CRONIQUILLA
LAS COCOTAS Y BIIL GATES
Orlando Clavijo Torrado
Ocaña sigue siendo un lugar de descanso maravilloso, aún ya inmersa en el atafagar propio de una urbe moderna. Por ello constituye mi destino turístico favorito, como en este último puente de la Independencia de Cartagena. Ya lo he dicho en otras ocasiones: es ciudad y pueblo a la vez. En cuanto a ciudad, se precisa de buenos reflejos para esquivar la cantidad sorprendente de motocicletas y para conducir en las calles “trazadas por la geometría de la emboscada, prestas a la asechanza”, como las describió con letras de oro Luis Eduardo Páez Courvel. Los semáforos colocados en esquinas inverosímiles tratan de ordenar el tráfico. Las aglomeraciones no le son ajenas a cualquier hora del día. Hoy en día Ocaña cuenta con todos los comercios y beneficios de una verdadera ciudad, que irradia su importancia como centro de la provincia y del Sur del Cesar; en salud dispone de aparato de tomografía, pero se echa de menos una Unidad de Cuidados Intensivos a fins de que los pacientes no tengan que desplazarse en largos y arriesgados viajes a Bucaramanga o Cúcuta; la necesidad podría cubrirse si se elevase de nivel el hospital Emiro Quintero Cañizares.
Pero el encanto como pueblo es sin duda el que subyuga. Y por supuesto, el encanto del chismorreo en voz baja, de la crítica en voz alta, de las últimas noticias transmitidas en la comunicación coloquial que teje las distintas versiones del asalto a la mamá de la inolvidable Chava Celis, con cifras y matices encontrados; que da cuenta de la marcha de la administración municipal y de que el Polaco esto y lo otro y de que la más linda de las beldades que se hayan alimentado con cocotas, descendiente del patriarca Juan M. Luna, se casó con un socio de Bill Gates. Alguien apunta: ¡ah!, entonces fue con Carlos Slim, el mejicano más rico del mundo. Y vienen los pormenores con la precisión de yates, mansiones y aviones privados. De todos modos, por ahí va la cosa, se concluye. Sin dejar atrás el triunfo para la alcaldía de Yebrail Haddad Linero, un culto, brillante y apuesto joven mirado al principio como niño rico y oligarca y luego rodeado por gentes de todas las clases, desde las pudientes de La Primavera y El Lago hasta las humildes de la Ciudadela Norte, de Acolsure y Cristo Rey, y avalado por la Alianza Social Indígena, caso extraordinario para que se regusten sociólogos y politólogos objetivos.
Dos semanarios, Ocaña 7 días y La Provincia mantienen la tradición periodística que viene de mediados del siglo XIX.
Finalmente, debo observar que es paradójico cómo en el centro de la capital del departamento no haya un café o fuente de soda elegante como la hay en Ocaña, con un ambiente familiar y delicioso que invita a saborear un capuchino, o una pasta elaborada allí mismo a base de café, o un whisky.
Estas son, entre otras, las razones por las que prefiero con frecuencia como destino turístico a Ocaña.
En adelante, la colonia ocañera en Cúcuta, que tanto suspira por “los montes y cañadas” cantados en un bello porro por Alfonso Carrascal Claro, que sueña con el Agua de la Virgen, Los Estoraques y tantos otros tesoros del afecto, tendrá justamente en sus manos el periódico La Provincia a través de este servidor, para que no se pierda el contacto con el paisaje, los hechos y las gentes de allí.
orlandoclavijot@hotmail.com
Cúcuta, 16 de noviembre de 2007
viernes, 3 de octubre de 2008
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Datos personales
- Orlando Clavijo Torrado -
- Cúcuta, Norte de Santander, Colombia
- Casa-Museo General Francisco de Paula Santander - Villa del Rosario
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