consigue el litro de “buena calidad”, ya sea en el barrio Villanueva de Ocaña, o más lejos en el paraje de Saninvilla, o un poco más cerca en Río de Oro, cuyos hijos lo acreditan. Por menos dinero también se consigue pero de menor “calidad”.
Los estudiantes acostumbran preparar un coctel de bolegancho y gaseosa con el que se pegan una fenomenal juma bien barata y así gozan de cualquier fiesta. Eso sí: vasija en que se eche bolegancho queda impregnada por siempre y de nada valen detergentes fuertes para desprender el olor. (Siendo fiscal especializado delegado ante el Gaula en Cúcuta, a su insistente pedido les ofrecí a los policías en una Navidad un brindis de bolegancho con una garrafa made in Ocaña; a los hombres les encantó, se embriagaron, y pedían más; la cava en que envasamos el coctel hubo que botarla pues por mucha agua caliente y jabón que se le aplicó no soltó la fragancia del glorioso néctar montañero).
El bolegancho, junto con la arepa de pellejo o cáscara crujiente como una galleta, o soplá – como dicen las campesinas -, a la que sofisticadamente se le llama la pizza ocañera, son los dos productos insignia de la provincia, tan populares el uno como la otra, ésta, sano y nutritivo alimento, de fácil y rápida elaboración que permite los más diversos acompañamientos, desde el queso rallado, la lonja de carne asada o el trozo de lomo de cerdo frito, el humilde pescado bocachico o el bagre sudado, hasta el relleno con aguacate o arroz seco; uno y otra, sostenedores de la raza, pero aquel inspiración de poetas y aliento de grandes hazañas como la de quien se llevó un carro cargado de dinamita de La Curva – en la carretera Cúcuta a Ocaña – al solar de su casa en Ábrego. Sólo alguien lleno de bolegancho pudo escribir semejante página de heroísmo.
¡Seáis, pues, loados y bendecidos, dulce bolegancho y exquisita arepa sin sal!

orlandoclavijotorrado.blogspot.com

12 de enero de 2012

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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Museo Antón García de Bonilla

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Museo Antón García de Bonilla

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EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

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