viernes, 3 de octubre de 2008

CRONIQUILLA - LA VALENTÍA

CRONIQUILLA

LA VALENTÍA
Orlando Clavijo Torrado

No hace mucho murió en Ocaña acercándose al siglo de existencia. Las riñas de gallos lo apasionaban. Sabía de gallos como nadie, constituía una autoridad, y mientras vivió en su Bucarasica natal, en la parte baja del caserío, sostuvo una crianza de donde salían los campeones. (Para un amigo con una afición semejante y dueño de un vistoso y elegante animalito, su gallo es malo. “Creí que tenía usted un gallo bueno”, le dije. “Es malo”, me respondió. “Ha matado a todos los que se le han enfrentado”).
Además, era amansador de caballos. Y agricultor. Se había trasladado a Cúcuta unos veinte años atrás para estar al lado de algunos de sus hijos y tan pronto enviudó buscó alero junto a los retoños que viven en Ocaña.
Lo recuerdo por sus historias de los comienzos del poblado y sus amenas anécdotas que refería con mucha gracia. Naturalmente, bebía aguardiente como buen gallero. Conservador, católico, hogareño, sin antecedentes penales ni conductas escandalosas. He ahí al personaje, Abad Celis.
En nuestros pueblos se cultivaba el sentido de la hombría referido a la aptitud para cruzar armas con cualquier ofensor, o puñetazos en las trifulcas de menor calibre. En el lenguaje popular se llamaba a ello ser arrecho, no correrle a nadie, ni arrugarse ante ningún enemigo o provocación. Abad Celis mantenía ese código de honor.
Sin embargo, nada se libra de la excepción, y no todo es el ciento por ciento de lo que se piensa, se dice y se actúa. Así, el varón, sin ser mariposón, no es varón en todas sus células puesto que carga también hormonas femeninas, y la mujer no es tan mujer al llevar su cuota de hormonas masculinas. El bonito o la hermosa no lo son todos los días, el inteligente tiene sus ratos de estupidez, el virtuoso no persevera siempre y cae en el pecado una que otra vez, y el valiente pasa por períodos en que lo accede la cobardía, o no quiere contender, o le da pena ante el público, o le da pereza. Aunque también puede ser que, por alguna razón, no entra en sus cálculos pendenciar.
Don Abad gozaba contando que había tenido un trance semejante. Un día cualquiera se encontraba en el mercado de La Sexta y de pronto un sarnoso (en el lenguaje de la provincia significa molestoso) lo escogió de víctima y lo retó a duelo, sin reparar en su edad. No le faltaron arrestos para responderle como todo un macho pero consideró prudente retirarse.
No obstante, el momento duro lo vivió cuando se reunió con su prole masculina en la noche. “Papá – le increparon – nos chismosearon que usted no se paró como todo un Celis, verraco y pantalonudo, frente a un mugroso en La Sexta. ¿Cuándo se vio a un Celis correr? ¿Qué le pasó? ¿Por qué no le hizo honor al apellido?”
Abad quiso quitarle importancia al asunto, mas ante el continuo martilleo de los muchachos, resolvió filosóficamente el problema de la presunta deshonra con esta sentencia perentoria: “Vean mijitos: ¿ustedes qué preferirían que se dijera: aquí cayó atravesado de cuchilladas Abad Celis, o por aquí pasó Abad Celis (tan veloz) que (se) le soplaba la camisa?” Los hijos no tuvieron más que echarse a reír.


Cúcuta, 29 de septiembre de 2008

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CERCA DE LAS ESTRELLAS

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50 años del Diario La Opinión

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cena en el Club del Comercio - 15 de Junio de 2010 - Columnistas

Museo Antón García de Bonilla

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Orlando Clavijo Torrado y Luís Eduardo Páez García junto a la foto del General Mateo Torrado, tío bisabuelo del primero, quien la donó. Don Justiniano J. Páez, abuelo del doctor Luis Eduardo, en su obra histórica al referirse a la guerra de los Mil Días, da fiel cuenta de las acciones del General Torrado en la contienda, en virtud a haber actuado como su secretario.

Museo Antón García de Bonilla

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Hermanos Clavijo Torrado, Orlando, Nora, Edilia y Olga. Julio de 2010, Ocaña - Junto a la bandera con la imagen del Libertador Simón Bolívar bordada por señoras de Ocaña al conmemorarse el primer centenario de la independencia (1910).

EN EL AGUA DE LA VIRGEN

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Orlando Clavijo Torrado, sus hijos, nietos y primos.

CERCA DE LAS ESTRELLAS

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NI TAN CERCA DE LAS ESTRELLAS - Gustavo Gómez Ardila

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

MONOGRAFIA DE BUCARASICA - Olger García Velásquez

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COLUMNA DEL 2 DE JUNIO DE 2009 - DIARIO LA OPINION

Posesión como miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Cúcuta, 17 diciembre 2007

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Con sus hijos, de izquierda a derecha Cesar Octavio, Jaime Mauricio, Silvia Andrea y Orlando Alexander Clavijo Cáceres

LANZAMIENTO LIBRO "CERCA DE LAS ESTRELLAS"

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29 DE MAYO DE 2009. CÚCUTA.

En la Academia de Historia de Norte de Santander

En la Academia de Historia de Norte de Santander
Padre Edwin Avendaño, José Antonio Toloza (Q.E.P.D), Secretario de la Academia, y Orlando Clavijo Torrado